Lunes a viernes a las 17.15 horas
Lunes a viernes a las 17.15 horas
Necesito la lista de las chicas de Vlado,
hablar con ellas y salir de dudas.
Hanna Yushenko fue una de las prostitutas de Vlado Khan.
(QUINTERO) -Alicia era mi hija.
Dame un contacto cuanto antes para llegar hasta él,
porque te juro por Dios que en cuanto lo encuentre
lo mataré con mis propias manos.
-Ahora sí, Quintero. Esto se parece mucho más a un equipo.
-Vivancos ya no está con nosotros. Hay un hueco.
-Hay un atraco en curso en la Red Star.
Van a por el blindado que recoge la recaudación.
(Música emocionante)
(Música tensa)
¡Una mierda!
(ABEL GRITA)
¿Por qué disparas? ¿Estás loco?
-¿Quieres que nos entreguemos? No hemos traído esto de postureo.
-¿Estás herido? -Sí, pero en el brazo izquierdo.
Puedo sujetar el arma.
-Aguanta, compañero.
¿Qué hace aquí la policía?
-Parece que ha sido un soplo.
-Vivancos nos la ha jugado pero bien. Lo siento.
Tenemos que escapar pero ya.
-Vale. Voy a cubriros.
Abel y tú vais a la discoteca. ¿Podrás?
-¡Me han dado en el brazo! ¡Claro! -Vale.
Corred a la discoteca y salid por la puerta delantera.
Robáis un coche y salís cagando leches.
Yo iré en cuanto pueda.
-Eso no te lo crees ni tú.
Aquí el que se queda soy yo. -Ni hablar.
-¿Me vas a dejar ejercer de hermano mayor?
-Chus... -No te preocupes, Jorge.
La Virgen de la Montaña nos protege. Venga.
¡Vamos! -Vale.
Abel, tú primero. Yo llevo la pasta.
A la de tres.
¿Eh? Una, dos... ¡tres!
(Música de acción)
(GRITA)
-¡Chus!
¡No, Chus! ¡Eh!
¡Eh, Chus!
Tranquilo, hermano.
¡Llamad a un médico!
(JORGE) ¡Chus! ¡Mírame!
¡Llamad a un médico!
Dios.
-H-50, aquí K-32. Necesitamos una ambulancia.
Hombre herido de bala.
(SOLLOZANDO) Aguanta. Aguanta, joder.
¡Chus!
¡Eh!
(Conversación inaudible)
-¿Vas al cine hoy?
-Sí, son unas entradas para el preestreno de una de terror.
Llevan mucho anunciándola y tengo ganas de verla.
-No sabía que te gustaba el cine de terror.
-Sí. -¿Y esta de qué va?
-Bueno, "Silencio blanco" se llama.
Es una mezcla entre "La cosa" y "Un lugar tranquilo".
Bueno, unos turistas que se pierden haciendo una ruta por Groenlandia
y hay un ser o algo que no se le llega a ver del todo
que los mata cuando hacen ruido.
Es un argumento superinteresante, superoriginal.
-Sí, superinteresante, sí.
¿Sabes a quién le gusta el cine de terror? A Lara.
Pero de esta peli no me habló.
Igual esta no quiere verla.
-¿Tú crees? -Pues no lo sé. Igual sí.
Hace días que no hablo con ella.
Estaba tan metida en el caso de Ingrid Gaitán.
Por cierto, enhorabuena. Entre los dos lo habéis bordado.
-Bueno, gracias.
-Hacéis un buen equipo.
-Sí, me encanta.
Bueno, que me encanta trabajar...
Que es una gran profesional. Que me encanta trabajar con ella.
-¿Con quién vas a ir?
-¿Dónde? -Al cine.
Tienes dos entradas. -Sí.
Sí. Pues no lo he pensado todavía.
Vamos, que las he comprado por no ir solo al cine.
Para gritar en grupo y eso aunque sea.
-Pues oye, yo tengo libre.
Y nunca he ido a un preestreno.
-Ya, pero como decías que no te gusta el género...
Pienso que no... -Que es broma.
Díselo a Lara y deja de comerte el coco.
-¿Que no me coma el coco? ¿De qué hablas?
(SUSPIRA) -De verdad.
Con la ironía que gastas
y lo corto que eres para entrar a una tía.
¿Eh?
-Pero...
-Abel, soy yo.
Llevo todo el día llamándote. No te localizo.
He estado en la nave y no has pasado por allí.
No sé nada de ti.
Llámame cuando escuches esto. Es urgente.
(SUSPIRA)
(MARÍA) -Hola. ¿Qué tal? -Hola, María. ¿Qué hay?
-¿Estás bien? Te noto preocupada.
-Bueno, jaleos con la empresa. Tener un negocio es...
-Qué me vas a contar a mí.
Cuando no son los proveedores, las cuentas no salen,
se estropea la cafetera... En fin.
-Sí. Te voy a pedir una tila, a ver si me tranquiliza.
-Seguro que sí.
Oye, que mañana voy a tener en el menú zarangollo.
¿Vale? De mi tierra. Por si quieres venir con tu amigo.
-¿Qué amigo?
-Con el que iba a bucear a Mazarrón, en de los michirones. Abel.
-Abel, sí. -¿Qué tal está?
-Bien, está bien. Sí.
-Bueno, que estás con tus cosas. Que lo entiendo.
Que tu negocio tiene que ser estresante.
Y tienes varios empleados. Yo tengo una y estoy desbordada.
-Un poquito. Perdóname. Necesitaré esa tila con urgencia.
-Perdóname. Parece que he comido lengua. Ya vengo.
-Nada. Gracias, María.
(SUSPIRA)
(Música tensa)
(SUSURRA) Abel, por favor...
-Uy, esta mujer.
Qué estrés de vida.
(RÍE) -Menuda cara has puesto.
Madre mía. Ni que hubieras visto un fantasma.
-Es que iba a buscarte a la UFAM.
Qué casualidad, ¿verdad?
-¿Algún fleco con el caso de Ingrid Gaitán?
No, te lo digo por incluirlo en las diligencias.
-No. Solo quería saber cómo te fue cuando fuisteis a ver a sus padres.
Porque me parece un detallazo por tu parte.
-Pues muy bien. La verdad, son encantadores.
El psicólogo ya ha contactado con Ingrid,
y bueno, todo bien. Tú has hecho un gran trabajo, Iván.
-Bueno, los dos. Así que tú también.
-¿Son entradas para "Silencio Blanco"?
-Sí, bueno. De hecho...
-¡Tío, qué suerte!
Creí que la estrenaban la semana que viene
y cuando he ido a sacar entradas, ya estaban agotadas.
-Pues yo tengo dos, e iba... -¿Sí?
(Móvil)
Perdona.
¿Sí?
Ostras, Gus. ¿Qué tal?
Ah, ¿estás en Madrid?
Sí, claro. Me apetece verte un montón, sí.
¿Hoy? Es que tengo mucho trabajo.
No sé a qué hora voy a salir. Creo que algo tarde.
Mira, lo hablamos durante el día y lo vemos. Venga.
(RÍE) Un beso. Chao.
Un colega que conocí en Salamanca,
en un curso de optimización de redes. -Ah...
-Es un "crack". Me río con él mogollón.
-Qué bueno. ¿Estáis muy unidos? -Sí, somos buenos amigos, sí.
-Lo dices como si hubiese algo más.
-Bueno, hubo algo en el pasado. Pero vamos, nada serio.
-Sí, el típico amigo con derecho a roce.
-Bueno, sí. O sea...
Pero que si no lo veo, no pasa nada.
Ya lo veré, o no. No sé. -Ya, ya...
Bueno, está bien que cuides a los amigos.
Y más si son especiales.
Yo, si te fijas en mí,
me voy a ir a ver "Silencio blanco" con una amiga,
porque no todo es curro, ¿sabes?
-¿Con una amiga?
-Sí.
-Ah.
Pues ¿sabes qué? Que voy a llamar a Gus.
Sí. Le voy a decir que voy a quedar hoy con él.
Porque tienes razón. No todo es currar.
Ya haré el informe mañana, más tarde.
-Vale. Pues pásalo bien. -Vale.
-Vale.
-Oye, quiero una crítica de la película.
-Sí. -Pormenorizada.
(RÍE) -Vale.
-Hasta luego. -Chao.
(RESOPLA)
(Conversación inaudible)
Sí. Y ha sido todo muy rápido.
Aún escucho los disparos.
¿Tú habías estado antes en tiroteos?
A ver, tú lo hiciste de diez.
Tomaste las riendas y te mostraste seguro.
Está claro que esa gente no iba a rendirse.
No estaba entre sus opciones.
(CARRASPEA) ¿Y se sabe ya quién dio el soplo?
Según Salgado, es alguien anónimo.
¿Se sabe algo de los asaltantes?
Ya, ¿y se sabe de dónde sacaron las armas?
Aún sigo nerviosa.
No dejo de pensar que igual fui yo quien disparó a ese chico.
Gracias.
-¿Tienes un minuto?
Quiero hablar contigo de algo que tenemos pendiente.
-Claro, cuéntame.
Bueno, si es por lo de Ari,
yo he acabado destrozado.
Agotado con la que hemos liado de un día para otro.
¿Y tú? ¿Qué tal tu parte?
-Bien. No era eso de lo que quería hablarte, pero bien.
Lo he movido por redes, y bueno, ha sido la caña.
Tendremos que hacer cola desde la Cibeles para escucharla.
-Qué maravilla, ¿no? Al final hasta nos arrepentimos.
-Bueno, o no.
O es la prueba de fuego para saber que somos un equipo bueno.
-Es que somos un gran equipo en lo profesional.
-Sí, porque en lo personal...
(PATY SUSPIRA)
He estado pensando mucho en...
en lo que me contaste el otro día. -Paty, de verdad.
No hace falta volver a hablarlo. Está todo bien.
Por mí está todo bien. -Ya, pero no lo entiendes.
¿Verdad? O sea...
Tú no hubieras hecho como yo.
-No sé qué hubiera hecho yo.
¿A quién le importa? No lo sé.
Creo en las segundas oportunidades. Si no, no estaría aquí.
Pero dejémoslo, Paty. En serio, no pasa nada.
Yo te prometo que...
que esto no nos va a afectar en el trabajo,
en el centro cívico, y por mí está todo bien.
-Ya.
Es que quiero pedirte perdón.
El otro día te comparé con Jairo y con Paolo,
y creo que fui muy injusta.
Tú no tienes nada que ver con ellos.
Ellos... me engañaron y me ocultaron quiénes eran
y lo que habían hecho.
En cambio, tú has venido con la verdad por delante.
-Te agradezco que me digas eso.
-Además, está claro que has cambiado totalmente tu vida.
Y también has cambiado la mía.
Tú has visto cosas en mí que ni yo sabía que tenía.
-Tampoco exageres tanto. -No, es verdad.
Sí, yo acepté este trabajo porque tú creías en mí.
Y confiabas en que podía,
y gracias a eso yo también creo que puedo.
-Creo en ti. Muchísimo.
Paty, creo que tienes un potencial enorme,
y que te irás dando cuenta. Ya verás.
-He pensado mucho en quién eras, y...
Quiero decir que...
Que me gusta mucho el Miguel Herrera que eres.
-Bueno, el otro día me decías que tenía un imán con la violencia.
(RÍE) -Y lo tienes.
Pero creo que prefiero correr el riesgo
a arrepentirme a no dar este paso por miedo.
-¿A qué te refieres? ¿Qué me quieres decir?
Estaba pensando que...
tengo un par de invitaciones que me ha enviado Ari...
para un concierto hoy.
Después del éxito que tuvo ayer en la Red Star, que lo reventaron,
pues hoy hace un concierto privado en Ciudad Invisible. ¿La conoces?
-Hombre, sí la conozco. Sí.
-No sé, ¿quieres ir?
-¿En serio?
-Sí, en serio.
-Pero ¿tú no estás cansadísimo?
Además, ahora un concierto de trap...
(RESOPLA) No sé, tío. Qué machismo. -Sí, es horrible.
No puedo con ello.
Pasta, pasta, pasta,
sexo, sexo, drogas, drogas, pasta...
-¿Vas a seguir toda la vida con eso?
-Sí, creo que sí. -Vale.
-Oye, estaba pensando que...
Ciudad Invisible queda cerca de mi casa.
No sé si te apetece pasar la noche en mi casa.
-Bueno, no sé.
Depende de cómo te portes.
(EXHALA PROFUNDAMENTE)
¿Cómo está mi hermano?
Lo han hecho a propósito.
Sabían que llevábamos chalecos y tiraron a matar.
Dispararon al cuello a posta.
Si no hubiera empezado, ahora no estaría en el hospital.
-Muy bien. Prométanme que si hay alguna novedad, me la dirán.
Si no, ya pueden irse.
-No estás en situación de ponernos condiciones.
-Me habrán traído aquí para que hable,
no para que les invite a un café.
Así que o me dicen lo que quiero saber
o no pienso hablar.
Parece que con él sí que tomaste café.
No conozco a ningún armenio.
Si saben tanto, ¿por qué me lo preguntan?
Para saberlo pregúntenselo a él.
Un momento...
Aún no le han pillado.
-O a lo mejor es que a él
también le disparamos en el cuello y no puede hablar.
Vale.
De acuerdo.
El tercero era mi novia.
Hace poco que empezamos a salir
y queríamos vivir algo intenso. Ya sabe.
Es que prefiero no decirlo. Aún no lo saben sus padres.
-Tu hermano y tú llevabais pistolas y subfusiles muy sofisticados
con los números de serie borrados.
Las comprasteis en el mercado negro. ¿Quién os las vendió?
-Solo hablaré con mi abogado.
Robo con violencia,
asesinato de un guardia jurado,
disparos contra la policía... Os caerá una buena condena.
Y a tu hermano, si sale de esta.
Lo tienen muy chungo si quieren chantajearme con mi hermano.
-Aquí no hay ningún chantaje.
Se trata de ser prácticos.
Os hemos pillado y no tenéis escapatoria.
Vais a ir a la cárcel.
Lo que debes hacer es mirar por ti y por tu hermano.
Porque nadie lo hará por vosotros.
-No tengo nada más que decir.
(Puerta abierta)
(SALGADO) Castro, llévatelo al calabozo.
A este Vinuesa no le vamos a sacar nada, ¿eh?
Es un hueso duro de roer.
Ojalá tengas razón, porque si no...
(Conversaciones inaudibles)
-Qué fuerte, ¿no? Un tiroteo. Y lo decís así, tan tranquilos.
-Madre mía. Yo me pongo mala.
Cuando Elías me ha contado alguno de los que él ha vivido,
se me ponen los pelos como escarpias.
-Una cosa es lo que aparece en la tele o en el cine
y otra cosa es vivirlo en primera persona.
-No sé cómo pueden hacer para volver al día siguiente a trabajar.
Aunque imagino que a los que os gusta la acción
no cambiaríais esto por nada, ¿no?
(MARÍA) -Yo no estoy tranquila
sabiendo que hay por ahí suelto uno de esos con una automática.
-Bueno, tranquila.
Ese tío está herido, y solo querrá esconderse y curarse.
Pues dime qué pone. No tengo batería en el móvil.
Pues lo siento por Diego, pero a mí me quita un peso de encima.
Bueno, yo me voy a ir, que estoy reventada.
Chao. -Chao.
(MARÍA SUSPIRA)
Ya. -Tú no estás tan cansado como Paula, ¿no?
Ya.
-Yo me voy a ir a hacer tortillas, que no quedan.
-Vale.
Pues... nada.
Yo quiero ir a ver un monólogo por el barrio,
y me iba a acompañar mi hermano, pero tiene que hacer horas extra.
Así que... ¿te apuntas?
No, dejo el delantal, cojo mis cosas y nos vamos.
(Pasos alejándose)
María, te dejo el delantal por aquí, ¿vale?
(SERIA) -Muy bien.
-¿Qué tienes? ¿Por qué tan seria?
¿Te molestaste porque me voy antes?
Como lo habíamos hablado... -No, cariño.
No es eso.
Es que no sé.
¿A ti te parece buen plan salir con Carlos?
-Bueno, pues vamos en plan de amigos.
Algo informal.
-Pero yo te veo que... no lo miras solo como amigo, ¿no?
-Bueno, lo miro con aprecio, pero...
¿Está mal? -No, cariño. No está mal.
Qué va. No me malinterpretes.
Tú tienes que hacer lo que quieras y lo que sientas.
Pero... es solo que yo no sé, pero...
Creo que este chico aún no encajó lo de la ruptura con su mujer,
y que sigue enamorado de ella.
Y a lo mejor va para largo.
-Ya. Bueno, pero ¿qué tiene de malo salir en plan de amigos?
Él mientras lo asimila, ¿sabes?
-Nada. No tiene nada de malo.
Yo lo único que quiero es que no te pegues un chasco, ¿vale?
-Gracias, María, pero tranquila, que sé lo que hago.
Pues hala, pasadlo muy bien, ¿vale? -Gracias.
(Puerta)
(ANTONIO) -Adelante.
Hombre, Salgado. ¿Algún problema en comisaría o qué?
-No, tranquilo. Vengo por una consulta médica.
Tu enfermera ha tenido la amabilidad de hacerme un hueco.
Pero quizá es tarde. Veo que estás recogiendo.
-No te preocupes por eso. ¿Qué te pasa?
-Hace años me operaron del menisco, pero nunca me dio problemas.
-Y ahora te da molestias, ¿no? -Desde hace dos días. Y no se va.
Así que he decidido venir a ver si alguien podía mirarlo.
-Qué casualidad. Te ha tocado conmigo.
-Como Chelo sabe que trabajo con Claudia,
ha pensado en ti. ¿Te molesta?
-No. ¿Por qué? Siéntate.
Vamos a ver esa rodilla.
¿Te han hecho una artroscopia? -Sí. Y me la recuperé bien.
(Quejidos)
-¿Ahí duele? -Sí.
-Tiene buena pinta. Sin inflamación ni líquido sinovial.
Te daré un volante para una radiografía
y un analgésico para las molestias.
-¿Qué crees que puede ser?
-No lo sé, hasta que vea la radiografía.
Pero vamos, puede ser una sobrecarga simplemente
o una artrosis precoz. -No me asustes.
-Bueno, no tiene por qué.
Cuando te operan, te quitan el menisco,
la articulación queda sin amortiguación
y puede dar una artrosis precoz. Pero no tiene por qué.
¿Sueles calentar cuando corres?
-Pues ahora que lo dices, esta semana me despisté.
No lo he hecho. -Vaya por Dios.
¿Estás mucho tiempo sentado? -Sí, varias horas.
Ya sabes cómo es mi trabajo y el de Claudia.
-Ya. Ese es el problema.
-¿A qué te refieres?
-No, a nada. A que hay que calentar cuando corres
y procurar no estar mucho tiempo sentado.
Déjame la tarjeta, anda.
Muy bien.
Por cierto, he escuchado que ha habido un tiroteo, ¿no?
En la discoteca Red Star. ¿Qué tal en la comisaría?
-Sí, ha habido un dispositivo complicado
con una víctima mortal y un atracador en estado crítico.
Pero todos los agentes están bien. El balance es positivo.
-Bueno, no me extraña. Esa comisaría siempre ha destacado
por tener muy buenos resultados en su lucha contra el crimen.
Sobre todo gracias a Emilio y a Claudia.
-De eso no me cabe la menor duda.
-Y eso que he oído que hay un informe
poniendo en entredicho la profesionalidad de Claudia.
-Es cierto que Claudia y yo hemos tenido nuestras diferencias.
Pero hemos conseguido limar asperezas
y ahora trabajamos muy bien codo con codo.
-Ya lo sé. Me lo cuenta todo.
-Me alegro. ¿Puedes darme ya la tarjeta?
-Sí, claro. Toma.
Espera. Me falta el volante para la radiografía.
(Impresora)
(Puerta)
Hola, Claudia.
Tengo problemas con el menisco,
y tu marido me ha atendido y ha resuelto mis dudas.
-Aquí tienes el volante.
Ya puedes irte. -Gracias.
Hasta mañana.
No. Simplemente estábamos preocupados por la misma cosa.
Nada más.
El menisco.
La edad, que no perdona.
(Sirena lejana)
Te dije que era genial.
Ya. Te dije que era buenísimo.
-Bueno, buenas noches.
-No vendréis a cenar, ¿no? Ya he recogido todo en la cocina.
-Bueno, pero quedará algo frío todavía para cenar.
-Lo de la vitrina, que iba a retirarla.
Pero vamos, un poco de queso, tortilla, ensaladilla...
(Risas)
Tranquila, yo me encargo.
Tú vete a descansar,
que así te devuelvo el favor de haberme dejado salir antes.
-Vale.
Pues lo que tú me digas.
Buenas noches.
-Adiós.
(DANIELA SUSPIRA)
Uy, qué silencio, ¿no?
Pues ya era hora de que te pusieras al día.
Funesto.
Pues si te gustó tanto, síguelo en redes.
Ahí cuelga unos vídeos que te meas de la risa
y pone sus presentaciones, y cuándo las hará y eso.
Bueno, pues... aquí tenemos un menú de degustación
solo para clientes especiales y con lo mejorcito de nuestra bodega.
Salud.
Pues me alegra haber ayudado en eso.
¿Ha sido?
Pero la noche no ha terminado.
Es que en eso consiste la felicidad, ¿sabes?
En pequeños momentos.
En disfrutar lo que te ofrece la vida.
¿No crees?
Ya, pues...
Yo también tuve suerte de que me acompañaras al monólogo.
Y como tienes una risa tan contagiosa...
yo tampoco pude parar de reír.
Claro.
Esa fue la mejor parte.
A ver, perdón.
que hable uno solo.
No, si la culpa es mía, por ver algo más de lo que hay aquí.
Mejor.
(SUSPIRA)
No ha dicho ni una palabra. Pero está muy nervioso.
Muy bien.
-¿Y mi hermano? ¿Qué tal la operación?
Diga algo.
(Música sentimental)
¿Me dice que Chus ha muerto?
Ya...
(RESPIRA JADEANTE)
Quiero sus pertenencias.
Me da igual.
Muy bien.
Mi hermano acaba de morir
y usted solo quiere sacar información para ganar una medallita.
Quiere aprovecharse de la muerte de Chus.
No.
Igual todo es una estrategia suya.
Igual es un farol y quiere que crea que mi hermano ha muerto.
Yo me lo creo, me derrumbo y le canto todo.
¿Por qué le voy a creer?
Chus se ha muerto por nada.
Está bien.
Chus era el encargado de comprar las armas,
y no le gustaba dar explicaciones, así que...
No sé quién es.
También se encargó de contratar a la tercera persona,
y llegó poco antes de empezar el atraco con la cara tapada.
Es que no sé quién es.
(Puerta cerrada y cerrojo)
(SOLLOZA)
-Carrizo. Oye, ¿ha ido Abel por la nave?
¿No?
Sí. Dile que me llame si llega. Si no, llámame tú.
De acuerdo, gracias.
(AFLIGIDA) ¿Dónde estás?
(Puerta)
¿Quién es? (ABEL) -Abre.
-¡Abel!
¡Ven, ven!
Dios. Espera.
¡Cuidado!
Abel, ven.
Abel. ¿Estás bien? -No, estoy mareado.
-No cierres los ojos. Ven.
Ven, mírame.
Abel. Mira.
Vamos a llamar para pedir ayuda. Quieto. Mírame.
Abre los ojos, por favor.
Samuel. Sí, soy yo. Necesito tu ayuda.
(Cerradura)
(Portazo)
¿Qué tal?
Hoy me dio por cocinar.
¿Me vas a hacer el feo?
Siempre dándome la chapa con que coma sano y que cocine...
Venga, te pongo un poco.
Así te sientas y hablamos un rato.
¿Qué te pasa?
Que te veo de bajón.
Sí, bueno. Es que...
Bueno, que se me ha truncado un poquito el plan, ¿sabes?
Bueno, iba a ir con...
¿Quién lo ha intentado, Inés? ¿Estuviste con ella?
Pero bueno. Veo que no pierdes el tiempo.
¿Por qué haces eso?
¿Cuándo vas a saber que Inés ha roto contigo?
Y por eso vives conmigo, en este piso.
A ver, Carlos. Métetelo en la cabeza, por favor.
Ya no estáis juntos.
Tienes un jaleo en la cabeza que no te aclaras.
Daniela es buena niña. Es una niña guay.
Y era un beso. No te vas a casar con ella. No pasa nada.
Bueno, te recuerdo que Inés
no tuvo reparo en ponerte los cuernos.
Si has sido tú.
y me has cortado.
Pero da igual. Te hago un resumen de mi día:
ha sido peor que el tuyo. A mí no ha querido besarme nadie.
¿Para meter el dedito en la llaga? Paso.
Y así me va.
(Cremallera)
-Muchas gracias, Samuel. Siempre estás cuando te necesito.
-Son analgésicos.
Hacedle las curas como te he dicho.
-Cada ocho horas para que no se infecte.
(SUSURRA) Gracias.
(Puerta cerrada)
-Mejor un veterinario que nada. -Sí. Y cállate.
¿Eh? Porque te ha salvado la vida.
-Esto tiene explicación.
-La que yo te voy a dar.
Te empeñaste en participar en el atraco a la Red Star.
Te dije que no lo hicieras y tú...
-Necesitaba sentirme vivo.
Que sigo en forma, como antiguamente.
-Estás vivo de milagro.
-El problema es que alguien dio el soplo
y todo fue de mal en peor.
Chus mató a uno de los guardias del furgón,
luego llegó la pasma...
Lo demás te lo puedes imaginar.
-Ajá. Pero quiero que me lo cuentes tú.
-Chus se lio a tiros para cubrirnos a Jorge y a mí.
Pero solo yo conseguí escapar.
No sé qué fue de ellos dos.
-Eso ya te lo digo yo.
Chus está muerto... y Jorge detenido.
-Joder. No puede ser.
-Si para ti esto es estar en forma...
-Soy el que mejor parado ha salido. -Da igual.
Tampoco es momento de esto ahora.
Hay que pensar en soluciones.
El tiempo corre en nuestra contra.
-Sí. -Es que tienen a Jorge.
Puede hablar. -No.
-Contarles que les vendimos las armas.
-No. Es un tío duro. No hablará.
-Ha perdido a su hermano. Debe estar blandito ahora.
Y como aprieten por ahí, pues... -Mierda.
¡Mierda! -A ver, Abel. Calma.
Vamos a pensar.
¿Cómo has llegado hasta aquí?
-Hice el puente a un coche, pero lo dejé lejos de aquí. (QUEJIDO)
-Ya. Bueno, pues ese coche...
se va a ir. Avisaré a alguien para que se lo lleve
y lo haga desaparecer.
Recemos para que no te grabaran las cámaras.
-También tuve cuidado con eso. Las evité todas.
-Aun así, Abel. Si se te ha escapado alguna,
la policía podría identificarte. No puedes ir a tu casa.
-Sí. Si me han identificado, como dices,
también pueden venir aquí.
-Lo sé. Tendrás que desaparecer un tiempo.
Y sin dejar rastro.
-¿Dónde quieres que me vaya?
(SUSPIRA)
Creo que tengo el sitio.
Dijo que tú se lo cuentas todo.
Es que no es del todo cierto.
La noche que trabajamos en tu casa sobre el caso de Vlado Khan
Antonio te llamó desde Verona
pero tú no le contaste que yo estaba allí contigo.
-¿Que viene la policía? Pues tú relajado. Colaboras.
Y las cámaras de seguridad, importante esto:
las imágenes en las que salgamos con ellos, bórralas.
Díaz ha rastreado la llamada y lo único que ha podido sacar
es que se hizo desde un teléfono prepago
y con número oculto.
En cuanto tenga el análisis de los móviles de los hermanos Vinuesa,
os pongo al corriente.
-Cabos sueltos.
-Vivancos.
En el tiroteo Chus y Jorge dijeron
que seguro que fue él quien dio el soplo.
(IVÁN) -Hotel Novasur, jefe.
-Mandaré a Guevara y a Alonso a averiguar.
Dame la dirección del hotel.
-No. ¿Así, sin preguntar nada? Pero ¿un beso de...?
-Sí, de robarle un beso.
Y... me hizo una cobra del tamaño del mundo.
¿Te dice para qué?
(ÁNGEL) -¿Quién era? -Nadie. Se equivocaron de piso.
Tras el atraco fallido a la Red Star, Jorge Vinuesa es detenido, Abel logra huir y Chus resulta herido de gravedad pero muere poco después.
Paty reflexiona y decide dar una oportunidad a su relación con Miguel.
Daniela intenta besar a Carlos pero él, que no ha olvidado a su mujer, la rechaza.
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