Sinopsis
La envidia ha generado muchas historias trágicas… Y algunos bulos históricos. En la sección “Fake News históricas” de “El Condensador de Fluzo”, la doctora en Historia Contemporánea Carmen Guillén habla sobre uno de ellos: el enigma de las fuentes del Nilo.
En el año 1857, la Real Sociedad Geográfica de Londres patrocinó una ambiciosa expedición al Nilo, con Richard Francis Burton como jefe de la expedición y John Hanning Speke, con el fin de encontrar el origen de las fuentes. Burton era algo “peculiar”: fue el primer europeo en entrar, disfrazado de peregrino musulmán, en la ciudad prohibida de Harar y la Meca. Hablaba hasta 30 idiomas y dialectos, y estaba obsesionado con lograr la fama con sus descubrimientos. Por otro lado, Speke era más inexperto, pero también más metódico, y no dudó en calificar a Burton como un “verdadero sinvergüenza”. Se llevaban regular.
El 17 de junio de 1857, 132 hombres partieron en busca del origen de las fuentes del Nilo. La expedición recorrió 1000 km en cuatro meses durísimos, con deserciones, robos, ataques, fiebres y numerosas enfermedades. Al llegar al lago Tanganica, Burton dio por hecho que el río Nilo fluía desde aquel lago. Speke, mucho más riguroso, no estaba dispuesto a aceptar tan fácilmente que esas eran las fuentes del Nilo. Los locales hablaban de otro lago más al norte del que partía un caudaloso río, y Speke marchó a buscarlo por su cuenta, descubriendo el lago Victoria. A su regreso a Inglaterra, cada uno tenía su propia visión del origen de las fuentes. La polémica estaba servida. Si quieres saber el fin de esta historia, ¡dale al play!
