Lunes a viernes a las 16.30 horas
Fernando hizo muchas cosas, se le pasaría algo.
-Cometió algún fallo.
¿Clínica Monterrubia? Sí, soy Lorena de la Cruz.
-Solo me falta que me cuestiones.
Si no puedes aceptarme como soy, quien tiene un problema eres tú.
-Perdóname, Nicolás, te tenés que ir.
-Hola, Germán. Es Susana, tu compañera en la cervecería.
-Nos conocemos.
-Esa historia con Filo ya no significa nada.
Ese memo no lo supera.
-Ese desgraciado no se va a ir de rositas.
-No vas a encontrar nada.
¿Qué haces aquí? ¿No tenías turno de tarde?
Eres libre de hacer lo que quieras.
Pero te lo propuse porque era lo mejor para ti.
No te miento.
Me hacía ilusión tenerte en Valencia, en el Tangorina, pero...
Te quiero y lo respeto.
Valencia no se mueve.
(Mensaje)
¿Qué?
Me la cambian siempre.
(Sintonía de "Mercado Central")
# Y se apagó una luz en la ciudad
# y una sombra en sus viejos pasillos
# de colores,
# que no brillarán más.
# Ven y sígueme a aquel lugar,
# sabor a sal y azafrán.
# Aromas de un tiempo atrás.
# Y se encendió una luz en la ciudad,
# en la plaza donde regateamos,
# con un beso,
# volver a comenzar.
# Juntos tú y yo,
# jugando a recordar
# que somos cada olor, color, sabor al son
# de aquel Mercado Central. #
El "pad thai" puede ser no picante. -Vale.
-Gracias. -Gracias.
¿Qué?
Pues es verdad. Se me había olvidado.
Tenemos una reunión para la subvención
de fontanería y electricidad.
Le digo que voy sola.
Me siento responsable.
Te la acaban de cambiar, ¿soy yo adivina?
Es normal que esté receloso conmigo, no está bien meterse en las parejas.
Pero hay que mojarse.
Y él sabe que soy tu aliada.
¿Sabes qué? Te acompaño yo a la ecografía.
No, en serio, no puedes ir sola.
Me hace ilusión.
El concejal es muy admirador suyo.
Va.
Vale.
Ven aquí.
Estaré en el despacho.
Sí, cuando me río. Y la cabeza un poco.
No quiero darle el gusto a Elías. Tú deberías quedarte, no has dormido.
Te compensaré llevándote a una "suite" con "jacuzzi", sauna...
No te has separado de mí, gracias.
¿Y esa cara?
¿Con lo que me hizo?
No tienes que demostrarme nada, somos un equipo, pase lo que pase.
No va a sorprender. -Va a funcionar.
Te lo digo yo. -¿Qué pasa?
-Lo que hablamos el otro día.
Que tus padres se reconcilien. -No he parado de darle vueltas.
No se me ocurre nada.
-Ni a mí, y estuve viendo películas románticas para pillar ideas.
-¿Que tú...? -Doy fe.
-Y vi chats y foros de internet para pedir sugerencias.
La mayoría eran ridículas, como encerrarles en el ascensor.
Hablo demasiado, anoche no dormí bien y me siento raro.
Yo ya me había rendido.
Y a Carla se le ocurrió algo.
-¿Me lo vais a contar?
-No hace falta que te pongas tan borde.
-Te intentamos ayudar. -Lo siento.
No he pegado ojo en toda la noche.
-¿Recuerdas cuando Lorena y Jorge iban a dejarlo?
Y Jorge se declaró por megafonía. -La hizo aquí conmigo.
¿Es eso?
-Más o menos. -No, ni de coña, olvídate.
No se sabe quién debe pedir perdón, los dos están superofendidos.
No les gusta mostrar sus sentimientos.
-Creo que va a funcionar. -Ni de coña, no es su estilo.
Te lo agradezco mucho, pero... pero no.
Tengo que seguir trabajando.
-Nos vamos.
(SAMU SUSPIRA)
No hagas nada de lo que arrepentirte.
Te dije que... no vas a encontrar nada.
No vas a encontrar nada, no hay nada que encontrar.
Te lo he dicho.
No tengo que ver con lo de Ágata.
Es lo que tú habrás entendido.
Entiendo que estés desesperado, pero vas en la dirección equivocada.
No me dejas otra opción, te denunciaré.
Lamento haber llegado a este punto, pero me tengo que proteger.
Por tu bien, Elías, te aconsejo
que guardes las distancias.
Buenos días.
Ponme un café bien cargado.
Si fuera solo una...
He dormido en una pensión y no he pegado ojo.
Los muchachos se han cansado de mí y me han invitado a irme.
Yo no les culpo.
No pintaba nada en esa casa.
Me dijeron que me quedase a dormir.
Pero yo preferí irme.
He pasado toda la noche dándole vueltas a la cabeza.
Mi mujer me ha dejado, no tengo dónde caerme muerto...
El trabajo que tengo, que es de broma.
Toda la noche ahí.
Centrifugando.
-Jorge, ponme un café, bien cargado.
-Otro que tal baila.
-Supongo que no, pero hoy me salto la prohibición.
En casa me controla Valeria ¿y aquí tú?
-¿Qué ha pasado? -¿Qué ha pasado?
No soporto que me tomen por tonto y hoy me han tomado por el más tonto.
-¿Quién? ¿Qué ha pasado?
-He revuelto cielo y tierra para buscar a Filo.
Para disculparme de haberle ganado la frutería al póquer.
Y el muy mamarracho,
mientras me decía que está olvidado, estaba intentando ligarse a Valeria.
-¡No! ¡Menuda es mi suegra! Le habrás puesto en su sitio.
Por supuesto, pero ha abusado de mi confianza
y se ha reído de mí, ¡y no lo consiento!
-Di que sí, qué poca vergüenza.
Le ganaste el puesto y se venga quitándote a la mujer.
-¿Cómo no le voy a dar más vueltas?
Empezó con una partida de póquer y con otra va a terminar.
Hola. Pues yo no me alegro de oírte.
Valeria ya me ha contado lo que tramabas.
Creía que habías pasado página. Ya es hora de que acabemos con esto.
Sí, aquí, en El Central, hoy mismo.
Pues eso.
Mejor que nos dividamos el trabajo: uno se queda dentro y otro, fuera.
-Depende de la gente que haya.
-No, todo el rato: uno, dentro, y otro, fuera.
-Perdón, creo que es un poco tontería.
Si todo el mundo está en la terraza, el que esté fuera se deslomará.
Y el que esté dentro no hará nada. Y al revés cuando haga frío.
-No quiero discutir, elige barra o terraza.
-Yo tampoco.
Lo digo para ver lo que es más práctico.
Y es que estemos donde se nos necesite en cada momento.
-Haz lo que te dé la gana, yo me quedo aquí.
No me siento cómodo trabajando con la mujer del chico que me gusta.
Qué va, si tenía razón en lo que discutíamos.
No tengo un buen día.
¿Y tú? No tienes muy buena pinta.
(RESOPLA) Con un parte de lesiones, puedes tener problemas.
Sí, y las carrilleras. Venga, Pepa.
Te preparamos el pedido.
Hasta luego.
-Anímate, no me gusta verte así.
Siento lo que te dije cuando me contaste lo de Filo.
Viniste buscando apoyo y fui muy dura.
-No pasa nada.
Me dolió, pero te entiendo.
No debe de ser plato de buen gusto escuchar ciertas cosas a una madre.
-Ya no estás enfadada, ¿no?
-Tengo muchos frentes para discutir con mi única hija.
-¿Y Jesús cómo se lo tomó?
-Tiene muy mal pronto, pero bueno.
Esa historia terminó hace mucho y no se lo conté...
No quería darle importancia.
-Al Filo lo habrá puesto fino.
-He intentado quitarle hierro.
Pero está muy dolido, temo que haga una tontería.
-No va a hacer nada. Lo importante es que estéis bien.
-¿Y a ti qué te pasa?
Estás como apagada.
No discutiste con los del reparto cuando se confundieron.
-No hay que montar un drama por todo.
-Soy tu madre y te conozco, llevas unos días que no eres tú.
Si no me lo quieres contar, nada.
Pero puedes contar conmigo para lo que quieras.
-Salí con Adela por la noche.
-Sí.
¿Mamá sabe lo que él te dijo?
¿Qué ha dicho?
La frase es ambigua, sí. Es listo y nos ha pillado los dedos.
Consiguió que cayeras en la trampa.
No te vengas abajo. Que te denuncie.
A la cárcel no vas a ir. Debe servirte para motivarte más.
Es ahora cuando tienes que luchar más que nunca.
¿Qué hiciste con Eusebio Roca?
Es lo que debes hacer.
Te has centrado en el asesinato de Ágata,
pero no conocemos su entorno.
¿Has preguntado a sus vecinos?
Igual alguien conoce algo de él.
Pues eso, hazlo por ti. Por Ágata y, sobre todo, por mamá.
Y lo siguiente que recuerdo, en un autobús a las 7:00, sin bolso.
Me lo habían robado todo. -¿Es que bebiste mucho?
-No, al menos no como para caer inconsciente.
Me agobia no saber qué hice.
-Eso es muy raro. -Samu dice que me echaron algo.
-¿Que te drogaron?
-Fui al hospital, en los análisis no vieron nada.
Esas drogas, el burundanga, se van rápido.
Y también me hice una exploración para ver si había habido abusos.
-¡Por Dios! -No, que no pasó nada.
-Es lo primero que he pensado, pero no pregunté para no preocuparte.
Pero ¿cómo no me has contado nada?
-Me da vergüenza. -¿Vergüenza?
Faltaría más. ¿Qué culpa tienes de que te drogaran?
-No tengo que estar por ahí de copas. -No digas tonterías.
Una mujer puede entrar y salir
sin sentirse culpable o que tenga que pasarle nada.
Faltaría más, la única culpa
la tiene ese desalmado que te drogó para robarte.
-Podía haber sido peor.
-Anda, calla, por favor.
Tómatelo como un toque de atención, no puedes seguir así.
Vas como vaca sin cencerro.
-Menuda comparación. -Es verdad.
Desde que te has separado, no das una a derechas.
¿No crees que es mejor volver con Nicolás?
-¿Después de lo que me hizo?
-Ha hecho las cosas mal, sí.
Ha hecho cosas que no debía.
Pero no es un mentiroso.
-No paró de mentirme. -A ver.
Si dice que no ha pasado nada con Lupe, le creo.
Y te quiere con locura.
-Quería volver, pero me rechazó.
-A ti te duele eso, no es lo de Lupe ni lo del trabajo,
que sea él el que se ha hartado.
(CHASQUEA LA LENGUA) Tenéis que hacer algo.
No acabes con algo tan bonito.
-Ese barco ya zarpó.
No se puede echar atrás.
No debería estar estudiando,
pero no ha venido nadie y tengo exámenes.
Mejor voy a la biblioteca.
¿Qué tal la reunión?
Eso es muy positivo.
Hasta luego.
Hola. -Hola.
-¿Cómo va?
-Bien, no ha venido mucha gente, a ver cuando esté lleno.
-¿Lo tienes todo controlado?
-Sí, Germán me ha hecho aprenderme todas las cervezas.
Pregúntame alguna.
-La Bumberg 0.0.
-¿La qué? -Bumberg.
-¿Es inventada?
-No, la Bumberg de toda la vida.
-Una fresquita. -Qué idiota... Sí, claro.
-¿Está Germán?
-Sí, reponiendo las neveras.
-Dile que salga, le tengo que comentar unas cosas.
-Vale, voy.
-Y tráeme una Bumberg. -Sí.
Germán, ven. Martín te quiere preguntar algo.
¿Qué te pasa?
-Nada, tenía que subir un barril y no lo he hecho.
¿Sigues con eso? -Claro.
-¿A qué juegas?
-No estoy jugando, estoy trabajando. -Ya veo, con mi mujer.
¿De qué va esto?
-No tengo nada que ver, ha sido mi tía Rosa.
¿Te crees que para mí es cómodo?
-Para mí no es plato de buen gusto ver cómo estáis juntos.
-¿Temes que le cuente lo que pasó?
-Pues sí, Germán.
-¿Quién te crees que soy?
-Me da miedo que se te escape. Susana nunca asumiría lo que pasó.
Tengo una hija.
¿No podrías decirle a tu tía si la puede despedir?
No sé.
Que se invente algo.
Que no tiene dinero para otra camarera.
Lo que sea.
No te molesto más.
Buenas tardes, clientes. Ya tienen disponible su CentralGo.
(Llaman)
Adelante.
-Hola. -¡Hombre!
-Pasaba a saludarte, no nos vemos nada.
-Te llamo y siempre comunicas.
-El trabajo me tiene pegado al teléfono.
-¿Dónde has dormido? Ya sé que te han echado de casa.
-He vuelto al hostal.
Más vale malo conocido.
Sí, hay cucarachas, pero son muy buenas conmigo.
-Ah, ¿sí? -La fiesta que me han hecho.
Ya somos como una familia.
-No sé qué hacéis mamá y tú jugando a ver quién es más orgulloso.
-Ya no sé qué hacer.
-Habla con ella.
Habla con ella y cuéntale las cosas.
-Ya se lo he dicho.
No va a servir de nada contárselo otra vez.
-Pues insistes.
Sí, le dices que entre tú y Lupe no ha pasado nada y lo que sientes.
-Eso ya se lo he dicho.
Me propuso volver a casa.
Le dije que no porque no confía en mí y eso es lo que más me duele.
-Pues dímelo a mí.
-¿Para qué? -Para desahogarte.
A ver, ¿qué le dirías?
Venga.
-Le diría que me equivoqué ocultándole cosas y mintiéndole.
Pero lo hice para no preocuparla.
Entre Lupe y yo solo ha habido una amistad.
Y, cuando ella quiso algo más, yo lo paré, porque, para mí,
"no hay mejor mujer que tu madre".
(SAMU) "¿Por qué la rechazaste?".
-"Porque soy imbécil y orgulloso".
"Tu madre se portó fatal conmigo".
Se montó una película.
Y, aun así,
la sigo queriendo.
Me enamoré de ella el día que la conocí.
Y, después de tantos años, sigo enamorado.
"Me duele mucho que no confíe en mí,
pero, si te soy sincero, sigo soñando con volver con ella".
"Y sé que tu madre, aunque le cueste reconocerlo,
sabe que estamos hechos el uno para el otro".
¿Lo has escuchado?
-Sí. Creo que Nicolás no sabía que le escuchaban todos.
-Me ha parecido precioso.
¿Y Susana?
-La mandé a por un barril.
-¿Por qué no has ido tú? Con lo que pesa.
-Porque quiero hablarte.
-¿Qué pasa?
-Tienes que despedirla.
-¿Por qué?
¿No la ves suelta? Me dijo que tenía experiencia.
Yo la veo muy desenvuelta.
-No es eso, trabaja muy bien, pero no debería trabajar aquí.
-¿Me vas a explicar por qué?
-Es que... -Espera.
¿Ha tocado la caja?
-No. -Ah.
-No te puedo dar detalles, pero es lo mejor para ella.
-Ya, no me puedes dar detalles.
No la voy a despedir porque te haya dado por ahí.
-No querías que fuera un simple empleado.
Que me hiciera cargo.
Fíate de mí, tengo razones de peso.
-No estoy de acuerdo.
Pero te dije que te daría responsabilidades.
Si quieres, despídela, yo no lo voy a hacer.
La vas a despedir y le vas a decir
que ha sido tu decisión, ¿de acuerdo?
¿De acuerdo? -De acuerdo.
-Me voy, me da vergüenza.
(Móvil)
Espero que sepas qué haces.
Dime, Iván.
Perdona, buenos días.
¿A cuento de qué se va en pleno embarazo?
Tú también...
¿Por qué ha cambiado la cita?
Gloria.
Te ha hecho una de las suyas.
Vengo a decirte que he hablado con Iván.
El guardia civil amigo de mi padre.
El historial de Gloria es impecable.
Pero ha descubierto
que estuvo en tratamiento psiquiátrico
cuando se quedó viuda.
A mí también. ¿No te parece extraño?
No lo sé.
Qué declaración de amor tan bonita te han hecho por megafonía.
-No sé de dónde sacas eso.
-Haréis las paces, ¿no?
-Ponme un sol y sombra.
No, mejor agua, me estoy mareando. -Siéntate.
-(SE QUEJA)
-(SE QUEJA)
¿Estás bien?
¿Te quieres ir a casa? Te cubro. -No, no.
Gracias.
Quiero hablar contigo.
-Yo también te quería decir una cosa.
-Tú primero.
-Para mí, este trabajo es muy importante.
Me despidieron de mi último trabajo por estar embarazada.
Y, desde que nació Cloe, solo he estado con ella.
Y hacer algo más me viene muy bien.
Y, aparte, a Martín y a mí nos va a venir muy bien.
Desde que nació la peque, se ha enfriado un poco la cosa.
No es por su culpa, ni mucho menos,
pero una cría es como un tornado,
lo revuelve todo, estamos nerviosos, discutimos por tonterías y...
Y para Cloe es muy importante
estar en un ambiente feliz, que los padres se quieran.
Y te quería dar las gracias.
Para tu tía eres muy importante,
si no le das el visto bueno, no me contrata.
Así que... eso.
¿Qué querías contarme?
-Es curioso, porque... te quería decir algo muy parecido.
Haces muy buen trabajo y estoy muy contento de tenerte.
Sí.
Si quieres atender la terraza... -Vale.
No, estoy bien, deben de ser las secuelas de...
de la droga que me echaron.
¿No os habéis enterado? -No, tú cuentas siempre los chismes.
-Salí con Adela y unas amigas de marcha.
Estaba tomándome algo y lo siguiente, yo, en un autobús, era de día,
me habían robado el bolso y no sabía cómo llegué ahí.
-¿No te acuerdas de nada? -De nada.
Me hice una revisión en el hospital
por si habían abusado de mí, pero no. -Madre mía, qué susto, ¿no?
-Un susto enorme.
Y luego el latazo
de las tarjetas, los carnés...
Voy a refrescarme.
-Te acompaño. -No, estoy bien.
-Madre mía, qué susto.
Pero ¿tú crees que...?
¿Insinúas que alguien te pudo echar la misma droga que a Carmen?
Hay dos cosas que no entiendo.
¿Por qué Gloria te iba a drogar? ¿Y para qué Puri te iba a engañar?
-Hola, hija. Hola, Jorge. -Hola, papá.
-¿Qué tal, cariño? -Sí, cariño.
-¿Y ese tono?
¿Tiene que ver con que me llamaras?
-¿Pensabas que no me enteraría? ¿No te da vergüenza?
-¿El qué? Con tantas preguntas, no te puedo responder. Explícate.
-No, explícame tú a mí.
Has organizado una partida de póquer con Filo.
-Sí, hemos montado una timbita. ¿Y tú cómo te has enterado?
-Me ha llamado él.
-¿Te ha llamado? -Sí, y menos mal.
Si no, ni me entero.
-Además de mezquino, chivato.
-Estás mal de salud, si yo se lo pido, cancela la partida.
No quiere ser el culpable si te da un arrechucho.
-Muy considerado el Filo.
No pierde ocasión para arrebatarme a mi mujer.
-No, si yo lo tengo calado, no me preocupa,
pero tú estás cayendo igual de bajo.
-¿Por qué? -¿Qué os jugáis?
-Eso da igual.
-Si da igual, ¿qué necesidad tienes de jugar al póquer con ese?
Es un energúmeno.
-Lo sé, y te pido perdón por montar esta timba.
-¿Anularás la partida?
-No. -O sea, te disculpas.
Pero, de todas maneras, vas a jugar. -Creo que, con esta partida,
voy a lograr que esto acabe para siempre.
Tú confía en mí.
(Llaman)
Adelante.
-Parece que mi plan no era tan malo. -¿Lo ha escuchado mi madre?
-Todo el Mercado.
-Espero que sirva, no sé qué hacer.
Cómo son las relaciones.
Aunque dos tengan que estar juntos, como uno no...
-Bueno, ya me contarás cómo ha ido mi plan.
Y para lo que necesites.
Para eso estamos los amigos. -No.
Gracias, prefiero mantenerme al margen de ti.
-Estás picado conmigo. -No, al revés.
Quiero pasar página, teniéndote cerca será más difícil.
-Vale, lo que tú digas.
-He vuelto a jugar al básquet. -¿Sí?
Para distraerme la cabeza.
-Qué guay. -Ah.
Y me he apuntado a una aplicación de esas...
-No me esperaba que fueras de
"soy amigo de mis amigos". -No.
Como era gratis, me hice el perfil. Y ya tengo un "match".
-Ah, ¿sí? -Sí.
La cosa no va mal.
-No. -Oye.
No te preocupes, me he prometido no darte el coñazo.
-Me voy a trabajar.
-Venga. -Venga.
Que vaya bien. -Chao.
¿Qué te parece lo que dijo Nicolás por la megafonía del Mercado?
Si, después de esa declaración,
Carmen no afloja, es porque tiene el corazón de piedra.
Lo han pasado muy mal los dos con la enfermedad de papá.
Estoy pensando tener un detalle.
¿Qué te parece?
Hay uno en Huesca estupendo.
¿Les regalamos un fin de semana para que vayan solos?
Cuando papá se opere de cataratas.
Si te digo esto, vamos a discutir.
Pero no me parece una buena idea que te vayas a Valencia con Gloria.
Me ha contado lo que me has ocultado.
No sabe hasta dónde puede llegar esa mujer, y tú tampoco.
Ay, precioso, Nicolás, qué bonito.
-¿Qué maestro?
¿Se ha escuchado lo que le dije a Samu?
-Perfectamente.
-¡No sabía que se escuchaba!
-Se te ha notado, ya.
Tiene más valor. -Madre mía.
-Tus palabras eran sinceras.
Improvisadas. -Sí.
Cuando pille a tu nieto...
-¿Seguro? -Yo estaba con ella.
Hago todo para que te perdone, pero es cabezona.
-Será ahora, tú me lo has puesto muy difícil.
-Ya, y te pido perdón.
Todo apuntaba a que te habías liado con esa mujer.
Pero mi hija y yo ya sabemos que no.
Te ha escuchado decir que la quieres.
Espero que sea cuestión de tiempo.
-¿Ella te ha dicho algo?
Ah, nada, ¿no?
Me ha escuchado decir lo que siento por ella
y ni siquiera me llama.
-Ya sabes cómo es.
¿Adónde vas? -¿Adónde voy?
Lo que menos quiero es cruzármela a ella
y comprobar que he hecho el ridículo y no ha servido para nada.
No me parece trigo limpio, está siempre en medio de los dos,
intentando mediar, pero solo consigue emponzoñarlo.
Intenta separarte de la familia, pero, sobre todo, de Jorge.
Ya lo sé, pero sé ver muy bien quién se le parece.
¿Yo? Vale.
Jorge cree que Gloria le echó algo
en la bebida la noche que se acostó con su amiga.
No se acuerda de nada, ¿no es raro?
¿Por qué miente ella?
Nos ha hecho creer que es divorciada y resulta que es viuda, Lorena.
Hace unos años murió su marido.
¿Lo sabes?
Ya.
Venga, no seas injusta conmigo.
Vas a alejarte de la familia.
Vas a alejarte del padre de tu hija.
Y vas a poner tu futuro en manos de una persona que, te guste o no,
acabas de conocer, es una señora
que acabas de conocer.
¿Has descubierto algo?
¿La madrugada en que mataron a Ágata?
Algo es algo.
Podemos tirar de ahí.
¿Y lo testificará delante de un juez?
Está claro que ha sido él.
¿Sabes qué deberíamos hacer? -¿Qué?
-Adelantar nuestro viaje, irnos lo antes posible.
-Está colado por ti, perdónale.
-No confío en él.
-Te da miedo otra cosa. -¿El qué?
-Que vea nuestra atracción.
-Por una vez en la vida, estoy de acuerdo contigo.
Los fulleros, lejos.
-Estoy loco por vos, desde el primer día.
No quiero ser el segundo.
-No estarás en paz hasta que estés en terapia.
-¿Y tú qué sabes?
¡Dámelo!
Tiene que calmarse.
Si no, le dejaré solo en esto.
-¿Dejarás a tu madre? -¿Vas a seguir preocupándote?
Un Elías abatido porque Adela respalda la demanda por agresión que Fernando pretende presentar en su contra, busca la manera de desenmascarar al gerente. Alentado por Germán, investigará el entorno de Fernando.
Tras ser manipulada por Gloria, Lorena toma la decisión de marcharse a Valencia con ella. Jorge recibe la noticia como un mazazo y manifiesta que hará todo lo posible por frenarla.
Jesús y Valeria discuten porque su marido se enfrentará a una partida de cartas con Filo y ella parece ser el trofeo.
Martín se enfrenta a Germán porque piensa que está detrás de la contratación de Susana y le pide que haga todo lo que pueda por despedirla, pero el joven De la Cruz no es capaz de hacerlo.
Para forzar la reconciliación del matrimonio, Samu consigue que su padre diga lo que siente por su madre a través de la megafonía del mercado. Las palabras de Nicolás tocan a Carmen, pero no sabemos qué decisión tomará con respecto a su relación.
Añadir comentario ↓
Sigo habitualmente la serie Mercado Central. De todos los personajes que aparecen, hay uno que creo debería desaparecer, pues no aporta nada ni a la serie ni al espectador. Se trata de Lorena de la Cruz. Se han empeñado, los guionistas, en hacer de ella una persona sensiblera, que no sensible, insegura, incapaz de tomar decisiones de forma autónoma y solamente guiada por sus caprichos de niña mimada, por lo que cuando algunos vemos como evoluciona su personaje no dejamos de pensar en alguien que no nos dice nada y que no enriquece ninguna trama, porque, además, su personaje no conecta con los demás del mercado: solo se tratan sus problemas. En resumen, no interesa su trama. Háganla desaparecer y verán cómo nadie la echa en falta. Saludos.