Subtitulado por TVE.
La naturaleza realiza servicios
que son fundamentales
para el mantenimiento de la vida.
Los ecosistemas naturales
proporcionan agua limpia,
conservan los suelos,
estabilizan el clima,
y almacenan el carbono.
En ellos podemos encontrar
los principios activos
de muchos medicamentos,
y las materias primas para lograr
el desarrollo económico
de las personas.
De esos servicios
depende la existencia
de los seres humanos en el planeta.
Para conservar la biodiversidad,
la Unión Europea creó una red
de espacios protegidos,
la Red Natura 2000.
La Red Natura 2000 constituye
la herramienta más importante
para la conservación
de la naturaleza en Europa.
En esta serie conoceremos
a algunas de las personas
que viven y trabajan
en los territorios de la Red.
Ellas son... la primera línea
en la conservación
de la auténtica riqueza de España.
Esto es...
Red Natura 2000.
Todos los seres
que viven en el planeta,
las plantas, los animales,
los hongos
y todos los microorganismos,
su variabilidad genética
y el conjunto de lugares
en los que habitan
es la biodiversidad.
Biodiversidad es sinónimo de vida.
Los genes,
la especies y los ecosistemas
y todos aquellos procesos ecológicos
y evolutivos que los producen
conforma la vida
tal y como hoy la conocemos.
Nuestro conocimiento
sobre la biodiversidad
que existe en el planeta,
es aún muy escaso.
La ciencia ha descrito alrededor
de dos millones de seres vivos
de diferentes especies,
pero solo conocemos bien
algo menos
de 300.000 especies de plantas
y 55.000 vertebrados.
Sin embargo,
se estima que la biodiversidad
podría sobrepasar
las diez millones de especies.
La biodiversidad es el resultado
de millones de años de evolución.
De este complejo y azaroso complejo
proviene la totalidad de ecosistemas
que habitamos los seres vivos.
Océanos, desiertos,
selvas y montañas,
proporcionan
las condiciones necesarias
para el desarrollo de la vida.
La regulación del clima,
el ciclo del agua,
la formación del suelo,
o la polinización de las plantas
son algunas de las funciones
que se realizan
en los ecosistemas naturales.
Sin estos ecosistemas,
las posibilidades de obtener agua,
oxígeno o alimento
están seriamente comprometidas.
La extinción de especies
ha sido un proceso normal
en la evolución del plantea.
Los registros fósiles
nos han permitido saber
que sin la intervención
de ningún cataclismo,
el ritmo de extinción
de las especies ha sido de una
cada cuatro años.
Pero durante los últimos 100 años,
el ser humano
ha multiplicado por mil
el ritmo natural de la extinción.
Hoy sabemos que perdemos
no menos de 4000 especies cada año.
El crecimiento económico
desarrollado en Europa
durante las últimas cinco décadas
ha provocado una enorme presión
en la biodiversidad europea.
El intenso uso de las tierras
y el aumento de la construcción
han ocasionado
que el 50 % de las especies
y el 80 % de los hábitats europeos
se hayan visto afectados
de una forma considerable.
Los ecosistemas europeos
han sufrido un alto nivel
de degradación y fragmentación
que ha reducido su capacidad
para generar los servicios
y procesos eco sistémicos
de los cuales dependemos.
Más allá del suministro
de materias primas,
la pérdida de biodiversidad afecta
a la seguridad necesaria
para la obtención de alimentos
y el aprovisionamiento
de plantas medicinales.
Los ecosistemas actúan
en el almacenamiento de carbono
y en el control y regulación
de las precipitaciones,
en la eliminación
de los contaminantes del agua
y del aire, y protegen frente
a desastres naturales
como tormentas
o deslizamientos de tierras.
Además, son esenciales
en la formación de los suelos,
y por tanto, responsables
del crecimiento de las plantas.
Pero para los seres humanos,
la biodiversidad es también cultura,
porque establece
el escenario imprescindible
para el desarrollo
de nuestras sociedades.
La conservación de la biodiversidad
y el conjunto de estrategias
para preservarla,
nos orientan hacia una nueva manera
de entender nuestra relación
con la biosfera.
Por eso la Unión Europea
creó en 1992
la Red Natura 2000;
una red de espacios protegidos
para conservar la biodiversidad,
formada por más de 27.000 espacios
que se extienden por la totalidad
de países europeos,
y que constituyen
la red de espacios protegidos
más importante del planeta.
En la cordillera cantábrica, durante
los primeros días de la primavera,
los bosques caducifolios,
los brezales y los prados alpinos,
comienzan a despertar
del letargo del invierno.
En las montañas,
los osos comienzan sus paseos
en busca de alimento.
Un buen tronco puede convertirse
en una excelente baliza
para marcar territorios,
o simplemente,...
para rascarse.
La batalla por la procreación,
que tuvo lugar
al principio del verano,
ha dado sus frutos.
Las hembras que parieron
al final del invierno en las oseras
enseñan aún a sus crías
el secreto de las montañas.
aminar entre las rocas
o elegir los mejores alimentos
son las lecciones que los oseznos
deben aprender ahora
y que les permitirán sobrevivir.
De las elecciones que tomen
los oseznos depende su destino.
La vida... es un proceso permanente
de aprendizaje y adaptación.
Entre todos los países europeos
que cuentan con espacios
de la Red Natura 2000,
España destaca por su diversidad
y su riqueza natural.
Como un gran muro geológico,
la cordillera de los Pirineos,
que se creó hace millones de años
como consecuencia
del gran plegamiento alpino,
originó una península situada
al sur de Eurasia.
Esta convulsión tectónica
provocó un progresivo aislamiento
geográfico de la península ibérica
que tuvo como consecuencia
una particular evolución.
Esa característica
de territorio único,
junto a la compleja
geología volcánica
del archipiélago de Canarias,
generaron las condiciones biológicas
para una evolución diferenciada
del resto de Europa.
En los más de medio millón
de kilómetros cuadrados
de superficie terrestre,
los casi 8000 kilómetros de costa,
y los más de un millón de kilómetros
cuadrados de superficie marina
que tiene España,
están representadas el 50 %
de las especies animales europeas,
y el 80 %
de las plantas basculares.
Un total de 85.000 especies
convierten a España
en un auténtico tesoro.
El 54 % de todas las especies
de flora y fauna europeas,
entre las que se incluyen
unas 10.000 plantas,
15.000 hongos,
50.000 invertebrados,
y 635 vertebrados, constituyen
la riqueza biológica española.
Además, se estima que existen
unas 500 especies endémicas
en las Islas Canarias,
y cerca de 1700 endemismos
en la Península.
Estos datos convierten a España
en el país
con más biodiversidad
de toda la Unión Europea,
y el que más superficie protegida
aporta a la Red Natura 2000.
Las heladas del amanecer
han llegado a los bosques
reforestados de coníferas
de la sierra de la Culebra,
en Zamora.
Durante el invierno,
las posibilidades
de conseguir alimento
obligan a muchos animales
a agudizar sus sentidos.
Solo los más fuertes o aquellos
a los que el azar les sea favorable,
conseguirán llegar a la primavera.
La aparición de una carroña
es siempre una oportunidad
para conseguir los nutrientes
necesarios en este tiempo de escasez
El zorro está presente
en una amplísima variedad
de ecosistemas.
Desde los bosques caducifolios,
las dehesas mediterráneas
o los humedales,
hasta merodear núcleos urbanos,
el zorro es un ejemplo de adaptación
Cuando se siente saciado
comienza a acaparar
pequeños trozos de carne,
y los entierra.
Son sus despensas
para cuando no quede nada.
Desde su atalaya
en lo alto de los pinos,
un águila real
ha estado observándolo todo.
Aunque el zorro podría haberse
convertido en una presa
para el águila real,
parece que esta vez
la rapaz ha decidido conformarse
con una comida más fácil.
Ahora es su turno.
Tímidamente, el águila real
se acerca hacia la carroña.
La real es la más poderosa
de las águilas españolas
y una de las aves de presa
más extendidas en el mundo.
En España, se encuentra únicamente
en la Península,
donde ocupa la mayor parte
de las áreas montañosas.
Su dieta es muy variada,
e incluye mamíferos,
aves y reptiles; pero como ahora,
no desprecia una carroña.
Es una rapaz esencialmente rupícola,
que anida en cantiles rocosos,
aunque también lo hace en árboles.
Mientras se alimenta...
algo ocurre.
El zorro ha vuelto.
La lucha por la supervivencia
sucede.
El zorro ha vencido.
El águila real se ha visto superada
por la agilidad terrestre del zorro.
Si la real hubiera estado en vuelo,
quizá el zorro sería ahora historia.
La batalla por la vida
transcurre cada día
en la biodiversidad que protege
la Red Natura 2000.
España pertenece
a la región biogeografía
más extensa del planeta,
la región paleártica.
Al mismo tiempo,
en España se encuentran
tres biorregiones: la macaronésica,
de la que forman parte
las Islas Canarias;
la eurosiberiana
y la mediterránea.
La eurosiberiana se sitúa al norte
y noroeste de la península ibérica.
Compuesta por un área atlántica
y otra alpina,
tiene temperaturas suaves
y veranos húmedos.
En Galicia,
en la cordillera cantábrica
y en las cumbres pirenaicas,
la vegetación eurosiberiana
encuentra las condiciones idóneas
para su desarrollo.
Bosques caducifolios,
principalmente de robles y hayas,
y extensos pinares y abetales,
ocupan estos paisajes.
La región mediterránea ocupa el 89 %
de la Península y de Baleares.
Los veranos cálidos y secos
someten a la vegetación
a un considerable estrés hídrico.
Dependiendo del clima
y de los suelos,
los bosques perennifolios de encina,
pino carrasco,
pino resinero o alcornoque, dan paso
a los sabinares y enebrales,
y en las zonas más áridas
a formaciones de herbáceas
o de matorral.
Entre los 226 tipos de hábitats,
reconocidos de alto interés
por la directiva Hábitats
de la Unión Europea,
121 se encuentran
en territorio español,
y todos ellos
están protegidos
por la Red Natura 2000.
Tras las glaciaciones
que cubrieron de hielo
el continente europeo
durante 600.000 años,
la península ibérica se convirtió
en el refugio para la flora
y la fauna que se desplazaba
hacia el sur,
buscando un clima más favorable.
Esa circunstancia
es la que hace que en la actualidad
España disfrute
de una variada biodiversidad.
Especies tan emblemáticas
como el lince ibérico,
el oso pardo
y el águila imperial ibérica
comparten territorios
con el lobo ibérico,
el urogallo cantábrico,
el buitre negro, el quebrantahuesos
o la cigüeña negra.
A diferencia de su pariente,
la cigüeña blanca,
la cigüeña negra
es tímida y esquiva.
Aprovecha los cursos de agua
y los humedales
para buscar los peces, insectos,
ranas
y roedores
que le sirven de alimento.
La mayor parte de su población
es estival,
aunque un buen número
de individuos europeos
atraviesa España
durante su migración.
Aunque suelen reunirse
en sus zonas de alimentación,
prefiere construir sus nidos
en los lugares recónditos
de la sierras y de los bosques;
a veces lo hace sobre roca,
pero otras veces
sobre árboles de gran porte.
El buen estado de conservación
de algunos espacios protegidos
por la Red Natura 2000
en los bosques mediterráneos
de Extremadura, Castilla y León
y Andalucía,
los convierte en lugares idóneos
para el anidamiento
de la cigüeña negra.
Un gran roble
ha sido el elegido por esta familia
para su extraordinaria proele.
Sacar adelante a cuatro pollos
será un esfuerzo fuera de lo normal,
que sin embargo,
fortalecerá a la población europea
de esta especie.
Junto a los animales
que se han convertido en iconos
de la conservación,
todas las especies realizan
su imprescindible función
en los ecosistemas.
Plantas que fijan los suelos
y alimentan a orugas;
orugas que alimentan a aves,
que a su vez...
son alimento de rapaces.
Ciervos y corzos que se alimentan
de pastos y semillas,
y son alimento
de lobos y linces.
Tierras de labor
y pastos para ganado
que alimenta a las personas.
Un complejo ciclo de la vida...
que estamos obligados a conservar.
La diversidad en los ecosistemas
reduce las posibilidades
de que estos se vean comprometidos
por algún daño
o por tensiones ambientales.
Cuantas más especies
habiten un ecosistema
este será más resiliente;
es decir,
menos vulnerable
y con mayor capacidad de absorber
las contingencias que en él
puedan producirse.
La biodiversidad...
aumenta las probabilidades
de mantener las estructuras
y la funcionalidad
de los ecosistemas,
y facilita su capacidad
para recuperarse
ante las perturbaciones.
Los Aiguamolls del Alt Empordà,
constituyen un gran conjunto
de humedales
formados sobre las llanuras
originadas
por los sedimentos aportados
por distintos ríos.
La presión urbanística de finales
de los años 70 del siglo XX,
comprometieron su existencia;
pero una parte de la sociedad civil
luchó por su conservación
y consiguió su supervivencia.
A pesar de los daños que ocasionaron
las intervenciones urbanísticas,
la presencia de una amplia
diversidad de especies,
ha permito que hoy una gran parte
del paisaje de los aiguamolls
haya recuperado el esplendor
que caracteriza a los humedales.
Los humedales españoles
dan cobijo cada invierno
a más de un millón y medio de aves.
Regulan los ciclos hidrológicos
y filtran los contaminantes.
En áreas como el delta del Ebro
o la albufera de Valencia,
constituyen además el elemento
esencial para el cultivo del arroz.
Los arrozales y los marjales
que los rodean
convierten a estos humedales
en uno de los grandes espectáculos
de la diversidad ornitológica.
La utilización de variedades
salvajes, de plantas cultivadas
y de animales domésticos autóctonos
mejora la posibilidad de obtener
una mayor cantidad
y calidad de los alimentos.
La seguridad alimentaria
de los seres humanos
está condicionada también
a la conservación de las especies,
y de su variabilidad genética.
La biodiversidad está en el agua
y en la Tierra;
e incluye a todos los organismos.
Desde las microscópicas bacterias
hasta los más grandes y complejos
animales y plantas.
La biodiversidad
desempeña un papel fundamental
en el funcionamiento
de los ecosistemas de la Tierra,
y de todos aquellos servicios
que proporcionan.
Los ecosistemas... facilitan
el indispensable ciclo de nutrientes
para la alimentación
de las especies,
generan el ciclo del agua,
suministran la formación
y la retención de los suelos,
y permiten la polinización
de las plantas
y la regulación del clima.
Los servicios de los ecosistemas
no solo provén la diversidad
y el número de las especies,
si no también su abundancia.
Conservar la biodiversidad
no es solo un gesto altruista
hacia el resto de especies
que habitan la Tierra,
si no que es la única alternativa
de los seres humanos
para garantizar
nuestra propia supervivencia
y la vida que conocemos.
Miles de años de evolución
han dotado a las especies
de los equilibrios
y estrategias adecuadas
que les permitan perdurar.
Ahora...
el conocimiento científico
y el desarrollo
de una conciencia ecológica
ha favorecido que hayamos
desarrollado vínculos y normas
que nos orientan
hacia una nueva manera
de interactuar con los ecosistemas
y con las especies.
Hemos aprendido
que todos los organismos
que compartimos el planeta
estamos relacionados y dependemos
unos de otros.
Pero ha llegado el momento
de que los esfuerzos
por buscar soluciones concretas
en la crisis ambiental,
sobrepasa la indiferencia,
la negación al problema
o la confianza ciega
en la tecnología.
Necesitamos una solidaridad nueva,
que trascienda
la exclusivamente humana.
El cuidado mutuo
es, en definitiva,
una consecuencia de la conservación
de la biodiversidad.
Ese compromiso con la vida...
es el que debe desarrollar
la Red Natura 2000
hasta sus últimas consecuencias.
Subtitulación realizada por
Yolanda Fernández Gaitán.