Fuera de emisión
Ah, muy bien.
A ver...
Vale. Si quiere pasar...
Huy, espera.
¿Ahora? (HOMBRE) Ahora mejor.
Dime, sí.
-Sí, toda la vida pensaré en pesetas.
Hostia, pesetas.
Sigo traduciendo en pesetas,
porque a veces, en euros me parece muy barato y me equivoco.
No, no me acuerdo ya.
A veces, pero me desanimo mucho.
Sí, para cantidades grandes sí.
Sí, yo también, ¿eh?
Para cantidades grandes, para... -Tú eres joven, tú eres del 92.
¿Cómo puede ser eso?
Sí que lo pienso muchas veces.
Lo pienso porque hoy día, con el euro,
no llegamos a final de mes.
El euro, eran... ¿60 pesetas, me parece?
166,60, ¿no?
Un euro son 600...
eh... 600, eh... y pico pesetas.
¿2,54?
Sí, porque de hecho, eh... el euro es una iniciativa tardía
en la historia de la... de la Unión Europea.
El fondo de la Unión Europea es un mercado comercial,
un mercado interior,
que permita a las mercancías, a los capitales
y después a las personas circular libremente por la frontera.
Esto era la idea inicial de la Unión Europea
para intentar, de esta forma, crear lazos comerciales y económicos
que evitasen las viejas rivalidades,
especialmente entre Francia y Alemania,
viejas rivalidades comerciales, económicas, militares...
que habían llevado a las dos Grandes Guerras.
Para hacer eso, era necesario que las monedas se alinearan
y que todos los países mantuvieran una relación fija
de su moneda con todas las demás.
Eso es el origen de la idea del euro.
Aunque se vendió de otra manera,
una unión política, avanzar más, una...
"Aquí hay una Europa más cercana", ¿no?, unos de otros.
Sigo insistiendo: el motivo de fondo era el motivo comercial,
que tiene mucho sentido,
pero, claro, no tiene tanta épica como el decir:
"No, no. Es que vamos a una unión política,
y una unión política necesita una moneda única".
Que no la tenemos aún, sí, porque...
Un poco, insisto, si hubiésemos sido conscientes
de que el objetivo era comercial,
yo creo que hubiésemos sido más pragmáticos,
hubiésemos tenido menos ambiciones, o si se quiere, menos expectativas.
La primera condición que se puso,
lo que se llamaban las cuatro condiciones de Maastricht,
la primera tiene que ver con los precios,
con la estabilidad de precios, ¿no?
Si tú eran un país que tenía un IPC...
es decir, precios muy volátiles,
tú no podías entrar en la... en el euro, ¿no?
Y por eso, la primera condición fue que tuvieses una desviación
en los dos años anteriores,
una desviación de precios muy pequeñita
con respecto a aquellos dos o tres países
que fuesen más estables en términos de precios, Alemania.
La segunda es estabilidad de las finanzas, de tus finanzas.
Si tienes un déficit desbocado y una deuda desbocada,
no podrás ser estable en los precios, ¿no?
Entonces se puso la segunda condición,
que era que tu déficit no podía ser superior al 3% de PIB.
En ese mismo criterio, estaba el criterio de la deuda,
es decir, que tu deuda pública
no podía ser superior al 60% de tu PIB.
El tercer criterio era que tu tipo de cambio de tu moneda,
la peseta en nuestro caso,
en los años previos, en el año previo anterior,
no hubiese sido muy volátil.
Y el cuarto, que es una consecuencia del primero,
que tus tipos de interés a largo plazo, ¿eh?,
tuviesen estabilidad.
Esas cuatro condiciones solo hacen referencia al sector público.
ningún tipo de condiciones para el sector privado financiero,
pongo por caso, ¿no?
Es decir, si usted habla de endeudamiento del sector público,
¿por qué no pone también alguna condición o límite
al endeudamiento del sector privado?
Ya sean las familias, las empresas o la banca.
Probablemente, porque hay un sesgo en la historia del euro,
que es los años 90,
que en aquellos años, que se confiaba en el mercado, ¿no?,
en el mercado libre, mercado desregulado, ¿no?
En aquellos años se creía
que todos los males vendrían del sector público
y que el sector privado era por naturaleza bondadoso, ¿no?
Y que no había que vigilarlo, que pecar, solo pecaría
el sector público.
Eso ha sido un error tremendo
porque no nos permitió ver después...
del sector privado.
Soy Elisa. -Me llamo Bárbara.
Me llamo María Inés. -Hola. Soy Liana.
Me llamo Ana. -Katy.
Soy de Perú. -Soy de Inglaterra.
Perú. -Portuguesa.
Serbia. -"From England".
Estudio y estoy que viajo por Europa.
Estoy de vacaciones.
Estudio un posgrado. -Estoy trabajando.
Estudio y trabajo. -"I work for a motorcycle brand".
Ay, no sé. Voy a mirar.
Tengo... Tengo una de Francia, tengo de Italia,
tengo una de Holanda y tengo una de España.
Aquí tengo una de Irlanda...
y una de Alemania.
De Alemania e Irlanda.
Creo que una griega, una france... italiana,
y esta de... de Austria, ¿puede ser? Creo.
Una de Grecia.
"Euros from Ireland,
eh... Germany and Spain".
Sí.
Vengo a cambiar un billete de pesetas.
Uno.
De 10 000 pesetas.
supongo que de mi abuelo.
Sí, haciendo reformas, en una de estas cajas.
Porque es pasta, 10 000 pesetas.
Si fuera más pequeño, quizás sí, pero 10 000 pesetas es dinero.
¿El billete?
Por 60 euros, lo mismo que me darán en el banco.
Venga, quedamos igual.
He ganado tiempo.
Que vaya bien, mucho gusto.
Sí, perfectamente. -Sí, más o menos.
Ostras, el día exacto no, no me acuerdo.
Hace ya diez años.
Igual en algún cajón alguna peseta aparecería.
Alguna peseta tendré en casa.
Supongo que de recuerdo, ¿no?, nostalgia.
Mi tío colecciona algunas, sí.
No me queda nada.
Algo corre por casa, sí.
No lo sé, no las...
No, moneditas.
Sí, y tanto.
Creo que muchas.
Evidentemente no lo sé, pero seguro que quedan muchas pesetas.
Seguramente bastantes.
¿1600?
Bueno, no sé yo quién sería el culpable de...
de todo esto, ¿eh?
Sí, hombre, ¿quién los tiene?
Sí, hombre, no me lo creo.
Es mucho dinero.
No.
Cuando España sustituye la peseta, la antigua peseta,
por el euro, lógicamente esto tiene un impacto
muy relevante para la economía española.
Voy a destacar tres aspectos que creo que...
Primero de todo, que adoptamos
una moneda, que es el euro, que es una moneda fuerte,
es decir, una moneda que es aceptada por...
los países del resto del mundo, ¿eh?,
para realizar sus transacciones y sus pagos internacionales.
Podríamos decir que un poco compite con el dólar.
Si pudiéramos valorar la importancia del euro
a nivel internacional, podríamos decir que hoy día
el euro representa el 25% de las reservas
que tienen todos los países
en monedas para atender sus obligaciones.
También el euro es un gran facilitador del comercio,
de las inversiones, de todo tipo de transacciones.
Y no solamente con los países con los que compartimos el euro,
sino también con el resto del mundo, de la Unión Europea y del mundo,
porque es una moneda que está aceptada como tal.
Por tanto, esto es un gran facilitador de las transacciones
y de todas las inversiones. Pero a su vez,
otro aspecto que hemos de destacar es que el euro nos obliga
eh... a tener una serie de actuaciones
en política económica, es decir, tenemos una serie de normas comunes
que hemos de cumplir para estar dentro del euro.
¿Esto qué significa?
Significa que debemos tener una economía equilibrada,
debemos tener poca inflación,
las cuentas del Estado tienen que estar más o menos en orden.
Por supuesto, no podemos devaluar y esto significa
que tenemos una serie de obligaciones
y una serie de restricciones
a la hora de.... eh... de adoptar el euro.
España, aproximadamente, compra y vende
el 60% de lo que produce.
Y de este 60%,
entre el 60 y el 70% lo hacemos con el resto de la Unión Europea,
al tener una moneda común.
Primero de todo, nosotros nos evitamos
todo lo que son las comisiones bancarias.
Es decir, hay un ahorro muy claro en los costes
de lo que nos cobra el banco cuando cambiamos una moneda por otra.
Otra cosa importante, ya no tenemos que preocuparnos
de si el valor de la moneda sube o baja.
Yo, cuando vendo fuera, normalmente tardo dos, tres meses en cobrar.
No me tengo que preocupar de si el valor de mi moneda
con relación a la moneda del país con que hago la transacción
va a subir, va a bajar, voy a cobrar menos, voy a cobrar más.
Por tanto, esa... ese riesgo ya desaparece.
Y en tercer lugar hay esa transparencia.
Cuando un francés quiere comprar un producto español,
están pidiendo que por esa camiseta tiene que pagar 15 euros,
entiende perfectamente lo que significa.
Y por tanto, lo compra.
Es decir, el hecho de que usemos la misma moneda
le da una transparencia a los precios,
que es un gran facilitador también
de las transacciones que hacen las empresas.
Por supuesto. Cuando creamos la unión monetaria
no la creamos de manera completa.
Solamente lo que pusimos en común fue la política monetaria.
Pero no pusimos en común la política fiscal.
Se pensó que la dinámica de tener una moneda común ya haría
que todas las economías convergieran y eso ha sido totalmente falso.
¿Nos ayudan ahora los países del euro a afrontar nuestra crisis?
Ah, ahora nos damos cuenta de que...
nos faltaban muchos mecanismos para poder ayudar a los países
que comparten la moneda con recursos de todos.
Hemos visto que el euro es una cosa de todos,
es un problema de todos, y hemos tenido que crear mecanismos
para ayudarnos mutuamente.
El cambio de moneda fue... fue espectacular,
pero no sé si para bien. Recuerdo que yo pagaba
100 pesetas por un café con leche
y al día siguiente me clavaron un euro, 160.
La subida fue espectacular.
Sí, porque puedes viajar por toda Europa
y no tienes que cambiar la moneda.
No, porque hemos perdido el valor de las cosas,
ahora todo es más caro.
Subió el 66% automáticamente.
Bueno, porque la moneda única europea
es mucho más fuerte, una moneda mucho más fuerte.
Pues porque es una moneda más fuerte
y aparte, al estar conectados con todos los países
con la misma moneda, las transacciones son más fáciles.
Hombre, era conveniente entrar al euro,
pero no con esas condiciones.
Los alemanes se llevaron toda la tarta.
Ni beneficiado ni perjudicado. Estamos en el mismo sitio.
Me ha sido indiferente, porque realmente
tampoco he estado tanto tiempo con las pesetas.
No sabría decirte, porque no... Era muy pequeña.
A nivel particular, creo que a todo el mundo le ha perjudicado.
A mí seguro me ha perjudicado.
Me parece que ni una cosa ni la otra.
Me mantengo con la economía que tenía con la peseta.
No entiendo tanto de economía como para...
eh... decidir si sería...
bueno volver o no a la peseta, no lo sé, es un dilema.
El 1 de enero de 1999 el euro se convirtió en la moneda oficial de la Unión Europea.