Lunes a viernes a las 16.30 horas
¿Qué tal te ha salido la entrevista? -¿Tú qué crees?
Lo he bordado.
-¿Te lo ha dado? -Todavía no, pero está claro.
-¿Qué te ha hecho hacer, qué te ha preguntado?
-Me ha preguntado por mi experiencia en hostelería.
-Vaya por Dios. -Oye.
Tengo experiencia. -A ver.
Una semana. -Carmen.
Lo importante es la capacidad de adaptarse.
-Ya. -Y de asumir responsabilidades.
En una semana, he demostrado lo que valgo.
-¿Qué te ha dicho? -Mira.
Hemos hablado del trabajo en sí, de los pokes.
-¿Sabes qué son? -Claro.
Son unos cuencos de arroz blanco soso,
mezclados con cosas sosas y crudas, y te cobran por eso
lo que cuesta un menú con primero, segundo, pan, postre y bebida.
-Lo habrás vendido mejor. -Sí.
Le he echado un rollo se ha quedado flipada.
Un buen currículum cabe en una página.
-Pero falta mucho para la página.
-Lo bueno, si breve, dos veces bueno.
No era plan de aburrirte, he hecho muchas cosas.
-Años de experiencia en la carnicería y en mantenimiento...
Pero en hostelería... -No.
He trabajado en el bar de Jorge. -Lo sé.
Una semana. -Sí.
Pero muy intensa, no veas tú.
Un día fui encargado del bar, Jorge se fue de vacaciones.
Y con todo el personal a mi cargo.
O sea que...
-¿El personal? -Mira.
Lo importante es que le caigo bien a la gente
y que valgo para todo.
Lo mismo te plancho un huevo que te frío una corbata.
-Hablemos de pokes. -Sí.
-¿Sabes qué son?
-Claro, sí, me gustan mucho.
-Vamos a imaginar qué le dirías a un cliente que no los haya probado.
Alguien se acerca al puesto y te pregunta qué son.
-Muy buena pregunta, pero esa no la tenía preparada.
Pero, bueno, digamos que el poke es una comida,
eso es, que mayormente consiste en...
en arroz con... con cosas por encima.
-Arroz con cosas por encima.
-Vamos a ver.
Así por encima, no, revueltas.
Y no cualquier cosa, sino cosas que le pegan al arroz.
Aunque cada uno le puede poner lo que quiera, como a los helados.
Pero esas cosas no engordan.
En vez de estar ricas, pues, en fin, son más sanas.
Más o menos.
-Más o menos. -Eso.
-El público objetivo del poke es una persona joven, urbanita.
-Ah...
Ahí no me pillas.
Yo soy más de ciudad que un semáforo. -Ya, bueno.
Aunque eres amable y encantador, no encajas con el perfil del cliente.
-Estoy dispuesto a aguantar a los niñatos pesados.
Me llevo muy bien con la chavalería, me enrollo mazo.
-Vamos a la parte práctica: ¿me preparas un poke?
-¡No! ¿Y qué hiciste?
-Pues ponerme manos a la obra y hacer un poke de esos.
-¿Sabes hacerlo?
-No tiene ningún misterio, es arroz apelmazado.
Coges un cuenco, le echas arroz y lo aprietas.
Y lo que te pida el cliente lo echas.
No tiene ninguna ciencia.
Un poke de salmón con atún, algas y salsa de vinagre.
-¿Me lo puedes repetir? -Claro.
Un poke de salmón con atún, algas y salsa de vinagre.
-Vale.
Echamos el arroz, ahí.
Oh, qué ruidito, por favor.
Es que ahora en la cocina...
Ahora recojo yo eso. Ahí.
Es importante el apelmazamiento. Yo luego lo recojo todo.
Vale, el salmón. Ese es, ¿no? Vale.
Se lo echamos por encima.
Eso es, vale.
Huele raro.
Ah, claro, es que está crudo. Ahí. Pues lo pongo por encima.
Eso es. Ahí.
Y así un poquito. Ahí.
Okey, vale.
Atún era, ¿no? Vale.
A ver el atún...
Aquí está, vale.
Ahí, con gracia y salero.
Esto está todo limpio, no pasa nada. Eso es.
-Le has echado tanto arroz y salmón que no te va a caber nada más.
-Más vale que sobre que no que falte. Verás. Salsa de vinagre, ¿no?
Vale. A ver cuál es... A ver.
Tengo que averiguar, es que... No, este no es.
A ver esta. A ver.
La salsa de vinagre.
-Cada salsa lleva una etiqueta.
-Es que no veo bien de cerca.
Pero no te preocupes.
Como si estuviera solo.
Esta es. Echamos un poquito así.
Ahí, un poquito.
Ahí, hay que ser generoso en la cocina.
Exactamente. Vale. Muy bien.
Pues... listo.
-¿Y las algas?
-Ah, también querías algas.
Vale, se lo echamos por encima. A ver.
Mira, ¿sabes qué?
Te las echo aquí y luego echo un chorro de aceite.
Y ya verás qué rico.
-Déjalo. A ver, trae. -Ahí tienes.
¿Qué tal?
-Pues demasiado arroz, demasiado salmón.
Y salsa de soja en vez de vinagre. -Tienen más o menos el mismo color.
Deberías cambiar los botes. ¿Está bueno o no?
-No.
-Mira, ya te lo dije, es que el salmón olía raruno.
¿Te hago uno de carne? Ese me va a salir...
-Nicolás, vamos a dejarlo, ¿te parece?
Se ha quedado alucinada de que me saliera.
-¿Y qué más? ¿Cuándo te incorporas? ¿Qué cobras?
-Todavía no se sabe, tiene que hacer más entrevistas.
Puro formalismo. Pero el puesto es mío, está claro.
-¡Buenas!
-Voy al baño. -Quieto parado.
¿Ya has decidido el candidato?
-Sí, sintiéndolo mucho...
Hay gente más preparada que tú.
No te preocupes.
Cuando haya vacantes, cuento contigo.
¿Has hecho el pedido?
-Sí. -Nos vamos a hinchar a vender.
Buen día. -Adiós.
-¿A ti no te había salido genial? -No me lo explico.
Hola. -"Hey".
-Te daría un beso, pero estamos en horario laboral.
-¿No puedes dar besos?
-No, pero no daría buena imagen que un trabajador se morreara aquí.
Confía en mí, no quiero fallarle. -Siempre haces lo correcto.
-Sí, no me gusta fallar a las personas que quiero.
-¿Eso me incluye? -Claro.
Con Jorge he hablado de nuestra relación.
-¿De qué? -De que va a ser difícil.
-¿Por qué? -Porque los dos somos especiales.
Pero yo haré lo posible porque funcione.
Somos novios.
-Para hablar de novios es un poco pronto, ¿no?
-Yo no me asusto de implicarme en mis relaciones.
-Ni yo, pero acabamos de empezar, nos estamos conociendo.
No le pongamos nombre.
-Lo entiendo, no conocemos a nuestras familias.
Tenemos que ir a Barcelona para que conozcas a mi madre.
Y conoceré a su novio.
-Ya habrá tiempo. -Bueno.
Cuanto antes mejor, tendrá muchas ganas de conocerte.
Quizá choquéis, es muy controladora, pero verá que eres perfecta para mí.
-Yo ahora prefiero centrarme en mi transición.
Un poquito más... -Sí, lo sé, y yo voy a apoyarte.
-Esto toma un tiempo.
Muchos hospitales, cirugías... -Lo he pensado.
Dejaré los estudios hasta septiembre.
-No puedo hacerte esto.
No es justo.
-Es mi decisión.
Tú harías lo mismo si yo estuviera en hospitales.
-Mira, creo que tenemos que hablar.
-¿Qué pasa?
-Mira, yo a ti te quiero un montón.
Pero creo que no de la misma forma que tú me quieres a mí.
Sofía.
(DUDA) -Lo que me faltaba ya.
Que grites mi nombre para que me den la murga.
-¿Quiénes? -Mis admiradores.
Es con la mejor intención.
Pero son pesados. -Mira.
Quería hablarte de lo de tu casa, me siento fatal engañando a mi amigo.
-Distingo una interpretación buena y la tuya es muy mejorable.
¿Más dinero?
-¡No, no, qué va!
Me da vergüenza habértelo cogido.
Me pilló en un mal momento.
No tenía trabajo y en casa andamos apurados.
-¿Ya tienes trabajo? -No.
Me han rechazado de uno en el que tenía esperanzas.
-Déjate de dramas, la actriz soy yo. Toma, anda, no me llores más.
-¡Que no, que no quiero tu dinero! -Pues bien que te quedaste el sobre.
-Sí, y no estoy orgulloso, pero es que...
Te lo voy a devolver.
Tengo que decirle a Alberto que las obras han terminado.
-¿Cómo has podido...?
-No sé qué has entendido, pero no te dejes llevar.
-He escuchado a Nicolás.
¿Le pagas para no decirle a tu hijo que has terminado las obras?
-No lo entiendes, no te imaginas... -Mira.
No te hagas la víctima.
Vas dando lecciones de sinceridad,
diciendo que hay que abrirse, compartir preocupaciones.
Y eres una embaucadora emocional.
Alberto se llevará una decepción.
Ahora que confiaba en ti.
-¿Adónde vas? -Voy a contárselo.
-No, por favor.
-¿Se lo cuentas tú?
Sí.
No estabas.
¿Y te extraña?
Cada vez que nos vemos, me echas en cara lo que hago o no.
Ah, que tú no mezclas lo profesional con lo personal.
Sí lo haces, y mucho.
"Haciendo esto, estás con los que lo incriminan
y contra los que lo creemos inocente".
Me lo has dicho esta mañana.
Le dije a Elías que no viniera como gerente,
los comerciantes votaron.
¿Te molestaría tanto si fuera otra persona?
No es verdad.
Tu vida sigue girando en torno a la suya.
No está superado.
(Móvil)
(Móvil)
Dime, cuñada.
¿Cómo que se ha muerto?
No, escucha, no tengo nada que ver.
¿Me dejas hablar?
No te permito que me hables así.
¿Me dejas hablar?
No tengo nada que ver.
¿Ha dicho eso?
No, a ver, creo que hay un malentendido.
Eres una de las personas más queridas y respetadas.
Ni te lo plantearía.
Ah, no. A ver, perdona, ya sé lo que ha pasado.
Estábamos comentando qué mala suerte habías tenido.
Perdiste a tu mujer y te culpaban.
Y yo le dije que, si fuera tú, no pisaría el Mercado.
Por tu propio interés.
Para evitar comentarios y agresiones como la de las mujeres.
Esta publicidad no le conviene al Mercado.
Y me preocupa cómo te puede afectar.
No me imagino por lo que debes estar pasando.
Porque eres el hermano de Lorena.
Hemos hecho muy buenas migas.
Preocuparme por ti es preocuparme por ella.
De acuerdo.
Si necesitas algo, ya sabes dónde encontrarme.
¿Todo bien?
¿Qué?
¿Chateando?
Te va a ser difícil encontrarla.
¿Has decidido lo de Jorge? ¿Se lo vas a contar?
Está muy reciente lo de Celia.
(Móvil)
Encontrarás el momento.
Bueno, tranquila. Cógeselo y sal de dudas.
(Móvil)
Qué estupendo.
Que me lo envíe al Ainara.
¿Qué?
No me lo puedo creer.
Lo siento mucho.
¿tú crees que el tal Eugenio...?
¿Tiene algo que ver con su muerte?
¿Y cómo lo vas a averiguar?
¿Te presentas y se lo preguntas?
¿Qué?
Eso es ilegal.
Y puede ser peligroso.
¿Cómo desbloqueas la tablet?
¿Conmigo? ¿Por qué?
Era amiga de Noa y de Jonathan.
Puedo llamarla.
Pero, sinceramente, no me parece una buena idea.
Noa se fue a Málaga para olvidarse de Nacho.
No quiero recordarle
ese problema.
(SUSPIRA)
Vale.
Está bien.
Pero la llamas tú.
Toma, la llamas tú.
No me lo agradezcas tanto.
Siguiente problema.
La modelo para tu clase de dibujo.
¿Te sirvo yo?
Sí. No tengo que desnudarme, ¿no?
Cuenta conmigo.
Genial.
¡Mua!
Si llega un paquete para Lorena de la Cruz,
se lo llevas a Jorge, al Central.
Di que ha sido cosa tuya, no te lo he dicho yo, ¿está claro?
¿Está claro? -Clarísimo.
(Timbre)
(Timbre)
¿Qué es eso que me proponías?
Pues aquí estoy.
No tengo todo el día.
¿Por qué he venido?
No. ¿Cuándo?
Ya estoy aquí, dime lo que sea.
¿Esto qué es?
¿Quién crees que soy?
Eso fue un error, era una acusación falsa.
En este país, te ponen un sambenito y cualquiera se lo quita de encima.
Si tanto sabes sobre mí, sabrás que me vigilan con lupa.
Si me pillan haciendo algo ilegal, me meten derecho en la cárcel.
No, no lo entiendes.
Llevan ocho años intentando pillarme y no han encontrado nada.
Y no lo van a hacer por ti.
En otra época, esto podría haber salido bien.
Pero no son formas de hacer las cosas y no me conoces.
Siento mucho que mi mujer haya firmado el contrato del cáterin.
Aquí acaban nuestros negocios.
(Alarma coche)
(Alarma coche)
Es su alarma.
Le habrán dado un golpe. Vaya día tan productivo.
Borra mi teléfono.
Mi mujer gestionará el cáterin.
(Alarma coche)
Después de no haber podido conocer a Eusebio, Elías idea una forma de "obligarle" a encontrarse en persona con él: le ofrece un negocio de droga. Cuando se realiza el encuentro, y con la ayuda de Lucas, Elías da el cambiazo a su tablet.
Espoleado por Jorge, David finalmente confronta a María y descubre que ella no siente lo mismo que él.
Nicolás acude a la entrevista de trabajo con Gloria, pero es un desastre, y ésta no le contrata para el puesto de pokes.
Fernando y Adela vuelven a discutir por Elías. Fernando sigue creyendo que ella no ha pasado página y que le ayuda en el tema de Ágata porque aún alberga sentimientos hacia su ex marido.
Rosa descubre que Nicolás ha mentido para que Sofía se quede en su casa.
Gloria tiende una trampa a Lorena para que Jorge averigüe que le ha mentido.