Sábados a las 21.30 horas
Canarias atraviesa un momento de enorme dificultad.
A la crisis económica y sanitaria se suma este año
una extraordinaria presión migratoria.
Desde el verano, no paran de llegar pateras y cayucos al archipiélago.
17.000 personas han alcanzado la costa este año,
aunque muchas otras han muerto en el mar.
En el puerto de Arguineguin
se han hacinado, en condiciones lamentables,
esperando para hacerse las pruebas PCR y ser reubicados.
También analizaremos la nueva Ley de Memoria Democrática,
aún en tramitación, que sustituirá a la Ley de Memoria Histórica.
Prohibirá las fundaciones que exalten el totalitarismo
e implicará al Estado en la exhumación de los restos
de miles de víctimas de la Guerra Civil y el franquismo.
Pero, antes, volvamos a Canarias.
Las autoridades de las islas piden que los migrantes
sean trasladados a la Península, pero el Gobierno central
ha dejado claro que no lo hará.
Los migrantes no quieren quedarse allí.
Y los isleños temen que Canarias se convierta en una nueva Lampedusa.
Si de algo saben en Canarias es de turismo y de migrantes.
Podrían no tener nada que ver,
pero aquí se han juntado en una mezcla extraña,
con el covid como argamasa.
En el muelle de Arguineguín, no encontramos redes ni pescadores.
Allí, en un improvisado campamento de acogida,
se han hacinado durante semanas,
más de 2000 personas llegadas en patera.
No tienen ni camas, están literalmente
tirados en el suelo, sobre una mantita
que les entrega Cruz Roja.
Aquello está siendo inhumano y degradante,
aquí hay instalaciones y recursos
para atender al ser humano como se merece,
como miembro de la especie humana.
Tienen derecho a tener un techo, una cama, a la salud.
Lo que está pasando, amenaza con arruinar las islas
y romper la convivencia.
Canarias, paraíso vacacional y ejemplo de solidaridad,
ve peligrar las dos cosas.
El martes 17, la Policía que custodia a los inmigrantes
retenidos en el muelle de Arguineguín,
escolta hasta la calle a unos 220, casi todos marroquíes.
Todavía no se ha informado de quién dio la orden.
La justificación sería que ya se habían cumplido 72 horas
de la llegada a España de esas personas,
el tiempo máximo de retención bajo custodia policial.
Todo el mundo sabía que en el muelle,
muchos inmigrantes pasaban hasta tres semanas retenidos.
Alcaldesa de Mogán a los policías:
¿Los podéis mantener aquí?
¿Y alguien puede servirme de traductor?
Zacarías es el intérprete de la alcaldesa.
¿Qué va a pasar con todos ellos?
¿Por qué no les paras un momento ahí?
El nerviosismo cunde en las autoridades locales.
Saben que la gente del pueblo está muy enfadada
y temen que haya altercados si los marroquíes
se adentran por sus calles.
La alcaldesa preguntando: who speaks spanish?
¿a dónde van? No sé, Mencey: Now you are freedom.
¿Que van a hacer ahora?
Necesitamos ir al hotel Mencey.
No van a ir a ningún hotel, eso es mentira.
Ustedes ahora están en la calle, en libertad,
pero no tienen a dónde ir.
Lo que nosotros queremos es que ustedes cojan una guagua
y vayan a las Palmas, que allí es donde está
el consulado de Marruecos.
Lo importante es que ahora van a venir guaguas
que los van a llevar gratis a las Palmas y que allí hay
una red importante de ONG que los van a ayudar.
Pero, ¿por qué no los cogen y se los llevan?
Sarah, que había viajado desde Francia
para buscar a su hermano,
intenta organizar a estos jóvenes totalmente
desorientados.
La subida a los autobuses es caótica.
Pero finalmente llegan a Las Palmas.
El Ayuntamiento los ha dejado en la puerta de la Delegación
del Gobierno, la institución a la que se culpa
del caos migratorio. Varias horas después,
Cruz Roja los recoge y los traslada
a instalaciones turísticas del sur.
Si no fuera por el covid, Canarias estaría ahora
en su temporada alta.
Pero hay muy pocos turistas y muchos hoteles vacíos.
Unos 6.000 inmigrantes han sido alojados
en estos establecimientos.
El Gobierno de España no ha sido capaz
de dar una respuesta habitacional en espacios militares vacíos,
en espacios públicos vacíos, durante estos tres meses,
tuvo que echar mano de los hoteles y otros espacios
dedicados a la actividad económica en zonas.
Cruz Roja organiza la estancia de los inmigrantes
en los complejos turísticos,
que reciben 45 euros por persona y día.
La fórmula ha generado recelos en el sector
y en la población en general.
No podemos no dedicarnos a lo que es nuestro trabajo
-turismo- y dar camas de 4 estrellas
para un señor que viene a buscar un futuro mejor, porque aquí
mucha gente dice: mira mi primo está sin trabajo,
lo pasa peor que esos señores en estos momentos.
Pero los que llegan,
tampoco quieren quedarse en un hotel,
por muchas estrellas que tenga.
Casi todos piensan en seguir viaje a Europa.
Como Abdul.
Yo vivo en el Sáhara, en guerra ahora,
entre Marruecos y el Polisario
y eso es lo que hay, no hay trabajo, yo tengo dos hijos,
no tienen nada que comer, antes de corona,
yo tengo trabajo y ahora, no tengo nada.
Todo el discurso de que nos van a quitar la vivienda,
el trabajo o las subvenciones es profundamente falso.
Si no se tienen 2 o 3 años de residencia legal,
no se tiene derecho a un euro público.
A mí lo que me está preocupando es cómo se organiza la convivencia
para que los brotes de racismo y de clasismo desaparezcan.
La gran mayoría de los inmigrantes que llegan en esta últimaola
son jóvenes de Marruecos empujados por la pobreza.
Y candidatos claros a la repatriación.
La crisis del coronavirus y el cierre de fronteras,
las está impidiendo o mermando.
Pero también llegan de Mali o de Costa de Marfil,
países en conflicto.
Tienen derecho a protección internacional
y ahora no reciben la atención que necesitan.
Estamos aquí con un sol de justicia
y no tenemos ni una mísera sombra los letrados donde cobijarnos
mientras nos toca atender a nuestros clientes.
Estamos en 5 metros cuadrados a la sombra de un furgón de policía.
Después de días bajo el sol, los abogados consiguieron por fin
una carpa para atender a los migrantes y refugiados.
Los inmigrantes del muelle habían estado meses
sin asistencia legal.
En Malí, hay guerra, hay mucho paro.
Nosotros hemos venido a España porque queremos libertad,
porque queremos desarrollarnos como personas.
Para no tener un efecto llamada justamente, el procedimiento
de asilo tiene que ser rápido y justo y quien entra
en el procedimiento de asilo, sale con una notificación
y con consecuencias.
El repunte en la ruta migratoria atlántica
se inició en septiembre de 2019.
Es una ruta peligrosa, de hecho, se estima
que han muerto en la travesía más de 500 personas
en lo que va de año.
Pateras y cayucos salen desde las costas de Senegal
y el Sáhara Occidental hacia Canarias.
Desde el verano aumentan las llegadas.
En octubre y noviembre son 300 al día de media.
Se bate el récord de llegada en un mes.
Todo el mundo estaba advertido.
Así que lo que está pasando, solo puede ser fruto
de la improvisación.
Había una cierta falta de visión y de preparación.
Nosotros hemos dicho: cuidado, en septiembre el mar está tranquilo,
van a subir las llegadas, había que prepararse,
pues no había preparación.
Los flujos estaban claros, nosotros podíamos preverlos
y las autoridades también.
En el 2006 fue el repunte mayor y en 4 horas,
los militares españoles se portaron de forma excepcional
y montaron campamentos militares, atendiendo a 3.500 personas
en la isleta y a 2.500 en los rodeos.
¿Por qué ahora hemos tenido que estar 4 meses denunciando
la situación del muelle de Arguineguín?
Las autoridades canarias creen que la respuesta
a esa pregunta está en la falta de entendimiento
entre los ministerios, sobre todo Interior y Defensa.
No hay necesidad de que estemos buscando
equipamientos e infraestructuras en las islas,
porque los tiene Defensa, los tiene vacíos, cerrados.
¿Por qué no se los cede a Interior?
¿Cuál es la razón?
Porque no existe diálogo, no existe coordinación
entre los distintos ministerios
La ministra de Defensa, se ha declarado contraria
a militarizar la crisis migratoria y ha pedido
a sus compañeros de Gobierno hacer autocrítica.
Quizá haya que hacer autocrítica, porque ha habido un momento
en que quizá las condiciones de Arguineguín no eran
las más adecuadas para seres humanos.
El ministro de Migraciones asegura que hacía mucho tiempo
que les habían pedido ayuda.
Instalaciones que proceden del ministerio de Defensa
y que nosotros ya las llevábamos pidiendo
incluso desde el mes de marzo.
Pero el centro de las críticas ha sido el ministro de Interior,
al que varios grupos políticos le han pedido que dimita.
"No, no voy a dimitir"
El caso es que el miércoles por la mañana,
después del escándalo con los 200 "liberados", se acelero
la preparación del campamento de Barranco Seco, en Las Palmas.
Y se pudo empezar a trasladar allí a migrantes que estaban
en Arguineguín y aliviar la situación
en ese muelle.
Este sitio tampoco es un ejemplo de confort.
Estamos hablando de un antiguo cuartel militar,
que lleva más de 20 años en desuso, se han montado las carpas en tierra,
los baños son químicos, no hay instalaciones fijas,
no hay duchas, todo instalación de tipo temporal
y las condiciones van a ser bastante duras
para los inmigrantes y especialmente complicadas
para los policías y garantizar la seguridad.
Los sindicatos policiales y de la Guardia Civil
hablan de descoordinación entre los ministerios
y piden más personal.
El Gobierno central ha prometido habilitar
otras 6000 plazas, en carpas provisionales.
Pero en Canarias, todos reclaman lo mismo.
No hay más solución que la derivación,
que la movilidad de estas personas, porque nos negamos
a que esto sea una isla cárcel, nos negamos tajantemente,
no nos pueden convertir en una prisión
para estas personas.
No puedan reproducir aquí el modelo Lesbos
o el modelo Lampedusa, nos negamos tajantemente.
Otras comunidades autónomas tienen plazas y las han ofrecido.
Pero la política de la Unión Europea es que los migrantes
se queden allí donde llegan.
También se quedan en Canarias
los menores no acompañados.
Casi 2000 bajo la tutela de la Comunidad Autónoma.
Este centro de abrió en septiembre ante una necesidad acuciante
de alojar a los niños que llegaban solos en las pateras.
Aquí hay 90, marroquíes y subsaharianos,
y su llegada no fue precisamente bienvenida
en el pueblo.
Yo creo que lo que ha pasado en este municipio
y creo que todo, en general, es también la incertidumbre,
el desconocimiento de lo que está pasando
de un día para otro.
En un centro con 90 chicos inmigrantes,
con lo que ello conlleva y genera recelo,
miedo, porque no saben que está pasando.
Lo más fácil es que se incorporen
a los equipos de fútbol locales.
Lo más difícil, que puedan seguir estudios reglados.
Y eso es justamente lo que quiere Mohamed.
"Escuela y trabajo".
Tiene solo 12 años, pero viajó en patera,
llegó malherido y tuvo que ser hospitalizado.
Todavía cojea.
En estos tiempos de pandemia, resulta imposible hasta ir
al centro de Salud para hacerse una cura.
Mamadou vino en patera desde Senegal,
en un viaje que duró 11 días, junto a otras 49 personas.
Para él estudiar es lo más importante de todo.
Othman sí ha venido por razones económicas.
Y todos ellos con la esperanza de que su vida mejore.
La migración ha venido para quedarse,
no es una cuestión de ahora si y ahora no,
fluctúa de un sitio a otro y tenemos que trabajarlos
desde el origen y una vez que llegan aquí,
poner los recursos adecuados.
Han viajado en estas frágiles barcas por un Atlántico
que no es precisamente el mar de las calmas.
Abandonan a sus familias y arriesgan la vida
porque confían en un futuro mejor.
Sueñan con la prosperidad de Europa pero, de momento,
siguen varados en un infierno.
El Anteproyecto de Ley de Memoria Democrática,
ahora en tramitación, reparará a las víctimas
de la Guerra Civil y el franquismo.
Hay 143.000.
Para muchos, la espera ha sido demasiado larga.
Rosa Insúa ha asistido a la exhumación
de los restos de su padre siendo ya octogenaria.
Pero otros han fallecido sin certezas.
Científicos e historiadores analizan la ley
y alguno de sus aspectos más polémicos,
como la introducción de la memoria en los institutos.
Mi madre siempre nos contó lo que había ocurrido
y sabíamos que estaba en El Espinar, porque aquí es donde le mataron.
Mi madre vino, vino ya más mayor, vino con mi hermano, que venian,
ya vivían en Francia ellos y quiso, pues enterarnos.
Y mis hijos también, más mayores, se interesaron mucho,
qué había pasado, dónde estaba mi padre...
11 de septiembre.
La emoción sobrevuela el cementerio del pueblo segoviano de El Espinar.
Rosa Insúa va a recibir, de manos de la Asociación
para la Recuperación de la Memoria Histórica, un anillo.
La prueba de que los restos de su padre,
Eugenio Insúa, están allí.
En el anillo se encuentra grabada la fecha de su boda.
Fue una alegría muy grande.
De verdad.
Un subidón que dije: "madre mía, ya era hora".
A poco ni lo cuento.
Pero, bueno, todavía puedo tenerlo cerca.
Durante 84 años, la tierra cubrió su cuerpo y su memoria.
La de un trabajador de la Casa de la Moneda, en Madrid,
que, tras el golpe militar del 18 de julio de 1936,
se alistó en las milicias que se dirigieron a la sierra
a defender el Gobierno democrático.
Siete días después, el 25 de julio, lo mataron en una emboscada.
Su historia, desenterrada junto con sus restos,
es una de las más de las 140.000 historias de personas
que lucharon por la democracia y permanecen desaparecidas,
ocultadas bajo tierra, desde hace más de ocho décadas
en España.
Desde hace 45 años, ya estamos en una democracia.
Entonces, 45 años son mucho tiempo.
Te pone que han muerto muchos familiares de personas desaparecidas
y, entre ellos, mi abuela y mi tío.
Así que es demasiado tiempo el que ha transcurrido.
Ha sido rápido, digamos, el proceso de exhumación.
Pero, evidentemente, son demasiados años
Desde su creación, hace 20 años,
la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica
ha llevado a cabo 180 exhumaciones.
Todos los cuerpos recuperados han pasado por estas instalaciones,
ubicadas en el campus de la Universidad de León,
en Ponferrada.
Con mimo científico están preparando los restos mortales de EugenioInsúa
para su posterior análisis de ADN.
Aquí también empezó todo hace meses, con una investigación histórica
que condujo a la localización de El Espinar.
Hacemos un informe previo arqueológico, histórico,
un informe de la exhumación, un informe forense,
con los resultados hasta de lo genético, ¿no?
En estos 20 años, nosotros hemos acumulado muchísima información,
que nosotros pongamos a disposición de la sociedad la información
está ayudando a conocer la verdad, pero digamos que es una versión,
es una verdad de parte, ¿no?
Si el Estado hubiera estado allí, sería una verdad oficial.
Y esa es la gran diferencia entre que las asociaciones
sean las que exhumen o sea el Estado.
Este es uno de los asuntos
que recoge el Anteproyecto de Ley de Memoria Democrática.
De aprobarse en el Parlamento tal y como lo ha redactado el Gobierno,
el Estado incoará de oficio la apertura de fosas
y remitirá a la Justicia los indicios de delito
a través de una Fiscalía especial.
Lo que llamamos Guerra Civil fue un golpe de Estado
contra la democracia española.
Estamos hablando justamente de equidad, de justicia,
de la libertad y del respeto
absolutamente de todas las posiciones ideológicas.
Pero también de reparar a estas personas
que han visto cómo la democracia, en más de 40 años,
no les ha dedicado el esfuerzo que requieren
y que, por cierto, ha hecho y hace cualquier país democrático
cuando se encuentra con un pasado como el que nosotros tenemos.
El anteproyecto de ley también prevé anular las medallas policiales
y títulos nobiliarios contrarios a la democracia,
considera "causa de extinción" de una fundación
la apología del franquismo e introduce la memoria
en los institutos.
Un asunto que suscita diferentes opiniones.
La memoria es algo individual.
La memoria es algo individual y confrontar esa memoria individual
con una especie de patrono, de normas colectivas,
empieza a complicar bastante la situación.
Yo creo que habría que dejar la memoria en paz,
muchos hemos aprendido bastante de nuestra experiencia biográfica,
contrastándolo, lo que sabemos con lo que nos contaron.
Desde Viena, el historiador Julián Casanova,
especialista en la violencia que asoló Europa
a principios del siglo XX,
asegura que abordar un pasado fracturado
requiere diferentes enfoques.
Hay dos formas de abordar ese pasado.
Una la tenemos los historiadores,
en la que hay que investigar para dar conocimiento,
transmitirlo en las escuelas, en los centros de enseñanza,
para difundirlo a través de escritos,
a través de conferencias.
Y hay un segundo punto, y es que las democracias
tienen que hacer una gestión pública de aquel pasado
que, normalmente, es de dictaduras, guerras y violencia.
Otra cosa es que la legislación refleje solo
la visión política del presente.
Pero confrontar, confrontar de forma libre el pasado,
se requiere, además de la enseñanza, la investigación,
una buena gestión pública a través de la ley.
Confrontar libremente el pasado adquiere un sentido especial
en la localidad vizcaína de Gernika, con su museo
y su Centro de Investigación por la Paz.
Un lugar en el que, nos dice la directora del museo,
el recuerdo del horror vivido hace más de 80 años
puede servir para cultivar una visión del mundo
basada en los derechos humanos.
Lo que los jóvenes tienen que hacer es esa unión de lo ocurrido
con nuestro presente.
De poco sirve hablar del pasado, de poco sirve recordar Gernika
si no somos capaces de recordar los "gernikas" de hoy.
Yo tengo que hablar del pasado para que cuando hoy escucho
que en no sé qué sitio ha ocurrido un bombardeo,
se me ericen los pelos y piense cuánto sufrimiento
hay por detrás, cuánta gente lo está pasando mal
y cuántos años van a tener que pasar para que esa gente puede hablar.
Gernika, una localidad prácticamente arrasada
y posteriormente reconstruida, es hoy, sin embargo,
un lugar de memoria.
En ella se aprecian de forma nítida los nexos
de la Guerra Civil española,
con los conflictos que asoman en toda Europa.
Miles de republicanos españoles
que cruzaron derrotados la frontera con Francia,
meses después, estaban luchando contra la Alemania nazi.
La periodista y escritora alicantina afincada en París
Evelyn Mesquida, ha desenterrado con sus libros
la memoria de muchos de ellos.
Hay que tener en cuenta que estos hombres y mujeres
eran civiles, eran combatientes civiles.
Combatientes que se alzaron,
es decir, que se pronunciaron inmediatamente
contra el golpe de Estado que se había dado en España.
Y esto les dio una fuerza enorme.
Combatieron primero en España y, cuando fueron vencidos
por esos cuatro ejércitos, salieron a Francia.
La palabra libertad la pronunciaban todos.
Era la cosa más importante para ellos.
Y lucharon.
Algunos franceses dicen: "luchaban al lado de nosotros,
lucharon por Francia".
Lo dicen, incluso, en ciertas ocasiones.
Ellos lucharon por España.
Ellos lucharon, más que por España, incluso, por la libertad,
como ellos decían.
Yo creo que hay que respetar, por un lado, los lugares de memoria;
por otro, las memorias en plural, y, en tercer lugar, está clarisimo
que hay memorias abrumadoras respecto a otras
y aquellas memorias más derrotadas, más vencidas, más olvidadas,
tienen que ser retribuidas en las sociedades democráticas.
En este enclave del Cementerio de San Fernando de Sevilla,
conocido como Pico Reja,
se encuentra una de las fosas comunes que alberga el recinto.
Según informe de los historiadores,
aquí podrían encontrarse más de 1100 cuerpos de represaliados,
personas desaparecidas, memorias enterradas de la Guerra Civil.
Los trabajos de exhumación e identificación,
dentro de un proyecto impulsado por el Ayuntamiento de Sevilla
con aportaciones de la Junta de Andalucía
y la Diputación Provincial, comenzaron hace ocho meses
y se estima que durarán cuatro años.
En la fosa se encuentran también depositados cuerpos
de no represaliados.
Sobre el terreno, la primera tarea es identificar qué restos
corresponden a víctimas de la represión.
Hay una escala de argumentación.
Una es la forma de tratar a esas personas en la muerte,
han sido arrojados,
tienen posiciones inverosímiles e inaceptables,
digamos, inusuales en lo que son los protocolos funerarios usuales.
Es posible leer la violencia en el hueso de este cráneo,
por ejemplo, aquí tenemos un orificio de entrada
y aquí tenemos uno de salida, por aquí tenemos otro de salida.
El martes 17 de noviembre asistimos a la primera
toma de muestras en Pico Reja para su análisis de ADN.
Su cotejo con las pruebas realizadas a los familiares
será la culminación de un proyecto que aspira a desenterrar
con los cuerpos su memoria y una parte de nuestra historia.
Yo creo que pronto saldrá.
Ya nos hemos hecho el ADN para después, si salen,
para que les tengan un entierro digno a estas personas
que dieron su vida por la República.
Beatriz Alonso es nieta de Ignacio Alonso,
teniente de la Guardia de Asalto que se mantuvo fiel
al Gobierno de la República.
Cuando estalló el golpe de Estado, el 18 de julio,
mantuvo la defensa del edificio de Telefónica en Sevilla.
No es abrir heridas.
Es que no se han cerrado.
Es que yo te digo que no he conocido a mi abuelo
y tengo la herida dentro.
¿Cómo habrá vivido mi padre, cómo habrá vivido mi tío,
cómo habrán podido llevar su vida y sin poder hablar,
sin ni siquiera hablar con la familia,
cómo lo habrán llevado?
Lo habrán llevado muy mal.
Entonces, yo que no lo conozco, ni me han hablado, ni nada
y tengo esta inquietud, imagínate tú ellos lo que habrán pasado.
Miguel Guerrero formó parte de la columna minera de Riotinto,
que partió hacia Sevilla para intentar defender la República.
Fue capturado y fusilado mes y medio después.
Su nieto tiene la esperanza de poder recuperar sus restos en Pico Reja.
El motor fundamental es la verdad, hacer justicia con esta gente,
que se limpien sus nombres, que son gente que...,
bueno, trabajadores.
Mi abuelo estaba afiliado a la UGT.
Era del sindicato minero de allí, de Riotinto.
Y, bueno, lo único que hizo fue trabajar.
Ingresó en la compañía con 13 años, de pinche,
acarreando piedras y demás.
Y estuvo hasta los 41 que murió, que fue escalando y llegó a capataz.
Lo único que hizo en su vida fue trabajar,
que quería una España mejor, era lo único,
el único delito que se le puede achacar.
Ana, Joaquín y Concepción son nietos de Joaquín León Trejo,
maestro y alcalde de la localidad de Pruna por el Partido Republicano.
Dos falangistas, jóvenes, lo denunciaron que era republicano.
Que lo conocían.
Habían sido, incluso, alumnos de él.
De ahí lo llevaron al cuartel de Jáuregui,
después estuvo en el cuartel del Carmen, en la calle Baños.
Y allí iba un sobrino suyo a llevarle el bocadillo,
a cambiarle la ropa para que la limpiara su tía,
hasta que un día le dijeron que no la trajera más.
Sus restos podrían estar aquí, en Pico Reja.
Los de sus hermanos, el catedrático José León Trejo
y el también maestro Manuel, están desaparecidos.
Es por dignidad, por sentimiento, porque se lo debemos.
Es que se lo debemos.
Es que nosotros estamos disfrutando una democracia,
que ellos fueron pioneros de esta democracia.
Por defenderla murieron.
Según el último informe oficial, fechado en diciembre de 2018,
aunque no existen cifras exactas, se estima que en España
existen unas 2500 fosas y 143.000 desaparecidos,
víctimas de la Guerra Civil y la represión.
Eugenio Insúa, Ignacio Alonso, Miguel Guerrero,
Joaquín, José y Manuel León Trejo
Son los nombres de algunas de ellas.
Sus memorias han permanecido enterradas junto a sus restos
durante mucho tiempo.
Una sociedad basada en el respeto a los derechos humanos,
regida por valores cívicos y democráticos,
tal y como le dice a España Naciones Unidas,
no se puede permitir su olvido.
Hemos llegado al final.
Ya saben que pueden volver a ver nuestros reportajes
en la web de RTVE y en las redes sociales, si quieren.
Nos vemos el próximo sábado.
Adiós.
El campamento de la vergüenza
El puerto de Arguineguín se ha convertido en el símbolo de una crisis que ha disparado la tensión social en el archipiélago canario y cuestiona la política migratoria española. 17.000 migrantes, entre ellos 1.400 menores, han arribado en lo que va de año a Canarias, frente a menos de 1.500 en el mismo período de 2019. ‘Informe semanal’ analiza la olla a presión en la que se está convirtiendo Canarias. La oposición critica la respuesta del Gobierno y pide la dimisión del ministro de Interior. Las ONG denuncian también la falta de unas medidas largamente anunciadas que no acaban de llegar para regular el flujo de personas. Dicen que a Lesbos en Grecia y Lampedusa en Italia, las islas tapón del sur de Europa contra las que se estrellan los migrantes, ahora hay que sumar el archipiélago español.
Memorias enterradas
Son 140.000 historias de personas que siguen desaparecidas, sepultadas bajo tierra. ‘Informe Semanal’ ha estado con familiares de las víctimas de la guerra civil y el franquismo, científicos, historiadores y con partidarios y detractores de la nueva Ley de memoria democrática, cuyo anteproyecto ha aprobado el gobierno.También ha estado en exhumaciones, laboratorios forenses y en el Museo de la Paz de Guernica.
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