Miércoles a las 23.40 horas
(Música)
Había que poder ser capaces de ser
todo menos parir.
A mí me lavaron el cerebro.
A mí me formatearon mentalmente.
Y comenzó a tocarme.
Y de pronto me toca la ingle.
Nunca llegó a, qué sé yo, penetrarme.
Como si... Si, bueno.
"Van a morir, rojos.
Se viene el Charlie Hebdo peruano".
Tras esta resistencia tan férrea está la lógica del negocio.
Pero funciona como una mafia.
Mi nombre es José Enrique Escardó Steck.
Soy periodista y docente universitario.
Y soy sobreviviente de abusos físicos, psicológicos
y un intento de abuso sexual
en el Sodalicio de Vida Cristiana.
Además, soy el primer denunciante de estos abusos.
Hice mis denuncias en el año 2000.
He recibido todo tipo de amenazas de muerte.
He recibido todo tipo de campañas difamatorias en mi contra.
Han logrado que me boten de trabajos,
que no me reciban en trabajos
y han afectado a mis relaciones con la sociedad, con la familia,
a mi economía, mi trabajo
y a todo lo que ustedes se puedan imaginar.
La historia aún no termina
y la justicia aún no llega para nosotros.
"Me quedé con las denuncias de los abusos físicos,
maltrato, vejación
en el interior del movimiento Sodalicio de Vida Cristiana."
"Sodalicio de Vida Cristiana..."
"Es una sociedad formada en el año 1971."
"Enfrentan acusaciones no solo de abuso psicológico..."
"Denuncias de abusos sexuales."
"La Policía al ingresar en la habitación
encontró al menor desnudo."
"Cuando tenía nueve años,
el sacerdote que le dio la Primera Comunión..."
"Las atrocidades que en nombre de Dios
y la Iglesia Católica..."
"Que disuelva el Sodalicio."
"Fue sancionado..."
"¿Cuáles son las características de este movimiento?"
"Es una organización católica
fundada en 1971, en Perú,
como una respuesta ideológica desde el lado de la Iglesia
a la corriente de la teología de la liberación.
Pero el Sodalicio tiene algo adicional,
porque además su fuente es
el fascismo puro,
la Falange de José Antonio Primo de Rivera
cocteledada con cosas como "La guerra de las galaxias",
porque, supuestamente, adentro tú puedes adquirir
poderes sobrenaturales,
el culto al líder...
Se trata de una organización sectaria por donde la mires
con un ropaje religioso.
(Música)
En los años 80, que son los años en los que yo conocía el Sodalicio,
eran tres personas fundamentales las que estaban
por debajo de Figari,
que eran Germán Doig,
Virgilio Levaggi
y Jaime Baertl,
y además estaban José Antonio Eguren,
José Ambrosic, Alfredo Garland, Emilio Garreaud, entre otros.
Pero esa era más o menos la organización,
que es imposible,
es imposible que no haya estado al tanto
de las cosas sórdidas que ocurrían
dentro de la institución.
Luis Fernando Figari funda la Organización Sodalicio
para lograr un cierto prestigio social
entre las familias que eran miembros
y que formaban parte del Sodalicio.
Pero funciona como una mafia,
reclutando a jóvenes del colegio,
de buena familia, de clase media-alta...
Para tener acceso
sexual y mental sobre ellos.
(Música)
Como todo adolescente, yo creo que buscaba, por un lado,
la seguridad afectiva
y, por otro lado, el anhelo de hacer algo grande con mi vida.
El Sodalicio vino a cubrir esos dos espacios de manera
inmediata y muy eficaz en mi caso.
Una de las cosas que pedía Luis Fernando Figari
era que nos filmaran
a los alumnos que éramos
como potenciales víctimas en los recreos del colegio.
Y esas filmaciones se las llevaban a él
para que él analizara y eligiera.
Tenía problemas de conducta. Me iban a expulsar
al año siguiente el colegio, ya me lo habían dicho.
Mis padres estaban separados.
No me interesaba absolutamente nada de nada.
Nos bordeaban con lo que era el mensaje perfecto
para manipular a un adolescente.
Tu familia no te apoya. Nosotros sí te apoyamos.
Nosotros somos tus amigos. Tu familia no te entiende.
Nosotros sí te entendemos.
Rezábamos y después íbamos a comer
o íbamos a jugar "bowling" o íbamos al cine.
Entonces, ellos trataban de trabajar ese vínculo.
Sin darte cuenta,
hay un momento en el cual miras a los costados
y ya no está tu familia, ya no están tus amigos,
ya no estaba tu enamorada.
Lo único que miras es un entorno donde solamente hay
puros sodálites.
Las pruebas, por ejemplo, podrían ser:
tú y yo, con el que era tu jefe espiritual,
y te decía: "Dibuja un círculo.
pon todos los defectos que tú crees que tengas.
Pon todo, pon todo.
No sea cortado". Ponías todo.
Terminabas el círculo y decía: "Ese es tu padre".
Cuando mi padre, ya con un cáncer terminal en Caracas,
que lo fui a traer al Perú
Y ahí es cuando él me dice:
"Cholo, ¿por qué me dejaste de escribir?".
Y dije: "Papá, el que me dejó escribir fuiste tú".
Y me dijo: "No, yo entiendo que tú estabas metido
en esta especie de secta,
pero de ahí a dejar de escribirme...".
Dije: "Papá, tú fuiste el que me dejó escribir".
Y en eso yo ahí sí uní los puntos, ¿no es cierto?
O, como dicen en Brasil, cayó la ficha, y dije:
"Estos malditos, estos hijos de puta...
interceptaron, desaparecieron las cartas de mi padre
para hacerme creer que ya no me quería,
que me odiaba".
Y eso fue muy fuerte.
(Música)
Figari, que se reclamaba de alguna manera un enviado de Dios,
iba y le miraba a los ojos a algunos de los postulantes
y les decía: "Tengo que identificar si tú tienes
la espada flamígera en tu ojo".
Cuando se acercó, me comenzó a mirar así.
Y sonrió.
Me dijo: "Veo en la retina,
el iris de tu ojo,
los lunarcitos,
veo la M de María".
Hacía sonidos como que iba entendiendo
qué había dentro de uno
y yo tenía aquí, me parece, la espada flamígera
y en este ojo la M de María,
que juntos conformaban el símbolo.
Yo tenía algo así como el holograma sodálite
en los ojos.
Me dijo: "Eso es algo muy, muy especial".
Obviamente, yo tuve un orgasmo espiritual
en ese momento.
Entonces, él se convirtió en una suerte de traductor
de la voz de Dios para empoderar y definir
a quienes tenían esta supuesta vocación
claramente identificada.
(Ladridos)
San Bartolo...
es una suerte de Guantánamo,
donde se meten en tu cabeza.
(Música)
Ahí abajo, en la ermita de ese cerro
pusimos como unas latitas con querosene
para el Ave María. -Para la fiesta.
-Por la noche se veía en la entrada de San Bartolo,
que venían en procesión.
¿Ustedes también saltaban todos los días?
-No todos los días, pero...
-De lo que sí me acuerdo es de que el primer día
que ibas a saltar de esa roca; el que no saltaba,
no podía regresar a casa hasta hacerlo.
Entonces había algunos que se quedaban hasta la noche,
prácticamente, parados ahí, muertos de frío,
y les decían los Pingüinos.
(Música)
Me han hecho lavarme la cara con el agua del inodoro
después de haberlo limpiado sin haber pasado.
Y era terrible dormir en escaleras
y era terrible comer muy poco
y, sobre todo, dormir muy poco
y nadar en agua congelada...
Estar despierto durante una semana completa
cuidando una capilla
porque me había olvidado de ponerle llave.
Miles de abdominales,
cientos o miles de barras.
¿Cierto? Que uno se cuelga...
Cientos de kilómetros corriendo.
Yo tengo 57 años.
Me fui del Sodalismo cuando tenía 22.
Yo desde entonces hasta la fecha sufro insomnio.
El ideal era nunca quejarse.
Nunca.
¿Por qué? Porque allí había que ser hombres.
Había que ser machos, había que ser fuertes,
había que ser indestructibles.
Había que poder ser capaces de ser todo, menos parir.
Pero lo más difícil de todo
era hacer todo este tráfago de actividades...
entre militares y absurdas
con el set de emociones que la institución quería para ti.
O sea, con obediencia ciega, con una sonrisa en los labios,
sin murmurar, adelantándose a los deseos de tu superior.
Era muy difícil.
A mí me lavaron el cerebro,
a mí me formatearon mentalmente,
a mí me convirtieron en un sectario,
y cuando eres un sectario
y la consigna es todo el tiempo la obediencia
y todos estos mantras
de que el que obedece nunca se equivoca,
la voz del superior es la voz de Dios,
el espíritu de independencia es muerte para la comunidad
y 50 frases más de ese estilo.
En realidad, una de las cosas que más me causa...
como una sensación fea cuando voy a San Bartolo
es la pista que está frente a las casas,
porque será la pista en la que siempre caminábamos
sin zapatos para irnos al muelle, tirarnos al mar...
La pista era como el lugar que nos llevaba el abuso.
Y la sentíamos sin zapatos.
Esa casa sí es...
Me causa una sensación bien...
No es miedo, no, sino como de un...
una mala sensación.
Como cuando uno va a un sitio
y cree que hay fantasmas en ese lugar,
si lo crees realmente,
es un poco lo que siento.
Siento como que ahí está el fantasma del abuso que yo sufrí.
El corazón del Sodalismo, que era Luis Fernando,
era el corazón de la oscuridad.
Un tipo malo
en el sentido completo de la palabra,
es decir, era sádico.
Cuando te pegaba él, ya hacía mis últimos tiempos,
ya viviendo con él,
en ciertos momentos veías el brillo del placer.
¿En algún momento intentó abusar sexualmente de ti?
Yo entiendo que lo que hacía era tantearme constantemente,
como hacía con otros.
Es decir, una vez,
una madrugada, mientras toda la comunidad dormía,
nos eligió a dos que éramos muy jóvenes,
los dos rubios y ojos azules, como a él le gustaba.
Y no digo que nos quitásemos la ropa uno frente al otro...
Y sin explicar por qué, obviamente.
Hasta que se dio cuenta, quizás de mi incomodidad total,
y dijo que nos vistiésemos.
Tenía varias de esas.
Nunca llegó a, qué sé yo, penetrarme,
como si, como si... bueno...
otras víctimas dicen.
Pero su juego a lo sexual era constante.
Es decir, era un obseso del sexo y la violencia.
Llega el fundador a eso de las 3:00,
Y a los cuatro que estábamos ahí en esa experiencia comunitaria,
a los cuatro nos forman, me acuerdo,
en una sala, delante de una chimenea.
Y nos piden que nos desnudemos
y que nos quedemos en ropa interior.
Y nos filmaban.
Para mí era normal.
Que me tocara y no sé qué más.
No lo veía mal y además, obviamente lo veía como una figura paterna.
Estábamos en la oficina y me dijo: "Como cas a entrar en comunidad
y yo soy tu director espiritual, lo primero que tengo que hacer
es ver si tu cuerpo está preparado
para los rigores físicos de la disciplina en San Bartolo".
Cerró la puerta y me dijo que me quitara toda la ropa,
solamente quedé en calzoncillos.
Y comenzó a tocarme.
Comenzó a tocarme los muslos, las piernas, los brazos...
No, no vi nada raro,
pero sí me sentí incómodo, sí lo recuerdo.
Y él notó mi incomodidad.
Mi director espiritual
que no era Germán Doig, sino Virgilio Levaggi,
en una oportunidad me dijo
que, porque yo era muy tenso, tenía que hacer yoga.
Entonces, como un gurú, me dijo: "Quítate la ropa,
quédate en calzoncillos, tírate en el piso,
cierra los ojos".
Sacó uno de estos punteros de acero desplegable.
En esa época, en los 80, no había puntero láser,
lamentablemente.
Y comienza a pulsarme los hombros,
los brazos, las piernas...
y de pronto me toca la ingle.
Yo he saltado como un resorte.
He abierto los ojos como diciendo: "¿Qué? ¿Qué pasa?
¿Qué está pasando acá?".
Y para que veas el nivel de profesionalismo,
porque no sé describirlo de otra manera.
Virgilio Levaggi agarró y me dijo:
"Sí, efectivamente, pero ya detecté tu punto de tensión. Vístete.
Ponte la ropa.
Mira, acá tengo un libro "Yoga cristiano en diez lecciones".
Tienes que hacer este ejercicio acá, este asana, no sé.
Y mientras me decía esto, yo pensaba:
"Mierda, por un segundo
he pensado que Virgilio Levaggi.
mi mentor, mi director espiritual,
mi padre, mi mejor amigo,
la persona que busca lo mejor para mí,
que quiere que yo sea santo,
pensé que quería sobrepasarse".
¡Y me sentí mal yo!
Y ya con los años,
cuando ya supe los abusos sexuales que habían sufrido algunos chicos,
les habían hecho lo mismo y después ya pasaron a lo siguiente.
Entonces, en realidad me salvé.
Cuando hemos hecho la investigación
y vemos que ese ha sido el "modus operandi"
de Luis Fernando Figari,
de Germán Doig,
del propio Virgilio Levaggi,
Jeffrey Daniels...
Tú dices...
¡Guau! O sea, te sientes como...
en "Matrix", que te pasa la bala en cámara lenta.
Y es... ¡uf!
(Música)
"Vamos a conversar en unos segundos a propósito del libro
'Mitad monjes, mitad soldados',
y el impacto que ha causado
en la estructura del Sodalitium Christianae Vítae."
"La investigación que hicieron nuestros colegas Paola Ugaz,
Pedro Salinas, y a decenas de víctimas
que pasaron por las manos y con el método Figari,
esta doctrina de captación, lavado de cerebro,
sometimiento a abusos físicos y psicológicos
y también vejámenes y abusos sexuales."
Uno de los días, Pedro viene muy serio,
me pide una reunión.
"He hablado con un amigo del Sodalicio donde yo estaba.
Me acaba de confesar que ha sido víctima sexual.
Y estoy consternado, porque siento que no vi
lo que le pasaba a mi amigo.
Y, además, yo he hecho que entren
más de 100 sodálites a esta organización.
Necesito contar esta historia.
Eres periodista investigación y tienes que trabajar conmigo".
En el libro aparecen seis testimonios
de abusos sexuales perpetrados
por Figari, Doig,
Levaggi y Jeffrey Daniels.
El libro nunca fue ni pretendió ser
un ataque a la Iglesia Católica.
Fue una investigación sobre una organización particular
de ropaje religioso que se llama católica
porque depende de un dicasterio
de la Iglesia Católica en el Vaticano,
que se llama Sodalicio de Vida Cristiana.
"El Sodalicio ha reconocido los abusos sexuales cometidos
por Figari, el fundador de la comunidad religiosa."
"Hay 19 menores de edad que han sufrido de abusos sexuales."
El Sodalismo emite un primer comunicado
en el cual relativiza la denuncia
y asume como que ellos
ya habían estado trabajando en eso.
"Después de los testimonios recibidos,
consideramos al ciudadano Luis Fernando Figari
culpable de los abusos que se le imputan
y lo declaramos persona 'non grata' para nuestra organización,
que deplora y condena totalmente su comportamiento."
¿Qué ocurre? Que hay gente dentro del Sodalicio
como Óscar Osterling, por ejemplo,
que en ese momento todavía seguía
siendo sodalite, creo, y otros más, que dicen:
"Oye, si tú no rectificas ese comunicado
porque no es cierto,
nosotros vamos a salir".
Y el Sodalicio ahí saca un segundo comunicado.
"En el caso terrible de abusos a menores de edad
los expertos han logrado reconocer los elementos suficientes
para identificar a los siguientes presuntos agresores.
Luis Fernando Figari,
Germán Doig,
Virgilio Levaggi
y Jeffrey Daniels."
Ellos sacaron su videíto
todo leído con prónter,
pidiendo perdón a las víctimas en general
y lo único que han hecho es dar propinas a unas personas
en situaciones de desventaja emocional y psicológica,
hacerles firmar un papel para callarles la boca.
Y reto a cualquier líder del Sodalicio
a que desmienta lo que estoy diciendo.
(Música)
A mediados del 2018,
con la querella que gatilla
el arzobispo sodalite José Antonio Guren,
se arma toda una estrategia de desprestigio
y de descrédito contra nosotros,
con el propósito de desacreditarnos como periodistas,
de tacharnos como corruptos, que somos parte de mafias,
que lavamos dinero,
que Paola Ugaz comercializa
uranio y plutonio con los Vargas Llosa.
"La señora Paola Ugaz de periodismo sabe poco o nada.
Una investigación del Diario Expreso señala
que Paola Ugaz manejaría una red de lavado de activos."
Las acusaciones son, muchas, delirantes.
Lisérgicas, de verdad que son...
O sea, ¿de dónde sacan estas cosas?
Podrían escribir una novela con lo que están diciendo,
pero, en los hechos,
la que más está recibiendo,
de manera feroz e implacable es Paola Ugaz.
"La señora habría movido dos millones de soles
de manera subrepticia, extraña, falaz."
Es el modus operandi de Sodalicio.
Una organización, como vuelvo a repetir,
que no solo se queda en la palabra,
sino va directo a la obra,
y la obra directamente va a tu cuello.
John Coetzee escogió hacer mi caso,
y para mí eso era no solo emocionante,
sino era como compartir con alguien a quien uno admira de muchos años
digamos, esta complicidad de saber esta historia.
Y, bueno, cuando vi el vídeo no pude evitar llorar de la emoción.
-Me gustaría que nos hablaras y que nos explicaras la amenaza
que sufriste por Instagram.
-Sí, en mis mensajes de Instagram
un tal José Carlos Rodríguez,
lo publica... primero fue el 2 de octubre.
La primera parte no la voy a leer, es supersoez.
"Van a morir rojos".
"Se viene el Charlie Hebdo peruano, los vamos a fumigar a plomo".
Creo que es indispensable la investigación periodística
y tenemos que defenderla.
Cualquiera que no tiene culpa en nada
no tiene miedo a la investigación.
Y nosotros, como creyentes,
somos los primeros que queremos esclarecer las cosas.
Sobre todo porque está en juego
la vida de la credibilidad de la Iglesia.
Si fuera una periodista más joven o con menos ayuda de mi familia,
qué sé yo.
Yo ya había dejado el caso fuera y ya lo habría hecho,
pero yo voy a seguir.
¿Pero qué pasaría con los que vienen detrás de mí?
¿No es cierto?
Y eso es lo que quiere el Sodalicio: amedrentarte, callarte y hostigarte.
(RESOPLA)
Ojalá Paola vea esto.
Ella sabe cuánto la quiero.
He tratado de no quebrarme en toda la entrevista.
Ha habido momentos difíciles.
Pero Paola no tenía por qué meterse en esto.
Paola no es una sobreviviente del Sodalicio,
Paola no es una víctima,
Paola ni siquiera ha podido ser integrante
de Sodalicio porque es mujer.
Paola es una heroína con esto.
"Una condena.
No se le expulsó del Sodalicio.
Creo, por lo que sé, pero no estoy muy al tanto,
que la cosa es bastante desfavorable al Fundador."
"Se declara inocente."
Y cuando él sale de la Embajada del Perú en Roma,
viene directo a mí.
No me reconocía. Nadie me reconoce.
Yo no hago periodismo de televisión.
Ya viene directo a mí, en mi micro,
y todo lo que me habían dicho: que era misógino,
sobre todo misógino,
que era soberbio,
y que si lo picabas realmente te iba a decir,
que iba a funcionar, bueno, todo eso hizo.
"A las víctimas, si hay víctimas,
porque a mí no me consta que haya víctimas.
Yo estoy acá, estoy en un retiro.
Entonces yo no conozco la realidad
de todas las personas,
pero si hay víctimas,
me produce un profundo, profundo dolor.
-Entonces usted se declara inocente de las acusaciones
de abuso sexual en su contra? -Totalmente.
-¿No da credibilidad a ninguna de las denuncias?
-Mire, si le estoy diciendo que no, es no."
Había cosas pendientes,
sobre todo de quién ha sido el núcleo original de esto,
que tiene que ser...
algún día tendrá que venir a este país.
A rendir cuentas de lo que hizo.
Hay casos de violación de personas que es lo que más,
más relevancia tuvo en la primera parte de las denuncias
que hubo por parte de los periodistas.
Hay también situaciones que son muy constantes
de daños hechos a la psicología de la persona,
que también creo que ese es un tema gravísimo.
No se puede tratar a las personas de esa manera.
Definitivamente en el Sodalicio no hemos encontrado
como hubiera sido deseable una reacción de decir:
"bueno, este es el pasado.
Reconocemos que se han cometido errores
en el contexto de nuestra institución.
Vamos a reparar y vamos a repararlo bien".
Esa organización ha sido, desde un principio,
creo, una organización de fachada de una pequeña cúpula
que se ha servido de esta institución
para diferentes propósitos criminales,
abusos sexuales a menores,
temas de finanzas, medio irregulares
y servidumbre, o sea,
acaso de esclavitud moderna entre violencia física,
maltrato o violaciones
a los derechos humanos entre varias cosas más.
Detrás de esta resistencia tan férrea está la lógica del negocio,
porque el Sodalicio no solamente se ha dedicado a permitir
y promover en algunos casos estas prácticas de abuso sexual,
de abuso físico, de sometimiento
de centenares de adolescentes,
sino que, además, ha hecho de esto un emporio económico.
Tienen empresas offshore, han estado abusando del Concordato,
no pagando impuestos por becas,
a pesar de que tienen ingresos millonarios.
Es lo mismo que sucede con la mafia
y con la camorra y la 'Ndrangheta
en el sur de Italia.
O sea.
¿Cómo es posible que en las procesiones
el asesino número uno del pueblo
salga a la cabeza del santo?
Si el Vaticano hubiese conocido que pasaban estas cosas,
jamás habría sido una sociedad de vida apostólica.
Jamás.
Entonces mi pregunta es: ¿qué hace la Iglesia permitiendo
que una organización de estas características,
que claramente no tiene un carisma divino ni nada que se le asemeje,
siga existiendo,
y que a Figari jamás se le haya expulsado de sus filas?
Figari sigue siendo sodalite.
Una vez vino Luis Fernando
y estábamos reunidos ahí en la sala de la casa
y nos comenzó a gritar a todos
si es que nosotros éramos lo suficientemente valientes
y comprometidos como para venir a este muelle
y tirarnos de cabeza contra las piedras
y abrirnos la cabeza en su nombre.
No el nombre de Dios,
no en el nombre de Cristo que ya es una locura.
sino en nombre de él, el fundador.
-Siempre tenía esa paranoia de los egomaníacos
de que lo van a traicionar, de que alguien le quiere hacer daño.
-De hecho, pedía...
Les pedía a algunos que...
Que probaran su comida o lo que iba a tomar
antes de que él lo hiciera.
-Tenía mucha obsesión, mucho terror de contraer el SIDA.
Ahora, una persona supuestamente célibe, digamos,
no tendría de qué temer.
-Bueno, ya sabemos por qué temía.
(LEE) "Le agradecemos que haya considerado
nuestra participación en el documental
que viene trabajando sobre el Sodalicio de Vida Cristiana.
Sin embargo, debemos manifestarle que luego de una profunda reflexión,
consideramos que lo más conveniente en este caso
es no hacer más declaraciones de las que ya se hicieron
en su momento a través de diversas entrevistas
y comunicados por nuestros medios oficiales.
No queremos que declaraciones nuestras sobre estos temas
tan delicados puedan afectar procesos de reconciliación
y sanación de terceros.
Le ofrecemos nuestras disculpas por la imposibilidad
de nuestra participación en su documental,
esperando su comprensión.
Le deseamos los mejores éxitos en su labor periodística.
Que Dios los bendiga. Saludos cordiales.
Daniel Calderón Comunicaciones de Sodalicio."
Bueno, más temprano hablábamos un poco
sobre cómo habían cambiado las cosas,
porque había como una especie de hermetismo.
Nótese que no hice mi denuncia hasta que salió el libro,
porque se produjeron denuncias también en medio,
pero un hermetismo en el Sodalicio, que es la política de la Iglesia.
Después con Moroni como que explotó todo
y ahí se volvieron superelocuentes y vídeos todos los días.
Y cuando sale Moroni,
nuevamente adoptan esta política del hermetismo.
Y ahí se ve reflejado, eso es lo que están haciendo ahora.
Otra vez callarse.
¿En algún momento te imaginas
cómo habría sido Martín López de Romania
si a los 12 años no hubiera estado en el Sodalicio?
-Eh...
-Eh...
-No sé.
-Me lo he preguntado.
-Me he hecho la pregunta muchísimas veces.
-Sé perfectamente lo que dices porque es un pensamiento recurrente.
Yo perdí la virginidad recién a los 33 años.
Fue fascinante para mí el mundo femenino, increíble.
Es decir,
no entiendo hasta ahora cómo pude aguantar tanto tiempo
sin poder relacionarme amorosamente con una mujer.
Ahora, si tuviera un hijo, como tú comprenderás,
lo tendría a miles de kilómetros
de este tipo de amenazas, ¿no?
-El Sodalicio, la imagen que te dejaba era
que sin ellos no ibas a ser nadie.
Y eso muchas veces es lo que me sigo contestando,
Lo cual, digamos, yo mismo sé que no es así.
Pero el chip está tan metido a ese nivel
que me cuesta responderme.
-Supongo que...
alguien...
con menos taras psicológicas.
Y menos TOC y menos obsesiones y cosas por el estilo.
Pero, por otra parte...
Por otra parte, o sea, puede sonar hasta masoquista,
pero si yo no hubiese pasado por el Sodalicio,
y no hubiese sido periodista,
probablemente nada se habría sabido.
-A veces he tenido momentos en que he dicho:
"mejor no hubiera hablado".
Me hubiera quedado callado.
Pero luego pienso en que uno llega a este mundo pensando
en que quiere dejar un legado.
Quiere que lo recuerden por algo.
Y pensando eso, siento que yo mañana me puedo morir.
Hoy me voy a morir tranquilo.
José Enrique Escardó empezó esto en el año 2000.
-Si no fuera por Escardó en el 2000 con sus columnas...
-Mi querida Paola.
-...yo creo que no habría habido un punto de partida
en el que Sodalismo no haya reaccionado tan fuerte como lo hizo.
O sea,
me da pena que en el camino haya atravesado
por todas estas amenazas, campañas denigratorias.
Y ahí él solo, ¿no?
-¿Valió la pena hacer esta investigación?
-Sí, claro que valió la pena.
Pero no deja de revelar y de indignar y de fastidiar,
que justamente casos como el de Escardó
o como el de José Rey de Castro
o el de dejó Óscar Osterling
o el de muchos
y cuánta gente que no conocemos
y testimonios que ni siquiera adivinamos
están en una situación como la de ellos y el Sodalicio.
Y la justicia peruana y la Iglesia católica
están de brazos cruzados, o sea, sin hacer nada.
Te digo, te confieso que una de las cosas
que me fastidia
es que a ti te haya afectado
de una manera tan, tan brutal.
-Es parte del trabajo de periodismo.
¿No? Es así, te metes con alguien poderoso...
-Sí yo también digo lo mismo, pero de vos...
Igual no...
no dejo de reconocer que sí hay un desgaste emocional.
Hay un impacto en lo personal, hasta en lo económico.
-No porque no quieren que te publiquen,
sino porque ya tengo tres juicios,
dos amenazas de muerte,
cuatro denuncias que no han funcionado
y una campaña de lodo más cinco portadas
en el año del coronavirus.
Creo que les preocupa un poco que salga.
-¿De qué te arrepientes?
-Yo no me arrepiento de nada.
Esta investigación valió la pena de principio a fin.
Y la sonrisa de los sobrevivientes
es lo que me llena de empuje para seguir adelante.
-¿Lo más duro es la investigación?
-Cuando me engañaste, me dijiste que iba a durar tres meses
y ha durado diez años.
¿Qué ha pasado con esos responsables?
¿Dónde está Fernando Figari?
-La pregunta es:
¿qué va a pasar con estos victimarios
y sus cómplices que tanto dolor y sufrimiento han causado?
-Hola, buenos días, disculpe.
Estaba buscando a Jaime Baertl, por favor.
-No, no está.
-¿Pero sabes que ahora mismo está en Colombia todavía?
¿Quizás ha ido de vacaciones a Perú?
-Discúlpame, no lo sé.
-Vale. Muy amable. Muchas gracias.
(Contestador automático)
(Timbre)
Hola, buenos días, ¿Virgilio Levaggi?
-Sí.
-Me gustaría hablar con usted, si es posible.
-¿Para qué?
-Sobre el tema Sodalicio, venimos de Perú,
de hacer un reportaje allí.
-Pero yo no tengo nada que ver desde hace 30 años.
No tengo nada que decir.
-¿Pero conoce a Pedro Salinas? -No.
(CUELGA)
(Música)
En Portada se adentra en los excesos del grupo católico Sodalicio, el mayor escándalo de abusos sexuales en la Iglesia peruana. Los pecados de Sodalicio cuenta esos abusos físicos, sicológicos y sexuales que sufrieron centenares de jóvenes peruanos. Sodalicio de Vida Cristiana sigue existiendo y se ha convertido en una gran máquina de hacer dinero. El Vaticano aún la reconoce como sociedad apostólica, aunque muchos miembros de la Curia piden su disolución.
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