"Por mí se va
a la ciudad del llanto.
Por mí se va al eterno dolor.
Por mí se va
hacia la raza condenada.
La justicia animó
a mi sublime arquitecto.
Me hizo la divina potestad,
la suprema sabiduría
y el primer amor.
Antes que yo no hubo nada creado,
solo lo eterno,
y yo perduro eternamente.
Oh, vosotros
que entráis aquí, abandonad
toda esperanza."
Tras oír esta conmovedora lectura,
¿alguien puede decirme
por qué el infierno de Dante
sigue teniendo tanta importancia?
¿Debo abandonar toda esperanza?
Lawrence.
¿Porque imaginó el infierno?
Sí.
Sí, porque imaginó el infierno.
Compartió con nosotros una versión
de la experiencia y relación
del hombre con la existencia,
con sus pecados,
con su propia mortalidad.
Ustedes vienen aquí
para perderse entre los clásicos
e inspirarse
por los grandes maestros,
pero también para empezar
a intentar encontrarle el sentido
a su propio
descenso a los infiernos.
Por eso,
en lugar del típico análisis crítico
del infierno de Dante,
me gustaría que me entregaran
una propuesta poética alternativa
al infierno de Dante.
El suyo propio,
sus luchas, sus miedos,
sus pecados, sean los que sean.
Ah, y lo quiero para el lunes.
Hasta luego, buen fin de semana.
Adiós.
Gracias.
¿Te ha gustado?
Sí.
¿En serio?
Ah, hola, Susan. Gracias.
Gracias.
Vaya, vaya con el profesor de moda.
No, querida, ni se me ocurriría
quitarte ese título a ti.
Yo no acabo de publicar un libro,
está claro que eso ayuda.
Tranquila, la semana que viene
ya ni se acordarán.
Esta noche hay
cena del rectorado en mi casa.
Ah.
Solo profesores selectos.
Ven, por favor.
Ah, me temo que esta noche no puedo.
Tengo planes.
¡Oh, planes!
Imagino que no serán quedarte
en casa corrigiendo exámenes.
(RÍE) No exactamente.
Buen fin de semana.
Tú también.
¿Le importaría llevarme, profesor?
(RÍE)
(JADEA)
¿Te has dormido?
No.
(RÍE)
Ah, me encanta cómo hueles.
Ojalá pudiéramos
quedarnos así para siempre.
Sin movernos, aquí quietos.
No creo que a mi editor
le hiciese mucha gracia.
Oh, tiene otros autores,
lo superará.
(RÍE)
Tendrías que dejar
de ir a la universidad.
No me molestaría.
No crees... ¿no te molestaría?
No.
No podríamos volver a hacer el amor.
Si es solo por eso, nos movemos.
¿Cuánto tiempo llevamos juntos?
No lo sé. Eh... ¿casi un año?
13 meses.
¡13 meses!
Y nadie lo sabe.
¿Y qué?
¿Tú me quieres, Samuel?
(RÍE)
(RÍE) ¿Qué clase de pregunta es esa?
No te rías, lo digo en serio.
Pero...
De verdad.
Si me quisieras, no nos esconderíamos
siempre de todo el mundo.
(SUSPIRA)
No,
pero entonces seríamos
la comidilla de toda la universidad.
¿Quieres eso?
Lo que quiero
es que esto no se acabe nunca.
Ni yo.
Pues prométeme
que me querrás para siempre.
Vale.
Dilo.
Te lo prometo.
Así no, dilo.
Lo prometo.
Te querré para siempre.
Chao.
(RÍE)
(Maullido)
(Maullido)
Anda, hola.
Hola, Dino. ¿Tienes hambre?
(MAÚLLA)
Tú también me quieres, ¿verdad?
(TARAREA)
(SUSPIRA)
Lo siento, Dino.
(TARAREA)
Oye, no nos queda
comida del gato, voy a comprar.
¿Quieres que traiga
algo de cenar ya que voy?
No, no. ¿Qué?
¡Aguanta!
¡Dios! ¿Qué has hecho?
¡Beatriz! ¡Beatriz!
¡Aguanta, aguanta!
¡Aguanta!
¡Despierta! ¡Joder!
¡Joder!
Vamos, vamos.
¡Reacciona! ¡No!
¡Vamos!
¡Vamos!
¡Vamos!
¡No!
(Susurros)
(Susurros)
(GRITA)
Aquí tienes.
"Bon appétit."
(GRITA)
(Maullido)
Ya lo sé,
pero creo que la referencia es esta.
Es un primer borrador, yo...
Sí, ¿se las apañará?
Sí, claro, luego hablamos.
De acuerdo.
Hola.
Pensaba que no volvería
a verte por aquí.
Ya, bueno, seguro que mucha gente
se alegraría de que así fuese.
Eso no es verdad.
¿Qué tal estás?
¿Lo de aquella cena sigue en pie?
Claro.
Parecen muy escabrosos.
¿Desde cuándo los tienes?
Todas las noches
durante las últimas tres semanas.
¿Estás viendo a alguien
para que te ayude?
Al principio
fui a terapia para el duelo,
pero la verdad es que no era lo mío.
¿Se te ha ocurrido que los sueños
tengan relación con... lo que pasó?
La mujer de los sueños
no se parece a Beatriz.
No, no, no, pero tal vez
tu cabeza quiera deshacerse
del dolor que lleva dentro,
no sé, como una terapia.
No tiene nada que ver, ¿vale?
¿Has vuelto a escribir?
No tengo nada que contar.
Uf.
Escribe sobre tu sueño.
Sí, claro, me dedicaré al terror.
¿Y qué tiene de malo?
Los escritores de terror son sexis.
Oh, venga ya.
(RÍE)
Los poetas son
unos muertos de hambre y un coñazo.
Oh, a propósito,
te compré esto
por tu cumpleaños y desapareciste,
así que mejor tarde que nunca.
Feliz cumpleaños.
Ábrelo.
(RÍE)
A esto lo llamo yo presionar.
Oh, venga ya.
Úsalo para la lista de la compra.
(RÍE)
O para corregir exámenes.
Eres profesor, ¿te acuerdas?
Y de los buenos.
Y deja de morderte las uñas.
Que te den.
(Vibración de móvil)
¿Ya me echas de menos?
"¿Estás en casa?"
"¿Samuel?"
Sí, acabo de llegar.
"Pon la tele, el canal de noticias.
Rápido."
¿Por qué?
"Tú ponla.
¡Ponla!"
Vale, vale.
(TELEVISIÓN)
"El asesinato ha conmocionado
el tranquilo barrio de Ballsbridge.
Según un portavoz de la policía,
el cadáver con lesiones graves
se encontró en el segundo piso
rodeado de lo que parecía ser
un Círculo Blanco
improvisado en el suelo.
La policía cree que el suceso
tiene todas las señales
de un asesinato de tipo ritual.
La investigación forense esclarecerá
la cronología exacta
de los acontecimientos."
Esto es lo que hay.
La mataron hace un par de días.
Se ve que la encontró una limpiadora
cuando llegó por la mañana.
Vale.
Era una mujer italiana,
se llamaba...
Se llamaba Lidia Garetti.
Ella es la mujer
que vi en mis sueños,
estoy seguro, completamente.
Samuel, ¿te das cuenta
de lo increíble que es esto?
Sí.
Soñaste algo que iba a pasar
antes de que sucediese.
Samuel, antes. ¿Te das cuenta?
Eso se llama sueño premonitorio.
Pero ¿por qué yo? ¿Por qué?
Ni siquiera conozco a esa mujer.
No lo sé.
Alguna explicación habrá,
lo descubriremos.
No, esta no es otra
de tus aventuras esotéricas.
Esa mujer está muerta
y eso es real,
y yo he visto cómo pasó.
Ah, ¿sí? ¿Y qué vas a hacer?
¿Vas a hablar con la policía?
¿Y qué les vas a decir?
"Hola, inspector.
Sé lo que le ha pasado
a la italiana de Ballsbridge.
Yo no estaba,
pero lo vi en un sueño".
¿Te das cuenta
de lo que parece? Es una locura.
(SUSPIRA)
(Susurros)
(JADEA)
(JADEA)
(JADEA)
"Círculo Blanco, 1968".
¡Espera!
¡Para!
¡No!
¡Para!
¡No!
¡No me hagas daño!
¡No me hagas daño!
Espera, no voy a hacerte daño,
solo dime qué estás haciendo aquí.
¿Es policía?
No, no, soy... No.
¿Quién eres tú? ¿Estabas robando?
No, no, es que...
Es que vi
lo de esa mujer por la tele.
¿La conocías?
No, no, no.
¿Y entonces?
(SUSPIRA)
¿Y tú quién eres?
Si no eres policía...
Yo...
Tú también
has soñado con ella, ¿verdad?
Tienes que ver algo.
Sígueme.
Joder.
¿Notas algo distinto?
Yo me he dado cuenta
nada más entrar.
Falta algo.
Ahí.
Sí.
Las baldas.
Ahí había una puerta.
Exacto.
Cuidado.
Mierda, es la batería.
Espera, tengo cerillas.
Vale.
Toma.
Gracias.
(JADEA)
Ya está.
Joder.
¿Qué es esto?
¿Por qué alguien
tendría aquí un acuario?
No lo sé.
Hay...
Hay algo dentro.
¿Qué es?
Vamos a ver.
Tiene una especie de inscripción.
"Vedi la bestia
per cui io mi volsi".
Es Dante.
Sí, exacto.
(SUSPIRA) Quien la mató
buscaba algo.
Y ya has visto cómo está la casa,
puede que buscaran esto.
Y ella quería que lo encontrásemos.
Por eso tuvimos el mismo sueño.
Piénsalo.
(Sirena de policía)
Oh, mierda. Vámonos de aquí.
Corre. Corre.
Por aquí, por aquí abajo.
¡Eh! ¡Alto!
¡Alto! ¡Alto!
¡Alto!
(Sirena de policía)
(Silbido)
Mañana a las siete.
Tienes lista de espera.
El Círculo Blanco era
uno de los grupos de estudio
que solía reunirse allí.
Lingüistas, poetas...
Y parece que tenían
inquietudes demasiado esotéricas.
Shakespeare.
Los sonetos imposibles.
Nadie ha conseguido descifrarlos.
Ni siquiera el propio Shakespeare.
Dice que se los dictó en sueños
una dama oscura.
Milton.
Mi especialidad.
Habla de su experiencia al conocer
a una dama llamada Herberia
en las afueras de Florencia.
Asegura que fue su inspiración
para "El paraíso perdido".
Keats. Blake.
Las referencias son infinitas.
Todos insinúan haber tenido contacto
con las musas.
La número uno invita.
La número dos conjura.
La número tres miente.
La número cuatro castiga.
La número cinco adivina.
La número seis apasiona.
Y la número siete se esconde.
Las siete damas.
Ya, en mitad de las musas.
¿Y qué?
Parece que tus amigos
del Círculo Blanco se tomaron
el asunto demasiado en serio.
Estuvieron años publicando
sus teorías
en revistas especializadas
de todo tipo.
Primero en círculos académicos,
luego en publicaciones marginales
sobre ocultismo.
¿Qué es esto?
Esta inspiración creativa
suele presentarse en forma
de mujer.
Son seres sobrenaturales,
de una maldad inconcebible.
Sí.
Brujas inmortales
que conjuran poesía
por medio de hechizos.
Vale.
¿Crees que podemos encontrar
a estos tíos?
Podría llamar a Berkeley
por el departamento.
Pero empiezo a cansarme
de ser tu secretaria.
Fuiste a esa casa sin avisarme.
Encontraste un tesoro
en una especie de acuario,
y de repente aparece una chica
de la nada y se lo lleva.
Sí.
Si yo hubiera estado allí,
eso no habría pasado.
¿Vas a ayudarme a encontrarlos o no?
(GRITA)
¿Mamá?
¿Qué es eso?
Nada.
Una cosa que me he encontrado.
¿Estás enfadada?
¿Qué?
No sé, estás rara.
¿Por qué lo dices? No, no, es que...
(RESOPLA) Estoy molida, nada más.
¿Vas a trabajar esta noche?
Solo un ratito.
Pero enseguida vuelvo,
te lo prometo.
¿Y sabes qué?
¿Qué?
Esta es mi última noche.
No pienso volver nunca más.
¿En serio?
En la vida.
(GRITA)
Te vas a enterar.
Son cinco miembros.
Lee Barlow, Matthew Osmen,
Lawrence Colbert, Barry Sutton,
Herbert Rauschen.
Bien.
¿Podemos localizarlos?
Espera.
Lee Barlow se mató hace seis años
a puñaladas.
28, para ser exactos.
Delante de su familia.
Matthew Osmen.
Una extraña enfermedad degenerativa
que pudre los tejidos
hasta que la víctima fallece.
Los médicos siguen sin explicárselo.
A Barry Sutton lo encontraron muerto
en un muelle de Portland.
Lo había devorado desde dentro
un insecto sin identificar.
Lo interesante es que le encontraron
un verso de Baudelaire
grabado en la piel a cuchillo
Lawrence Colbert.
Se volvió loco. Apuñaló
a varios niños que volvían
a casa en la puerta del colegio.
La policía lo mató a tiros.
¿Y sabes qué?
También tenía versos tatuados
en la espalda.
Así que... parece
que no nos quedan testigos.
Se acabó.
No, no, no, no. Has dicho que...
¿Qué sabes de Herbert Rauschen?
Berkeley no tiene registros suyos.
Ni siquiera les consta su nombre.
Oye, haz lo que se te dice.
Hola, Rachel. Qué sorpresa.
Vuelves a llegar tarde.
Otra vez.
Lo siento.
No me encuentro muy bien.
(SUSPIRA)
Qué lástima. Yo tampoco.
Mira la mierda que tengo que tomarme.
Sí.
Pero yo no llego tarde.
Dijiste que cuando llegase a 200 000
me lo devolverías
Con esto ya está.
¿Y qué les digo yo a quiénes
te trajeron aquí, eh?
(TARAREA)
No les conoces.
Son...
mala gente.
(Golpe)
(TARAREA)
¿Quieres dejarnos?
¿Tú, la reina de todas las putas?
Con lo que hemos pasado juntos.
¿No te tratamos bien?
Sí.
¿Te tratamos bien?
Muy bien.
Sí.
No vuelvas a llegar tarde, Rachel.
En tu vida.
No, no, no, no.
(SISEA)
Y te equivocas. Eran 300 000.
Ese era el trato.
¿Has encontrado algo?
Sí.
"El profesor Rauschen
entre los desaparecidos
del naufragio de Dunquin".
No me sorprende.
Dunquin.
Eso está aquí, ¿verdad?
Hay un Dunquin en el condado
de Kerry.
¿Podrías consultar la base de datos
de las universidades irlandesas?
Estará muerto, Samuel.
Todos lo están.
Ya, ya. Pero fíjate.
Nunca se encontró el cuerpo.
Hay que saber si tenía relación
con alguna universidad de aquí.
Doctorados, conferencias, tesis...
lo que sea.
Intentemos conseguir una ubicación,
la dirección donde vive o vivía.
Más te vale esperarme despierto.
Te quiero.
Dino, la cena.
A cenar.
Dino.
La cena.
(Susurros)
Vamos, ¿dónde estás?
¡Dino!
¿Dino?
¿Cómo coño has entrado en mi casa?
Por la cañería.
Puedo hacer cosas increíbles.
Fuera de aquí antes de que llame
a la policía.
Queremos la imago.
Lo que encontraste en el acuario.
Es nuestro.
¿Quién eres tú?
Tú la sacaste del agua.
Tú tienes que ser quien la devuelva.
Así... son las reglas.
Fuera.
No.
Sola.
Si fuera posible.
Después de tanto sufrimiento
y dolor.
Mañana,
antes de la medianoche,
a 40 km por la carretera del norte,
en Joy Hill.
Ven tú solo.
Con la imago.
Ya está.
(Puerta)
¿Sam?
Mierda.
¡Sam!
(Puerta)
Sam.
Abre.
Sí, ya voy.
Un momento, ya voy.
¿Qué te pasa?
Lo siento. Lo siento, es que...
¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda?
No, gracias. Dame un segundo.
¿Has encontrado algo?
Tenías razón. En los 80 Rauschen
dejó su plaza en Brown
para venir a Europa.
Pasó
por varias universidades inglesas
y luego acabó aquí, en Cork.
¿Sale su dirección
en el registro de Cork?
No, pone que vivía en el campus.
Tenía una dirección en Dunquin,
pero la canceló antes de dimitir.
¿A qué te suena eso?
A mí me suena
a que se estaba escondiendo.
Que tenía miedo.
¿Tienes la dirección?
Será mejor que conduzca yo.
No, no, no. Voy a ir solo.
¿Qué?
¡Susan!
Pensaba que estábamos juntos.
¡Susan!
Mira esto. ¿A ti te parece
una coincidencia?
La gente que se mete
en esto acaba mal.
En serio, se acabó.
Vale.
Me estás asustando.
Tú haz lo que te digo, por favor.
(Timbre)
Buenos días.
Me llamo Samuel Solomon.
Vengo de la universidad.
Me gustaría hablar
con el profesor Rauschen.
El profesor murió.
Lo sé.
Dígale que es
sobre El Círculo Blanco.
(Puerta)
Pase.
Me llamo Samuel Solomon.
Necesito hablar con usted.
De Lidia.
Lidia Garetti.
¿Cómo me ha encontrado?
Encontré esta foto.
En su casa.
Lidia ha muerto.
La asesinaron.
Hace tres días.
¿Qué es lo que quiere?
Quiero que me cuente lo que sepa.
De ella.
Y del Círculo Blanco.
Del naufragio falso.
De qué se esconde, ¿profesor?
Las siete damas.
De eso ha venido a hablar, ¿verdad?
Pasamos años estudiándolo.
Era una obsesión.
¿Qué es eso?
Lidia lo grabó para mí.
Una pequeña demostración.
¿Demostración de qué?
De lo que son.
Un momento.
Está insinuando que...
que Lidia...
Sí, señor Solomon.
La que adivina.
"Todo esto y más,
y aun así no me amas.
Y jamás lo harás.
El amor no reside
en nuestra voluntad.
Tampoco puedo reprochártelo
aunque mi destino sea...
amarte aún fuerte,
equivocada vanamente".
Pero... qué coño.
Es lo que hacen.
Las musas. Juegan con las palabras.
Y utilizan a los poetas
para infiltrarse en nuestro mundo.
La inspiración...
Esos versos parecen
de una belleza sublime, ¿verdad?
Pero son trampas.
¿Qué es eso?
Parece inofensivo, ¿no?
Pero mata. A todo lo que amo.
Amigos,
un hijo,
y luego otro hijo,
y luego otro.
Todo.
Lidia no es su problema.
Es de las otras
de las que tiene que preocuparse.
Deles lo que quieren.
Lo antes posible. Hágame caso.
No puedo.
Yo no tengo esa cosa.
Entonces...
corra.
Mamá, ¿sabías que el sol
es la estrella más grande
y colosal...?
Coge tus cosas.
Nos vamos.
¿Adónde?
No lo sé.
Ya veremos.
Pero ¿por qué? Esta es nuestra casa.
No, cariño, no lo es.
Date prisa.
Perdone.
Hola.
Quería...
Eh.
Está cerrado.
Sí, hola.
Igual me puede ayudar.
Estoy buscando a una chica.
Largo de aquí.
No quiero problemas,
necesito encontrarla.
Pero ¿a ti qué te pasa?
Tranquila, tranquila.
¿Tú quién coño eres?
Estoy buscando a una chica.
Creo que trabaja aquí.
Morena, ojos verdes...
parece de Europa del este.
Rachel. Claro.
Rachel.
No eres el primero
que pregunta por ella.
No sé qué tiene que perdéis
la puta cabeza por...
No, no, no.
Es la primera vez que vengo.
La conocí hace un par de días.
Oye, de verdad,
necesito encontrarla.
Tengo que hablar con ella.
Por favor, es importante.
¿Tú eres el tío de los sueños?
Sí.
¿Te ha hablado de mí?
Escucha, está en peligro.
Yo solo quiero ayudarla.
Por favor.
Vale.
Vive en un edificio de viviendas
en Santa Teresa's Garden.
En el último, creo.
No sé nada más.
Gracias.
Este y este.
¿Qué haces?
La maleta.
No, coge ropa.
Solo la ropa.
Pero no puedo dejar mis cosas.
Te compraré otros juguetes,
te lo prometo.
Yo quiero los míos.
Escoge uno. Tu prefe, ¿vale?
Este.
No, es muy grande.
Pues este.
Cariño, ese es más grande.
Póntela.
Ya estás.
Vámonos.
(Puerta)
(SILBA) ¿Ya no recuerdas
quién te consiguió este antro?
Vete a tu habitación. Venga, ve.
Qué obediente, ¿verdad?
De ti no lo ha sacado.
¿Qué quieres?
Buscaba tu pasaporte,
porque quería cumplir mi palabra.
Y, ¿sabes qué?
No lo encuentro.
No nos hagas daño.
No le hagas nada a mi hijo.
Cariño, por quién me tomas, ¿eh?
¿Por quién me tomas?
Vengo en son de paz.
Esta noche te pasas por el club.
Nos tomamos algo, "boogie-boogie"...
Y todo olvidado.
¿Sí?
Pero antes,
tú y yo vamos a hablar un poquito,
a ver si lo arreglamos.
¡No! ¡No, por favor!
¡Por favor, espera!
Levántate.
Vamos a dejar las putas cosas claras.
Chavales.
Busco a una chica.
Se llama Rachel, morena,
pelo corto, muy guapa.
¿Es poli?
¿La conocéis?
Y ahora escúchame.
Tú te follas a quien yo te diga
o tu hijo se hará pupa.
Y tú no quieres eso, ¿verdad?
¿Verdad?
¿La conocéis ahora?
No quiero problemas, Rachel,
no quiero problemas, ¿queda claro?
¿Queda claro? ¿Sí? ¿Queda claro?
¿Rachel?
Soy Samuel,
el tipo de la casa de Lidia Garetti.
¿Rachel?
¿Rachel?
Rachel, sé que estás ahí.
Mamá.
Rachel, te estoy oyendo.
Sé que estás ahí, Rachel.
¿Rachel?
Quería matarnos.
¿Qué?
Ayúdanos.
Ayúdanos.
¿Eres policía?
No.
Pero no eres el primero
que me lo pregunta.
¿Tú crees que lo parezco?
No mucho.
¿Sabes qué quiero ser yo de mayor?
No, ¿qué?
Astronauta.
Bueno, o astrónomo
para ir a Júpiter de expedición.
¿Tú sabías que nunca
han mandado a nadie a explorarlo?
Igual están esperando
a mandarte a ti.
Para que seas el primero.
Venga, Nito, a la cama.
¿Se ha dormido?
Sí.
Gracias.
Oye, ese tío...
No quiero saberlo.
No te conozco, Rachel.
Y no pasa nada.
Solo quiero esto.
Y ya lo tengo.
Pero nos has ayudado.
Podías haber llamado a la policía,
podías haberlo cogido y largarte,
pero nos has traído aquí.
Eres un hombre bueno.
Un hombre asustado.
Eso es lo que soy.
Y un poco triste.
¿Por qué eso es tan importante?
Solo sé que hay gente
dispuesta a todo para recuperarlo.
Los que mataron a Lidia.
Eso da igual.
Esa mujer quería
que lo encontráramos, estoy segura.
Si es lo que quería genial,
lo encontramos.
Y ahora voy a devolverlo.
Fin de la historia.
¿Y luego qué?
He matado a un hombre.
Vendrán a por mí.
Entonces vete.
No puedo, no tengo nada.
No tengo a donde ir.
Tienes a tu hijo.
Puedes cambiar tu vida.
¿Y la tuya?
Tengo que irme.
No vas a volver,
¿verdad?
Quedaos aquí.
Y no le abráis la puerta a nadie.
¿Sí?
"Señor Solomon.
Soy Rauschen."
Hay una cosa que no le dije.
Lidia me mandó una carta,
hace unos meses.
Llevaba años sin saber de ella
y me asusté.
Pensé que habría algo malo
en sus palabras.
Oiga, profesor, le agradezco
que me llame, pero...
Usted no lo entiende.
Creo que Lidia sabía
que usted vendría a verme.
Creo que la carta era para usted.
"Profesor, se acabó,
tengo la imago."
Cuánto tiempo, profesor.
Profe...
Vaya día de perros.
Bienvenido, señor Solomon.
Lo estábamos esperando.
¿Quién es usted?
La que conjura.
Hay quienes me llaman Herberia,
pero es un poco...
pretencioso, ¿no cree?
Puede llamarme Jacqueline.
Es un nombre francés.
¿Le gusta?
No.
Es usted un insolente.
No es propio de un poeta.
Yo no soy poeta.
Uno que dejó de escribir.
Qué pena.
Si supiese lo que se pierde.
Existe un solo verso en Cavafis
que puede producir ampollas de pus
y fiebre alta
y un breve Neruda
que estalla como una planta nuclear.
Boom.
La poesía puede hacer
cosas increíbles.
No estoy aquí
para ver truquitos de salón.
No, claro que no.
Tenemos asuntos que atender, ¿verdad?
Primero deme su palabra
de que no nos hará daño.
¿Trae sus propias condiciones?
Debería dejar de beber güisqui,
señor Solomon.
Ni a la chica,
ni al niño, a ninguno.
Si les doy lo que quieren,
nos dejan en paz.
Para siempre.
Quiero verla.
Prométamelo.
Y se la daré.
Se lo prometo.
Esto no es la imago,
es solo la cáscara.
¿Ha venido aquí con intención
de engañarnos, señor Solomon?
Alguien lo ha hecho, es evidente.
Parece que esa chica suya
no es de fiar.
Tráiganos la imago, señor Solomon.
Pero ya no espere clemencia.
(Puerta)
¿Samuel?
Rachel, abre la puerta.
¿Quién es?
Ya sabes quién soy,
por favor, abre la puerta,
no pueden verme aquí.
Lidia.
Ya empiezas a recordar.
Pero...
no, no puede ser, te vi morir.
Tenían que creérselo.
¿Por qué?
Sigues sin acordarte, pero lo harás.
Mi bebé.
No, no.
No, no, no fue por tu bebé.
Eso fue una excusa, fue por ti.
Tú, tú eres distinta.
Siempre has sido distinta,
puedes sentir cosas
que ellas nunca podrán sentir.
Por eso te tienen envidia.
Pero ¿y tú?
Yo estoy de tu lado.
Tenemos un plan.
Por eso he venido.
Te acordarás.
Tuvimos suerte de que apareciese
ese hombre insignificante.
Samuel.
Jacqueline está confusa.
No entiende qué tiene
que ver él en esto.
¿Tú lo llamaste?
En los sueños.
Como me llamaste a mí.
Sí. Exacto.
Qué mala memoria.
¿Quién eres?
Te pillé.
¿No te acuerdas de mí?
La que miente.
Es evidente que me falta práctica.
¿Qué quieres?
Sabes muy bien lo que quiero.
No puedes hacerlo.
No me la puedes quitar,
recuerdo las reglas.
Claro.
Las reglas,
las que tú te saltas.
Pero no he venido por eso.
¿Mamá?
Vuelve a la cama.
LA TEORÍA DE LA INSPIRACIÓN POÉTICA
Seis.
¿Por qué seis?
La que castiga.
Llevo mucho tiempo esperándote.
Hay que guardar los secretos,
profesor.
A estas alturas ya debería saberlo.
No se esfuerce.
Este es de Yates.
No dejará que se mueva.
No se preocupe.
Este es muy corto,
pero lo va a mantener vivo
durante horas.
No queremos que se pierda nada.
"En La Ciudad de las Damas,
Cristina de Pizan
advierte de la presencia
de siete mujeres..."
LOS POETAS Y LAS DAMAS
Seis.
Pero ¿qué coño?
Seis.
¿Qué has hecho?
¿Qué cojones has hecho?
Tienen a mi hijo.
¿Qué?
Solo querían esa cosa.
¿Por qué no me la diste?
No podía.
He recordado.
¿De qué hablas? ¿Recordado qué?
Lo que soy.
Mi imago.
Cada dama tiene una.
Es nuestro poder.
Nuestra memoria es...
nuestra eternidad.
Sin ella solo somos
trozos de carne.
No, yo las he visto.
Tú no eres como ellas.
Por eso me odian.
Odian todo lo que parece humano
porque ellas jamás podrán tenerlo.
Pero yo puedo amar.
Llevaban siglos buscando motivos
para castigarme, una excusa.
Y entonces pasó.
Existen reglas, cientos de reglas,
que una dama no puede procrear.
Por fin tenían un motivo.
Podrían haber acabado con el niño
y haberme dejado morir
como una humana cualquiera,
pero no.
Querían más, la enterraron
y la anularon.
Perdí mi poder, lo olvidé todo.
Y luego me vendieron a ese hombre.
Pero mi eternidad
permanecería intacta
para que el castigo fuera eterno.
Pero Lidia la recuperó.
Ella también era distinta,
a su manera.
Siempre quiso ayudarme.
Pero debieron enterarse,
por eso la mataron.
No puede ser.
Existe una forma.
Un ritual.
El Círculo Blanco.
Lidia podía ver el futuro,
nos ha estado guiando
desde el principio.
Pero ¿por qué yo?
Debió pensar que necesitaría ayuda.
No me habría escogido a mí.
Yo te habría escogido.
Ni la necesidad,
ni las flaquezas,
conspiran para ligarnos
con la sordidez.
¿Quién eres?
La que apasiona.
Dásela.
No.
Han ganado.
Te volverían a hacer lo mismo.
Y a mí me matarían, estoy seguro.
Mientras tengamos la imago
me dejarán vivir.
Yo la cogí
y yo tengo que devolverla.
Son las reglas.
Esto es lo único que nos protege.
¿Qué?
La número siete.
La que se esconde.
Ni nosotras la hemos visto nunca.
Es la más cruel, la más peligrosa.
Pero también la más débil.
Si ella muere, mueren todas.
Por eso se esconde.
¿Dónde?
El receptáculo.
Nadie sabe lo que es.
Espera.
Lidia.
A lo mejor lo sabía.
No, ella quería ayudarnos,
nos lo habría dicho de algún modo.
Puede que lo hiciera.
Tiene sentido, Lidia sabía
que la vigilaban.
Por eso fue tan críptica.
Y por eso le mandó
la carta a Rauschen.
Y escondió la foto en el marco.
Sabía que te llevaría hasta él.
Espera aquí.
¿Profesor?
¿Hola?
¿Profesor?
Profesor.
Profesor.
Profesor, ¿está ahí?
Profesor, la carta.
¿Dónde está?
Profesor.
Máteme.
Ayúdeme.
(Pasos)
(Golpes)
Ayúdeme.
Escuche.
Escúcheme.
Tranquilo.
(GRITA)
(GRITA)
Me duele el corazón.
Le aqueja un pesado sopor
a mis sentidos.
Venga, vámonos.
¿Crees que sabían lo de la carta?
No, se la habrían llevado.
¿Una llave?
"Al mundo de la luz todos se han ido
y yo aquí a solas estoy.
Su mismo recuerdo es claro y vivo
y mis tristes pensamientos
se llenan de luz".
Mis tristes pensamientos
se llenan de luz. Se llenan de luz.
Es de Milton.
Segurísimo.
Tiene que significar algo.
No lo sé.
Pero puede que alguien sí.
Está abierta.
Joder.
¿Susan?
(Golpe)
¿Susan?
Dios.
Susan, ¡para!
Joder.
Joder, pero ¿qué te han hecho?
¿Cuándo te lo han hecho?
¿Qué haces?
¡Para!
Joder, ¡para!
¡Para!
(GRITA)
Tiene algo en el pecho.
La rosa enferma se muere.
¿Qué significa?
Se devorará a sí misma.
Debe haber una forma de pararla.
No podemos hacer nada.
Paraste al enfermero,
puedes hacerlo.
No lo he parado, lo he matado,
¿eso es lo que quieres que haga?
A lo mejor podemos cortárselo.
¿Qué?
Trae un cuchillo.
No creo que funcione.
La cocina, abajo, al final
del pasillo. Trae lo que encuentres.
Susan, para. ¡Para!
¡No!
¡Rachel! ¡Date prisa!
¡Rachel!
Ya lo tengo.
Sujétame.
Boca arriba.
Sí.
La mano. Apártasela.
Cógele las manos, sujétaselas.
Voy.
¡Ah!
¿Estás seguro?
(SISEA)
Por Dios.
Vamos a tener que atarla
para que no se haga daño.
¡Busca algo para atarla! Joder.
No te haremos daño,
pero no dejaremos que lo hagas...
Lo siento.
¡Ya está, ya lo tengo!
Dale la vuelta.
Dame la mano.
¿Lo tienes?
¿Lo tiene?
Sí.
(SISEA)
Vale, te subiremos a la cama
para que estés bien. ¿Vale?
Venga, ayúdame.
Vamos allá.
(SISEA)
(SISEA)
Relájate.
Vale, vale.
Tranquila. (SISEA)
Tú respira.
Respira.
Respira.
Respira.
Vale.
Tenemos que llamar a una ambulancia.
La llevarán al hospital,
ellos se lo quitarán.
No. No saben lo que es.
En cuanto se libere
volverá a empezar y no parará.
Lo siento.
Por lo menos estará a salvo.
La sedarán o algo.
Aún puede ayudarnos.
Enséñale los versos.
Tienen a mi hijo.
No te imaginas
de lo que son capaces. Por favor.
Pide una ambulancia.
Voy.
Susan.
Susan, oye.
Siento tener que pedirte esto,
pero necesito que me ayudes.
Tienes que decirme qué significa.
Al mundo de la luz todos se han ido
y yo aquí a solas estoy.
Su mismo recuerdo es claro y vivo
y mis tristes pensamientos
se llenan de luz.
¿Es de Milton?
Tú eres la experta, dime que sí.
No, no.
No.
No es de Milton.
¿Qué?
De Vaughan.
La gente los confunde.
El poema, Susan, ¿qué significa?
Suéltame.
Suéltame.
Susan, por favor.
(SISEA)
Lo siento.
Suéltame.
Suéltame.
Lo siento.
El poema, ¿qué significa?
Más allá del velo...
¡Susan!
No tardarán, ¿qué te ha dicho?
(SUSPIRA) Nada.
(SUSPIRA)
El poema se llama
"Más allá del velo".
¿Por qué no ha escrito
una dirección
si quería decirnos...?
Espera. "Más allá del velo"
La envoltura del sobre.
Nos lo dijo.
Hospital psiquiátrico de Bortrane.
Habitación 1007.
Es ahí.
Lo conozco, está en Dornamate.
Lidia envió esta carta
hace seis meses.
Pero lleva años cerrado.
Tenemos que ir. Ahora.
No, hay que esperar a la ambulancia.
No podemos.
No podemos dejar a Susan así.
Esperaré fuera.
Hemos llamado a una ambulancia.
Llegarán enseguida.
¿Me oyes, Susan?
Todo volverá a ser como antes.
Te lo prometo.
Volveré a la universidad,
como tú querías.
(SOLLOZA)
Creo que puedo ayudarla.
Estoy recordando.
¿Cómo?
No lo sé, pero puedo intentarlo.
Déjame a solas con ella.
Vale.
¡Susan!
Le pillé.
Yo que usted no subiría,
señor Solomon.
No va a gustarle.
¡No!
Quiero que sufran.
Quiero que se mueran.
El receptáculo.
Sea lo que sea, tiene que estar ahí.
Allí es donde se esconde.
Tenemos que estar preparados.
¿Qué pasará cuando ella muera?
Todas lo harán.
Y tú.
Mi hijo vivirá.
Démonos prisa.
No tardarán en encontrarnos.
Habitación 1007.
1001.
Esta es la 1006.
1006.
Siete.
Atrás.
Aquí no hay nada.
Tiene que ser ahí,
el mensaje es claro.
¿Y si te has equivocado?
No.
No, no, no, no.
Prométeme...
que...
me querrás...
para siempre.
¿Qué es?
¿Qué es esto?
Eres tú.
¿Qué?
El receptáculo.
Eres tú.
¿Qué?
Ella...
está dentro de ti.
Lidia lo sabía.
Tú eras la pieza que no cuadraba.
Ahora todo encaja.
No.
Samuel.
No.
Samuel.
¿Quién es, Samuel? Dímelo.
Piensa en... cómo la conociste.
¿Cómo apareció en tu vida?
Todo era parte de un plan.
¡Basta!
Hizo que te enamorases de ella,
¿verdad?
Y luego se fue.
¿Por qué?
Porque sabía
que nunca la olvidarías.
Tú eras el escondite perfecto.
¡No!
(GRITA) ¡No!
Está en tu interior, Samuel.
En tu corazón.
Quiero que se vaya de mi corazón.
Y sé cómo hacerlo.
Pero tienes que contarme cómo pasó.
Has escogido bien, Rachel.
El escenario más triste
para el más triste de los finales.
Es aquí.
Tiene que ser aquí.
¿Qué es eso?
Lidia.
Esto es perfecto.
¿Qué estabas haciendo?
Ayúdame.
Arráncalo.
El Círculo Blanco.
(SUSPIRA) Vamos.
Ahora te necesitaré.
Sígueme.
¿Qué tengo que hacer?
La engañaremos.
Tenemos que quemar la madriguera.
Quítate el abrigo.
Si el receptáculo está en peligro,
si tu cuerpo está herido,
se verá obligada a salir.
Dame el brazo.
Tenemos que ser rápidos.
Cuando salga se sentirá
en peligro y se volverá violenta.
Hay que meterla en el Círculo.
Eso la paralizará.
Y entonces...
Samuel,
tendrás que matarla.
No tenemos elección.
Joder.
No quiero que tú mueras.
Prométeme
que cuidarás de mi hijo.
Siempre.
Sí.
Prométeme que lo querrás.
Por favor.
¡Ah! Joder.
Ah.
Joder.
Joder.
(DOLORIDO)
(Voces)
Se acercan.
Ya vienen.
Ya vienen.
(Voces)
(GRITA)
(GRITA)
(GRITA)
¡Samuel! ¡Tienes que aguantarme!
Por favor, por favor,
por favor, aguanta, por favor.
(SUSPIRA)
"He perdido el juicio,
las palabras,
las lágrimas,
las lágrimas".
(SUSPIRA)
(SUSPIRA)
Traed al niño.
Samuel.
No la escuches. Mátala.
Te está mintiendo, Samuel. No tiene
idea de lo que había entre nosotros.
No la escuches.
Mátala.
Mírame, Samuel.
Soy yo.
Samuel, ¿no te acuerdas?
Mátala.
¡No, no lo hagas!
Mátala.
No la escuches, por favor.
Mátala.
Amor mío.
Tú no eres Beatriz.
Sí, no digas eso.
No eres Beatriz.
Ella... era una mentira.
Mi amor, no es tan fácil.
Yo soy muchas cosas a la vez.
No, no, no, no.
Te está mintiendo.
Te está mintiendo. Mátala.
Samuel, mírame.
Podría haber elegido a cualquiera.
Miente.
Pero te elegí a ti.
(GRITA)
¿Sabes por qué?
Vamos. Vamos, mátala.
Porque te quería.
No, no, no, no, no, no.
Y lo sabes.
Te miente. ¡Mírame!
Me lo prometiste.
No, no.
Me prometiste
que me querrías para siempre.
¿Por qué?
Mátala.
¡Mátala!
Debo reconocer
que no pensé
que llegarías tan lejos, Rachel.
¡Mamá!
(SUSPIRA)
¡Nito!
Por favor.
Que se vaya.
No, Rachel.
Las reglas son distintas.
Tú la dejas a ella
y tu hijo vivirá un poquito más.
Venimos a por la imago, ¿te acuerdas?
Él nunca os la entregará.
No parece que tengáis elección.
El final
de esta historia ya está escrito.
Danos la imago
y pasaremos página.
(SOLLOZA) ¡Mamá! ¡Mamá!
Acepta tu destino, Rachel.
Tengo... planes increíbles para ti.
Samuel, no lo hagas.
(SUSPIRA)
¿Lo ves?
Eres incapaz.
¿No querrás dejar a tu hijo... solo
en este mundo mediocre?
No sería un buen final
para esta historia, ¿verdad?
No se me ocurre
otro mejor.
Mátala.
Ahora.
"Así es como termina esta historia.
La más triste de las historias.
Y como todas las historias
algún día se olvidará.
Solo quedarán trazos
de tinta negra
en un pedazo de papel.
Pero yo sé que fue real.
Sé que ella lo fue.
¡Sam!
Y sé que algún día
encontraremos la forma
de hacerla volver.
La poesía
puede hacer cosas increíbles."
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