Turquía es un país que pertenece
a dos continentes distintos:
Europa y Asia.
En su parte europea,
Turquía comparte con Bulgaria
la aduana de Kapikule.
La puerta de entrada a Europa
se ha convertido en el escenario
del tráfico de drogas y personas.
Pero, sobre todo,
heroína y marihuana
procedente de Europa.
Una vez en Turquía, esa marihuana
cae en manos de traficantes armados
que nos reciben
en su particular punto de venta.
Nos sumergimos en un barrio
dominado por grupos armados
y encontramos drogas
en cada esquina.
(HABLAN EN TURCO)
La droga que está causando estragos
en Turquía se conoce como "bonzai"
y se elabora a partir de marihuana
que llega de Europa.
Se han tirado desde una ventana
pensando que allí había un mar.
Hasta esta frontera llegan también
sirios que huyen
de la guerra de su país
y que se juegan la vida
para llegar a Europa.
¿Son ellos?
Sí, son ellos.
El equipo de Televisión Española
recorre 300 kilómetros
escondido en una furgoneta
para hacer la misma ruta
que hacen los migrantes.
Las redes del tráfico de personas
actúan en la clandestinidad.
Acompañamos a los sirios
que huyen de la guerra,
descubrimos
las rutas que utilizan...
Estamos muy próximos a la zona
controlada por los militares.
...y entrevistamos
a sus líderes mafiosos.
Llegamos hasta Bulgaria
y vemos en qué condiciones
viven los sirios
que logran cruzar la frontera.
Nueve personas en esta habitación.
Y estos niños
están en esa habitación.
El equipo de Televisión Española
se ha desplazado
hasta la frontera
de Turquía con Bulgaria
para mostrar
cómo se mueven los contrabandistas.
Le han pedido mil euros.
Qué es lo último en drogas.
Podemos ver cómo se hace el bonzai.
Y cuál es la ruta que utilizan
los traficantes de personas.
Tú imagínate a esta gente
caminando por aquí.
El tráfico de drogas y personas
es el negocio del siglo XXI
en la frontera
de Turquía con Bulgaria.
Hoy, en "Fronteras al límite",
"La última frontera de Europa".
La aduana de Kapikule
es la principal puerta de entrada
a la Unión Europea.
Separa dos países:
Turquía y Bulgaria.
Cientos de camiones
en el lado turco hacen cola
para pasar los controles rutinarios
antes de acceder a la UE.
Cruzando fronteras,
llegan hasta aquí personas
en manos de complejas
estructuras mafiosas.
En la dirección contraria,
de Europa hacia Asia,
los traficantes
hacen negocio con las drogas.
Por las fronteras turcas circulan,
sobre todo,
marihuana y heroína.
El grueso de la heroína
que ingresa en Turquía
lo hace desde Bulgaria.
Es la enorme aduana de Kapikule
por la que optan los delincuentes
para traficar.
Lo explica el portavoz
del departamento de Contrabando
de la aduana turca.
¿Cuáles son las drogas
procedentes de Europa
que llegan a Turquía?
La droga llega oculta
entre la carga de los camiones.
Cualquier mercancía es susceptible
de ser una tapadera.
Es el caso de este camión.
A primera vista,
todo parece en orden,
pero algo alerta a la Policía.
Los funcionarios
están a punto de comprobar
qué se esconde
en el interior de esos extintores.
Abren los cilindros y la Policía
confirma sus sospechas.
Vacían con fuerza el contenido
y, efectivamente,
el interior de los extintores
está repleto de heroína.
Los traficantes esconden heroína
en los artículos más insospechados,
como en estos lavavajillas.
Meten en un doble fondo
pequeños paquetes de heroína
cuyo destino final era Turquía,
pero que no han conseguido
cruzar la frontera.
El flujo de heroína en la aduana
de Kapikule es constante,
pero una nueva droga,
conocida como "bonzai",
tiene en alerta a toda Turquía.
Ustedes tienen ahora
un problema importante
con el consumo de bonzai
en Turquía.
El bonzai nace de la mezcla
de marihuana con fármacos;
todos en Turquía
han oído hablar de él.
Cuando la marihuana procedente
de Europa pasa la frontera,
se vende en los barrios marginales
de Estambul
y es convertida en bonzai.
Actualmente, esta droga
es la más demandada en Turquía.
Consumidores y vendedores
son cada vez más jóvenes.
¡Derya!
Derya es una periodista turca
especializada
en migración y contrabando.
Es una droga bastante fuerte.
Ahora está muy de moda en Turquía,
pero es un peligro muy grande
para los jóvenes turcos ahora.
¿Es cierto que se elabora
con marihuana que cruza la frontera
y que viene de Europa?
Eso, sí, exacto.
¿Cuáles son los efectos que causa
el bonzai en los consumidores?
Te quedas superdormido
y luego te hace imaginar cosas
que no son reales.
Se han tirado desde una ventana
pensando que ahí había un mar.
¿En qué tipo de barrios
se consume o se distribuye?
Los barrios son un poco peligrosos.
Peligrosos porque, según nos cuenta
la periodista turca,
no hay presencia de la Policía;
en su lugar,
actúan grupos terroristas.
Pues esta gente sale a la calle
con sus pistolas, con sus armas,
buscan a los jóvenes vendedores
y les matan, disparan directamente.
¿Tenemos acceso a estos barrios?
Sí, tenemos.
Yo, siendo una mujer,
a mí el acceso
me resulta un poco difícil,
por eso he utilizado a mi hermano
para entrar en este barrio
y he conseguido
hablar con un vendedor
y podemos hablar y podemos también
ver cómo se hace el bonzai,
qué es el bonzai,
podemos conocerlo.
Entramos en uno de los barrios
más conflictivos de Estambul.
Un barrio donde no hay
presencia de la Policía
y donde son los grupos terroristas
los que se toman la justicia
por su cuenta.
Una guerrilla interna
entre terroristas y traficantes
es el día a día en las calles
marginales de Estambul.
El coche en el que nos movemos
no es un habitual de la zona.
En cuestión de minutos,
alguien llama nuestra atención.
Ahí hay gente.
Y el hermano de Derya,
que es quien conduce,
detiene el coche.
(HABLAN EN TURCO)
Salidos de la nada,
dos jóvenes vendedores
se han acercado a nuestro coche
para ofrecernos drogas.
(HABLA EN TURCO)
¿Tienen bonzai?
¿Lo podemos ver?
(HABLAN EN TURCO)
Dice que, como no nos conocen,
pues no nos quieren mostrar.
No, nosotros no queremos drogas.
No.
Tan fácil
como ir circulando por este barrio
y que te ofrezcan droga. ¿Así?
Sí.
Llegamos a nuestro destino.
Estamos ya, chicos.
Venga, vamos.
Sí, sí, lo hacemos rápido.
Los traficantes nos esperan
en el interior
de un edificio abandonado.
Este chico es mi contacto.
Un placer.
¿Su contacto?
Sí, mi contacto, es el vendedor.
¿Es la persona que nos ha dado
permiso para grabar aquí?
Sí.
La juventud de los traficantes
es sorprendente.
Ahora estamos rodeados de chicos
que son, supongo,
vendedores y consumidores
de esta droga
y veo cómo el chico
que está a mi derecha
tiene un arma en la cintura
y oigo también
cómo están manipulando pistolas
a nuestro alrededor,
en las habitaciones contiguas.
¿Cuántos años tienes tú?
(EL CHICO HABLA EN TURCO)
(DERYA TRADUCE) 18.
Y aquí hay un olor muy peculiar.
(OLISQUEA)
¿Es la droga lo que huele así?
(HABLAN EN TURCO)
Sí, es por lo del bonzai.
¿Vendes droga?
(HABLA EN TURCO)
(DERYA TRADUCE) Somos vendedores.
¿Por qué tienes que llevar
siempre una pistola encima?
(HABLA EN TURCO)
(DERYA TRADUCE)
Vender es un riesgo,
puede venir más gente,
puede pasar cualquier cosa,
es algo muy arriesgado, por eso
tenemos que llevar una pistola.
¿Alguna vez habéis sido atacados
por estos grupos terroristas
que luchan contra la venta de droga
en barrios como este?
(DERYA TRADUCE)
Han llegado para advertirnos,
pero como tuvimos que seguir
haciendo esta profesión,
no nos queda otra opción,
seguimos vendiéndolo.
Son conscientes de que vender droga
les pone en peligro
de cara a los civiles armados
y no salen de casa
sin sus pistolas.
Aquí,
drogas y armas van de la mano.
¿Por cuánto se vende esta droga?
(HABLAN EN TURCO)
El bonzai es cada vez más popular
gracias a su bajo precio.
Veo que hay gente que está fumando,
además aquí el ambiente
se está empezando a cargar
una barbaridad.
Esto es bonzai.
Lo que está fumando es marihuana
mezclada con un fármaco.
(TOSE) ¿Podemos ver
cómo lo mezclan, cómo lo elaboráis?
No podemos pasar
hasta que el cabecilla del grupo
nos dé permiso.
Esto es un ir y venir constante
de gente, de chicos muy jóvenes
que van todos armados,
la mayoría está consumiendo dentro.
Lo que está fumando
ahora ese chico es bonzai,
una droga que está causando
estragos en Turquía.
Vamos, vamos.
Rápido, ¿no? Y nos vamos.
Nos reciben traficantes de drogas
rodeados de armas.
Ahora mismo estos chicos
están preparando bonzai,
esta mezcla de marihuana
procedente de Europa
con un fármaco.
Vemos un arma de fuego en el suelo,
en el medio de ellos,
y las bolsas de marihuana.
Y cómo la consumen.
Todos, son dos,
cuatro, cinco chicos, van armados,
todos tienen una pistola
en su cintura.
Dicen que es para defenderse
en un momento de enfrentamiento
con grupos armados
que controlan la calle.
Esta es la marihuana
que se mezcla con el fármaco
y aquí ya va mezclada,
esto ya es bonzai.
Sí, eso, eso.
A ver, estos son pastillas
que se compran en la farmacia,
porque además aquí
tienen una marca farmacéutica.
Esto es lo que se mezcla
con la marihuana
y que da lugar al bonzai;
esto por un lado, son
estas pastillas de color blanco.
¿Qué siente cuando fuma?
Como está muy acostumbrado,
él no siente casi nada,
pero generalmente el efecto
es que te deja muy dormido,
te limita tus movimientos,
no puedes moverte mucho.
Estos chicos tienen una auténtica
despensa de drogas sintéticas.
Éxtasis.
Esto es éxtasis, éxtasis.
¿Cuánto cuesta cada una
de estas pastillas de éxtasis?
Es una droga realmente barata.
Aquí tenemos
dos tipos de pastillas de éxtasis,
una pastilla amarilla, más gruesa,
y otra pastilla azul, más fina.
A esta la llaman "bomba",
por la forma que tiene,
y dicen que los consumidores
normalmente las compran
para poder aguantar más de marcha,
ir a la discoteca y divertirse.
¿Esto se chupa?
Sí.
Se bebe.
¿Se ha tomado una?
¿Sí?
Sí.
(DERYA) Después de media hora
va a mostrar su efecto.
Preparan porros de bonzai
y fuman constantemente.
Han convertido
este edificio abandonado
en su escondite para vender,
comprar y consumir drogas.
¿Qué lugares eligen para vender?
Generalmente estos sitios así,
como abandonados.
Ahora mismo estamos rodeados
de un grupo de jóvenes
consumidores de bonzai,
y delante de nosotros están fumando
esa droga que está causando
estragos aquí en Turquía.
Dicen que es la experiencia
más cercana a la muerte.
Completamente drogados,
manipulan las armas
de las que no se separan
ni un solo segundo.
Según pasan los minutos,
observamos cómo se transforman
los rostros de los consumidores:
ojos enrojecidos
y pupilas que cambian de tamaño
son los indicativos
de que las drogas
han empezado a hacer efecto.
Cambia hasta su actitud,
de pronto dejan de hablar.
¿Tienes miedo?
Nos podemos ir ya.
Cuanto más tiempo estemos aquí...
No sabemos exactamente
qué efecto puede tener en ellos
las drogas que están consumiendo
y, como van armados, es aconsejable
que nos marchemos cuanto antes
por este motivo.
Gracias. Tened mucho cuidado.
Mucho cuidado, de verdad. Gracias.
Nos marchamos
antes de que les hagan más efecto
las drogas que están consumiendo.
Como ellos, son muchos los turcos
que pasan sus días escondidos,
armados y drogados con sustancias
procedentes de Europa
que han llegado al país
por pasos clandestinos.
Una parada de autobús
es el punto de encuentro
entre traficantes de personas
y migrantes.
Le han pedido mil euros.
Cada media hora,
salen desde aquí furgonetas blancas
en dirección
a la frontera con Turquía.
Estamos siguiendo la misma ruta
que utilizan las mafias.
Este es el último tramo
que recorren los migrantes sirios
antes de alcanzar la frontera.
La aduana de Kapikule
es la frontera
con más tránsito rodado de Europa.
Por aquí pasan a diario
alrededor de 800 camiones,
eso la convierte en un atractivo
para los contrabandistas,
ya que es imposible controlar
todos y cada uno de los vehículos
que pasan por aquí.
De los 800 camiones que a diario
pasan por esta frontera,
¿cuántos son sometidos
a un control más exhaustivo?
Generalmente,
un 10 % de los camiones que pasan.
Puede subir hasta el 25 %.
¿Es cierto que encuentran
refugiados escondidos en camiones?
Sí, los inmigrantes
intentan pasar de cualquier manera.
Se puede ver
gracias a este escáner.
Las siluetas negras
son personas escondidas
entre la mercancía del camión.
Los migrantes
pagan a los conductores
para cruzar la frontera camuflados
en el interior de los vehículos.
En esa posición
pueden llegar a pasar días enteros,
los que tarda un camión
en pisar territorio europeo
desde que llega a la aduana
turco-búlgara de Kapikule.
En la entrada a Europa,
ahora tenemos un gran problema
con los inmigrantes
porque siempre intentan pasar
por la frontera
y casi a diario
encontramos inmigrantes.
Esta gente no tiene dinero,
son pobres que no pueden tener
relación con ninguna mafia.
Con esa intención,
la de alcanzar la Unión Europea,
llegan hasta aquí numerosos sirios
que huyen de la guerra de su país
y buscan refugio
al otro lado de la frontera.
Es el caso de esta familia
recién llegada a Turquía.
¿Y por qué no les permiten
la entrada?
En Siria hay una guerra,
entonces, para salir de Turquía,
necesitamos pasar esta frontera,
pero como no tenemos visado
en nuestro pasaporte,
no podemos pasar a Bulgaria.
¿Dónde van a dormir?
¿Tienen dinero?
Este señor es periodista en Siria
y aquí ha estado trabajando
como peón de la construcción
hasta que tuvo
un accidente laboral.
Hemos conocido
a una familia de sirios
en la puerta de entrada a Europa
que tenían pasaporte en regla,
pero no contaban con visado
y no se les permite la entrada.
Claro, si le hace falta un visado
y no lo tiene, no puede pasar.
Legalmente es necesario tener
un pasaporte con visado.
Estos niños
llevan meses sin un techo.
Desprovistos de alimentos y abrigo,
una vez más
pasarán la noche a la intemperie.
Edirne es
una de las ciudades turcas
más próximas a la frontera
con la Unión Europea.
Hasta que llegan aquí,
los asiáticos, sobre todo sirios,
que huyen
de los conflictos de sus países,
han recorrido miles de kilómetros
en condiciones extremas.
Todo empieza aquí,
porque es el sitio
donde duermen los refugiados
y luego se van para la frontera.
Hacen frente a la vida en la calle,
no saben
si volverán a ver a sus familias.
Dejan su destino
en manos de las redes mafiosas
del tráfico humano.
La calle donde estamos ahora mismo
se ha convertido
en una máquina de hacer dinero
para las mafias
que trafican con migrantes.
Los traficantes de personas
son su única esperanza
para alcanzar Bulgaria.
Según lo que me han informado
los ayudantes de Policía,
es una mafia bastante organizada.
Estos traficantes de personas
les llevan hasta la frontera.
Según la periodista,
en furgonetas blancas.
Por el viaje, los sirios
pagan hasta 4.000 euros.
El tráfico ilegal
es un secreto a voces
en este pueblo fronterizo.
Nos han contado que hay gente
que transporta a personas
de forma ilegal, ¿esto es verdad?
(DERYA TRADUCE) Lo veo con mis ojos
porque soy el conductor de un taxi.
Está prohibido
llevar ahí a la gente.
Gracias, señor, gracias.
Hasta luego.
Es un contrabando también,
porque él está contribuyendo
en su trabajo ilegal.
Estamos muy cerca
de uno de los puntos donde actúan
las redes que se dedican
al tráfico de personas.
Los taxis salen por ahí
y las furgonetas también,
cerca de la parada de bus.
Es esa parada de autobús.
Yo veo a unos chicos
que están esperando en la esquina
y tienen toda la pinta
de ser unos refugiados
y están esperando las furgonetas.
Este es
uno de los puntos de encuentro
de migrantes
y traficantes de personas.
Esta gente
les está buscando las furgonetas
que van hasta la frontera.
Les puedes ver muy nerviosos,
están esperando,
siempre están mirando la hora,
siempre esperan una llamada...
El hombre del gorro negro
se mueve continuamente por la zona.
Podría ser migrante,
pero también traficante.
Vamos a preguntarle
a ese chico del gorro blanco
a ver si él sabe algo de esto.
(HABLAN EN TURCO)
Me cuenta este señor
que esta gente que está esperando
generalmente viene de Oriente Medio
y, si los soldados pasan por aquí,
les pueden pillar y multar,
porque ya saben que esta gente
está organizada con una mafia,
están esperando que venga alguien
para que les recoja
hasta la frontera.
¿Cada cuánto más o menos
pasan esas furgonetas y cómo son?
Cada día, cualquier hora.
De Paquistán ha llegado
pasando por la frontera de Irán,
luego a Turquía, y ahora
quiere pasar por Bulgaria a Europa.
¿Va a pagar a alguien
para que le lleve
hasta la frontera,
que le ayude a cruzar la frontera?
(DERYA)
Sí, le han pedido mil euros.
Si Dios quiere, igual en un mes,
porque está intentando
sacar más dinero trabajando aquí.
Tiene cinco hijos
y, claro, está casado.
Seis meses lleva este señor
sin ver a sus hijos.
Su familia, su madre, su padre,
están en Paquistán.
Mientras hablamos
con los migrantes,
el hombre del gorro negro,
el primero
con el que hemos estado hablando,
no nos quita ojo de encima.
Parece estar implicado directamente
en la actividad
del tráfico de personas.
Da la sensación
de que imparte o recibe órdenes
a través de su teléfono móvil.
Todo apunta a que está gestionando
el transporte de los migrantes.
Se camufla entre los viajeros
que están en la parada de autobús.
Todo parece estar coordinado.
A los pocos minutos,
entra en escena un hombre
con un aspecto totalmente diferente
al de los chicos que esperan.
Es el que viste un abrigo negro
y pantalón claro.
Llega una furgoneta blanca
y, a su señal,
los migrantes se aproximan a ella.
El hombre del gorro negro
está al tanto de los movimientos.
Cuando ya están todos arriba,
el vehículo arranca.
Ya van rumbo
a la frontera con Bulgaria.
Todo ha salido según lo previsto
y el hombre del gorro negro
desaparece.
Tiene menos de media hora
para organizar
al próximo grupo de migrantes
que hoy viajará hasta la UE.
Decidimos hacer exactamente
el mismo trayecto
que hacen las furgonetas
cargadas de migrantes
hasta la frontera con Bulgaria.
Por ahí viene una furgoneta,
¿verdad?
Si es así,
vamos en buena dirección.
Es una furgoneta,
es una furgoneta blanca.
Es muy probable que acabe de dejar
a un grupo de refugiados
en la zona fronteriza
y esté de regreso
hacia el centro de la ciudad.
De hecho, ahora nosotros
estamos siguiendo la misma ruta
que utilizan las mafias
para transportar a estas personas
cuyo sueño es
alcanzar la frontera con Europa.
Estamos en la carretera que usan
los contrabandistas de personas.
Ahora solo nos queda
llegar hasta ellos.
En esta carretera hay un punto
controlado por el Ejército, ¿no?
Sí.
Otra furgoneta viene por ahí
de las mismas características;
de nuevo, furgoneta blanca
y sin ventanas en los laterales.
Estamos ahora en este punto azul.
Sí.
Estamos en Turquía
con la frontera de Bulgaria.
Por aquí tenemos Grecia.
Ahora nos estamos acercando
a un pueblo que se ve aquí,
que está al lado de la línea
de frontera, aquí.
Generalmente,
las furgonetas dejan a la gente...
aquí...
o aquí.
Cae la noche
y entramos en el último pueblo
antes de la frontera.
Sus vecinos nos dan las claves
para llegar hasta Bulgaria.
(HABLAN EN TURCO)
Estamos preguntando
cuál sería la manera más fácil
de llegar hasta una zona fronteriza
que quede alejada de la aduana.
El camino por donde probablemente
estén caminando ahora mismo
no se puede pasar con un coche
porque el camino no está bien.
Apenas nos separan cinco kilómetros
de la Unión Europea.
Hay que ir andando, dice.
Hay un pueblo por aquí
y es una zona militar
y ahí está prohibido grabar.
Vamos en coche y vamos a ver
si se puede caminar con el barro.
Venga. Gracias.
Suerte.
La zona fronteriza
está vigilada por el Ejército;
tanto, que en cuestión de minutos
nos detiene una patrulla.
Nos acaba de parar el Ejército
y nos han pedido los pasaportes.
¿Qué pasa? ¿Por qué nos paran?
¿Nos han visto?
¿Y cómo saben que estamos grabando?
¿Hasta aquí es
hasta donde puede llegar el coche?
Sí.
Vale, pues vamos a coger
esta cámara de visión nocturna
y vamos a aproximarnos
lo máximo posible a la frontera
por uno de estos pasos ilegales
que utilizan los refugiados.
Aquí no se puede ni caminar.
No veo nada, ¿eh? Nada, nada, nada,
no sé ni por dónde va el camino.
Este es el último tramo
que recorren los migrantes sirios
antes de alcanzar la frontera.
Tú imagínate a esta gente
caminando por aquí.
¿Qué hay aquí?
¡Esto parece un abrigo!
Seguramente pertenecerá
a algún refugiado.
Tampoco sé
cómo se les ha podido caer aquí;
como no hayan salido corriendo
huyendo de los militares o algo así
y lo hayan perdido por el camino
y no hayan tenido ocasión
de volver a por él.
(Ladridos)
Yo aquí lo único que oigo
son perros a lo lejos y nada más,
no nos hemos cruzado con nadie
por el camino.
En los últimos días
no ha dejado de llover,
entonces todos estos caminos
están totalmente embarrados.
Y tampoco diferenciamos muy bien
el camino.
Podemos decir que las condiciones,
sobre todo en esta época del año,
no son óptimas
para hacer este trayecto.
Después de muchos kilómetros,
estos últimos pasos
son los decisivos.
Es aquí donde los sirios
se juegan su destino,
en estas rutas
es donde el Ejército y la Policía
detienen a los migrantes ilegales.
Ahora mismo estamos
en medio de la nada.
Estamos muy próximos a la zona
controlada por los militares.
De hecho, esas luces que parpadean,
esa luz roja,
están en una torre de vigilancia
de los militares.
O sea, que nos tenemos que ir ya,
¿eh?
Venga, vámonos ya.
Para llegar hasta la Unión Europea,
los traficantes
optan por la ruta búlgara,
donde ahora mismo nos encontramos,
o por la griega,
a pocos kilómetros de aquí.
Grecia y Turquía están separados
por un río, el río Evros.
Tras investigar esas rutas ilegales
en colaboración
con la Agencia Europea
de Control de Fronteras,
la Guardia Civil en España
conoce bien cómo operan las mafias
en las zonas fronterizas
entre Turquía y la Unión Europea.
Una vez
que han llegado al río Evros,
se suben en los botes inflables,
que son dirigidos
por parte de la organización turca,
que los va a dirigir
corriente abajo
hacia un punto
que ellos tienen conveniente
para que desembarquen
ya en territorio heleno,
donde les estará esperando
parte de la organización,
que les guiará hacia los vehículos
que les transportarán
hacia la ciudad de Atenas.
Aquí podemos observar que siguen
como hacían en territorio turco,
andando en fila.
Se les ve más relajados
y andando libremente,
porque han conseguido su objetivo,
que es llegar a suelo europeo.
Y vemos el grupo de sospechosos
que está caminando
hasta que se aproxima
el vehículo policial
de la Policía de Fronteras griega.
Vemos el coche policial,
que al final logra detectar
al grupo que ha huido.
Siguen a seis personas,
y una vez que los localizan,
proceden
a la detención de los mismos
para llevarlos
a un centro de detención
donde pueden permanecer
hasta un máximo de tres meses.
Aquí vemos una de las embarcaciones
de la Policía de Fronteras
cómo intercepta la embarcación,
procediendo igualmente
a la detención del traficante
de personas de nacionalidad turca.
En algunas de las detenciones
a los traficantes de personas
se les ha podido incautar
el teléfono móvil
y se permiten el "lujo"
de grabar este periplo,
que vemos perfectamente
cómo va hacia la embarcación
y se les ve con un pasamontañas
a parte de la organización
que se encarga
del traslado en la embarcación
desde el suelo turco
a suelo griego.
Los traficantes de personas
actúan en la clandestinidad.
(Gritos)
¿El que grita es el chófer?
Si el Ejército
localiza a los sirios,
todos quedarán
en manos de la justicia.
Los migrantes hacen frente
al hambre, el frío y la oscuridad,
hasta alcanzar territorio europeo.
Queremos llegar
hasta los traficantes de personas,
pero solo hay
una manera de hacerlo.
El líder de un grupo
de traficantes de personas
nos cita a las afueras de Estambul.
En el coche se queda
el operador de cámara.
Oye, este señor no llega, ¿eh?
Sí, bueno,
porque nunca da una hora exacta.
¿Nunca da una hora exacta?
Sí.
Pero nos han citado aquí
a las 15:00.
Sí.
Y son las 15:30.
Bueno, vamos a esperar un poco más.
Yo creo que va a llegar
en poco tiempo.
Sin su consentimiento, es imposible
conocer cómo trabajan estas redes.
(DERYA HABLA EN TURCO)
Que dice que va a venir
y, en cuanto llegue, nos avisa.
¿Por qué no quiere
entrar en detalles
si ya hemos quedado con él?
Porque es un contrabandista
y le están pinchando el teléfono
y, como soy periodista, también
me están pinchando mi teléfono.
¿Os pinchan el teléfono?
Sí, como a todos los periodistas.
Le esperamos dentro.
Vale, mejor.
Queremos que el traficante
nos dé luz verde para subirnos
a una de sus furgonetas
que transportan migrantes
hasta la frontera.
Los dos hombres
que están de espaldas
son nuestro interlocutor
y el líder mafioso.
Se dedica al tráfico de personas.
Nos dice que no dependemos solo
de las condiciones climatológicas,
sino también del acuerdo
al que llegue con los búlgaros,
esa parte de la mafia
que recibe a los migrantes
que él lleva hasta la frontera.
¿Cuánto cobra
por migrante traficado?
Él se queda con 600 dólares
de los 4.000
que cobra por migrante.
Me gustaría saber
por qué usted se dedica a esto.
Confiesa
haber pasado por la cárcel.
¿Cuánto tiempo?
Si en algún momento
podemos hacer la grabación,
¿nos permitiría subir al camión
con las migrantes que transportará?
Accede a que grabemos
en una de las furgonetas
donde trasladan a los sirios.
Bueno, muchas gracias.
Se marcha,
y lo hace con el compromiso
de que nuestras cámaras
podrán registrar
los movimientos de los traficantes.
El hombre,
jefe de uno de los equipos
pertenecientes
a las redes que controlan
el tráfico de personas,
nos cita a las afueras de Estambul.
(HABLA EN TURCO)
Ahora vamos a quedar
con los chicos,
también ellos están esperando
a que venga la furgoneta.
Lo que están haciendo
es totalmente ilegal,
por eso no podemos hablar
con el conductor.
Las instrucciones son claras,
temen que nuestra presencia
les delate ante la Policía.
Normalmente, ¿cuántas personas
pueden llegar a ir
dentro de estas furgonetas?
30.
¿Hasta 30 personas?
Hasta 30 personas suben a una.
Vamos por aquí,
deben de estar por este lado.
No pasa nada, ¿no? Tenemos
la autorización de ese señor.
¿Son ellos?
Sí, son ellos.
Hola.
Ahora son las 19:55.
En cinco minutos
va a llegar el camión.
Yo les dije que no se preocupen,
que vamos a hacer todo muy rápido.
Y, cuando llegue el camión,
vamos a subir directamente.
Vale.
Y nos vamos.
Tenemos el tiempo justo
para conocer
la historia de estos hombres
antes de que llegue la furgoneta
que les trasladará hasta Edirne,
la ciudad que hace frontera
con la Unión Europea.
¿Cuántos años tienes tú?
(DERYA TRADUCE) 25.
¿Cuánto tiempo hace
que saliste de casa?
Hace dos años
que ha salido de su casa.
Mi familia está en Siria
y yo he venido aquí escapando
de la guerra y de la tortura.
Desde hace dos años
estamos esperando con esperanza
para empezar una nueva vida,
si es posible,
y que sea también en Europa.
Dicen que la Policía búlgara
es bastante agresiva
con los refugiados
con los que se encuentra.
Ya lo sabemos, pero me parece
más significativo hacer esto
que esperar aquí, como si estuviera
esperando ya la muerte,
porque siento
como que no tengo vida,
y lo sabemos todo,
pero estamos escapándonos.
La espera se hace eterna
para este grupo de sirios.
Casi no hablan entre ellos.
No llevan equipaje; aseguran
que así será más fácil moverse
en territorio fronterizo.
¿Hay mucha vigilancia de la Policía
por estas calles?
No, por eso lo están haciendo aquí,
porque no hay un control fuerte.
Esperan atentos
alguna señal que les indique
que ha llegado la hora de salir.
(Gritos)
La señal se escucha
en apenas unos minutos.
¿El que grita es el chófer?
Subimos, subimos nosotros también,
¿no?
¡Rápido, rápido, chicos!
¡Voy, voy! Perdón, perdón.
Cierren la puerta.
Voy, voy, voy.
A ver.
Los sirios
se agachan en la furgoneta.
Permanecerán en el suelo
las más de tres horas de trayecto
que les queda por delante.
Son todos hombres muy jóvenes,
vulnerables,
cuya única forma de protección
es ocultarse bajo las ropas.
Estas personas no llegan
ni a ver la cara del conductor.
Todo está pagado al traficante.
Y el traficante reparte el dinero
entre el conductor,
entre el otro conductor
de la otra furgoneta.
Otro vehículo les recogerá,
pero los traficantes
no nos dan permiso
para acompañarles.
No podemos ir con ellos
porque allí empieza el delito,
es totalmente ilegal
porque la segunda furgoneta
va a entrar en una zona militar.
Tenemos desde Estambul
hasta llegar a Edirne,
la ciudad turca fronteriza,
300 kilómetros de lo que intuyo
es una angustia continua
para las personas que viajan ahora
en el interior de esta furgoneta.
Están constantemente pensando
en que les puede parar la Policía.
(HABLAN EN TURCO)
¿Qué pasa? ¿Qué? ¿Qué?
El viaje se hace pesado
para estos sirios
que dejan atrás su país en guerra
para empezar una nueva vida
en la Unión Europea.
Estamos desorientados.
Estamos cerca del pueblo
donde les van a dejar.
(HABLAN EN TURCO)
Ya están todos abajo, al conductor
no le hemos visto ni la cara
y en cuestión de segundos
la furgoneta ya se va.
La zona
controlada por los militares
ya sería a partir de aquí.
Sí, a partir de aquí.
Este camino ya va para la frontera.
Una vez en Bulgaria,
los sirios buscan cobijo
en los centros de refugiados
más próximos a la frontera.
Recorremos 40 kilómetros
hasta que encontramos
el primero de ellos.
Hemos localizado
el primer centro de refugiados
que se encuentra
nada más cruzar la frontera,
en uno de los primeros pueblos
búlgaros.
Aquí hay alojados aproximadamente
2.000 refugiados.
Los refugiados
con los que nos encontramos
denuncian las condiciones
en las que viven en estos centros.
Ahora nos están diciendo
que durante los dos últimos meses
no han recibido los 35 euros
que les da el Gobierno
para que puedan cubrir
sus necesidades
fuera de lo que les proporciona
el campo.
Clara es una periodista
que investiga
sobre la situación
de los refugiados en Europa.
La presencia de las cámaras
incomoda a los vigilantes.
Pero estos jóvenes tienen interés
en que se conozca su situación
y se convierten
en nuestra única baza
para entrar al centro.
Solo podemos acceder
si vamos con ellos
y utilizando una videocámara casera
que no llame la atención
de los vigilantes búlgaros.
Los refugiados temen represalias
sin son vistos con periodistas
y solo nos permiten grabar
en las habitaciones
donde no hay cámaras de vigilancia.
Tres familias duermen
en esta habitación.
Vemos que hay niños.
Esta es la casa,
la cama de una de las familias,
aquí duermen
un matrimonio y sus hijos.
Nueve personas,
nueve personas en esta habitación.
Dos familias
en una única habitación,
y estos niños
están en esa habitación.
El médico nos ha explicado que,
debido a la falta de medicamentos,
hay un montón de enfermedades
y gente en muy mal estado de salud,
además hay un brote de sarna
en todo el campo
y todos los niños tienen sarna.
Y luego nos estaban explicando
que mañana,
les han dicho que se queden
dentro del campo y que no salgan
porque va a venir gente
de extrema derecha de Bulgaria
para manifestarse delante del campo
porque son racistas
y no quieren tener aquí
a los refugiados
porque dicen que dan problemas.
Los jóvenes
que nos han ayudado a entrar
temen que haya represalias
contra ellos.
Por los pasillos oímos niños.
(Niños)
Son niños del exilio
que llegan al centro
con problemas de salud
y que utilizan
cuartos de baño destrozados.
Estas son las condiciones
en las que viven
los refugiados sirios
en el centro más grande
de Bulgaria.
Aquí hay unos 2.000 refugiados;
la mayoría, de procedencia siria.
Estos son los cuartos de baño.
Sufren malos tratos
de la Policía búlgara.
Nos insisten
en que escondamos la cámara
antes de que aparezca
algún vigilante.
Los 2.000 refugiados de este centro
vivirán en barracones como estos
a la espera de convertirse
en ciudadanos europeos.
Añadir comentario ↓
La verdad que a veces se traspasa el límite de tráfico, si esta demostrado que el cannabis y los canceres tienen una relación ya que pueden curar esta enfermedad, se debería destinar un dinero para esta posible "cura" y legalizarla, así habría mucha menos delicuencia y tráfico de droga. Una opinión de un señor de pueblo. Saludos.