Fuera de emisión
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¡Federico García Lorca!
(TODOS GRITAN) ¡Prestes en libertad!
¡Prestes en libertad! ¡Prestes en libertad!
-¡Prestes en libertad!
(TODOS GRITAN) ¡Prestes en libertad!
¡Prestes en libertad! ¡Prestes en libertad!
-Y contra el imperialismo yanqui,
que extiende sus tentáculos por todos los países de América,
nuestra respuesta revolucionaria es la solidaridad internacional
con el camarada Luís Carlos Prestes
y esos 17000 trabajadores brasileños
que el dictador Getúlio Vargas tiene encarcelados
y a los que pretende asesinar.
¡Libertad para Prestes y sus compañeros!
(TODOS GRITAN) ¡Abajo el fascismo! ¡Abajo el imperialismo!
¡Abajo el fascismo! ¡Abajo el imperialismo!
¡Abajo el fascismo! -¡Abajo el fascismo!
(TODOS GRITAN) ¡Abajo el imperialismo!
-¡Abajo el...! (TODOS GRITAN) ¡Abajo el fascismo!
¡Abajo el imperialismo! ¡Abajo el fascismo!
¡Abajo el imperialismo! ¡Abajo el fascismo!
¡Abajo el imperialismo! ¡Abajo el fascismo!
-Compañeros, habéis oído ya las palabras
de varios miembros de... de nuestro Frente Popular,
que nos han explicado con precisión
el significado político de este acto
de solidaridad internacional. Bien.
Yo quiero ahora que oigamos la voz de nuestros poetas.
La voz de los poetas del pueblo que están aquí hoy con nosotros.
-¡Libertad para el pueblo! -Que siempre están con nosotros.
-¡Abajo el fascismo! -¡Que siempre están con el pueblo!
Hablo de Rafael Alberti y de Federico García Lorca.
(TODOS GRITAN) ¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!
¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!
¡Libertad! ¡Libertad! -Compañeros,
con todos vosotros, Federico García Lorca.
-¡Abajo el fascismo! -¡Abajo!
-¡Adelante!
-¡Adelante, Federico!
-Dime una cosa, Federico.
¿Se remueve algo en ti ante la idea de la muerte?
¿Te preocupa la idea de la muerte,
del morir, del más allá?
-¿Qué esperas de la vida?
y de tus poemas?
-¿Hablamos de tu arte?
-¿Te consideras solo... un artista?
Un artista puro.
(TODOS APLAUDEN) -Federico, qué maravilla.
-Bien, Federico. -Enhorabuena.
-Es emocionante. -Federico.
una obra de alto valor dramático. -Federico.
(RÍE) -Estoy totalmente de acuerdo.
-Sin lugar a duda, tu mejor obra dramática.
una perfección lacónica, escueta, en la temática.
-Magnífica. -Sí, porque el dramaturgo frenó
al poeta lírico, que aún en "Bodas de Sangre" o en "Yerma",
entrecortaba la acción.
-Tienes que estar orgulloso. Federico, es una obra maestra.
(TODOS RÍEN)
-Champán para el poeta.
Imaginen a Xirgu de Bernarda Alba.
Estará genial. ¿Conoce Margarita la obra?
-Federico, para ti.
-Para ti también. -Gracias.
-¿Me disculpáis un momento?
-Hasta ahora.
-¿Y tú? ¿No piensas ir?
(JORGE RÍE)
-Y dentro de unos días, el 18, San Federico.
-¿Y tú qué vas a hacer? Granada es la tierra del Chavico,
donde actualmente, se agita la peor burguesía de España.
Tú lo has dicho hace bien poco, ¿recuerdas?
Y ha salido nada menos que en "El Sol",
que lee todo el mundo, e incluso en Granada.
(SUSPIRA)
Allí no lo olvidarán. Estoy seguro.
Y no te lo van a perdonar nunca.
-Buen viaje, don Federico.
-De nada.
-Adiós.
(RAFAEL RÍE) Te conoce hasta el gato.
Eso se llama popularidad.
-¿Pero quién es?
-No, no, no, no.
-Me quedo contigo hasta que el tren se vaya.
-No dejes de escribirme enseguida. Y sobre todo, trabaja.
Nada de irte a México, ¿entiendes?
No dejes que la Xirgu te convenza.
-Adiós.
(EL TREN SILBA)
-Federico, mira quién ha llegado, el tío Federico.
(RÍEN)
-Mira, mira quién está aquí.
qué alegría.
-¿Qué tal, señorito?
(RÍEN)
-¿Y en Madrid,
cómo van las cosas?
(RÍEN)
-Señorito Federico, le llaman por teléfono.
-Ande usted, si es su cuñado don Manuel.
-Ay, Federico, ay...
(RÍE) -Bienvenido, cuñado.
Me hubiese gustado mucho recibirte en la estación...
(RÍE) No,
la banda de música estaba en un bautizo de ringo rango, sí.
No, en serio, no podía dejar el despacho,
hay mucho trabajo. Discúlpame, eh.
Bueno, de acuerdo, haré lo posible para almorzar en la huerta, eh.
Sí, hombre, sí, sí... bueno, otro fuerte para ti, eh.
-¿Tienes confianza en esos informes?
-Absoluta. -No dicen nada
que no sepamos ya.
-Pero lo confirman, sin lugar a dudas.
Conspiran, conspiran contra la república,
sabe Dios desde cuando.
Desde hace meses. -Desde que perdieron
las elecciones en febrero pasado.
-Y mucho antes, desde siempre.
-Por un lado los jefes y oficiales de la guarnición,
por el otro la falange, todas sus jerarquías provinciales,
empezando por los hermanos Rosales.
-Y tienes que añadir además a los cabecillas
locales de la derecha,
de la CEDA, y su obrero amaestrado, ese tal...
Ramón Ruiz Alonso.
-¿Y el general Campins? -El general Campins
es un recién llegado como quien dice,
acaba de hacerse cargo de la guarnición hace una semana,
es un hombre honrado, un militar constitucional, pero...
pero un ingenuo,
no se da cuenta de lo que pasa a sus espaldas.
-O no quiere. -No, eso no,
no es eso.
En fin, no me llega la camisa al cuerpo,
sobre todo porque nosotros de izquierdas o republicanos
andamos cada uno por su lado,
eso es lo que más me preocupa,
no hay unidad,
ni hacemos nada, sólo esperar.
-Pues los militares no van a esperar más, estoy seguro.
-¿Y qué, no estaremos exagerando, tratando de sacar
las cosas de quicio?
También se sublevaron unos cuantos militares
con el general Sanjurjo a la cabeza en el 32,
15 meses después de proclamarse la república,
y todo quedó en agua de borrajas. -Esta vez no,
¿no te das cuenta? Puede ser peor,
un movimiento más profundo, más general,
mejor preparado.
Estoy seguro de que lo tienen todo a punto.
Sólo falta la señal. -¿Cuál?
-Je...
Si lo supiera...
El asesinato de Calvo Sotelo puede ser el detonante, quizás...
-Dentro de un par de horas se hará el entierro en Madrid.
-Y va a coincidir con el del teniente Castillo.
Puede pasar cualquier cosa.
-Eso no es verdad, señor gobernador,
no puedo ni debo tolerar ese tipo de insinuaciones.
-General Campins, le ruego me excuse si he podido molestarle,
pero insisto,
la situación en todo el país sin ser grave, es inquietante,
vivimos momentos muy delicados.
Yo desde este gobierno civil
estoy en contacto permanente con el gobierno de Madrid
señor Casares Quiroga.
Por favor, general.
es necesario...
que el gobierno de la república sepa exactamente
cual es el sentir de su ejército y de sus fuerzas de orden público.
-Desde que me hice cargo de la comandancia militar
de Granada hace unos días,
he estado y estoy en continua relación
con todas las fuerzas a mi mando,
por tanto, señor Torres Martínez, puedo asegurarle
que el ejercito no saldrá a la calle salvo...
que se produzcan con carácter extraordinario,
graves desórdenes públicos.
-Y no se producirán, mi general, las ordenes
de Madrid son concluyentes,
aunque los sindicatos obreros las exijan,
nada de armas.
-En tal caso, señor gobernador,
yo le puedo garantizar que la guarnición de Granada
es y será leal a la república.
Tiene mi palabra de honor,
y también la palabra de honor de mis oficiales.
-El aeródromo, entradas y salidas de Granada,
la fábrica del pólvora del parque,
el cuartel de artillería,
el de ingenieros,
el gobierno civil...
la comandancia militar...
Todo lo que hay que tomar está señalado en el mapa.
Meteros bien en la cabeza que esto tiene que estar
en manos del ejército,
al mismo tiempo que se da a conocer le bando militar
declarando el estado de guerra.
A partir de ese momento hay que llevarse por delante
a toda esa carroña de republicanos y marxistas y revolucionarios
y masones y la madre que los parió.
¿Entendido?
Ahora vamos a ver quién se encarga de cada misión.
-Valdez, yo con dos escuadras...
-Mi gente puede... -¡A callar!
Aquí se hará lo que el jefe de milicias diga,
y el jefe de milicias de falange, soy yo.
¿Entendido, Pepiniqui Rosales?
El capitán Nestares y el capitán Álvarez,
se encargarán de la policía y de la Guardia de Asalto,
el teniente Pelayo a la Guardia Civil,
tienes que hacerte con ella, Pelayo,
y acabar de una vez por todas con ese teniente coronel
Vidal Pagán que es un republicano de mierda.
Los paisanos patriotas que logre levantar Ruiz Alonso
se encargarán de los locales de partidos del frente popular,
las escuadras de Miguel y Pepe Rosales,
de la radio y los periódicos.
Es fundamental que actuemos siempre con el ejército,
junto a él y apoyando todo lo que haga.
Que nadie tome iniciativas.
Y eso también va por usted, señor Ruiz Alonso.
-Valdez, ¿y ese bando que se va a leer?
-Ya está escrito.
-¿Quién lo firmará, Campins?
-El general Campins, sí, por las buenas,
cosa que dudo, y seguro que por las malas,
de él se encargarán en el cuartel de artillería,
no habrá problemas con Campins.
Pepiniqui, ¿qué pasa?
-Ha llegado el camarada de Sevilla.
-Está bien.
Pasa.
¿No te habrán seguido? -No, camarada.
-¿Te has cerciorado? -Sí, camarada.
-Tendrás que volver inmediatamente a Sevilla.
Allí te enteras en la Comandancia de Carabineros
si el general Queipo de Llano ha llegado.
Y le das esto de mi parte.
Te hago responsable, ¿eh? -Sí, camarada.
¿Y luego? -Lo que te diga el general.
-¿Mandas algo más? -Suerte.
-¡A tus órdenes! ¡Arriba España!
(RADIO) Españoles, las circunstancias extraordinarias
y críticas por la que atraviesa España entera,
la anarquía que se ha apoderado de las ciudades y los campos,
con riesgo evidente de la patria amenazada por un enemigo exterior,
hace imprescindible el que no se pierda un solo momento
y que el ejército, si he de ser salvaguardia de la nación,
tome a su cargo la dirección del país
cuando la tranquilidad y el orden estén reestablecidos,
a los elementos civiles preparados para ello.
-Chica. Chiquitita mía, ¿qué pasa?
(RADIO) Primero, queda declarado el estado de guerra
en el territorio de esta división. -Perdón.
(RADIO) Segundo. -Señora.
-Chis... (RADIO) Queda prohibido totalmente
el derecho a la huelga. -¿Se comerán la tarta?
-No, Angelina. Para tartas estamos. -Se la comerán las moscas.
¿Qué hago? -¿Cómo que qué haces?
-Que si quito la mesa o no. -Sí, quítala... y vete de una vez.
-Pues vaya un día de San Federico.
Ni fiesta, ni tarta, ni nada, ni nada.
Si ya te digo yo que...
(RADIO) En el día de mañana se prohíbe
la circulación de toda clase de personas y carruajes
que no sean de servicio desde las 9 de la noche en adelante.
Espero del patriotismo de todos los españoles,
que no tendré que tomar ninguna de las medidas indicadas
en bien de la Patria y de la República.
El general de la división, Gonzalo Queipo de Llano.
-¿Qué te parece?
-No, ni pasará.
El general Campins es leal a la República.
Y la Guardia Civil y la Guardia de Asalto, también.
Si me lo dijo Manolo anoche mismo. -A mí me da miedo esa voz.
-Que no.
(VICENTA SUSPIRA)
-Oh...
-No, no, Federico.
Esto es el comienzo de una guerra civil.
(TODOS GRITAN) ¡Va a saltar el pueblo contra el fascismo!
¡Va a saltar el pueblo contra el fascismo!
¡Va a saltar el pueblo contra el fascismo!
¡Va a saltar el pueblo contra el fascismo!
¡Va a saltar el pueblo contra el fascismo!
-Intolerable.
¡La actitud de esa gente y la suya
me parecen absolutamente intolerables!
Venidme a mí con exigencias...
Yo, señores míos, tengo que atenerme exclusivamente,
exclusivamente, a las órdenes que recibo de Madrid.
Y las órdenes son concluyentes.
¡Nada de armas!
Naturalmente, ustedes son muy libres de creerme o no.
-No se trata de eso, señor Torres Martínez.
¡Nadie pone en duda sus palabras! -¡Yo tengo la conciencia
bien tranquila! ¡Cumplo con mi deber!
Yo rogaría a los señores periodistas
que pasasen por alto este desagradable incidente.
En tanto de gobernador civil,
mi declaración oficial es la siguiente:
El orden en Granada es absoluto
para evitar cualquier alteración del mismo.
Venga de donde venga. No lo duden un instante.
-Pero coño, hace falta estar ciego. -Cálmate.
-El coronel Cascajo se ha adueñado de Córdoba para los rebeldes.
¡De Córdoba! Y aquí se conspira abiertamente.
¡Y usted lo sabe, como lo sabemos todos!
-¡Cállese! ¡Fuera de mi despacho! -¡Deténgalos a todos ahora
y ya no habrá alzamiento en Granada!
¡A pesar de Queipo en Sevilla y de Cascajo en Córdoba!
¿Tiene que hacer algo? ¡Puñeta! -¡Por última vez, haga el favor
de salir de mi despacho o me veré obligado...!
-Insistimos en que podría... -¡Basta!
-Yo ya he dicho todo lo que tenía que decir.
¡Fuera! ¡Por favor!
-Señores, tengan la bondad.
-Y llévense también a esa gente que grita en la calle.
¡Y que ustedes trajeron para coaccionarme!
Llévensela ahora mismo
o daré orden a los de Asalto para que despejen.
Qué estúpida provocación.
Eso sí que es hacerles el juego a los militares.
-¡Atención, el general! ¡Guardia, a formar!
-¡Coronel Muñoz, preséntese inmediatamente!
¿Qué significa todo esto?
¿Quiénes son esos paisanos? ¿Qué hacen aquí?
-Significa que también nosotros estamos con el Movimiento Nacional,
que estamos sublevados, como el general Queipo de Llano.
en Sevilla y el coronel Cascajo en Córdoba.
-Coronel Muñoz, Caballeros,
depongan su actitud. ¡Es una locura!
Coronel Muñoz, ustedes y todos los oficiales
que les acuden, quedan arrestados. -Ya está bien, Campins.
No diga tonterías, o le dejo seco.
Ahora pregunto yo. ¿Con quién está usted, con nosotros
o con la...? -Con la República.
-Está bien. ¡Teniente!
-A sus órdenes, mi coronel. -Conduzca bajo escolta
al general a la Comandancia Militar.
-¡Vosotros 4!
-Luego nos veremos, Campins. -¡Revengan!
(CARGAN ARMAS) -¡Media vuelta! ¡Eh!
¡De frente! ¡Eh!
-Valdés, Velasco, en marcha.
-¡Izquierda! ¡Eh!
¡Derecha! ¡Ah!
¡Cuelguen armas!
(CARGAN ARMAS)
¡De frente! ¡Ah!
-¡Ah!
-¡Ah! -¡Eh!
(TODOS GRITAN)
-¡Venga, venga! -¡Vamos!
-¡Ah! -¡Vamos, hay que verlo!
-¡El señor! -¡Viene!
-¡Dirección derecha! ¡Eh!
¡Eh!
¡Eh!
¡Ah! -Eh.
-¡Ah! -Eh.
-¿Pero qué coño aplaudís, imbéciles?
-Vienen a defender la república,
son nuestros compañeros y nos librarán de los fascistas.
-Corneta, toque de carga.
Contra la pared, vamos.
-Seguidme.
Adelante.
-Nos atacan, a las armas... -A las armas.
-Vamos, alerta. -¡Ametralladora!
-Estáis locos, nos van a freír a tiros.
-Compañeros...
-Viva España, viva España.
-Arriba España.
(TODOS GRITAN)
-Vamos, contra la pared he dicho.
-Cállate o te pego un tiro. -¿Quién es el gobernador civil?
-Yo soy, y protesto. -¡A callar!
-Le hago responsable si alguien ofrece resistencia.
-¿Y usted mi teniente coronel? -Correré la misma suerte que él.
-La Guardia Civil está con nosotros.
-Algunos, yo no. -Venga, todos a la comisaría.
-A este excelentísimo de los cojones
encerrarlo por ahí, por la casa.
-Firme esto, Campins.
-¿Qué es?
-El bando militar proclamando el estado de guerra
en granada y su provincia.
-Yo no lo he escrito, ¿por qué he de firmarlo?
-Porque oficialmente es usted la máxima autoridad militar...
por el momento.
-¿Autoridad? (RÍE)
Soy su prisionero, me niego a firmar.
-Piénselo, Campins, estoy decidido a levantarle
la tapa de los sesos.
¡Firme! Será mejor para todos.
-Está bien,
todos ustedes son testigos de que lo hago coaccionado
y bajo amenaza de muerte,
sólo para evitar ser asesinado.
-Misión cumplida, mi coronel, acaban de telefonear,
la Guardia de Asalto y la Guardia Civil están con nosotros.
El comandante Valdez ha tomado el gobierno civil.
El ayuntamiento es nuestro, así como la fábrica de pólvora
y el aeródromo, no hubo resistencia ni bajas.
-Lo hemos conseguido. -Viva España.
-Aquí tiene.
-Espero que algún día se me haga justicia y se sepa por qué firmé.
-No lo dude, general.
Capitán Marqués, acompañe al general al aeródromo,
que preparen un aparato para su traslado a Sevilla,
una vez allí, usted mismo lo pondrá a disposición
del general Queipo de Llano.
Arreglado,
a ese, juicio sumarísimo y luego al paredón.
Menudo es Queipo.
-A ver quién me ayuda a mí. -Vamos, rápido, rápido.
-Cerrad la salida. -Darse prisa.
-¡Rápido!
(GRITAN)
-¿Qué pasa?
-¿El alcalde? El alcalde es nuestro prisionero,
¡arriba España!
-No lo sé, alguien me dijo que era su prisionero.
(LLORA) Mamá...
Mamá...
(RADIO) Atención granadinos, atención, granadinos.
A partir de este momento entra en vigor el bando militar
que voy a leeros a continuación,
y que Radio Granada repetirá de hora en hora.
Don Miguel Campins Aura,
general de brigada y comandante militar de esta plaza.
Hago saber; Artículo 1”:
En vista del estado de desorden imperante
en todo el territorio de la nación desde hace 3 días,
ausencia de acción del gobierno central,
y con el objeto de salvar a España y a la República
del caos existente, se declara en este momento
en todo el territorio de la provincia
el estado de guerra.
Artículo 3”: Todas las autoridades...
-¡Eh! -¡Ah!
-¡Frena! ¡Eh! -¡Ah!
-¡Frena! ¡Eh!
¡Ah! -¡Cuidado!
-Y tenemos la otra batería situada allí.
Desde donde se domina también todo el Albaicín.
-Listos para abrir fuego, mi coronel.
(SUSPIRA) Demasiado tarde.
Enseguida se hará de noche.
Habrá que esperar hasta mañana para reventar
a esa gentuza del Albaicín.
(TODOS LLORAN) -¡Hijo de mi vida!
¡Hijo de mis entrañas! ¡De mi corazón!
-¡Hijo de mi vida! ¡Mi hijo!
-Ah... -Ay.
-Agachaos, agachaos.
-Granadinos,
por la paz perturbada, por el orden,
por el amor a España y a la República,
por el reestablecimiento de las leyes del trabajo,
espero vuestra colaboración a la causa del orden.
¡Viva España! ¡Viva la República!
Granada a 20 de julio de 1936.
Firmado: Miguel Campins Aura,
general de brigada
y comandante militar de esta plaza.
-¡Que se muere! ¡Que se muere!
(LLORA)
-¡Ah! (LLORA)
-Ah...
-Oh... (LLORA)
-¡Ah! -¡A por ellos!
(TODOS GRITAN)
-¡Vamos! -¡Venga, contra la pared!
-¡Ah! -¡Eh!
(TODOS GRITAN) -Ahí, sentada.
-Venga. -¡Ah!
-Federico.
-¿No vas a dormir?
-Ya no se oyen los cañonazos.
-Anda hijo, no te quedes ahí.
Sube a acostarte.
Una guerra civil (1935-1936) En 1936 el Frente Popular gana las elecciones y se declara el estado de guerra en Granada para acabar con la república. Lorca escribe "La casa de Bernarda Alba". Su única motivación es escribir para los amigos, a quienes lee sus obras en reuniones familiares.
Histórico de emisiones:
09/09/2012
16/08/2017