Domingo a las 09:15 horas
Subtitulado por Accesibilidad de TVE.
(Música)
lo conversábamos hace un rato, Liora y yo,
el papel de la mujer judía,
quizás ha empezado a romper un poco los estereotipos.
A pesar de que venimos de una historia larga de matriarcados,
o sea, nuestras matriarca siempre han sido muy fuertes.
A mí me encanta, yo disfruto mucho con mi hija
la historia de Miriam,
que no solo este, salva su hermano, se enfrenta a su padre,
vamos que es una historia como superpró,
Pero yo creo que, que, es muy complicado
diferenciar lo que es una mujer judía
de lo que es una mujer profesional,
que muchas veces somos ese tipo de mujeres que creemos todo,
porque yo quiero mi profesión,
quiero mi casa, quiero mis hijos.
- Pues.
No sé, a mí no me gustan mucho los estereotipos.
- Si tal vez es el estereotipo
de que la religión judía es machista
y entonces la mujer se encuentra por debajo
y está subyugada y, y claro, no tiene nada que ver
los que practicamos la religión y la estudiamos y la conocemos,
vemos el valor, la importancia que se le da a la mujer judía,
a la madre judía, como alma de su casa,
pero en general, yo creo que es como las mujeres no judías también.
- El pilar y el alma de los hogares.
- El feminismo ya lo habíamos inventado,
si es que nuestra historia, la Torá, está llena de profetisas
llena de mujeres guerreras, llena de jueces.
Yo creo que justamente cuando hablamos un poco
de esa palabra tan antipática, del estereotipo,
es porque esperan eso, esperan una mujer sumisa.
Y es un poco complicado entender
que compaginamos todo.
- Sencillamente llevamos nuestro papel
cada uno a su manera y con, entendiendo la necesidad
de que engranen ambas actividades. - Totalmente yo creo
que sí que tenemos características diferentes
y que por eso nos complementamos.
Y, y esa es la función, no estamos en competición,
sino que es un equipo y saber
que lo que para mí es más fácil de hacer lo hago y a la inversa, ¿no?
es el engranaje este, de sentir el apoyo en una dirección,
que es la familia,
que eso si es tan importante, yo creo para todas las mujeres judías.
- Como lo vivo.
Pues, hombre, yo que soy un poco combativa,
a mí sí me gusta que las mujeres estén representadas
y bien representadas.
Y que estemos siempre presentes en todos los sitios
y yo creo que, por suerte, aquí nos lo encontramos, ¿no?
que las mujeres estamos y tenemos
abiertas a un montón de clases, de estudio y podremos formarnos,
igual que los hombres y, o mejor.
Y aportar ahí ese grano, a lo mejor que,
que la mujer es más espiritual y poder sacarlo.
Lo complicado para mi es compaginar todo
pero bueno, como todas las mujeres ¿no?, en este mundo.
Que si tiene reglas de hombres,
pues compaginar ser profesional, llevar a tu familia
y no olvidarte de tu crecimiento personal
que el judaísmo hace tanto hincapié
en el trabajo personal interior de las personas.
- En el día de la mujer, en mi reflexión sería
que un día no me parece suficiente.
Debería ser el año de la mujer,
todos los días del año deberían de ser para la mujer.
- Ha sido muy duro. O sea, no te voy a engañar,
no lo voy a edulcorar, yo soy médico de urgencias
en el hospital de Alcalá de Henares, que en la primera ola
fue uno de los hospitales que tuvo más, mayor número de casos.
Tuvimos noche de tener en un sitio que para que os hagáis una idea
está diseñado para 20 camas de pacientes críticos.
Hubo un momento que pasamos los 200 pacientes.
O sea, había gente en los pasillos, había gente,
en cualquier sitio que lográbamos, medianamente,
habilitar para tener un paciente.
Y fue muy duro, porque esta pandemia nos ha obligado
a mantener a las familias fuera.
Con lo cual tenía una persona que lo estaba pasando muy mal.
Probablemente en los últimos momentos de su vida.
Y no tenía un familiar a un lado que le cogiera la mano.
Pero a mí me ayudó mucho,
yo había hecho, no estaba, no había pasado mucho tiempo
entre el viaje que hicimos a Israel, con las Sisters.
Y ahí yo tuve un aprendizaje espiritual
que me que me ayudó a afrontarlo con fuerza.
Incluso tenía minutos en que lo hablaba con mis compañeras
y me decían ellas, pero es que eres como un libro de autoayuda.
Yo le decía chicas, yo aprendí que Dios
no quiere extras en su película. O sea, que aquí cada uno
tiene un papel
y que si estamos aquí es porque hacemos falta aquí
y tenemos que marcar una diferencia.
un momento más, que vas a poder ir un pasito más adelante.
- Pues ese viaje, es un viaje para madres judías
y alrededor del mundo,
donde nos juntamos durante ocho días y compartimos muchas experiencias.
Recibimos muchas clases.
- Y ha habido descubrimientos maravillosos.
- Totalmente, totalmente. Sí, sí, sí.
Carolina entre uno de ellos, porque no habíamos nunca,
Nos conocíamos, pero nunca
- Lo recomendamos porque este viaje,
- Cree puramente en la fuerza de la mujer, como cambio.
Y entonces como madre, de cambio de su familia,
su familia, como cambio de su comunidad
y luego su comunidad, como cambio en la sociedad.
Entonces esto nace en una cocina,
cuatro mujeres norteamericanas sentadas alrededor,
seguramente de un café.
Y llevan no sé cuántas miles,
cuantas miles de mujeres viajando cada año de todo el mundo.
Entonces es un viaje que te da mucha fuerza a nivel espiritual.
Y a nivel de compromiso con tu sociedad,
también de
- A mí me encanta, me encanta ese,
digamos que el núcleo de la experiencia,
porque no solo es el viaje es una experiencia vital,
porque pasas un año preparándote para ir.
Y luego a la vuelta sigue en contacto con tus Sisters.
Y es que las mujeres somos capaces de cambiar el mundo.
y lo que tenemos es que convencernos
ese cambio que tú logras con tus hijos
en el desayuno de las mañanas, mientras te cuelgas el bolso,
sales corriendo para el trabajo.
Cuando ya te has puesto los tacones, te has maquillado el ojo.
Ese, ese granito que tú logras meter en tus hijos,
que luego ellos transmiten, tu marido,
somos una fuerza maravillosa
cuando estamos juntas y nos lo creemos, somos imparables.
Somos indestructibles.
- Yo creo que el desafío que se encuentran
es que seguimos en un mundo que las reglas son de hombres,
sobre todo a nivel laboral,
- Sí, las reglas están marcadas por ellos.
Entonces yo creo que, en general, los hombres tienen menos problemas
a la hora de renunciar.
O posponer el tema de familia.
Y eso es un hándicap para las mujeres que sentimos,
que para nosotras es muy importante la familia.
Yo creo, lo que creo que necesitamos son más mujeres
en toma de decisiones, para que las reglas se cambien.
Y las mujeres tengamos el mismo acceso
sin tener que renunciar a ser madres.
- Yo voy a decir algo que quizás es algo
un poquito políticamente incorrecto, pero sí,
estamos en un mundo de hombres y tal,
pero yo creo que también a este mundo de hombres,
por decirlo de alguna manera, le hace falta mujeres
que entiendan que somos un equipo,
y que nos podemos apoyar unas a otras
y que el hecho de que yo decida ser madre
y que decida estar con mis hijos más tiempo,
no me hace menos que mi compañera que decide,
ni me hace más,
que mi compañera que decide dedicarse sólo la vida profesional.
Mi hija, yo veo que nuestras hijas se enfrentan quizás,
a un mundo, a un reto distinto,
porque no solo es el mundo de hombres que el trabajo
y la carga profesional recae sobre el masculino,
sino que, además, están entrenando a un mundo
de mujeres cada vez más exigentes.
Cuando mi madre se graduó de ingeniero en la universidad,
su madre había sido ama de casa.
Entonces, el hecho de que una hija llegara a, por lo menos,
entrar a la universidad ya era un triunfo.
Nuestras hijas lo tienen cada vez más difícil.
- Para este día de la Mujer, Laura Lara y yo
queremos traer a Shalom, ante la cámara,
a algunas de las mujeres
que han sido protagonistas de la historia.
Todas indudablemente lo han sido,
aunque hayan permanecido en el anonimato,
pero el judaísmo siempre ha tenido presente a los dos,
al hombre y a la mujer como criaturas de Dios.
Desde la reina Esther, a después
a las que se han ido sumando a la historiografía,
como en la Edad Moderna,
doña Gracia Nasi o también en ese siglo XVI, Deboras Carelli,
mujer judía, poeta de origen sefardí,
nacida en Roma y a la que he tenido la ocasión y el honor
de seguir la pista durante mis estancias en Harvard.
Y fue la primera mujer que vio sus obras impresas.
Y de ese modo, también llegaron a nosotros.
Y traemos también María Lara y yo
de uno de nuestros recientes viajes a Ámsterdam, hoy a Shalom,
la celebración del Día de la Mujer
a nuestra amiga y compañera Ana Frank.
Una feminista adolescente que murió víctima de la Sohá,
y que decía cosas tan importantes como esta.
Sé, que soy una mujer, una mujer con fuerza interior
y un montón de coraje.
El 8 de marzo de 1.975, a raíz de unos trágicos sucesos, quedó declarado por las Naciones Unidas, el Día Internacional de la Mujer. En el programa de hoy reflexionaremos sobre la situación de la mujer en la sociedad en general y nos centraremos en el rol de la mujer judía.