Un programa que centra su mirada en los aspectos humanos inherentes a la arquitectura, el urbanismo y el diseño. Todos ellos forman parte de nuestra vida cotidiana y generan historias que merece la pena ser contadas.
En 'Escala humana' mostraremos lo que se esconde detrás de las fachadas, de los paisajes, de los edificios, de los objetos. Explicaremos cómo piensan, a veces cómo sueñan, tanto los creadores de grandes estructuras arquitectónicas y urbanísticas de nuestro país como los profesionales que realizan pequeños proyectos con el objetivo de hacer un mundo mejor. Reflexionaremos, en definitiva, sobre nuestra relación con el entorno natural y social.
El programa estará presentado por Núria Moliner, arquitecta, compositora y cantante del grupo musical Intana, que nos aportará sus conocimientos sobre arquitectura desde una sensibilidad especial hacia los aspectos humanos que hacen que la técnica cobre sentido.
En trece capítulos de media hora, 'Escala humana' descubrirá muchas maneras de entender la vida a partir de historias particulares tan diversas como la de una vivienda enterrada cuyas ventanas miran al cielo, edificios que son verdaderos pulmones de la ciudad, ecosistemas que se desarrollan en las paredes o materiales para el diseño que se auto-generan de forma natural.
(Tictac de reloj)
(Sonidos distorsionados)
(Música de piano suave)
Esto está cargado de potencialidad
y el Matadero, en el fondo, tiene algo de eso.
Primero cuando fue matadero,
luego cuando fue un espacio abandonado,
después cuando se llenó de okupas, cuando se llenó de toxicómanos,
después cuando se llenó de toxicómanos del arte,
que somos los que hemos venido a hacer cosas extrañas
y a investigar con la danza,
con la escultura, con las instalaciones,
con la propia arquitectura.
Por fuera, es un estilo importado de tiempo atrás, ¿no?
Mitad español, mitad árabe, que es el neomudéjar
y ese estilo...
es un poco la pie exterior,
pero lo verdaderamente importante, lo verdaderamente interesante,
el éxito de este espacio es todo lo que hay dentro,
todo lo que no se ve por fuera.
El Matadero tiene muchas historias,
eso es lo más apasionante del Matadero,
porque hoy es un centro cultural,
pero en otro momento fue un espacio industrial
para abastecer Madrid durante muchísimos años
de alimentos
casi desde 1910, 1911,
cuando se terminaron las primeras naves.
Estaba relativamente cerca de Madrid, pero lejos.
Estaba cerca de un río, el río Manzanares.
Había una línea de tren que era perfecta para traer a las reses.
Entonces, lo tenía todo.
Ha formado parte de nuestra historia
a lo largo de prácticamente todo el siglo XX.
Ha alimentado Madrid durante muchísimos años,
ha trabajado con los mismos materiales,
huele a... huele a... huele a Madrid, ¿no?
(Dinner and a Suit "Ghosts")
Al fin y al cabo y esto es un secreto,
nos daba un poco igual qué es lo que fuera a suceder aquí dentro,
el espacio tenía que ser suficientemente resistente
y resistir las embestidas de cualquier función
que pudiera desarrollarse aquí dentro.
Con esa libertad y falta de responsabilidad
que supone que algo sea provisional,
nos enfrentamos con riesgo al proyecto.
Yo creo que esa fue una de las claves
y la otra clave fue una imposición económica
y esa realidad económica de contención
nos obligó a no hacer nada.
Y luego, con el paso del tiempo,
vas construyendo este discurso del no hacer, de la contención,
de Ulises que se ata las manos y resiste los cantos de las sirenas,
la vanidad de los arquitectos, ¿no?
Y nosotros fuimos descubriendo
qué sucedía si no hacíamos nada, ¿no?
Lo bien que quedan las cosas no sobreactuadas,
no disfrazadas de domingo
y lo fuimos descubriendo nosotros, no fue una voluntad de proyecto.
La intervención en la Nave 8B es ligeramente distinta
porque es una de las naves más potentes de todo el Matadero
porque es una nave construida
enteramente de hormigón armado
y bueno, de ladrillo en la fachada,
pero la estructura es de hormigón armado
y es de las primeras estructuras de hormigón armado
que se construyeron en España.
La estructura estaba en muy mal estado.
Era prácticamente harina.
Rascabas estos pilares y muchos de ellos se deshacían.
Entonces, el refuerzo estructural
se convirtió en el argumento de proyecto,
que es esto que estáis viendo aquí detrás.
Fue un proyecto marcado por la oportunidad,
descubrir situaciones por el camino y aprovecharlas a tu favor.
Empezó la obra
y al empezar la obra, con todo el proyecto definido,
dimos una vuelta por el Matadero
y en la parte de atrás de la nave nos encontramos una montaña de tejas
que habían sido recuperadas y extraídas
de las cubiertas de otras naves de por aquí,
del Matadero.
Entonces, las iban a llevar al vertedero,
las iban a tirar a la basura.
Bueno, pues nos entró un brote de ética material
y decidimos utilizar esas tejas en el interior del edificio
a ver qué pasaba.
Teníamos en la empresa constructora
una persona que se había dedicado toda la vida
a colocar ladrillo a cara vista, ¿no?
Entonces, empezamos a entender la teja como el ladrillo
y este señor nos dio lecciones de arquitectura una detrás de otra.
Yo le decía: "José, hazlo así como mal,
como con defectos, con imperfecciones,
que parezca que está torcido"
y me dijo: "Arturo, lo voy a hacer bien
porque de torcerse siempre hay tiempo"
y a mí esto me parece demoledor, demoledor
porque efectivamente, si una pieza la va colocando una mano humana
va acumulando imperfecciones inevitablemente
sin necesidad de que tengas detrás la voluntad de hacerlo mal,
que es como el que busca la belleza,
es difícil de encontrar cuando se busca.
(Música ambiental)
Lo que suceda a partir de ahora es una incógnita,
esperemos no estropearlo demasiado.
(Canción "Follow the light")
Las tres chimeneas para Sant Adrià
simbolizan nuestro pasado industrial.
Desde el 1913 que se instaló la primera central térmica
estamos produciendo energía eléctrica,
por tanto, Sant Adrià es un municipio eléctrico
y las tres chimeneas representan esta actividad industrial
en Sant Adrià.
Este edificio es singular por su estética.
El hecho de que las chimeneas estén encima del edificio de calderas
es único en toda la península
y es uno de los pocos sistemas constructivos de centrales térmicas
que hay en todo el mundo.
La sala de turbinas, por ejemplo, es una sala totalmente diáfana
de 5600 metros cuadrados de planta
y no hay una sala igual en toda España.
Esta es una de las singularidades que tiene,
la altura de 200 metros cuando se construyó
era el edificio más alto construido en Cataluña.
Nosotros defendemos que es un elemento singular
para explicar el proceso de industrialización
de todo el litoral de Barcelona desde el Poblenou
hasta Montgat
y entonces, pensamos que es el único vestigio que queda
de toda esta industrialización del litoral barcelonés
y que sería un sitio ideal
para explicar todo este proceso económico, social, medioambiental
del que ha supuesto
la industrialización del litoral de Barcelona.
Pensamos que la mejor manera de conservar este elemento
es buscándole nuevos usos.
Nosotros apostamos por un equipamiento metropolitano.
Evidentemente, esto no es un equipamiento
a nivel vecinal, a nivel local, a nivel de Sant Adrià,
sino que debe ser un elemento clave
en lo que es toda la región metropolitana de Barcelona.
Entonces, nosotros creemos que la mejor opción
para reutilizar estas tres chimeneas
es utilizar el concepto de la energía y del agua.
Es decir, dedicarlo a actividades
de investigación, desarrollo e innovación
de cara a la transición hacia un nuevo modelo energético.
(Extreme Music "Knife and stone")
Pues el Campo de Cebada es habitar una oportunidad,
es el único polideportivo que había en el distrito Centro de Madrid,
que estaba en La Latina, en la plaza de la Cebada,
se demuele porque el plan del Ayuntamiento
es construir un mercado y un polideportivo mejor
en época de bonanza,
pero llega la crisis económica
y el polideportivo se ha quedado tirado
y tenemos un agujero de 2500 metros cuadrados de hormigón
y los vecinos son los que llaman a la puerta de ese espacio
para decir:
"Queremos reivindicar
la construcción del polideportivo que nos corresponde,
pero mientras tanto, dejadnos experimentar con la ciudad,
dejadnos que probemos a gestionar esta plaza nosotros".
El Campo de Cebada ha sido una infraestructura cultural
donde muchísima gente ha podido hacer sus eventos, espectáculos,
charlas y reuniones allí,
desde la Red de Huertos Urbanos de Madrid
hasta ¡Hostia un libro!, un festival de literatura y deporte.
Eh...
De todo, ha ocurrido de todo.
(NuFects "Perseverance")
Pues precisamente, entendiendo la participación de otra forma.
La participación, hasta ahora, se ha entendido
con "hay que preguntarle a la gente qué es lo que quiere", ¿no?
"¿Queréis clases de sevillanas o queréis clases de flamenco?".
"¿Queréis este puente verde o azul?".
Y ese tipo de participación a nosotros nos parece muy vacía
y que no genera lo que realmente es el cambio de modelo
y es que la gente sea la que haga las cosas.
No tenemos que preguntarle a la gente,
nadie tiene que preguntar,
es la gente la que tiene que tener mecanismos
para poder ser ellos los que hagan las preguntas.
Entonces, en La Cebada, lo hicimos con infraestructuras,
con enchufes, con grifos de agua, con almacenes con herramientas
para que fuese la propia gente la que dijera:
"Joder, tengo aquí un grifo, tengo tierra,
pues voy a montar yo el huerto"
y son ellos los que preguntan: "¿Es un huerto ecológico o no?".
"¿Participa todo el mundo o cómo se gestiona?".
(Música ambiental)
Eh... Absolutamente y no solo de entre los que participan
de una manera activa, sino también teniendo claro
que el tipo de participación tiene que ser muy variable.
En las arquitecturas o en la ciudad que queremos pensar
o que queremos habitar es importantísimo incluir
al mayor número de agentes posible, a la gente que es más activa,
a la gente que tiene mucho tiempo, pero también a los que tenemos poco
e incluso a agentes que no son humanos,
a la contaminación o a la fauna, a la flora,
es decir, que intentemos meter
en la mesa en la que se van a pensar los proyectos
al mayor número de agentes posible.
(Música de guitarra)
Pues por muchísimas razones,
la primera es una razón que tiene que ver con lo sostenible,
no podemos desaprovechar recursos.
Si hay un recurso, hay que activarlo siempre que se pueda
y lo segundo es porque lo abandonado
genera un conflicto en la ciudad
y ese conflicto es una oportunidad maravillosa
porque lo abandonado se ve abandonado
y entonces, es el lugar donde se puede prototipar,
donde se puede experimentar.
Los lugares que no reclama la gente es donde es más fácil
que te dejen hacer cosas que no se suelen dejar.
Lo que tendríamos que empezar a pensar
que ya sería como la enésima voltereta
no es ver cómo podemos reutilizar lo que se ha quedad obsoleto,
sino las arquitecturas que hagamos a partir de ahora
cómo es más fácil diseñarlas
para que tengan esa capacidad de reinventarse cada vez
y que no tengamos que tirarlo.
(Música instrumental suave)
A mí me parece genial
que de repente, un cambio con una economía muy grande
y con un poder muy grande diga: "Voy a poner aquí el Guggenheim"
y eso rehabilite una zona entera,
pero a mí me interesa también
lo que está ocurriendo desde lo pequeño,
cómo se está regenerando la ciudad que casi no nos damos cuenta,
la cara B de las ciudades, ¿no?
Y en ese sentido...
Claro, bueno, Jaime Lerner lo llama acupuntura urbana,
cómo transformar una ciudad tocando los puntos que son más importantes,
yo voy incluso más allá
que es vamos a fijarnos en lo que ya se está haciendo
que todavía no se ha dado visibilidad
y nos vamos por los barrios,
por ejemplo, de una ciudad como Madrid
y nos damos cuentas de que todos conocéis el Prado
y todos conocemos el hotel Ritz
y todos conocemos las grandes operaciones
que transforman la ciudad
y os digo: "¿Conocéis la central térmica de Orcasitas?".
No la conoce nadie.
Pues es una central térmica en un barrio de Madrid,
mancomunada,
en teoría, en propiedad de las familias del barrio
que da calefacción a 5000 habitantes
y pagan la calefacción más barata de Europa.
Es una iniciativa ciudadana
que puede transformar la energía que consumimos en la ciudad.
Una calefacción más eficiente porque tiene una escala de barrio
y como esa, hay cientos de miles de pequeñas iniciativas de vecinos
que, en realidad, están transformando ya la ciudad
y solo con que lo miremos un poco más detenidamente,
con que nos fijemos más cómo están aprovechando los recursos
y aprendamos de eso
para pensar el urbanismo de las ciudades de arriba
aprendiendo de lo que está ocurriendo desde abajo,
creo que sería reutilizar la energía de la gente
para transformar la ciudad, ¿no?
(Zak Rush "Freefall")
El proyecto con Fundació Arrels
empieza en el año 2010
a partir de una pieza metálica pequeña
como un elemento que conecta
partes de diferentes...
trozos de madera, objetos varios para construir algo
y esa pieza pequeña lo que intenta es simplificar
y permitir que con muy pocas herramientas,
con poco conocimiento,
uno se pueda construir esos objetos
con garantía para que funcionen como tienen que funcionar.
(Jeffrey Garber "All these moments")
Esos objetos se hacen con materiales reutilizados,
con materiales que vienen de otras vidas,
materiales que se han recogido en la calle,
que alguien los ha despreciado, los ha abandonado,
pero que tienen todavía valor
y tienen vida para continuar un trayecto más largo.
Muchas de las maderas con las que trabajamos
tienen muchísima más calidad
que muchos de los muebles que se hacen hoy en día,
maderas que ya no se encuentran, que están trabajadas,
que tienen una historia, tienen marcas, tienen cicatrices
como las personas
y todo eso nos parece que tiene en sí mismo también
el valor y la oportunidad de poder hacer ese paso
y de aprovecharnos de toda esa vida anterior que han tenido.
(Simon Steadman "In the end")
Al principio, algunos de ellos decían:
"Pero ¿por qué hacemos esto ahí guarrote y chungo?".
"Yo lo que quiero es un taburete como el de IKEA, ¿no?".
"Un taburete normal, como la gente"
y aquí parece que hacíamos algo demasiado de calle, ¿no?
Pero luego, cuando esto luego lo ven
que acaba en un espacio, digamos, a veces en una galería muy blanca,
limpia, muy chula
o acaba en un evento o en el montaje de una exposición,
pues ahí uno es más consciente de entender el valor de eso
y de creerse que eso que está haciendo es de verdad.
Es mobiliario en el momento en el que lo hacemos,
pero el ensamblaje que hacemos es completamente reversible
de manera que de aquí a un tiempo, lo que hoy es un taburete
se podrá desmontar y se podrá transformar en otra cosa, ¿no?
Esa idea de que lo que hoy es una cosa y mañana es otra
me parece que tiene que ser ya un elemento asumido
en cualquier proceso de diseño.
(Música ambiental)
En un momento en el que somos más conscientes
de la repercusión
y de la acción que tiene la humanidad en el planeta,
la acción de tirar algo que todavía tiene un valor
en el fondo, es una agresión casi
para la fragilidad de ese sistema
de la que ahora somos plenamente conscientes
y, en el fondo,
parte del espíritu y del trabajo que hace Arrels Fundació
tiene que ver con esa segunda oportunidad
con personas que por circunstancias
han acabado también en la calle
y están saliendo de allí.
Entonces, bueno, pues de alguna manera,
parece que hay una especie de recorrido paralelo
entre esos objetos y esos muebles que hacemos nosotros
con la situación de estas personas.
El diseño no solo es para los que tienen dinero
y para los que les va muy bien la vida,
sino que el diseño tiene que estar precisamente
allí donde hay más urgencia de que hagamos algo.
(Música ambiental)
(Canción "No place like home")
El señor Josep Valls,
conocido como el pastelero de la Morera,
que abanderó una batallita él solo con su pancarta
defendiendo el Pont del Petroli
como un ecosistema o un refugio para los peces y tal.
Se organizó una fiesta en el año 2001
cuando estaba ya prácticamente sentenciado el Pont del Petroli
y bueno, nos juntamos una serie de colectivos
y unas personas que tuvieron iniciativa
y ganas de darle un empujón a esto.
La fiesta consistió en simular un abrazo.
Imaginad el puente, 250 metros, 250 de vuelta,
todo esto unidos buceadores, nadadores, surfistas,
gente que había en el agua, gente que había en tierra
abrazándolo desde la tierra, rodeándolo y volviendo hasta aquí.
Hicimos un abrazo simbólico que queríamos salvar el "pont".
Los que teníamos afición de playa ya fuera pescando con caña,
haciendo apnea o buceando ahora ya más recientemente,
hemos podido disfrutar del abrigo de este "pont".
Hemos creado un pequeño ecosistema
que lo hace único en toda la zona, incluso del Mediterráneo.
A todos los edificios les llega el momento de perder la utilidad original. Algunos quedan abandonados, pero otros pueden gozar de una segunda oportunidad, con funciones muy distintas a las que se proyectaron en su origen. ¿Cómo ayuda la arquitectura a que dichos edificios tengan su segunda oportunidad? Conoceremos un centro de arte erigido en las ruinas de un complejo industrial abandonado. Debatiremos sobre cómo se puede dar uso urbano a una central de energía gigantesca sin que esto nos prive de su valor patrimonial. Charlaremos con Zuloark, un estudio especializado en dar segundas oportunidades a espacios residuales. Descubriremos cómo el diseño también puede dar una segunda oportunidad a colectivos en riesgo de exclusión y, finalmente, veremos un lugar industrial que ha cambiado la contaminación que generaba por un importante ecosistema capaz de albergar multitud de especies interesantes. Hoy, en Escala Humana, veremos cómo se puede dar una segunda vida a las estructuras aparentemente obsoletas.
A todos los edificios les llega el momento de perder la utilidad original. Algunos quedan abandonados, pero otros pueden gozar de una segunda oportunidad, con funciones muy distintas a las que se proyectaron en su origen. ¿Cómo ayuda la arquitectura a que dichos edificios tengan su segunda oportunidad? Conoceremos un centro de arte erigido en las ruinas de un complejo industrial abandonado. Debatiremos sobre cómo se puede dar uso urbano a una central de energía gigantesca sin que esto nos prive de su valor patrimonial. Charlaremos con Zuloark, un estudio especializado en dar segundas oportunidades a espacios residuales. Descubriremos cómo el diseño también puede dar una segunda oportunidad a colectivos en riesgo de exclusión y, finalmente, veremos un lugar industrial que ha cambiado la contaminación que generaba por un importante ecosistema capaz de albergar multitud de especies interesantes. Hoy, en Escala Humana, veremos cómo se puede dar una segunda vida a las estructuras aparentemente obsoletas.
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¡Qué maravilla que haya programas como este que proporcionan ideas, conocimientos y nos abren la mente a formas de hacer y construir el mundo, con una mirada positiva, optimista y esperanzadora!. ¡Ánimo!, y que se realicen más documentales como estos, no sólo sobre arquitectura sino sobre cualquier tema que nos pueda aportar conocimiento y luz. ¡Bravo por la 2!