Mira.
Es un temporizador.
Tú marcas el tiempo...
Y cuando llega...
(Alarma)
Hace clinc.
Chao. -Adiós.
Ya. Ya, para.
Dame 30 segundos.
(Reloj)
¿Estás enamorada de David?
(Reloj)
(Alarma)
Tiempo.
No más café.
"No recuerdo a mi padre. ¿Y tú recuerdas a tus padres?"
"Te quiero, mi amor. Te querré siempre.
Por favor, cuida de nuestra niña.
Te quiero, mi amor.
Siempre.
Cuida de nuestra niña."
# Ahora que empiezo de cero,
# que el tiempo es humo, # que el tiempo es incierto.
# Abrázame fuerte, amor, # te lo ruego,
# por si esta fuera la última vez. #
¿Qué tal estás?
Sé lo de David.
Lo siento.
Lo he oído al llegar.
Oye, ¿se sabe algo del nombre que encontraron en la llave?
Lo de Ángela.
Por si quieres pasarte a por tus cosas.
¿Como dos personas adultas?
Ya...
Cuando termines de recoger, deja tus llaves en el buzón, por favor.
Buenos días.
Joder...
Nada, tranquila.
Ángela... ¿Ángela la de la llave?
¿Quieres conducir?
(Portazo)
Iago, Iago.
Vete, vete.
Peligro, peligro.
Este piso es el coño de la Bernarda.
¿Qué hace usted aquí?
¿Viene por lo del antiguo vecino?
El que intentó estallar la guardería de abajo.
Han venido muchos compañeros a preguntar.
¿Ángela?
No, no me suena.
¿Por qué pregunta por ella?
¿Quiere algo más?
¿A quién?
¿No será usted del programa ese de la tele?
Del "'Cuánto' milenio"?.
Sí. Pero nunca se lo he dicho a nadie.
A veces oigo una voz de noche.
Cuando hago la ronda.
"La curiosidad...".
La curiosidad mató al gato.
Mierda.
Necesito que vengan a limpiar el Victoria.
Creo que acabo de matar a un policía.
Perdone, comisario, ¿de qué cojones está hablando?
Tengo 40 años, no soy ningún niño,
no tengo por qué dar explicaciones de nada.
No tienes ni idea de por qué he dejado a Susana.
¿Sabes, Óscar?
En el fondo, somos iguales.
¿Sabes por qué Laura está contigo?
Por lo mismo por lo que su hija estaba conmigo,
porque Márquez y su sobrino se largaron y las dejaron.
Tú y yo somos el segundo plato, ¡entérate de una puta vez!
Yo no le llamaría.
A David.
Perdona, lo he escuchado esta mañana en comisaría.
Que lo habíais dejado.
¿Sabes qué? No me hagas caso.
Tampoco soy yo un ejemplo para nadie.
Manuel.
Mira, sí, Manuel es el último de una larga lista de desastres.
Márquez.
A ver.
Pero si está siempre pendiente de ti.
Joder, te trata como si fueras su hija.
Independientemente de lo que pasara entre Márquez y tu madre,
o entre Márquez y yo, él te quiere bien.
No sé, no te despegues de él.
En el fondo, es un buen tío.
Oí lo que le pasó a Andrés Vargas.
Y sé que te lo habrán dicho muchas veces, pero...
Lo siento.
A ver, Manuel era... Bueno, era...
Es un hombre complejo.
Y su vida, ni sencilla ni un camino de rosas.
Tú has patrullado con él, ¿no?
¿Y no te ha contado nada de su pasado?
¿Qué te ha contado de su mujer? ¿Y de su hija?
Voy a buscar algo para beber. ¿Tú quieres algo?
(Teléfono)
(Teléfono)
(Teléfono)
Hola, inspector Márquez.
Esto ahora no importa, tiene ahí a uno de mis hombres.
También puedo decirle que está hablando en manos libres.
Que sujeta el teléfono con la mano derecha
y que su sobrino Iago está junto a usted.
Y ahora, está frunciendo el ceño.
Bravo, inspector.
Que libere al hombre que tiene retenido,
usted lo suelta y nuestros caminos se separan.
Si no libera a ese hombre, habrá consecuencias.
Habrá consecuencias, soy un hombre de palabra.
(Gritos)
¡Hola!
-Saben diferente.
-Es que he hecho las lentejas con la receta de Oscar.
Y muy buena receta, Óscar. Come.
¿Y Susana, no viene?
¿Cómo la has visto esta mañana en comisaría?
Seguro que ha sido la comidilla todo el día.
He hablado con David y me han dado muchas,
pero que muchas ganas de partirle la cara.
¿Qué ha pasado?
¿Ha sido por Susana?
¿Cómo que sí y no?
Pero tú, ¿para qué dices nada? ¿Cómo se te ocurre meterte ahí?
Puede que David fuera un hijo de... -Un hijo de puta.
-A ver, vete a tu habitación. Te perdono las lentejas. Por favor.
A ver, David ha estado comiendo en esta mesa hasta ayer.
Y puede que antes haya sido un hijo de puta,
pero estaba cambiando.
Y lo que haya pasado entre mi hija y él es cosa de ellos.
Ese chico no se merece que le caiga la mierda encima.
Y menos por parte de su jefe.
¿Cómo a esta familia?
¿Qué ha dicho de mí?
Que ese chico tiene un hijo y un alquiler que pagar, hombre.
¿Qué tenéis, 16 años, vosotros?
Óscar, estoy casada contigo.
Comparto mi familia y toda mi vida contigo.
¿Qué más necesitas?
¿Qué puedo hacer para acabar
de una puñetera vez con tu inseguridad?
¿Esposarme a ti?
Empiezo a estar un poco harta.
(Música)
# El verano del amor
# sé que va a suceder.
# La revolución sexual.
# Y hace días que sabes que no,
# que a veces # no hay que tener la razón. #
(Cascabel)
(Cascabel)
(Cascabel)
(Cascabel)
(Cascabel)
(Cascabel)
# Y hace días que sabes que no,
# que a veces # no hay que tener el control. #
Cero.
¿Por qué has ido al edificio?
¿Por qué crees ha intentado matarte?
De oreja a oreja.
Mierda.
(Teléfono)
-Perdone, puse una denuncia por la desaparición de mi marido.
-Sí, el Pollo, ¿verdad?
Seguimos buscando, pero no se preocupe,
que tarde o temprano aparecerá. Se lo aseguro.
Chicos, el comisario os está esperando.
¿Tú no estabas de baja?
Qué friki eres.
Hemos intervenido sus cuentas, por si alguien le pagó por hacerlo.
Acabamos de terminar el registro del piso del vigilante.
Vivía en el mismo bloque y, ojo...
Tenía un arsenal de armas y explosivos ahí dentro.
Dice que no abrirá la boca hasta que no venga su abogado.
El propietario es un tal Augusto Mendieta.
¡Manuel!
¿Podemos hablar momento?
¿A qué coño estás jugando?
¿Ah, no?
¿Y ese sobrino?
¿Qué coño de sobrino?
¿Qué hacíais en ese bloque?
Has vuelto a infiltrarte.
Estás en la unidad especial otra vez.
Le dijiste a Susana y a su familia que tenías mujer y dos hijas.
O sea, que te acuerdas de algo entonces.
Mira, vete a la mierda.
Mira, Manuel, déjalo. ¿Sí? Déjalo.
Ya lo hablaremos en otro momento. Ahora tengo mucho lío.
Entonces no sabes si eres humano o marciano.
Qué putada.
El hombre ese del teléfono, ¿qué os dijo exactamente?
O sea, cabe cabreado a otro malo.
Pues que venga.
¿Eres el padre de Casper?
La fantasma del piso.
Lo siento.
Bueno, yo he estado haciendo averiguaciones,
preguntando por el barrio.
Nadie sabe nada del edificio Victoria.
Ningún rumor, ninguna leyenda, nada.
Sigue siendo el mismo edificio
hasta que el exmilitar lo pone en el mapa
cuando quiere meter el pepinazo en la guardería.
Pero...
Averigüé que tras la guerra civil lo compraron unos extranjeros.
Lo que sí sé es que durante años estuvieron excavando el suelo
y sacando camiones y camiones de tierra.
Y no hicieron ningún parking.
Este raro, ¿no?
(Puerta)
¡No jodas! ¿Y cómo se llamaba?
No me suena. ¿Sabes el nombre artístico?
Fuiste médico.
Joder si eres tú.
(Música de ópera)
(Música de ópera)
(Música de ópera)
(Música, sirenas y bombardeos)
¡Dios!
(Bombas)
(Gritos)
¡No quiero morir! ¡No quiero morir!
Pero cómo voy a...
(Música de ópera)
Doctor Figueroa, lleva 48 horas seguidas trabajando.
Con mis debidos respetos, creo...
Doctor Figueroa, debería ir a casa con su mujer y su hija.
-Váyase tranquilo.
Una explosión en el edificio Victoria.
Hay muchos muertos.
(Música de ópera)
-Que me da miedo. -Solo es un plato, ponlo.
-Me voy a quemar. -No.
Pon la mano, no te vas a quemar. Ponla y a la de tres.
Una, dos, gíralo. Ya, ya. Ya.
¡Bien! ¡Has hecho tu primera tortilla de patatas!
-Y estará mejor que las lentejas de Santos, seguro.
-Oye...
(Timbre)
¿Y tú no puedes abrir con tus llaves?
Susana, cariño...
Ahora, entre las tres, lo colocamos todo antes de la cena.
Pero por lo menos, un poquito de ropa.
-Espera, espera.
¿Tenéis cena para una más? Yo pongo la bebida.
-Claro. No, pero, María, ¿a qué más has venido?
-Como la niña ha pasado dos días de mierda, pues...
Y Santos se queda trabajando hasta tarde.
¡Cena de chicas!
-Es que no sé yo si a Susana le va a apetecer.
Gracias. Qué guapa.
¿Qué hago? ¿Corto un poco de queso?
¿Queréis jamón? -Sí.
-¡Ay, he comprado un membrillo!
-¡Ay, membrillo con queso!
-A ti te gusta mucho, ¿no? Venga.
Tu hermana. -¡Anda!
Tampoco es muy difícil.
No, no, María, no.
Ni de coña. No.
-Mamá, por favor.
Un sorbito, mojarme los labios, ya está.
-Que no.
Me da igual, mientras yo no la vea, pero delante de mí no.
-Bueno, entonces, puedo sacar el canuto, ¿no?
-¡Dile algo! -Es broma.
Es verdad, siempre me lo dice: "Porros no".
Un sorbito.
-Gracias, María. -Ya.
(Música)
Entonces, va vuestra madre...
Va vuestra madre y le dice: "¿Qué tal su marido?".
"Pues si está muerto, hija".
-Es que hacía mucho tiempo que no la veía.
No me acordaba.
Si el año pasado, fuimos al funeral. -No lo cuentes.
-Mamá, para de beber
porque yo tampoco te quiero ver borracha.
-Pero, hija, si estoy fenomenal.
Soy preciosas.
-A esta sí que se le ha subido
-No, en serio.
Mira, yo, de joven, mi sueño era tener una familia.
Algo así como vosotras.
Con esa cosa que tenéis de hablarlo todo tan para afuera.
Es maravilloso.
No pasa nada, Laura, lo tengo superado.
Mira, cuando eres joven, algunas soñamos con tener hijos.
Pero...
Quieres disfrutar de la vida, del trabajo y lo vas dejando.
Para cuando me puse a intentarlo, tenía más de 30.
Pasaron los meses y no me quedaba.
Todo el mundo me decía:
"Eso es por el estrés, deja de pensar en ello que,
cuando menos lo pienses, aparecerá".
Así que pasaron un par de años o así,
me fui a una clínica y allí descubrí que mis ovarios estaban de adorno
y que nunca podría tener hijos.
Como, por ejemplo, ¿qué?
Hija de...
Con todo lo que eso implica.
-De verdad.
Dejad en paz a mi niña.
Y yo que nunca he estado con un negro.
-¡Mamá! -Me voy a morir con eso.
-Mejor, así no sabéis lo que os perdéis.
Una maravilla.
Oye, venga,
aquí falta mucha gente de contar sus miserias y todas tenemos.
¿Quién se anima?
Vamos a ver, reina,
¿tú no sabes que cuando una ventana se cierra otra puerta se abre?
-Es un poco "poltergeist", María.
Vale, lo sé...
Escuchadme.
Vosotras sois lo más importante que ha pasado en mi vida.
Y cuando nos equivocamos, mira, aquí estamos,
para ayudarnos las unas a las otras, ¿vale?
-Es que sois demasiado perfectas, hijas de perra.
Me dais una pereza...
-Pues ya que estamos de confesiones...
-No, mamá, si vas a contar algo guarro de Santos, no.
Tengo visiones.
-Visiones.
-Te estás quedando con nosotras. -No, son como...
Son como chispazos de recuerdos, de cosas que no han pasado,
pero que parecen reales.
-¿Hablas en serio?
-Tú también estás loca.
Me encanta.
Escuchadme un momento.
Yo no creo en esas cosas, pero son como ráfagas.
Que de repente, me vienen y...
¡Frus! Me acuerdo de algo.
¿Haces cuando te acuerdas de algo al día siguiente de una borrachera?
-A ver, ¿de qué te acuerdas? -Bueno, eso da igual.
No importa.
-A ver, Laura. -Vale, ya, vale.
Pues en esas visiones,
o lo que sea,
veo a Márquez.
Es en el bar de Sebas.
Y son como recuerdos...
Él está frente de mí.
Me dice que me quiere.
Y es como si se estuviera despidiendo...
Bueno, da igual.
Es que da lo mismo, me estoy obsesionando y no sé por qué...
-Estas un poco obsesionada.
Es una etapa que ya cerraste.
Ahora, estás en otra nueva ilusionada y feliz.
(HABLAN TODAS A LA VEZ)
(Puerta)
¡Vete a tu casa, borracha!
¿Dónde has estado?
No.
¿Papá?
¡Papá!
¿Por qué?
No me dejes, padre.
(Bombas)
Pero ahora lo has hecho.
Yo también te quiero, papá.
Te he echado de menos.
Tengo que irme, papá.
Debemos marchar.
Teníamos que estar juntos una última vez.
¿Te volveré a ver?
(Cascabel)
(Cascabel)
(Cascabel)
(Cascabel)
(Cascabel)
-Cariño, que soy yo. -Qué susto me has dado.
-¿Pasa algo? -Nada.
Quiero beber agua.
-Bueno, vete a dormir.
-Buenas noches. -Buenas noches.
Otra vez no.
Otra vez no.
Algo dejó una nota con tu nombre en mi cama.
Está volviendo a pasar algo raro, ¿no?
Es mejor la cárcel que su castigo.
Por supuesto.
El médico hacía tratos con el diablo.
Pero luego se negó a pagar.
Sí, padre.
Los dibujos de Márquez y de mi marido son idénticos.
(Música)
Estas muy guapo, ¿seguro que vas a trabajar?
Me dijiste que viniera porque me querías contar la verdad.
¿La verdad de qué?
Ojalá no hubieras vuelto, Márquez. Mi vida empezaba a ser normal.
Hijo, quiero que hagas algo por mí.
-Lo que usted ordene, padre.
Confíe en lo que le digo, inspector,
soy un hombre de palabra.
El Enlace está dispuesto a descubrir quién fue en otra vida. Por su cuenta, Márquez vuelve al edificio Victoria en busca de pistas y tendrá un encuentro inesperado. Lola y Susana también se dirigen hacia allí. Tras su ruptura con David, Susana cuenta con todo el apoyo de su madre y su hermana.
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