"El documental de La 2" es un espacio que La 2 reserva para la excelencia. En él se seleccionan los mejores trabajos del ámbito nacional e internacional para este espacio y se combinan documentales actuales con aquellos que han hecho historia
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Josune, ven por aquí a ver.
Este... está casi borrado.
Elizalde parece que pone, sí.
-Elizalde, vale.
-Sí, este, desde luego, es un apellido vasco, sí.
Hoy, matar cetáceos se ve como un acto inhumano
y, de hecho, es una práctica prohibida en la Unión Europea.
Las ballenas se han convertido en seres maravillosos
que hay que proteger, a diferencia del pasado.
Pescar ballenas era algo muy distinto.
Estaba rodeado de una épica, los balleneros eran unos héroes
que iban a combatir el monstruo que devoraba embarcaciones,
que atacaba a los náufragos, que sembraba terror.
De hecho, era el símbolo del mal.
La gente sentía pánico ante ese gigante desconocido
y que es el animal más grande del planeta.
Los balleneros más importantes que han existido en la historia
fueron los vascos.
Ellos llegaron hasta Terranova, que hoy es Canadá,
a por bacalao primero y luego a por ballenas
y, luego, siguieron pescando el bacalao,
y la isla está llena de sus huellas.
Hay dos especies de ballenas que, por su comportamiento,
los vascos cazaban fácilmente:
la polar y la franca o vasca.
Las dos se mueven despacio y son lentas nadando.
La polar doblaba el tamaño de la vasca
y la cantidad de aceite que producía.
Era un negocio muy lucrativo y tenía muchas aplicaciones:
para el alumbrado, como lubricante y en muchos procesos industriales.
Hicimos hace tiempo un análisis
y comparamos el precio de una barrica de aceite de ballena
con el precio de un barril de petróleo
y vimos que una barrica de aceite valdría en nuestros tiempos
5000 dólares canadienses,
es decir, 50 veces más que un barril de petróleo.
Era un producto muy valioso,
por eso persiguieron tanto a las ballenas
hasta casi exterminarlas.
Pero la pesca de bacalao continuó, claro, hasta 1992.
Los vascos llegaron a esta zona persiguiendo el bacalao,
porque aquí había mucho, mucho bacalao, muchísimo.
Se cree que ya venían en el siglo XV.
Iban viniendo año tras año,
siguiendo al bacalao que migraba hacia el norte,
y acabaron viendo ballenas
y ese fue el comienzo de la operación ballenera.
Nosotros aquí también estuvimos cazando ballenas
mucho tiempo después que los vascos,
pero se trataba de otras especies,
y durante 50 años nos dedicamos a procesar ballenas,
hasta que nos detuvo Greenpeace.
Me dedico a la industria pesquera desde los 22 años.
Fui el presidente de la empresa Fishery Products.
Dimos empleo a 5000 o 6000 pescadores y trabajadores.
Exportamos millones de kilos
de pescado procesado a Europa,
Estados Unidos y Asia.
Cuando me jubilé,
me metí en una pequeña organización que debate con el Gobierno
sobre los graves problemas de la industria pesquera
por culpa de la sobreexplotación
y el difícil futuro al que se enfrenta.
Mi abuelo nació en San Juan de Luz y era pescador,
hace muchos años, claro,
y a menudo desembarcaba en Saint-Pierre-et-Miquelon.
Creo que fue en 1890
cuando él y un amigo decidieron que no regresarían a San Juan de Luz.
Conoció aquí a mi abuela y se enamoró
y, claro, se casaron en Saint-Pierre
y luego se mudaron a donde yo nací, a Saint Lawrence.
Este es mi abuelo, Michel Etchegary,
que se casó con Katherine Fleming.
Eh... Esto va desde... 1910
hasta ahora.
Me siento muy unido a lo vasco y toda mi familia también.
Sentimos un apego muy fuerte por nuestra herencia vasca.
Lo llevo muy adentro.
Vengo de una familia de marinos.
Mi padre era capitán de la marina mercante
y durante toda mi vida he estado en barcos.
Tengo algunos antepasados vascos:
mi bisabuela por parte de madre era del País Vasco
y mi bisabuelo también era vasco.
Se dedicaban al negocio de la pesca.
No somos empleados del Gobierno, ser cónsul es un cargo honorario.
Me gusta mucho este trabajo,
espero poder dedicarme a ello durante muchos años
y no hacerme demasiado viejo enseguida y tener que dejarlo.
Nuestro papel es ayudar a los españoles
que se encuentran con alguna dificultad:
marinos que enferman o incluso mueren en los bancos de pesca,
o intervenir en cualquier otra clase de circunstancia.
-¿Ah, sí? -No, no.
-Hoy no quiso hablar español. -¡Ah!
-Habla perfectamente el español.
-La pesca española fue muy importante
por los grandes barcos de arrastre, o arrastreros, que utilizaban.
Hubo tres grandes empresas:
PYSBE, COPIBA, de Vigo, y PEBSA, de A Coruña.
En 1926, el rey Alfonso XIII fundó la PYSBE,
con una gran flota de arrastreros.
Salían de Pasajes, el puerto de San Sebastián.
Fue una gran industria pesquera que reactivó la pesca en España.
Se dedicaban solo al bacalao,
cualquier otra captura se devolvía al mar.
Aquí vemos la entrada del puerto de St. John's.
Se llama The Narrows, Los Estrechos, debido a su forma,
que dificulta mucho la entrada.
Ahora ya pueden entrar barcos de hasta 25 000 toneladas
gracias a que volaron algunas rocas
para hacer el canal un poco más profundo.
El lugar de los barcos de pesca
que tradicionalmente hubo en este puerto durante 500 años,
ahora tenemos barcos relacionados con el petróleo,
así que la industria ha pasado de centrarse en la pesca
a centrarse en el petróleo.
Ahí.
-Somos los balleneros vascos del siglo XXI.
¡Balleneros, bebamos!
¡"Txotx"! (TODOS) ¡"Txotx"!
(MEGAFONÍA) "'Gabon' y buenas noches.
En breve comenzará la travesía por Terranova,
recorriendo las huellas de los balleneros vascos
del siglo XVI.
Zarpamos del puerto de St. John's, capital de la isla.
A 2 °C, 47° norte, 52° oeste".
(CANTAN EN EUSKERA)
(MEGAFONÍA) "Señoras y señores, 'Egun on' y buenos días.
estamos llegando a Saint-Pierre-et-Miquelon,
un archipiélago que pertenece a Francia,
al sur de Terranova".
(CANTA EN INGLÉS)
-Venimos en memoria de un antepasado nuestro,
un ballenero.
-En este viaje cierro una etapa de ese sufrimiento que hemos tenido.
La primera vez que vine aquí, 1959,
la primera marea que hice, con 19 años.
Sin pisar tierra, fíjate.
-Llevaba más de 30 años sin regresar a Terranova.
Sigue siendo un lugar fascinante.
-El día que me metí en ese agua casi me muero de miedo.
Notaba como si el frío me cortara las piernas con una sierra
y caminara sobre los huesos.
(CONTINÚA CANTANDO EN INGLÉS)
"La vieja cultura europea ha dejado huellas visibles
en todas las latitudes.
He aquí unas minúsculas islas francesas
al otro lado del Atlántico,
Miquelón y San Pedro, junto a Terranova.
En el frontón, un hombre vasco atestigua la ascendencia
de estos jóvenes pelotaris".
El puerto de Saint-Pierre-et-Miquelon era un lugar donde iban
sobre todo las parejas bacaladeras.
Las parejas son dos barcos que arrastran una red.
A diferencia de los bous de la PYSBE, que es un barco que arrastra una red,
estos iban sobre todo a St. John's, que es Canadá.
Cuando he estado investigando en Saint-Pierre-et-Miquelon,
en el año 2002,
hubo una entrega total
de los habitantes del archipiélago a la investigación.
En el momento que les dije
que iba para investigar la vida que hubo allí
con los vascos y los gallegos que llegaron allí, al archipiélago,
me dejaron sus archivos, pude ver muchísima información
sobre la vida de las personas que llegaron allí.
Este edificio es el único vestigio que tenemos de un pasado glorioso
en este puerto pesquero, que ha sido uno de los puertos
más importantes de Europa en pesca del bacalao.
Estamos en Pasajes de San Juan.
Aquí existía una gran infraestructura.
Estamos en lo que era la antigua dársena,
donde atracaban los barcos bacaladeros.
Pero todo esto hay que tener en cuenta que comienza
después de más de 200 años sin ir a la pesca del bacalao a Terranova
y las primeras tripulaciones están configuradas con bretones,
capitanes y marineros bretones, y luego la mitad de la tripulación
era de origen vasco y también gallegos,
es decir, gallegos que habían llegado a este puerto
buscando mejores condiciones salariales,
y con esa tripulación mixta vasco-galaica
comienzan las andaduras de los barcos de la PYSBE
en los grandes bancos de Terranova.
Nazco en este pueblo y soy hija de emigrantes gallegos.
En el lugar donde me estáis ahora mismo grabando,
yo aquí acudía con mi madre de la mano siendo muy niña,
muy pequeñita, a esperar a mi padre, que venía en los grandes barcos
y le preguntaba quién era, porque yo no le conocía.
Aunque había fotografías de él en casa, no sabía quién era
y ella me decía quién era. Me decía: "Mira al puente
y ese señor de gafas, ese es tu padre".
Y tengo ese recuerdo como muy grabado.
Llegaban ahí incluso marineros que iban engañados,
que no sabían que iban a estar tantos meses
y que los armadores les habían engañado.
-El sueldo es poco y las horas de trabajo son bastantes
en la mar.
-Yo, para mí, que no está bien pagado el trabajo que se hace aquí.
-Las condiciones son muy difíciles
y eso hace que haya muchos accidentes a bordo,
también hay muertes.
En todo momento, las condiciones son muy duras.
¿Por qué? En primer lugar,
porque cuando viene la red con el bacalao, hay que procesarlo,
se procesa todo a bordo, entonces, hay que hacerlo todo
y eso significa, a veces, horas extenuantes de trabajo,
igual tres días y tres noches trabajando sin parar.
-Salimos de Pasajes con la idea de hacer una marea pequeña
y para estar unos días en España de vuelta
y una balsa tuvo la desgracia de dar la vuelta
y los compañeros míos se cayeron al agua.
Estaban cerquita del barco, cerca,
que tenían su salvamento casi al alcance del brazo,
pero cuando lo quisieron estirar, sus miembros no respondían.
Se quedaron agarrotados con las manos así, en alto,
y diciendo con la vista, porque hablar, no hablaban,
"echadnos una mano", hasta que poco a poco
fueron agachando la cabeza y sumergiéndose en el agua.
-Es curioso, porque por las mañanas parece que la mar está más tranquila.
-Sí, sí, es curioso, sí. -Y en cambio, ahora, por las tardes,
se pone bravo, ¿eh? Bravo, bravo.
(ASIENTE) -Sí.
Mira. -A ver, enséñame.
Ah, sí, mira, fíjate.
No se parece a ti.
-¿No? ¿Tú crees? -Sí. No, no se parece a ti, no.
Pero, en fin... (HABLAN A LA VEZ)
Entre tantos hermanos... -Pues fíjate, de 10...
-Sí. (RÍE)
-Este hizo la mili en la Marina
y cuando vino de allí, venía con intención
de ir a trabajar a...
De buscar trabajo con la pesca.
Y se apuntó, salieron de Pasajes.
Tres, cuatro años o así estuvo trabajando.
Y en la última campaña,
que salió a últimos de julio o así,
y el 10 de agosto nos avisaron que había fallecido en Terranova.
-¿Cuando estaba llegando aquí ya o había llegado aquí ya?
-Llegando aquí. -Llegando aquí.
-Aquí falleció y por eso aquí le enterraron.
-Sí.
-En cuanto nos enteramos de este viaje,
lo primero que me vino a la cabeza, esta será la ocasión de...
-Sí. -Pues buscar,
o por lo menos intentar, a ver si encontramos el...
el cementerio donde está enterrado. -Dónde se encuentra, sí.
-Si le encontrara en el cementerio, ya cerraría la etapa de...
de ese sufrimiento que hemos tenido. -Sí.
-Tengo 81 años, ¿eh? (SUSURRA) -¡Guau!
Este hubiese tenido 79 ahora.
(HABLA EN INGLÉS)
(MEGAFONÍA) "'Arratsalde on' y buenas tardes.
Estamos cruzando el estrecho de Labrador,
la zona más al norte de nuestro viaje.
Aquí fue donde los vascos cazaron más ballenas,
aprovechando que era un paso migratorio".
-En los siglos XV y XVI,
al comienzo del establecimiento de las comunidades balleneras vascas,
hubo una miniera glacial.
Es probable que hubiera muchos más icebergs que ahora.
Los icebergs se originan a lo largo de la costa noroeste de Groenlandia.
Fluyen en sentido contrario a las agujas del reloj
con la corriente del Labrador
y descienden por la costa de la isla Baffin y el Labrador
hasta esta parte del mundo.
Luego salen flotando hacia los grandes bancos de Terranova.
Este hielo proviene del casquete polar de Groenlandia
y podría tener unos 10 000 años de antigüedad.
Vemos a la derecha un lado plano y algunas olas.
Ahí es donde el oleaje ha tallado una arista.
El iceberg podría girar sobre sí mismo
o partirse por la mitad.
Es muy inestable.
Yo lo vi en el periódico y, entonces, vi que era un viaje muy bueno
para ellos, que habían andado aquí.
Entonces, se lo comenté a él y él no dudó ni el minuto
en decir "sí". (RÍE)
-¿Qué estás sintiendo? -Sintiendo pero mucha alegría.
-Que está emocionado, me parece.
-Emoción, mucha emoción.
El primer año que viene,
nos pasamos cinco meses sin pisar tierra.
Primero, el banco, que era en Saint-Pierre,
unos ocho días.
Después venías para aquí.
Aquí, un día o dos más.
-Ocho días desde Pasajes. -Desde Pasajes hasta Saint-Pierre.
-Veníamos aquí, según donde estaba el pescado.
El invierno muy duro, muy duro.
-Venían dos barcos en pareja. -En pareja veníamos dos barcos.
Lo peor eran las redes, que estaban bloqueadas de hielo
y había que machacarlo para sacar la red a esto, a la mar,
que había que dar muchos golpes allí.
Horas y horas allí poniendo.
Después de 40 y tantos años que no había venido,
pues mira, ahora notas que sí.
(HABLA EN EUSKERA) -Ay, aquí.
Más arriba, muy bien. Ahí está.
Ahí. -¡Uh, uh!
-Muy bueno. -¡Vamos!
Un experto. -Muy bueno.
(RÍE) -Venga.
Venga, "gora". -Vale, vale, vale.
(HABLAN EN EUSKERA)
Está resbaladizo.
Ya no queda nadie que pesque.
El gobierno compró la mayoría de las licencias
y ya no queda nadie aquí,
solo pescamos mi hermano y yo.
Va a ser bastante difícil conseguir que los jóvenes vuelvan a la pesca
porque tienen otras muchas cosas que hacer fuera de aquí
y no quieren ensuciarse las manos, como nosotros,
que crecimos en un bote de pesca.
Cuando tenía 10, 11, 12, 13 años,
siempre estaba en un bote con mi padre y hasta hoy.
Nunca he trabajado en nada más, toda mi vida he sido pescador.
Con la moratoria todo cerró y ahora el bacalao está regresando.
A mi izquierda vemos el edificio
que era una planta de procesamiento de pescado.
Venían de Nueva Escocia, procesaban salmón,
tenían una gran cámara frigorífica, probablemente,
una de las más importantes de Terranova.
Creo que sus propietarios murieron todos.
Ahora tenemos una cuota para pescar bacalao
de 3000 libras por semana
y lo vendemos a una planta de L'Anse-au-Loup.
Tenemos buen mercado y buen pescado,
pero una cuota pequeña y ya no hay pescadores.
Las ballenas vienen cada año a por el capelán.
Muy pronto las veremos pasar.
A veces vienen directamente a través de la bahía,
siguiendo el muelle.
Sobre todo, ballenas jorobadas.
(GRITAN)
(RÍEN)
Somos descendientes de un pescador de ballenas
y elaborador de sidra también, al mismo tiempo.
Es un documento que hace ya unos 20 años aproximadamente
que descubrimos que decía que,
además de ser nosotros la 15 generación
elaborando sidra en el mismo caserío, en la misma familia,
casualmente, hace 12 generaciones,
justo un antepasado nuestro
que se llamaba Tomás de Tafalla, vino a estas tierras,
a la zona de Terranova y Labrador, a la pesca de la ballena
y, evidentemente, trajo sidra también.
La sidra natural del País Vasco la utilizaban los balleneros vascos
para poder navegar durante tanto tiempo,
tardarían unos dos meses aproximadamente,
y era una bebida fundamental.
Teniendo en cuenta que, además,
era una bebida que consumían diariamente
porque entraba dentro de la dieta diaria
de la alimentación que tenían, pero les ayudaba muchísimo
para evitar la enfermedad del escorbuto.
Es decir, gracias a la sidra no enfermaban del escorbuto,
al contrario que muchos otros pescadores,
por eso los vascos pudieron navegar tan lejos
a la pesca de la ballena.
Balleneros, "txotx".
(TODOS) ¡"Txotx"!
Sí, esta es la nueva sidra de Terranova y Labrador.
Queremos volver a recuperar un poquito aquellos lazos
que tenían las dos culturas hace ya 500 años,
utilizando como puente la sidra natural vasca,
la Euskal Sagardoa.
Y, bueno, venir como representantes de esa cultura de la Euskal Sagardoa
pues es un honor, es fantástico.
A este sitio le llamamos la Ruta de los Huesos por esto,
hay toneladas de huesos de ballena desde hace 500 años.
El puerto está ahí y, probablemente,
arrastraban a las ballenas flotando hasta aquí
y las despiezaban o lo que fuera para fundir la grasa.
Y se quedaron los huesos, toneladas y toneladas de huesos.
Algunos, bien conservados.
Después de 500 años, todavía podemos ver aquí, donde estamos,
estas seis u ocho cabezas de ballena.
-Red Bay ha sido la sede de la arqueología subacuática
referente a los balleneros vascos del siglo XVI.
Yo llevaba muchos años haciendo arqueología subacuática
y he conocido muchos pecios
y he trabajado en muchos pecios, pero, sin embargo,
esto ha sido para mí el antes y el después
de mi currículum, vamos a decir.
Red Bay, lo que es el fondo de la bahía,
está protegida con otra pequeña isla.
Es muy difícil que las grandes tempestades
de la mar abierta pudiesen afectar a los barcos,
pero, sin embargo, la fatalidad fue que en 1565
una tormenta de tierra, no de mar, pues el San Juan,
que estaba anclado y lleno ya para volver al País Vasco
con su producto de la caza de la ballena,
zozobrase contra las rocas más cercanas.
Se encontró en 1978,
que es cuando aparecieron los primeros restos del barco.
Aunque hay restos por todos los lados,
la mayor concentración de restos está en aquella zona de allí.
Para poder investigarlo, es decir, medirlo, dibujarlo,
tomarlo en vídeo, registrarlo,
toda la historia del San Juan,
pues había que desmontar cada una de las piezas,
subirlas al pontón de trabajo,
que estaba anclado encima del yacimiento,
y luego, pues claro, esa madera no se podía amontonar en tierra.
¿Por qué? Pues porque se descompone.
Entonces, cada una de las piezas se bajaba al fondo
y se colocaba de la forma que menos ocupase.
Entonces, todas las maderas del San Juan
en este momento yacen enterradas
en una especie de piscina
o de gran féretro, que podría ser.
Está todo de esta forma guardado,
precisamente, para evitar los problemas con los icebergs.
(CANTA EN INGLÉS)
-El día que les dije que me venía a Terranova...
Nunca jamás se me hubiera ocurrido pensar,
ni a nadie de la familia nuestra.
Bueno, fue una locura. (RÍE)
Sanas y salvas. (RÍE)
"Eskerrik asko".
Bueno, oye, ¿el viaje este qué?
-A mí, el día de ayer me ha encantado.
A mí también y el de esta mañana, también, ¿eh?
-Mañana, acatarradas. (RÍE)
Cuando lleguemos, a mis amigas, desde luego,
las voy a dejar flipadas, las voy a dejar...
-Yo a mi familia también. -Sí.
Vamos a ver. -Una experiencia en la vida, sí.
-Nos propusieron este viaje, la ilusión que nos vino de golpe,
dijimos: "A ver si tenemos suerte y encontramos el...".
-Por lo menos, mira, conocer en qué sitios anduvieron.
-Sí, sí. -Y anduvo él también.
-Ya sabemos.
Sí, pasa una vez al año, es la salida del kril.
Es cuando llega el alimento y todas las ballenas lo siguen.
Era un día como hoy, casi. No del todo.
La niebla, el aire no se movía. (IMITA EL VIENTO)
Se oían las ballenas. Fue hermoso.
De repente, de entre la niebla aparece una ballena
y luego se aleja para comer el kril.
Y ante cada ballena, miles de ballenas.
Era algo inmenso, con delfines saltando alrededor.
Fue mágico.
Red Bay y Labrador,
la capital mundial del aceite en el siglo XVI.
Sigue siendo la misma que dejaron los vascos.
Manu, bajo el agua,
como tenía formación de arquitecto técnico,
era capaz de dibujar con extrema rapidez y precisión.
Era mejor que con las técnicas modernas.
Creamos una técnica para hacer el plano del barco,
dibujando secciones de dos por dos metros
en el fondo del agua con unas cuadrículas de aluminio.
Cada buceador arqueológico era el responsable
de un área de dos por dos metros.
Hicimos ese plano a escala, Manu lo hacía.
Esto nos permitió seguir reconstruyendo los restos.
Poco a poco, el barco nos iba sorprendiendo
por su importancia y porque nos iba revelando
toda clase de secretos de la construcción naval.
Además, fue uno de los primeros barcos conocidos y estudiados
en hacer el tráfico comercial entre el Nuevo Mundo y Europa.
Todo eso convirtió al San Juan, poco a poco,
en una estrella del mundo,
una extraordinaria estrella del mar.
Agradezco a ese carpintero anónimo que nos diera una nave tan hermosa.
-Este es el puerto de Pasajes y este es el canal.
En realidad, es como si fuese un fiordo,
y este es el canal por donde salían los barcos
y por donde salió el San Juan en el siglo XVI,
en 1565.
Hay una coincidencia de nombres.
Efectivamente, el barco se llama San Juan,
se ha construido en San Juan
y resulta que también en Canadá hay un puerto
que navegantes anteriores a ellos habían identificado
una entrada de puerto muy similar a esta, muy similar,
tanto es así, que hoy por hoy es la ciudad de San Juan,
para ellos, St. John's.
Aúpa, Manu. -Aúpa, "kaixo".
Xabi, ¿qué tal? -Bien.
-Artista. (RÍE) -Vamos a ver el barco.
-Menudo cambio que ha pegado desde la última vez que estuve.
-Sí, que hace ya un tiempo, ¿no? -Sí, sí.
-Has estado en Terranova y... -Un par de meses.
-Sí, sí. -Y fíjate tú,
fíjate tú cómo habéis llegado ya a esa altura
y no habéis seguido porque no habéis podido,
porque está pegando ya al techo. -Sí, bueno,
el castillo de proa ahí muere,
el de popa tenemos que acabarlo fuera,
porque ya hemos llegado al nivel más alto del tejado.
-Sí. -Y, bueno, ahora estamos,
sobre todo, trabajando en las cubiertas.
Y, bueno, esta es la característica de este barco,
que tenía un montón de puntal, muchas cubiertas,
y todo destinado para almacenar las barricas de aceite.
-La primera habrá que subirla igual, como tienen puesto los canadienses.
-Un barco diseñado para el transporte de casi 1000 barricas
y eso corresponde a cerca de 200 toneladas
de aceite de ballena.
Nosotros decidimos construir este barco
porque empezó como un sueño, es decir,
recuerdo el día en el que alguien
me dio el volumen de "National Geographic"
donde le dedicaron la portada a la nao San Juan
y ahí yo descubrí un universo.
Y en aquel entonces decidí dedicar mi vida
a la construcción naval, a ser carpintero de ribera.
Creamos Albaola
y el objetivo principal es recuperar la tecnología marítima vasca,
la construcción naval, la navegación,
que fueron las claves para el desarrollo de esa industria
tan importante que tanto nos llevó a bacalao, por ballenas,
al comercio del hierro, etc.
Y esta construcción es muy singular porque por primera vez
se está construyendo un barco del siglo XVI
a partir de fuentes científicas.
Bueno, esta es una nao ballenera,
pero desde aquí no se cazaban las ballenas.
Esta embarcación estaba dotada de cinco chalupas de 8 m
sin cubierta, tripulada por siete personas cada una,
y lo que hacían era botar las embarcaciones
y se dedicaban a rastrearlas todos los días,
en cuanto la veían, se acercaban muchísimo, a unos 5 m aproximadamente
y el arponero, que era uno de los remeros, el de proa,
se erguía con ese arpón y, a continuación,
se lo tenía que clavar en el lomo, y ese arpón estaba amarrado
a la chalupa con una soga de unos 200 m.
A continuación, la chalupa era remolcada a la velocidad
de un caballo al galope, y eso era muy peligroso
porque estamos hablando de aguas muy gélidas,
aquí sabemos que el verano el agua está alrededor de 2° de temperatura
y si volcaban o si la ballena decidía ir al fondo,
pues entonces era el fin.
La tarea era muy ardua porque entonces tenían que remolcar
esa ballena desde el lugar donde la habían cazado
hasta donde estaban los hornos en la playa.
No quiero imaginarme que sería el esfuerzo de remolcar la ballena,
que podía pesar 60 t.
Cuando llegaban a la playa, despiezaban la ballena,
lo que querían era fundir la grasa y de ahí obtenían, en unos hornos,
el aceite de ballena.
Esta gente lo que quería era volver todos los años.
Y querían volver con la nao llena de aceite.
Nunca volvían sin llenar el barco de las barricas de aceite
que necesitaban.
Y por ese motivo sabemos que en algunas ocasiones,
porque escaseaban las ballenas, solían retrasar bastante
y hay constancia de alguna expedición que incluso zarpó en enero,
no quiero ni imaginarme lo que eso suponía.
Y algunos, desafortunadamente, se quedaban atrapados por los hielos.
Eso era casi una condena a muerte.
-La isla en sí misma está relativamente lejos,
pero tenemos la corriente del Labrador, que desciende del ártico,
y es extremadamente fría.
Los balleneros vascos se encontraron en medio de eso,
por lo que estaban sometidos a tormentas violentas,
como la que estamos teniendo hoy.
La climatología de Terranova en general es única.
En un minuto podemos pasar del sol a la niebla,
tenemos uno de los patrones de tiempo más cambiantes del mundo.
En definitiva, los vascos fueron unos grandes balleneros.
Nadie cazó ballenas como ellos cuando estuvieron aquí,
en tanta cantidad.
Desarrollaron la mayor industria ballenera de los últimos 500 años.
El papel de los balleneros vascos fue clave en la historia de Europa.
Y cuando la necesidad del aceite de ballena desapareció,
su papel en Europa también cambió.
-Oye, ¿y tú cómo te animaste a venir al viaje?
¿Tenías nostalgia o qué? -Nostalgia, sí.
Y después de 40 y tantos años... -¿40 y tantos años?
-Sí. -Venías al bacalao, ¿no?
-Al bacalao, sí. -Al bacalao.
-Pero cuando venías al bacalao, ¿no aparecían ballenas?
¿No se veían? -Sí, sí, sí.
-¿También se veían? -Sí, sí.
-Yo ballena he comido muchas veces.
Desde Miravalles se vendía ballena del año 58 al 64, 65,
se vendía, pero, habitualmente, normal en una pescadería.
-Mi aita solía traer y yo creo que venía de Galicia.
-De Galicia, ¿eh? -¿Qué gusto tiene?
-Pues un gusto, hombre... Es un gusto un poco difícil
de definir porque claro, es igual que cuando dices tú
qué gusto tiene un bonito o una anchoa.
Se fileteaba, se fileteaba la ballena
y se comía como si fuese un filete de carne.
-Y si ya está guisado, que también puedes hacer guisado,
pues como un guisado normal de carne.
-Aquí la tienes mas pequeñita...
Estos son los bateeiros.
-Ese y ese son un bateeiro. -Esa es buena.
-Esa es muy buena.
-La ballena es un mamífero,
y la carne de la ballena es, de hecho, muy parecida
a la carne de ternera.
Y este fue uno de los motivos que ayudó o que promovió la recuperación
de la asociación ballenera en los años 50 del siglo pasado
porque en aquella época en España había una carestía de carne
y de proteína, la población estaba mal alimentada,
y esta era una fuente barata de producir carne de elevada calidad
de manera abundante.
Todo el resto del animal, la grasa por descontado,
pero también los huesos, las vísceras,
cualquier parte del animal iba a unas calderas,
unos autoclaves, unas grandes calderas a presión
que extraían el aceite.
El aceite tenía muchas utilidades, desde luego,
iba a la industria alimentaria y de hecho se utilizaba
para fabricar margarina, para enriquecer quesos, sopas,
pero también se utilizaba mucho en la industria
para la fabricación de pinturas, lubricantes, como conservantes
e incluso se utilizaba también en la industria de curtido de pieles.
En 1951, empresarios gallegos reemprendieron de nuevo
la caza de la ballena
y estuvo funcionando de manera continuada hasta el 1965
cuando el movimiento ecologista, estaba cobrando mucha fuerza,
grupos ecologistas como Greenpeace jugaron un papel muy importante,
y esto desembocó a que a partir de 1986 se implantará la moratoria,
es decir, el cese en la pesca de las ballenas a nivel mundial.
La factoría de Caneliñas estuvo operativa durante 35 años,
y estuvo básicamente procesando rorcuales comunes y cachalotes.
A partir de 1985 cerró
y lo que queda ahora son las ruinas que podemos ver,
que son los edificios que poco a poco se van deteriorando.
-¿En qué año viniste tú para aquí, para la fábrica esta?
-Yo vine por primera vez en el año 78.
Entonces, lo que hacíamos, bueno, de hecho estuve hasta el 85,
o sea estuve ocho años. -¿Tú viniste de ecologista?
-Yo no era ecologista, yo no trabajaba en ecología,
trabajaba para la comisión ballenera internacional
y hacía los estudios biológicos para saber cuántas ballenas había.
-Estuviste aquí... -Ocho años.
-Cuando tú viniste yo ya llevaba aquí también mucho tiempo,
no sé cuánto llevaba, pero ya llevaba bastante.
-Llevabas aquí desde que empezó, ¿no?
Caneliñas al final acabó siendo nuestra casa.
O sea, de hecho, mi hija, que entonces tenía tres años,
corría por allá y jugaba donde trabajábamos.
Después de un verano que ya regresó a la escuela,
la maestra le pidió que hiciera un dibujo explicando sus vacaciones
y ella se dibujó jugando en la boca de una ballena.
Y la maestra le dijo: "¿Pero qué haces?
Tenía que ser algo real". Y ella dijo:
"No, no, esto es lo que he hecho". Y la maestra se preocupó tanto
que incluso nos llamó a nosotros, los padres, para que fuéramos
a ver qué pasaba con esta niña que confundía realidad con imaginación.
Yo recuerdo que los niños venían chiquititos a buscar carne
para que sus madres les hicieran de comer,
marchaban muy contentos.
Luego, después, no se permitió ni cazar ni muchas ni pocas.
-Pero eso no tuvimos nada que ver. -Eso.
-Eso fue Greenpeace.
Las poblaciones de ballenas
producen más hijos de los que en realidad necesitan.
Esto hace que la población tenga una capacidad de producción
que permite explotarlas. -Sí.
-Y nosotros, con nuestros estudios, demostramos que se podían cazar
un número de ballenas.
-Esta fabrica dio a muchos de comer.
A muchísima gente aquí.
De todas formas,
esto terminaron cerrándolo todo, no dándole nada.
Recuerdo el hambre que había aquí, en nuestro pueblo,
en nuestra Galicia.
(CANTA) "¡Ay!".
(MEGAFONÍA) -"'Arratsalde on', buenas tardes.
Nos aproximamos a Placentia.
3 °C, 47 norte, 54 oeste.
Una de las ciudades con más presencia de vascos en Terranova
por la pesca del bacalao, aquí daremos por finalizado
nuestro viaje por la isla".
-Mira, este sería algún capitán de barco o así.
El capitán no sé qué pone aquí.
Este está casi borrado, pero ahí ¿Olazabal, a ver si no pone?
-Elizalde, ¿no? -Elizalde parece que pone, sí.
Sí, este desde luego, es un apellido vasco. Sí.
-Parece Elizalde o algo así parece.
-Ahí mismo.
-Como no hemos encontrado el sitio donde pensábamos que estaría pues...
-No es lo que queríamos, pero bueno, pero en nombre de todos
los que quedaron aquí, pues ya está. -Y eso es.
(CANTAN EN EUSKERA)
-Nos apuntamos en el viaje a Terranova con la ilusión de buscar
la tumba donde estaba enterrado mi hermano,
que no hemos conseguido localizar al final,
pero he venido con la satisfacción
de haber visto por dónde había andado él.
Esa satisfacción me ha quedado.
(CANTAN EN EUSKERA)
-Teniendo en cuenta que desde por lo menos el siglo XVI
los vascos de Plentzia, Vizcaya, han mantenido una relación fuerte
y vibrante con los ciudadanos de Placentia, Terranova y Labrador,
declaramos el hermanamiento entre ambas ciudades.
¿Cómo vamos? Venga, vamos. Vamos para casa.
Miguel López es la última persona en España que mantiene todavía
la memoria de lo que fue el oficio de arponero.
Él, de hecho, trabajó en la industria ballenera desde los años 50
hasta el final, hasta 1965, y a la práctica fue el arponero
que dio muerte a la última ballena que se pescó en España en aquel año.
Entonces, Miguel, esta granada, cuando entraba
y reventaba por la pólvora, entonces, ¿qué es lo que pasaba?
-Imagínate un tiro, un tiro si es certero necesitas uno,
pero si no es certero, la ballena no se pone...
-Continúa viva.
-A decir: "Aquí estoy yo". ¿Te das cuenta?
Va navegando, si mueve y tal y entonces tú lo que tratas
es de engancharla, que es la misión del primer tiro.
Luego le puedes dar un par de ellos y ya pones otro
y tratas de que sea en los órganos más vitales
y que no necesite más de dos tiros,
pero a veces ha habido tres.
-O sea esto aceleraba la muerte del animal, claro.
-Claro, claro. -La explosión.
-Eso abreviaba la agonía del animal.
El arpón que los ecologistas llamabais caliente
o ¿cómo puede ser? -El arpón caliente, claro,
porque el arpón frío es el arpón que no lleva explosivo.
-Exactamente, podría tardar más en morirse el animal.
La ballena, si sale cinco veces a respirar, va a salir cinco veces,
y a la quinta ves que hace más curva y es para hacer la inmersión.
-¿Qué emoción sientes cuando matas una ballena?
-Bueno, yo la emoción que siento es que estamos a cazar
y cazas un bicho, pues que es un bicho más,
te das cuenta?
Una faena más.
Algo más que va a la nómina y san se acabó.
-El arpón que se lanzaba desde un cañón, como el que usaba Miguel,
permitió explorar los rorcuales, que era un segmento intocado,
mucho más abundante que las ballenas polares y las francas o vascas.
mucho más abundante que las ballenas polares y las francas o vascas.
Aunque habían sido los vascos los primeros en inventar
la pesca con arpón.
-Entonces, los balleneros, lo que hacían era ir a buscar
las hembras acompañadas de crías
que, además, en el caso de la ballena vasca
o la ballena franca, se acercan mucho a costa
durante el momento de la lactancia,
y entonces lo que hacían era capturar selectivamente las crías,
las daban muerte, las llevaban arrastrando hasta tierra
y ya cerca de tierra, en lugares en aguas protegidas,
daban muerte también a la madre.
Claro, esto tuvo unos efectos desastrosos sobre la población
e hizo que la población se desplomara a lo largo de los siglos
y acabara prácticamente extinguiéndose
la población de ballenas vascas en el Atlántico europeo.
Entonces, lo que había detrás siempre ha sido la ambición,
la codicia de las empresas balleneras que han ido a buscar
grandes rendimientos con poco esfuerzo económico.
Ya no podemos mirar a la ballena como a un monstruo
al que hay que exterminar.
Ni como a un producto del que sacar beneficio.
Son una parte muy sensible y crítica de los ecosistemas marinos
y hoy sabemos que el arpón que mata a una ballena destruye mucho más
que a un animal.
En 2018 se cumplen 33 años de la pesca de la última ballena en España. La 2 revive, en un documental "La memoria del arpón" una tradición ancestral en nuestro país, llena de riesgo, aventura y ambición.
En 2018 se cumplen 33 años de la pesca de la última ballena en España. La 2 revive, en un documental "La memoria del arpón" una tradición ancestral en nuestro país, llena de riesgo, aventura y ambición.
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