(NARRADORA) (RECITA)
Yo amo a los mundos sutiles,
grávidos y gentiles.
(SUSURRA)
Yo amo a los mundos sutiles,
ingrávidos...
y gentiles.
(SUSURRA)
Yo amo a los mundos sutiles,
ingrávidos, gentiles.
Yo amo...
mundos...
ingrávidos...
ingrávidos.
Yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles...
como pompas de jabón.
Me gusta
verlos pintarse de sol y grana.
Volar bajo el cielo azul.
Temblar súbitamente
y quebrarse.
Mi infancia son recuerdos
de un patio de Sevilla:
Un huerto claro
donde madura el limonero.
Mi juventud:
20 años en tierra de castilla.
Mi historia:
algunos casos
que recordar no quiero.
Converso con el hombre...
(NARRADOR) (RECITA)
Soy el hombre...
(AMBOS) ...que siempre va conmigo.
Quien habla solo
espera hablar con dios un día.
Quién habla solo...
...espera hablar con dios un día.
(AMBOS)
Mi soliloquio es la plática
con este buen amigo.
Que me enseñó el secreto
de la filantropía.
(AMBOS) Y al cabo o nada os debo
de "veisme" cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo,
con mi dinero pago
el traje que me cubre
...y la mansión que habito.
El pan que me alimenta
y el lecho en donde yago.
Y cuando llegue
el día del último viaje
y esté al partir la nave
que nunca ha de tornar...
me encontraréis a bordo...
ligero de equipaje,
casi desnudo,
como los hijos de la mar.
(Música)
Vive en un piso alquilado
en medio de un palacio...
hasta que tiene cuatro años.
Durante su vida quería mantener
la visión de la infancia.
Pensaba que conseguir este ideal
era casi un milagro,
ya que para él,
era el hombre
una degeneración del niño.
Que se alejaba cada vez más
como un río
de la fuente de origen.
La arquitectura interna
de la casa en que nació...
marcó su espíritu.
Decía ser muy sensible
a los lugares en los que vivía.
Se canta lo que se pierde.
(Música)
Nada,
prácticamente nada de la infancia,
ninguna foto de niño,
nada.
Se canta lo que se pierde.
Sólo habla de un recuerdo.
(AMBOS) No lejos pasaba otro niño.
Llevaba una caña de azúcar,
dije:
"¿No es verdad que mi caña
es mayor que la de ese niño?"
Mi abuela no tardó en responder
con un acento de verdad y cariño
que no olvidaré nunca:
"Al contrario hijo mío,
la de este niño
es mucho mayor que la tuya".
¿Dónde tienes los ojos?:
Eso es lo que yo
he seguido preguntándome
toda mi vida.
Parece imposible
que ese trivial suceso
tuviera tanta influencia en mí.
Todo lo que soy, bueno y malo,
cuanto hay en mí
de reflexión y fracaso...
se lo debo a ese recuerdo.
-No está.
Con más seguridad, Sira.
Mira lejos.
Eso, eso es.
Un poquito más
rodilla con rodilla.
Como si estuvieras atada aquí.
Señala a lo lejos, eso es.
Pie. Vale.
Para que esté bien matizado,
¿de acuerdo?
Vamos a estimar
que subiera la piedra aquí.
Tú enseña la piedra ahí,
está ahí, ¿vale?
Tienes que tener
un tiempo más claro.
Estira menos, un poquito detrás.
Más por encima,
anticipándote al movimiento
porque si no, no vas a llegar
luego con la música.
Por ahí, por ahí, eso es.
Cuando hacéis...
Cuando hacéis este, es difícil
porque de esta posición
tenéis que ir marcando
todo el peso aquí.
Eso es, bien, muy bien.
Estaba aquí en el suelo
y las manos como mojadas
lanzan la voz en el cielo.
No con mucha fuerza, justo. A ver.
Dos como si cogiera un saco detrás
y lo cargo.
Salto.
Ahí. Eso es.
Cuando tiene 8 años,
Machado y su familia
se trasladan a Madrid.
España se enfrenta
a una profunda crisis histórica.
Está humillada y pobre
al perder sus últimas colonias.
La derrota en Cuba
ante los norteamericanos
es el final del imperio español.
150.000 soldados vuelven
a un país deprimido y angustiado
con un conflicto abierto
sobre su identidad.
Machado vive con 10 familiares
con necesidades económicas.
Su padre
tiene que emigrar a Sudamérica,
vuelve enfermo
y muere joven
abrazado a su esposa...
sin ver de nuevo a sus hijos.
Se canta lo que se pierde.
En España
crecen las dudas y la tensión
ante un futuro gris.
Con 21 años, todavía
no ha terminado el bachillerato.
En lugar de estudiar
hace vida bohemia,
pero él
no ha escrito todavía nada,
ni un solo verso.
Hasta que suceden
tres cosas fundamentales para él:
Rubén Darío ha llegado a España,
trae el modernismo
con sus libros: "Azul",
"Prosas profanas" y "Los raros".
Una galería de literatos que
anhelan la experiencia estética.
Sentir el alma
ante el creciente materialismo.
La belleza
que se encuentra en la soledad,
en la oscuridad
y en el amor imposible.
Son trasgresores
sin temer a ser tachados
de excéntricos o malditos.
Reforzando su individualismo
frente
a las convenciones sociales.
Rubén Darío trae París a España
y Machado visita París.
Conoce a Oscar Wilde
en tertulias en Calisaya bar.
(Música de piano)
Descubre una sociedad culta,
escéptica y refinada.
Se canta lo que se pierde.
(Música de castañuelas)
Allí descubre a Paul Verlaine:
El poeta recién fallecido impregna
el submundo bohemio de la ciudad
con sus "Poèmes saturniens".
Machado siente como si le hablasen
a él de sus propios anhelos
latentes hasta ahora.
Reaparece su nostalgia
por el viejo jardín de la fuente
donde fue brevemente feliz.
Su vida cambia para siempre
y al volver a Madrid
creará sus primeros versos.
(Música)
(RECITA) Aún no comprendo nada
en el sonido del agua.
Ni del mármol silencioso
al humano lenguaje
traducido
el convulsivo gesto doloroso.
Pero una doble eternidad presiento
que en mármol calla
y en cristal murmura alegre salmo
y lúgubre lamento
de una infinita y bárbara tortura.
En las horas más áridas
y tristes y luminosas
dejo la estúpida ciudad
y el parque viejo
de opulento ramaje
me brinda sus veredas solitarias
como inerte fantasma de paisaje.
Donde el agua y el mármol
en estrecho
abrazo de placer y de armonía,
de un infinito amor
llenan mi pecho.
Donde soñar y reposar querría,
libre ya del rencor y la tristeza.
Hasta sentir sobre la piedra fría
que se cubre de musgo
mi cabeza.
(Música)
Surge el hastío de la luz.
Las vagas, confusas, turbias
formas que poblaban el aire,
se disipan, ídolos del poeta.
Nebulosas amadas
de las vísperas carmíneas
que un sueño engendra
y un oriente borra.
(Música)
Desnuda su pena,
su rencor,
su desconsuelo
por no tener un amor de joven.
Se le aparece el fantasma
de la mujer que no ha tenido...
ni tiene.
En su mundo interior
construye galerías de sueños,
pasillos
del palacio en que vivió...
cargados de sensaciones oníricas.
Justo entonces, Freud, publica:
"La interpretación de los sueños".
(RECITA)
Roja nostalgia al corazón sentía.
Sueños bermejos que en el alma
brotan de lo inmenso inconsciente
cual de región caótica y sombría
donde "ignios" astros como nubes
flotan informes
en un cielo lactescente.
La soledad:
la musa que el misterio revela
al alma en sílabas preciosas
cual notas de recóndito salterio,
los primeros fantasmas
de la mente.
Muda caminaba
en polvo y sol
envuelta sobre el llano
y en confuso tropel
mientras quemaba sus inciensos
de púrpura el verano.
Yo he visto mi alma en sueños
en el etéreo espacio
donde los mundos giran.
Yo he visto mi alma en sueños
como un estrecho y largo
corredor tenebroso
de fondo iluminado.
¿Acaso mi alma
tenga risueña luz de campo?
Sus aromas lleguen de allá,
del fondo claro.
Yo he visto mi alma en sueños:
era un desierto llano
y un árbol seco y roto
hacia el camino blanco.
(Música)
Desperté.
¿Quién enturbia
los mágicos cristales de mi sueño?
Mi corazón
latía atónito y disperso.
(Música)
Es una tarde cenicienta y mustia,
destartalada como el alma mía.
Es esta vieja angustia
que habita
en mi usual hipocondría.
La causa de esta angustia
no consigo
ni vagamente comprender si quiera.
Desnuda está la tierra
y el alma aúlla al horizonte
pálido como loba famélica.
¿Qué buscas, poeta, en el ocaso?
Publica su primer libro de poemas:
"Soledades".
Unamuno lo define
como lo más espiritual
que puede leerse en España.
Su influencia
sobre Machado es clave,
invitándole a crecer
más allá del Modernismo.
Nada del arte por el arte.
Escapar de la trampa narcisista,
entrar en el alma,
pero para también
conectar con otras.
Desarrolla
una conciencia más social,
fraternal.
Más de la Generación del 98.
La muerte de su abuelo catedrático
hace que Antonio y sus hermanos
tengan que sentar la cabeza.
Decide, por fin,
terminar el bachillerato.
Lo consigue con 24 años.
No heredó bienes,
pero sí una pasión por la cultura,
por los ideales republicanos,
un gran amor por la naturaleza,
una preocupación por España,
y un espíritu humanista.
(RECITA) Yo me asomo
a las almas cuando lloran
y escucho su hondo rezo
humilde y solitario.
Ese que llamas salmo verdadero.
En las hondas bóvedas del alma
no sé si el llanto
es una voz o un eco.
Para escuchar
tu queja de tus labios
yo te busqué en tus sueños
y allí te vi,
vagando en un borroso
laberinto de espejos.
Y todo en la memoria se rompía
como una pompa de jabón al viento.
En toda el alma
hay una sola fiesta.
Tú lo sabrás,
amor, sombra florida,
sueño de aroma,
y luego nada, andrajos,
rencor, filosofía.
Roto en tu espejo tu mejor idilio
y vuelto ya de espaldas a la vida
ha de ser tu oración de la mañana
para ser ahorcado, hermoso día.
Tanta conciencia de soledad
resulta suicida.
Tiene que abrirse
para no destruirse,
para no sufrir tanto.
Quiere poder seguir soñando,
pero despierto.
En la vida activa y militante
su nueva atención
por lo que le rodea
no cambia
su apariencia descuidada.
Juan Ramón Jiménez decía:
"Cuando me lo encontraba
por la mañana temprano
me creía que acababa
de levantarse de la fosa.
Las mariposas del aire libre
le parecían
de tal encantadora sensualidad
como las moscas de la casa".
(HOMBRE) (RECITA)
Vosotras las familiares,
inevitables golosas.
Vosotras, moscas vulgares,
me evocáis todas las cosas.
Oh, viejas moscas voraces
como abejas en abril,
viejas moscas pertinaces
sobre mi calva juvenil.
Moscas del primer hastío
en el salón familiar,
las claras tardes de estío
en que yo empecé a soñar.
Y en la aborrecida escuela
raudas moscas divertidas,
perseguidas
por amor de lo que vuela,
que todo es volar, sonoras,
rebotando en los cristales,
en los días otoñales.
Moscas de todas las horas,
de infancia y adolescencia,
de mi juventud dorada,
de esta segunda inocencia
que da en no creer en nada.
De siempre,
moscas vulgares,
que de puro familiares
no tendréis digno cantor.
Yo sé que os habéis posado
sobre el juguete encantado,
sobre el librote cerrado,
sobre la carta de amor.
Sobre los párpados yertos
de los muertos.
Inevitables golosas
que ni labráis como abejas
ni brilláis cual mariposas.
Pequeñitas revoltosas,
vosotras amigas viejas,
me evocáis todas las cosas.
Tiene mala letra.
Se pone a mejorarla
para preparar una ardua oposición
y poder hacerse
con una cátedra de francés
en un instituto de secundaria.
La consigue en Soria.
En 1907 es una provincia aislada,
pobre y analfabeta,
que apenas existe para el país.
España profunda
devastada por la inmigración,
por crímenes en el campo
y bosques incendiados.
Ya no está
en el jardín de la infancia
el simbolismo francés
o las misteriosas
galerías de los sueños.
Sus poemas
están cargados de descripciones
y de reflexión
sobre la realidad que le rodea.
Con una marcada conciencia social
a veces muy crítico
con la España de Castilla.
Ortega y Gasset
llama a releer sus versos
sopesando cada palabra
que pone
en una realidad más profunda
una realidad poética.
(Música)
(RECITA) Campos sin arados,
regatos ni arboledas.
Decrépitas ciudades,
caminos sin mesones
y atónitos palurdos
sin danzas ni canciones
que aún van
abandonando el mortecino hogar
como tus largos ríos,
Castilla, hacia la mar.
Castilla miserable,
ayer dominadora.
Envuelta en sus andrajos
desprecia cuanto ignora.
Espera, duerme o sueña.
¿La sangre derramada
recuerda cuando tuvo
la fiebre de la espada?
¿Pasó?
Sobre sus campos
aún el fantasma yerra
de un pueblo que ponía
a dios sobre la guerra.
La madre en otro tiempo
fecunda en capitanes,
madrastra es hoy
apenas de humildes gana panes.
Las figuras del campo
sobre el cielo.
Dos lentos bueyes
aran en un alcor
cuando el otoño empieza.
Y entre
las negras testas doblegadas
bajo el pesado yugo
pende el cesto
de juncos y retama
que es la cuna de un niño.
Y tras la yunta marcha un hombre
que se inclina hacia la tierra.
Y una mujer que en
la abiertas zanjas arroja semilla.
Bajo una nube de carmín y llama,
en el oro fluido
y verdinoso del poniente
las sombras se agigantan.
El alma del poeta
se orienta hacia el misterio.
Ir soñando,
pero si es posible...
con los ojos abiertos.
Buscando, buscando,
voz propia, autenticidad.
Dejando los referentes.
Ni la amarga primavera...
ni la amarga luz
en mi rincón oscuro...
ni maldecir
mi juventud sin amor...
ni la juventud nunca vivida.
Ahora... tras tanto camino,
es la primera vez
que miro brotar la primavera...
como quién siente
alas de otra ilusión.
Y todavía
yo alcanzaré mi juventud un día.
Amo los mundos sutiles,
grávidos y gentiles.
(SUSURRA)
Yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles.
(SUSURRA)
Yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos, gentiles.
Yo amo...
mundos,
ingrávidos...
Ingrávidos,
sutiles...
Sutiles.
(Música)
(Murmullos)
(Música)
(HABLA EN JAPONÉS)
(Música)
Machado, activo y crítico,
es un profeta adelantado
del ecologismo.
Provoca el enfado de muchos
en la provincia
donde se siente fuera de lugar,
aislado de donde se quiere ir.
(RECITA) ¿Llamaréis patria
a los calcáreos montes
hoy desnudos y antaño
cubiertos de espesos bosques?
Eso es un pedazo del planeta
por donde los hombres han pasado
no para hacer patria
si no para deshacerla.
No sois patriotas pensando
que algún día sabréis morir
para defender
esos pelados cascotes.
Lo seréis acudiendo
con el árbol o con la semilla.
Abunda el hombre malo
del campo y de la aldea,
capaz de insanos vicios
y crímenes bestiales
que bajo el pardo sayo
esconde un alma fea,
esclava
de los siete pecados capitales.
Los ojos siempre turbios
de envidia o de tristeza
guarda su presa
y llora la que el vecino alcanza.
Ni para su infortunio
ni goza su riqueza.
Le hieren y acongojan
fortuna y malandanza.
Veréis llanuras bélicas
y páramos de asceta.
No fue por estos campos
el bíblico jardín.
Son tierras para el águila.
Un trozo de planeta por donde
cruza errante la sombra de Caín.
Fue un tiempo de mentira,
de infamia.
A España, la malherida España,
de carnaval
vestida nos la pusieron:
pobre y escuálida y beoda,
para que no acertara
la mano con la herida.
Ya entonces,
por el fondo de nuestro sueño,
herencia de un siglo
que vendido sin gloria se alejaba,
un alba entrar quería.
Con nuestra turbulencia la luz
de las divinas ideas batallaba,
mas cada cual,
el rumbo siguió de su locura.
Agilitó su brazo,
acreditó su brío,
dejó como un espejo
gruñida su armadura y dijo:
"El hoy es malo,
pero el mañana es mío".
Y es hoy aquel mañana de ayer
y España toda
con sucios oropeles de carnaval
vestida aún la tenemos.
Pobre y escuálida y beoda.
Más soy de un vino malo
la sangre de su herida.
Tú, juventud más joven,
si de más alta cumbre
la voluntad te llega
irás a tu aventura despierta
y trasparente a la divina lumbre,
como de amante clara,
como de amante cura.
(Música)
El español, gallo reñidor,
con espolones afilados
prefiere pelear a comprender
y casi nunca
esgrime las armas de la cultura
que son las armas del amor.
Ayudaba a su madre,
soportaba
la violencia de su padre,
exguardia civil.
Lloraba en silencio
y adoraba la poesía.
Tener en casa
al autor de las Soledades,
de talante tan opuesto
al de un padre
que les hacía infelices a todos.
Debió ser muy especial para ella.
Para él,
fue por fin poder vivir el sueño
del amor no vivido
con su hada más joven.
(Música)
(RECITA) Una clara noche
de fiesta y de luna,
noche de ensueños,
noche de alegría,
el hada más joven
me llevó en sus brazos
a la alegre fiesta
que en la plaza ardía.
Todos los rosales
daban sus aromas,
todos los amores,
amor entreabrían.
En la boda ella tiene 15, él 34.
La diferencia de edad hace
que sufra burlas en el pueblo.
Para él es un martirio,
quiere salir de Soria
y consigue una pensión de un año
para estudiar
filología francesa en París
y así poder atender a las clases
del filósofo Henri Bergson.
Antes de partir
completa el primer manuscrito
de "Campos de Castilla".
Los dos se van felices
a la capital de Francia,
al hotel de l'Academie,
en el barrio latino.
Esa es su verdadera luna de miel.
Una breve luna de miel.
Allí,
el día de la fiesta nacional,
Leonor vomita sangre:
tuberculosis.
(Música)
En el paseo de Mirón
estaba don Antonio,
pero ahora empuja el cochecito,
donde afilada,
fina,
casi transparente,
toma el sol Leonor,
con su tez pálida
y su belleza quebradiza,
y sus manos exangües,
mirada infantil,
un poco asombrada,
esos ojos que miraban ya
desde la profundidad
de sus ojeras.
(RECITA) Después de mi desgracia
he decidido consagrarme
en absoluto a la poesía
y no salir más
de mi rincón.
Tan pobre me estoy quedando
que ya,
ni siquiera,
estoy conmigo.
No sé si voy conmigo
a solas viajando.
Señor,
ya me arrancaste
lo que yo más quería.
Oye otra vez, Dios mío,
mi corazón clamar,
tu voluntad se hizo, Señor,
contra la mía.
Señor,
ya estamos solos,
mi corazón y el mar.
¿Lo ves, Leonor?
Los álamos del río
con sus ramajes yertos.
Mira el Moncayo
azul y blanco.
Dame tu mano,
paseemos,
por estos campos
de la tierra mía,
bordados de olivares polvorientos,
voy caminando solo,
triste,
cansado,
pensativo,
y viejo.
Yo buscaba a Dios un día.
¿Dónde estás que no te veo?
Era una voz que decía: "Creo".
Tengo en mi pecho clavado
un dardo tuyo, Señor,
me heriste y he blasfemado
por amor.
(Música)
La muerte ronda mi calle,
llamará, ay,
lo que yo más adoro
se lo tiene que llevar.
La muerte llama a mi puerta,
quiere entrar.
Ay, Señor,
si me la llevas
ya no te vuelvo a rezar.
Hoy mi corazón se rompe
de dolor.
¿Es verdad que me la quitas?
No me la quites, Señor.
Una mañana dorada
de un día de primavera
vi sentada
la muerte a su cabecera.
Quiero amarte y sólo puedo
blasfemar y aborrecer.
Mátame la fe
del miedo del poder.
Señor, Señor, yo te llamo.
¿Dónde estás que no te veo?
Voz que el desierto clama.
Dicen: "Creo,
creo,
creo".
(Lamentos)
Anoche soñé
que hoy era Dios gritándome:
"Alerta".
Luego, era Dios quien dormía
y yo gritaba:
"Despierta".
Para tu ventana un ramo de rosas
corté esta mañana
por un laberinto
de calle en calleja,
buscando,
he corrido tu casa,
tu reja.
Ay, el tiempo, el tiempo.
¿Cómo eran tus ojos
que ya no me acuerdo?
A solas, con su sombra
y su locura,
va el loco
hablando a gritos.
No puede ser.
El loco vocifera
a solas con su sombra
y su quimera:
No te vuelva a ver.
Es horrible y grotesca
su fisionomía, Señor.
Flaco, sucio y maltrecho
y mal rapada voz
de la mar me asoma,
ojos de calentura,
Señor, iluminan
su rostro demacrado.
La ciudad moruna
tras las murallas viejas,
Señor, contemplo
la tarde silenciosa a solas,
con mi sombra y mi pena.
Solo. (SUSPIRA)
Ya no puedo caminar con ella.
Cuando murió su amada
pensó en hacerse viejo
en la mansión cerrada,
solo,
con su memoria
y el espejo donde ella
se miraba un claro día.
Como el oro
en el arca del avaro
pensó que guardaría
tu luna ayer,
en el espejo claro.
Y ya el tiempo para él
no corría.
Y dijo:
"Las galerías del alma
esperan
estar despiertas,
mudas,
vacías,
las blancas sombras se van".
Una noche de verano
estaba abierto el balcón
y la puerta de mi casa,
la muerte en mi casa entró,
se fue acercando a su lecho,
ni siquiera me miró.
Con unos dedos muy finos
algo muy tenue rompió.
Silenciosa y sin mirarme
la muerte otra vez
pasó delante de mí.
¿Qué has hecho?
La muerte no respondió.
Mi niña quedó tranquila,
dolido mi corazón.
Ay, lo que la muerte ha roto
era un hilo entre los dos.
Machado y Lorca
se conocen en Baeza.
Para Lorca es un referente clave,
por las poesías de "Soledades"
y "Galerías",
llenas de desasosiego amoroso,
pero también
por acercarse a la tradición,
algo que Machado llama:
"Auto folklore,
o folklore de sí mismo".
Desarrolla un trabajo
de indagación metafísica
con su apócrifos,
sus álter ego,
Juan de Mairena
y Abel Martín,
trabajos de una modernidad
inexistente en España.
Con algunos textos
se adelanta a los surrealistas,
a Joyce o Kafka.
Quiere volver a Madrid,
lleva ocho años de destierro
y le pesa la vida provinciana
que siente devorarle por dentro.
Retoma su título universitario
para mejorar
su situación laboral.
En 1917 se publica
"Poesías completas",
su consagración.
Y consigue su título universitario
en Filosofía y Letras.
Logra escapar de Baeza
con un traslado a Segovia.
Ya a sólo tres horas
en tren de Madrid.
(RECITA) Dijo Dios:
"Brote la nada".
Y alzó su mano derecha
hasta ocultar su mirada.
Y quedó la nada hecha.
Borraste el ser,
quedó la nada pura,
muéstrame, oh Dios,
la portentosa mano
que hizo la sombra,
la pizarra oscura
donde se escribe
el pensamiento humano.
Vivimos en un mundo
esencialmente apócrifo,
en un cosmos
o poema de nuestro pensar,
ordenado o construido todo él
sobre supuestos indemostrables.
Todo poeta supone
una metafísica,
acaso cada poema
debiera tener la suya.
En esta teología
nada encontraríamos más esencial
que el tiempo,
no el tiempo matemático,
sino el tiempo psíquico,
que coincide
con nuestra impaciencia.
Esa impaciencia mal definida
que otros llaman angustia,
y en la cual comenzaríamos a ver
un signo revelador
de la gran nostalgia
de no ser
que el ser supremo siente.
La gran nostalgia
de lo otro
que parece uno.
Entre el vivir y el soñar
hay una tercera cosa,
adivínala.
Vive una etapa de éxitos
con la escritura teatral
junto a su hermano Manuel,
llegando a lo más alto
de la dramaturgia de la época.
En 1923
ambos querían estrenar su nueva
en el aniversario
de la República,
pero se produce
el golpe de Estado
del general
Miguel Primo de Rivera
y se impone la dictadura.
(RECITA) España cae en cuatro pies
¿se levantará?
Probablemente
encontrará cómoda la postura
y permanecerá en ella
largo tiempo.
Durará siete años,
mientras por segunda vez
le llega el amor.
Pero es un amor platónico
y secreto con una mujer casada,
Pilar de Valderrama,
a la que él llama poéticamente:
Guiomar.
No es una relación carnal
por imposición de ella,
que busca sólo
una amistad limpia y espiritual.
Muchos de sus encuentros
son imaginarios,
en un lugar que ellos llaman:
Tercer Mundo.
(RECITA) Guiomar, Guiomar,
mírame en ti castigado,
reo de haberte creado,
ya no te puedo olvidar.
En un jardín te he ensoñado,
alto, Guiomar, sobre el río.
Jardín de un tiempo cerrado
con verjas de hierro frío.
Todo amor es fantasía.
Él, inventa el año,
el día,
la hora y su melodía.
Inventa al amante,
y más, la amada.
No prueba nada
contra el amor
que la amada
no haya existido jamás.
Primo de Rivera
dimite en 1930.
El rey Alfonso XIII,
con poder muy debilitado,
pretende volver
a la Monarquía Parlamentaria.
En las elecciones municipales
los monárquicos ganan
en número de concejales,
pero la victoria de
los republicanos en las ciudades
hace que la Corona
quede desacreditada.
España se acuesta monárquica
y despierta republicana.
El rey decide salir del país
esa misma noche
y el 14 de abril de 1931
se proclama la Segunda República.
(Campanada)
(Campanada)
(RECITA) Ya hay un español
(Campanada)
que quiere viviry a vivirempieza,
entre una España que muere
(Campanada)
y otra España que bosteza.
Españolito que vienes al mundo
(Campanada)
te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.
(Campanada)
(Campanada)
Para los tiempos que vienenhay que estar seguros de algo
porque han de ser
tiempos de lucha
(Campanada)
y habréis de tomar partido.
Tomar partido
no es sólo renunciar a las razones
(Campanada)
de vuestros adversarios, sino tambi/c>en a las vuestras.
Abolir el diálogo,
(Campanada)
renunciar, en suma,a la raz/c>on humana.
(Campanada)
En el 32 hay
un intento golpista en Sevilla.
Justo ese año, Machado,
por fin consigue
plaza de profesor en Madrid,
después de 30 años viviendo
un destierro en provincias.
Como siempre en su vida,
no podrá disfrutarlo mucho tiempo.
España va dividiéndose
trágicamente en dos bandos.
El 18 de julio comienza
la sublevación militar.
Manuel Machado sale de Madrid
y antes de terminar agosto,
detenido y bajo presión,
deja de apoyar a la República
para inscribirse en la Falange.
Pilar de Valderrama,
conservadora,
huye y quema la mayoría
de las cartas de Machado.
Él se queda en Madrid,
involucrado en la defensa
de la República con su escritura.
Lorca es ejecutado en Granada,
acababa de escenificar
el romance de Machado,
la tierra de Alvargonzález.
Antonio escribe su poema
sobre el asesinato de Federico.
El 2 de noviembre los fascistas
están a las puertas de Madrid.
El gobierno de la República
se traslada a Valencia.
Evacúa a sus hombres
más representativos
de la cultura y la ciencia.
Antonio Machado se resiste,
pero bajo la insistencia de todos,
y el peligro de correr
la misma suerte que Lorca,
acepta con una condición:
Que vaya con él su familia.
Machado
nunca volverá a Madrid,
nunca volverá a ver
a su hermano.
Siempre defendió no mezclar
poesía y política,
pero ahora,
su vida es arrastrada por ella.
(RECITA)
Quien oyó los primeros cañonazos
disparados sobre Madrid,
(Sirena)
conservará para siempreen la memoria
una de las emociones
más antipáticas,
más angustiosas
y perfectamente demoníacas
que puede el hombre
experimentar en su vida.
Allí estaba la guerra,
envistiendo testaruda y bestial,
una guerra sin sombra
de espiritualidad,
hecha de maldad y rencor.
Con sus ciegas
máquinas destructoras,
vomitando la muerte
de un modo frío y sistemático
sobre una ciudad
casi inerme,
despojada vilmente
de todos sus elementos de combate.
Sobre una ciudad
que debía ser sagrada
para todos los españoles,
porque en ella
teníamos todos, ellos también,
alguna raíz
sentimental amorosa.
Dijo una voz popular:
¿Quién me presta una escalera
para subir al madero,
para quitarle los clavos
a Jesús el Nazareno?
Oh, la saeta,
el cantar
al Cristo de los gitanos,
siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar.
Cantar del pueblo andaluz
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz.
Cantar de la tierra mía
que echa flores
al Jesús de la agonía
y es la fe de mis mayores.
No, no eres tú mi cantar,
no puedo cantar ni quiero
a ese Jesús del madero
sino al que anduvo en el mar.
Frente a la palma de fuego
que deja el sol que se va
en la tarde silenciosa
y en este jardín en paz,
pienso en la guerra,
la guerra,
que viene como un huracán.
Pienso en España,
vendida toda
de río a río,
de monte a monte,
de mar a mar.
(Bombas)
(Bomba)
No quiere perder
el tiempo que le queda.
Escribe incansablemente
todas las noches
en textos de militancia
y en sus poemas.
Sus sobrinas salen al exilio,
con ellas se pierden
las últimas risas
que tenía a su alrededor.
Todo se viene abajo
y la memoria de Leonor
le vuelve a perseguir.
(Música)
(RECITA) Quizá después de todo...
nunca aprendimos
a hacer la guerra.
Esto es el final,
cualquier día caerá Barcelona.
Para los estrategas,
para los políticos,
para los historiadores...
todo estará claro;
hemos perdido la guerra.
Pero humanamente...
no estoy tan seguro,
quizás la hemos ganado.
Dura,
confusa y terrible huída
por los montes
varios días y noches,
cambiando de vehículos,
con aviones disparando,
todos amontonados
en las carreteras.
A pesar de la aglomeración,
el silencio es imponente.
Inconstante inquietud,
nadie puede descansar,
menos dormir.
La guerra les había matado
el sueño a todos.
En el viaje, Antonio pierde
su último equipaje,
la única pequeña maleta
que le quedaba.
Llega de noche, a pie,
mojado,
congelado,
enfermo,
con lo puesto
y nada más;
a Culliure.
Es acogido en el hotel
Bougnol-Quintana.
(RECITA) Con negra llave
el aposento
frío de su tiempo, abrirá.
Oh, cámaras del tiempo
y galerías del alma
tan desnudas,
dijo el poeta.
De los claros días
pasan las sombras mudas,
desde el umbral de un sueño
me llamaron.
Era la buena voz,
la voz querida.
Dime,
¿vendrás conmigo a ver el alma?
Llegó a mi corazón una caricia.
Contigo...
siempre.
Y avancé en mi sueño
por una larga, escueta galería,
sintiendo el roce de al veste pura
y el palpitar suave
de la mano amiga.
(Música de piano)
Aquella noche fría
supo a Martín de soledad.
Pensaba que Dios no le veía
y en su mundo desierto caminaba.
Y vio la musa esquiva
de pie junto a su lecho,
la enlutada,
la dama de sus calles,
fugitiva.
La impasible al amor
y siempre amada,
Díjole Abel:
"Señora,
por ansia de tu cara descubierta,
he pensado vivir hacia la aurora
hasta sentir mi sangre casi yerta.
Hoy sé que no eres tú
quien yo creía,
más te quiero mirar
y agradecerte lo mucho
que me hiciste compañía
con tu frío desdén".
Quiso la muerte sonreír a Martín
y no sabía.
Viví,
dormí,
soñé
y hasta he creado,
pensó Martín, ya turbia su pupila.
Un hombre que vigila el sueño
algo mejor que lo soñado.
Y sucedió a la angustia,
la fatiga,
que siente su esperar desesperado,
la sed que el agua clara
no nos mitiga;
la amargura,
el tiempo envenenado.
Esta lira de muerte.
Abel palpaba
su cuerpo enflaquecido.
El que todo lo ve, no le miraba.
Y esta pereza,
sangre del olvido.
Oh...
sálvame, Señor.
Su vida entera,
su historia,
irremediablemente
aparecía escrita en blanda cera.
¿Y ha de borrarse
el sol del nuevo día?
Abel
tendió su mano
hacia la luz bermeja
de una caliente aurora de verano.
Ya en el balcón
de su morada vieja,
ciego,
pidió la luz...
que no veía.
Luego llevó...
sereno...
el limpio vaso...
hasta su boca fría de pura sombra,
pura sombra,
lleno.
(Puerta cerrándose)
(Música)
(RECITA) Nunca perseguí la gloria
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción.
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles
como pompas de jabón.
Me gusta verlos
pintarse de sol y grana,
volar bajo el cielo azul,
temblar súbitamente y quebrarse.
¿Para qué llamar caminos
a los surcos del azar?
Todo el que camina anda
como Jesús sobre el mar.
Caminante, ¿son tus huellas
el camino y nada más?
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino,
y al volver la vista atrás,
se ve la senda
que nunca se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino, sino
estelas en la mar.
Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos en la mar.
(Música)
Tú sabes
las secretas galerías del alma,
los caminos de los sueños
y la tarde tranquila
donde van a morir.
Allí te aguardan las hadas
silenciosas de la vida,
y hacia un jardín
de eterna primavera
te llevarán un día.
Hoy...
es siempre todavía.
(Música)
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me ha gustado mucho.
Los subtítulos son para llorar, por dios, que alguien con una cultura mínima los arregle
Goyo, claro que puede descargarse pero no pregunte aquí cómo hacerlo. Busque y encontrará...
Conmovedor.....no puedes verlo sin que corran lagrimas por tu cara
Un trabajo extraordinario. A la altura de nuestro Machado.
¿alguien sabe como bajarlo?
Arte sobre Arte. Enhor
Maravilloso !