Presentado por: Ana Belén | José Ángel de Juanes | Eduardo Bosch | Dirigido por: David Lara | Francisco Rodríguez Fernández | Sergi Castelar | Diego Galán | Carmina Roig | Arantxa Aguirre | Alicia de la Cruz | Gustavo Jiménez | Matías de la Rubia | Ana Mazuecos | Asier Reino | Rafa Tena | Cristina Zambrano | Manuel Armán | Mar Díaz | Raúl Hernández Garrido | Carlos Muriana | Marisa Paniagua
Serie de documentales sobre los personajes más destacados de la cultura española del siglo XX cada semana en La 2 y en RTVE.es. Dirigido por Ana María Peláez
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SALVADOR ESPRIU
"INDESINENTER"
Espriu decía de él que no tenía biografía.
En Espriu, dos y dos no siempre son cuatro.
Es decir, que una de las cosas que más fascinan de Espriu
es que su literatura es como la de aquellas muñecas rusas,
que abres una y encuentras otra.
Y, entonces, si tú estás dispuesto
a entrar en este laberinto, el resultado es apasionante.
Cuando he comparado a Espriu con Borges, con Pessoa, con Kafka,
yo tengo muy en cuenta la manera en como ellos vivían.
Son escritores que vienen no de familias especialmente ricas.
Son escritores que se tienen que ganar la vida.
Estos escritores trabajan en este mismo tipo de cosas.
Actividades intelectuales,
no trabajan con las manos, sino con la cabeza, con el intelecto,
pero a veces son actividades que a ellos no les gustan.
Ellos viven esto a veces como una contradicción.
Una obra extraordinaria que los sitúa como grandes intelectuales
y, a la vez, como simples empleados.
A veces resulta un poco
monótono tener que repetir
que uno nació el 10 de julio
de 1913 en Santa Coloma de Farners
y que es hijo del notario Espriu, etcétera.
Esto se repite mucho y aburre un poco.
Pero no hay más remedio que aceptarlo.
En mis años infantiles,
he de recordar,
el gran amor
que tuvieron siempre para conmigo mis padres,
tanto mi padre como mi madre.
Es difícil decir
pero yo debo mucho a mi padre y también a mi madre,
que era el reverso de la medalla.
Era una mujer
tan inteligente o quizá más que mi padre.
Mi madre era una mujer
reservada,
muy religiosa, muy católica.
Tanto,
de una severidad tal, de concepto de la vida,
que yo, para hacerla enrabiar,
le decía que no era católica, sino calvinista.
Mi padre era un hombre más abierto.
Le gustaba mucho hablar.
Y era, si no, un hombre genial,
por lo menos, un hombre "genialoide".
Era un hombre muy divertido.
Y de mucha
atracción personal.
Muy simpático cuando quería.
Cuando no quería,
le cogían rachas de mal humor,
entonces, era realmente temible.
-El padre de Salvador Espriu, en Arenys,
mantenía una tertulia en la que participaban el párroco,
que además era historiador aficionado,
el farmacéutico, un crítico literario de Barcelona, etcétera.
Donde yo me formé,
en esta tertulia,
porque mi padre era muy liberal
y quería que,
desde nuestros primeros años,
frecuentáramos la comunicación,
el diálogo con sus amigos,
que, en general, eran gente muy inteligente y muy interesante.
El padre de Espriu le decía a su hijo: "Niño, ven para acá".
Y le hacía...
Le...
Lo exhibía delante de sus amistades.
Y decía: "Recita la lista de los reyes godos".
O: "Recita la lista de las cabezas coronadas de Europa".
Y el niño, que tenía nueve años,
lo recitaba.
El padre decía a sus amigos: "Ya veis qué niño tengo más inteligente".
Esto de si asombraba o no
a los asistentes a la tertulia,
quizá no sea exacto.
Quizá los enojaba.
Pero, por lo menos, disimulaban.
No creo que llegara a ser
el repelente niño Vicente.
"Ahora, siéntate".
Y de lo que el niño Espriu escuchaba
que hablaban su padre y sus amigos
salen buena parte de los personajes de su obra literaria.
Salvar a una patria es siempre labor de masculinidad.
Nunca he tenido profesor de catalán.
Lo he hecho
a mi aire
y con un esfuerzo terrible, enorme.
No reconozco
maestros en este largo, duro
aprendizaje
que no he terminado todavía
y que no voy a concluir nunca.
La crisis de España
no es política,
no es siquiera de régimen.
Es histórica con toda su amplitud.
Cuando entra en la universidad, quiere hacer dos cosas.
Demostrar que él es el que manda.
Y demostrar que manda porque es capaz de hacer cosas que otros no hacen.
¿Y qué hace?
Él publica, en abril del 31, "El doctor Rip".
"El doctor Rip" es la historia de un médico
desahuciado porque tiene cáncer terminal.
Entonces, explica su vida.
Y él se aplica la eutanasia o el suicidio, digámoslo como queramos,
y muere.
Pero, en esta primera edición, sorprende lo que dice Espriu
de la familia, el sexo, la mujer, los hijos, la religión.
Es una entrada de caballo siciliano, como él mismo dijo.
Y él decía a sus amigos que su objetivo era
que el obispo lo pusiera en "El índice",
que era la lista de los libros prohibidos.
Las críticas que recibe Espriu en su juventud me recuerdan
a las que recibe Tarantino.
Por un lado, los personajes son inmorales,
hay asesinatos, amputaciones, sangre,
y, por otro lado, la estructura es rompedora.
Es como una novela del XIX,
de esas novelas tipo "Madame Bovary",
pero reducida al mínimo,
que en esto Espriu era maestro, maestro de la síntesis.
Entonces, vemos la vida
de esta mujer desde cuando es niña y juega en la calle
con los compañeros del pueblo hasta que muere y la entierran,
cómo va bajando las escaleras de la vida
y cómo este pequeño cuento nos es narrado
a través de los puntos de vista de la gente que a lo largo de los años,
la ven bajar las escaleras.
Me interesa la prosa de Espriu no porque sea fácil,
él no pretende atrapar, enganchar,
no pretende tener al lector sujeto, pendiente de la anécdota,
sino que el protagonista es el lenguaje.
Es una prosa muy de poeta
con las palabras muy meditadas,
muy musical.
A veces, difícil aunque no siempre.
Y es un placer para el lector,
no para el lector que busca cómo acaba la historia,
sino para el que disfruta de cada frase.
Espriu siempre tiene la idea de construir una obra total.
Una obra con estilos diferentes, con géneros literarios diferentes,
pero hay una unidad esencial.
Una de las maneras de marcar esa unidad es retomando
los diferentes personajes en diferentes obras.
El mundo narrativo que él crea en los años 30, antes de la guerra,
es la cantera de la que irá sacando personajes después
para formar otras de sus obras.
Lo que le interesa también es ver estos personajes,
Esperanceta Trinquis, que es una mendiga que vivió en Arenys de Mar.
Realmente, los mejores años de mi vida pasaron
en la Universidad,
realmente autónoma, de Barcelona.
-En la universidad, Espriu conoce ya antes de matricularse
a Bartomeu Rosselló-Pòrcel.
Surge una gran amistad.
Es una de esas amistades que, a lo largo del tiempo
y cuando sus protagonistas ya han desaparecido,
cobra cada vez unos ribetes más míticos.
¿Por qué?
Porque eran dos personas parecidas en su pasión por la literatura.
Espriu, efectivamente, fue número uno
y nadie le discutía el liderazgo
entre sus colegas estudiantes
porque había leído mucho más, porque había publicado,
porque sabía más cosas,
pero el único que le hacía sombra era Bartomeu.
Espriu venía de una familia bien, burguesa.
Y, en cambio, Roselló-Pòrcel es de los pocos casos, en aquellos años,
que estudió con beca.
Espriu y Roselló-Pòrcel, a diferencia de los escritores del "noucentisme",
se vuelven hacia los modelos de la literatura
española.
En el caso de Espriu, le interesa el barroco,
sobre todo, Quevedo y Gracián.
En el caso de Roselló-Pòrcel,
es la otra dirección del barroco, la más culterana de Góngora,
y, sobre todo, los poetas del 27.
Este crucero fue muy importante.
Además, es el momento del gran optimismo de la república,
republicano,
que es un optimismo que incluye el catalanismo
que acaba de tener un estatuto de autonomía
que venía persiguiendo desde finales del siglo XIX.
Es un momento muy bonito,
pero, mirado desde ahora, un poco dramático.
Porque nadie de aquellos chicos y chicas
y profesores que participaron en este crucero
podían imaginar que solo tres años después
en España se desencadenaría una guerra civil
que para Espriu fue una experiencia atroz.
España cumple
en los momentos actuales
su destino providencial.
Como en otras épocas,
derrama ahora su sangre en defensa de la civilización.
El mundo, en un mañana próximo,
comprenderé la magnitud del sacrificio
y entonará sus cantos de agradecimiento.
La guerra fue terrible, entre otras cosas, porque separó
a los dos amigos que eran Espriu y Rosselló-Pòrcel.
Padecí por los unos y por los otros,
aunque mi actitud fundamental, aunque muy moderada,
es republicana.
Era republicano en el año 31.
Soy republicano en el año 76.
Y pienso seguir republicano
hasta que me muera.
-Rosselló-Pòrcel se hizo comunista
y creía en el triunfo de la revolución.
Creía que había llegado el momento de dar una vuelta a las cosas.
Y eso, poco a poco, les fue distanciando.
Cuando murió Rosselló-Pòrcel, que murió en enero del 38,
su grupo de amigos quedó desolado
porque se les escapó de las manos.
Y se murió tuberculoso.
La gran sorpresa de Espriu es que, pese a estar distanciados,
Rosselló le había dedicado
su último gran libro,
que se publicó póstumamente.
Yo siempre lo he recordado
como un amigo fraterno,
de estos amigos que se adquieren solo en la universidad.
Tiene una obra muy breve,
pero de una belleza maravillosa.
-Esta amistad quedó truncada.
Y para Espriu ese fue un peso que llevó toda su vida:
el disgusto de que su amigo murió cuando estaban distanciados.
En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército rojo,
han alcanzado las tropas nacionales
sus últimos objetivos militares.
La guerra ha terminado.
-Espriu dijo, cuando acabó la guerra,
que le avergonzaba ser hombre, que quería ser perro.
-¡Viva Franco!
(TODOS) ¡Viva!
¡Ay, Tebas!
Ciudad de discordias.
Dos hermanos se disputan la corona,
hermanos de padre y madre.
Y todos los nuestros mueren
por culpa de quienes disputan.
Lo que lleva a Espriu a Antígona es la idea del perdón.
Hay un vencedor y hay un vencido.
Una vez acabado esto,
el vencedor tiene la obligación de respetar moralmente al vencido.
Espriu en su "Antígona" pide la piedad por el vencido.
Pero, Polinices,
el hijo menor de Yocasta,
también era hermano mío.
-Fue el destructor de la paz.
-Si hubiese vencido, le honrarías como destructor de la misma.
Únicamente, yo
lloraría a Eteocles.
Antígona, el personaje, representa la conciencia
de la necesidad de esta piedad por el vencido.
Y eso les está pidiendo a los vencedores de la Guerra Civil,
que no se ensañen con los que, hayan hecho lo que hayan hecho,
han perdido la guerra.
El tema principal de Espriu es el dolor.
Es el dolor de vivir. Es el paso del tiempo, la muerte.
Es también el dolor social.
Todas las preguntas, esenciales, metafísicas, políticas,
que se hace Espriu
son preguntas que nacen del dolor del vivir,
del laberinto de la vida,
siendo el laberinto una de sus imágenes literarias principales.
-Escribía en verso
porque el ritmo, incluso físico,
de escribir en prosa
es muy distinto del ritmo
que lleva consigo escribir en verso.
Y el tiempo además,
y a mí no me sobraba tiempo.
En el año 46,
Espriu publica su primer libro de poemas.
Es un libro extraordinario.
Tiene unas connotaciones elegíacas bellísimas.
Se llama "Cementeri de Sinera", "Cementerio de Sinera".
Este libro lo escribe Espriu desde una profunda desolación,
desde una desolación íntima, que es la que él siempre lleva a cuestas
desde la muerte de sus dos hermanos,
pero también una desolación por todo lo que se ha derrumbado,
por lo que se ha venido abajo.
-Espriu habla de una patria, Sinera, que tiene un corazón,
sabemos que Sinera es Arenys,
que tiene un corazón, el cementerio, la memoria de los muertos.
La palabra guarda la memoria de los muertos.
Y la guarda en relación con que es
la vía de los vivos.
Los muertos están aquí porque hablamos de ellos,
como habla de la madre y de amigos.
El cementerio no es un culto a lo luctuoso.
Es un culto a aquello que sigue vivo y está en el centro de la comunidad.
Alrededor está la "petita" patria.
Dice, creo recordar: "Quina petita pàtria encercla el cementiri!".
La patria está alrededor. No es el cementerio la patria.
Es lo que está alrededor.
Si ese lugar, en cierto modo mítico, tiene esa fuerza,
es un poco por lo que decía Antonio Machado.
Antonio Machado decía
que la poesía, para emocionar realmente,
tenía que ser muy íntima.
Y añadía: "Lo más hondo resulta ser lo más universal".
Creo que eso se cumple en el caso de la Sinera de Salvador Espriu.
Hay una patria que no llama, pero de la que habla, que es el mar.
Ahí está constantemente.
"¿Dónde está la 'petita' barca?".
La "petita" barca es una vieja imagen
que tenemos en la cultura egipcia y en la cristiana
para hablar del alma, de tener vida, de movernos en el agua.
-Y, entonces, es cuando a continuación
escribe "Primera historia de Esther",
que es un catálogo
de decir que la lengua catalana no puede morir
porque es muy rica.
No renunció a su lengua,
a pesar de las imposiciones que hubo después del final de la guerra.
Entonces, él pensaba dejar unos textos
en que su lengua materna, la lengua de un pueblo que él amaba
porque era el suyo evidentemente,
no se podía perder.
Esto significaba la muerte total y absoluta.
Yo estoy
absolutamente dedicado
a mi pueblo catalán,
a mi nación catalana,
a mi lengua
y a mi cultura.
A veces, la intelectualidad española,
que escribe solo en castellano y no conoce otras lenguas,
quizá no ha entendido algo fundamental de la obra de Espriu.
Y es que la Guerra Civil, cuando llega Franco,
aparte de la derrota que sufrimos todos,
no prohíbe el castellano como lengua, pero sí prohíbe el catalán.
Pero yo creo que se entiende mucho más la dimensión de la obra,
muy muy compleja de Espriu,
si en el fundamento se ve que es un escritor
al cual le han prohibido su lengua y le han negado su pueblo.
Por lo tanto, cuando Espriu habla de Sepharad después de la guerra,
está hablando de una tierra de exilio.
Unos porque tuvieron que marchar, los que eran republicanos.
Los que se quedaron porque se quedaron en el exilio interior,
es decir, sentían
que habían perdido la libertad,
aquel diálogo democrático que significaba la república
y que costará casi 40 años volver a recuperar.
Cuando un talento poético como el de Espriu
estaba al servicio de una voz cívica,
de una conciencia cuestionadora, cuestionadora a su manera,
pero, en definitiva, cuestionadora,
a una persona como yo
que entendía que la poesía era un arma de futuro,
"La pell de brau" fue acogida en mi corazón
con auténtico aplauso.
Dos poemas me llaman mucho la atención, el poema 30 y el 46,
de "La pell de brau".
En el primero, habla de la diversidad.
Y en el segundo, habla de esos puentes del diálogo.
Y lo hace, yo creo, desde una actitud muy lúcida
porque propone, justamente, que la diversidad
sea una riqueza, no un inconveniente para nada.
Y yo creo que eso sigue teniendo plena vigencia,
igual que lo de mantener firmes
los puentes del diálogo,
aunque quizá ahora, en la actualidad, eso resulte más difícil.
Hay que aceptar todos los puntos de vista posibles
con las limitaciones inevitables que uno tiene,
pero hay que procurar abrirse
a cualquier manera de pensar que sea distinta a la de uno.
Pero no sé lo que es la poesía en realidad.
Es una cosa muy compleja.
Y creo que no tendría ni tiempo de comenzar a averiguar
lo que es la poesía.
-Usted...
-O caería en pedantería y de esto me voy a librar
de todos modos.
Yo creo que la poesía de Espriu es
un mundo muy sólido,
muy coherente.
En cierto modo, cerrado.
Porque él mantiene unos temas y unos símbolos
muy constantes a lo largo de toda su trayectoria.
También él dijo que toda su obra, toda su poesía,
era una meditación constante y obsesiva
sobre la muerte.
Es una voz absolutamente nueva.
Pero que nos trae todo aquello que es necesario conservar.
Porque es sabiduría que todavía tenemos.
Es original, porque viene de ese agua del origen.
Su voz es esa que trata de mantener.
Esa voz de plata, ese agua antigua, esa antigua voz. Son citas de poemas.
Mi poesía pretende ser
difícil
pero clara.
Como antes
de Russell
eran las Matemáticas.
Porque ahora ya no sabemos qué cosa es
las Matemáticas.
Y quizá nunca hemos sabido
lo que es la poesía.
Normalmente, no era un poeta fácil.
Ningún buen poeta es fácil para la traducción.
En el caso de Espriu, sobre todo,
y en primeras obras, aunque luego también,
utilizaba mucho unas expresiones
muy típicamente catalanas,
para las que yo no encontraba el referente en castellano.
Lo digo en algún momento de los prólogos de mis traducciones.
Porque alguien me reprochó el no haber publicado
algunos de los primeros poemas.
Dije: "yo no los he sabido encontrar".
O quizá no existen esas correspondencias.
Porque es un tipo de poesía
muy apegada al genio de la lengua catalana.
Me dicen poeta.
Pero esto vamos a dejarlo.
Soy un aprendiz de escritor.
Y nada más.
De todos modos, dentro de lo que se llama,
o llaman, mi poesía,
ciertamente, he escrito sobre
o inspirado por
algunas pinturas muy concretas.
Modernas, contemporáneas.
Y también
antiguas.
Concretamente,
me he inspirado mucho,
y a veces lo he indicado de modo explícito,
Brueghel el Viejo.
Lanzaba algunas frases
que las recuerdo.
Casi las he convertido en un lema particular,
personal.
Lo primero que me dijo: "no haga como yo".
"Y cásese joven".
Luego,
otro día, me dijo:
"No se envanezca
ni se acojone,
que yo apuesto por usted".
La que quizá ha trascendido un poco más,
es que, después de hacerme un largo preámbulo
de que él erra una persona de una vida muy ordenada,
de que no tenía, digamos,
ningún desliz de ningún tipo,
pero que tenía dos hijos.
Eran dos hijos que no eran biológicos.
Eran adoptados.
Raimon y yo.
Y esto me hizo mucha gracia.
Porque supe que a Raimon también se lo había dicho.
Me cautivó,
en pocas palabras,
cómo él describe una situación muy compleja,
sin esconder absolutamente nada.
Sabíamos de un único señor.
Y veíamos cómo se convertía en perro.
Ladraba, etcétera, etcétera.
Pero no hacía nada.
Es la visión de la colectividad en la que existe.
En la mitad del poema:
"Nunca hemos podido desesperar
del viejo vencido".
"Y elevamos en la noche un canto a gritos".
A partir de aquí, hay una afirmación de fuerza,
de decir "vamos a romper esta resignación, esta humildad".
"Y vamos a ser eso".
Me gustaría mucho poder dedicarme al teatro,
a escribir teatro,
que es, si uno acierta,
lo que da un poco de dinero.
Pero no lo haría por esto, sino para expresarme en forma dialogada.
Yo creo que
la acción puede ir
servida,
conducida por la palabra.
Y esto quise demostrarlo,
de una forma extrema,
en "La primera historia de Esther",
en la que no hay ni una sola acotación escénica.
Y los personajes
van entrando y saliendo
según lo que van hablando unos y otros.
Hay un escritor gallego
y, por otra parte, con mucha obra
dentro del humus antropológico gallego,
Valle Inclán.
Aunque escribe en castellano que conocía muy bien.
No se puede estudiar el teatro de Espriu
si no se tiene en cuenta la influencia
que Valle Inclán ejerció sobre el escritor catalán.
Espriu se convierte en un icono.
Y él acepta convertirse en un icono.
Aunque se queje en las entrevistas.
Las reuniones con él en su casa
eran, francamente, memorables.
Entrabas, por ejemplo, a las seis de la tarde.
Y no sabías cuándo salías.
En ocasiones, te acompañaba hasta la puerta de la calle.
Y seguíamos hablando. Yo iba desfallecido,
muerto de hambre, él no cenaba.
Pero tengo un magnífico recuerdo,
de cordialidad, de cultura, de inteligencia,
extraordinario.
Pero es una impresión, seguramente es cierto,
más allá de la impresión, él se defendía.
La gente le atosigaba un poco.
Y se defendía, tenía derecho a hacerlo.
Bueno, Espriu tiene componentes de dandy.
En el sentido de que siempre aparece perfectamente vestido,
con su traje, con su corbata.
Nunca desentona.
Por lo visto, se pasaba una hora al día afeitándose.
No tiene ni un pelo fuera de sitio.
Y esta actitud fría,
cortés, reservada.
distante,
concuerda mucho con la imagen que proyectaban los dandis.
Eran gente antihistérica.
Y gente muy razonable
en su comportamiento.
-Espriu tenía
una obsesión
por las formas,
por la educación,
por la higiene.
Y por la enfermedad.
Lo que que pasa es que por la enfermedad se le colgó,
y esto perdurará ya para la historia,
la etiqueta de hipocondriaco.
Pero como todos los hipocondriacos, inteligente.
Pero con una cierta causa.
Realmente, tenía etapas
de enfermedad.
Es que padezco
de un temblor
casi continuo
de mi mano derecha,
que me dificulta mucho,
a veces, casi me imposibilita, escribir.
Porque no he aprendido a escribir a máquina.
Y también padezco
de unas,
llamémosles, dislalias.
A veces, me encuentro
con dificultad,
inesperada,
de pronunciar
determinadas palabras.
Como si fuera tartamudo, sin serlo.
Él se confesaba no cristiano.
Pero no anticristiano.
En uno de sus últimos libros, "Semana Santa".
hace, públicamente, en el prólogo,
una confesión cuando dice:
"Nadie crea que me he convertido al cristianismo".
Pero vaya paradoja que utiliza,
no solamente
el mundo judaico como mitología de fondo,
sino que, por así decir, con todos los respetos,
mitología de primer plano,
nada menos que el título del libro, "Semana Santa".
La inteligencia no es lo más importante del hombre.
Lo más importante es la bondad.
Yla inteligencia ha de estar subordinada
al bien y a la bondad.
-Yo creo que lo que está muy claro en Espriu
es su pensamiento existencial,
su preocupación por el bien morir,
por facilitar a la gente, a través de la lectura,
digamos, una cierta paz final.
Y sobre todo,
y creo que aquí está
su gran actualidad,
que, directamente, habla al hombre.
del propio hombre.
-Pero
el animal que somos
teme a la muerte.
He procurado meditar todo lo que he podido sobre este hecho,
que ha de acaecer en cualquier momento,
para que tenga, al menos, el menos miedo posible.
Se ha dicho hace mucho tiempo
que, cuando somos, la muerte no es y, cuando la muerte es, no somos.
Y se ha dicho, posteriormente,
que la muerte no es vivida.
Si uno llega a comprender esto
de una manera profunda.
le tranquiliza bastante.
Yo solo me considero
un artesano de la lengua,
un simple aprendiz.
Documental dedicado a la personalidad y la obra del poeta Salvador Espriu, al que se le llamó el poeta de la muerte, pero también era el poeta de la vida, ya que muerte y vida para el poeta no son dos cosas contradictorias.
Histórico de emisiones:
01/12/2013
Documental dedicado a la personalidad y la obra del poeta Salvador Espriu, al que se le llamó el poeta de la muerte, pero también era el poeta de la vida, ya que muerte y vida para el poeta no son dos cosas contradictorias.
Histórico de emisiones:
01/12/2013