Dirigido por: Pilar Requena
El espacio ''Documentos TV'' es uno de los programas más prestigiosos de TVE. Estrenado en 1986, se ha caracterizado durante todo este tiempo por tratar en profundidad tanto temas de actualidad como procesos sociales e históricos de mayor duración temporal.
Documentos TV se estreno en Televisión Española el 29 de abril de 1986 con un reportaje sobre el Rey Juan Carlos. Hoy, después de tantos años, los cambios experimentados por el periodismo no han impedido que el programa siga siendo un espacio privilegiado donde disfrutar de lo mejor del mercado documental.
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Escriba al programa Documentos TV: doctv@rtve.es
Si digo que me voy, me pegará y me encadenará.
Les embadurnaron todo el cuerpo con alquitrán.
Lo peor de la escuela islámica es la violación.
Te fuerzan, en contra de tu voluntad.
¿Es ahí donde estaba la prisión?
Luchas contra el Corán.
No lucho contra el Corán.
Estás luchando contra el Corán.
No lo enviamos allí para que lo torturaran
o agredieran físicamente, lo enviamos a aprender el Corán.
¿Debemos sacrificar a nuestros hijos por el honor de los religiosos?
Tenemos 120 alumnos de todas las edades.
No aceptamos dinero de ningún alumno.
Esta es una organización benéfica que se financia
con las donaciones religiosas.
Cuando hayas memorizado el Corán, ¿qué quieres hacer?
¿Quieres ser jeque?
Si.
Quiero enseñar en una khalwa.
Los estudiantes, como estos, vienen a leerle al jeque.
Y el jeque les corrige lo que han escrito,
después del rezo de la mañana.
¿En qué capítulo estás?
El cuarto.
¿Quieres memorizar todo el Corán?
Sí.
¿No quieres volver a al-Junaynah, de donde eres?
Solo de visita.
¿No hay escuelas islámicas?
¿Por qué no estudias allí?
Allí encadenan a la gente, allí las khalwas son muy duras.
Cuando un alumno comete un error, ¿es castigado?
Si.
Hasta cierto punto, sí.
Nosotros no somos partidarios de los azotes como castigo,
preferimos guiarles.
Pero, por lo que yo sé, en todas las khalwas dan palizas.
Se cometen atrocidades y violaciones de los derechos del niño
a puerta cerrada.
Los niños mueren dentro de las khalwas.
Una campaña contra las violaciones en las khalwas de Sudán.
Yo estaba en casa.
Eran las ocho de la mañana.
Un amigo me envió un mensaje por Facebook.
Cuando lo abrí, vi unas fotos horribles de niños
a los que habían golpeado salvajemente en una escuela islámica.
Gracias a Dios ha abierto los ojos.
Han estado encerrados en una habitación desde el sábado,
sin comida ni agua.
Les embadurnaron de alquitrán todo el cuerpo.
Le han golpeado con tanta brutalidad, que incluso se le puede ver
la columna vertebral.
Es mejor que no se conviertan en jeques.
Es mejor que estén por las calles que esto.
Esto es una sentencia de muerte.
Dios nos ayude.
¿Cómo puede un musulmán que recita el Corán, reza y ayuna,
hacerle esto a alguien?
Los jeques de la escuela islámica nos golpearon.
¿Por qué?
Por nada.
Te ven recitando y te pegan.
Pegan a la gente para humillarla.
Cuéntanos qué pasó.
Intentamos irnos de la khalwa y por eso nos pegaron.
Queremos que nuestros niños reciban justicia.
No sabemos si van a vivir o morir.
La visión era horrible, y olía a podrido.
Tenía toda la espalda en carne viva.
Cuando lo vi así, no podía creerme que ese fuera mi hijo,
Mohamed Nader, a quien había dejado allí hacía un mes.
Cuando llegué estaba en un estado terrible.
Yo le pregunté a la doctora: “¿Hay esperanza?”.
Ella me dijo: “No, todos sus órganos han dejado de funcionar,
puede que no sobreviva”.
Sí.
Hemos oído historias sobre algunas escuelas islámicas
e incluso hemos leído al respecto en los periódicos.
Un jeque barbudo,
que es un violador
o que golpea a los niños.
Pero nunca imaginamos que esto nos pasaría a nosotros.
Pensé en vengarme, pero no pude encontrar a ninguno.
No puedo perdonar lo que le hicieron a mi hijo.
Quiero que todo el mundo sepa lo que paso.
No quiero que se oculte.
Hemos decidido denunciar a esos delincuentes.
No queremos que el caso se resuelva con una compensación económica
porque, si la aceptáramos, sé que seguirán pasando cosas peores.
Si Nader no hubiera ido allí y los hubiera encontrado,
los niños ahora estarían muertos.
Ismail estaba tumbado de espaldas y sangrando.
Tenía señales de cadenas en las piernas.
Cuando llegué al hospital, vi las marcas.
Pero nunca me dijeron que lo encadenarían.
No lo sabía.
Es mi único hijo.
Lo envié a estudiar, para que se convirtiera en jeque.
Lo maltrataron.
Soy su madre y no renunciaré a los derechos de mi hijo.
Nunca.
A veces nos encadenan a seis o siete juntos y nos obligan a correr.
Nos caemos, nos azotan y volvemos a levantarnos.
Si no les golpeo, no aprenden.
Se lo dije antes, si sigue intentando escaparse,
le enseñaré lo que soy capaz de hacer.
¡Doctora, lo juro!
¡Duele!
Lo siento.
¡Le juro que duele!
Tranquilo.
Hola.
¿Cómo estás?
¿Bien?
Bien.
Túmbate aquí.
Pon los pies en alto y la cabeza ahí.
¿Te duele, Ismail?
Un poco.
Como puede ver, hay muchas cicatrices.
En el futuro mejorarán con cremas.
Si las cicatrices no desaparecen, tendremos que operarle,
porque tiene la espalda bastante desfigurada.
¿De acuerdo?
Ya te puedes sentar, Ismail.
Bien hecho.
Podría haber muerto.
El envenenamiento de la sangre lleva a la muerte.
Ahora necesita tratamiento psicológico.
Sí, lo necesita porque lo que padeció durante tanto tiempo
fue terrible y solo es un niño.
Normalmente recibimos un caso cada 10 días.
A veces llegan heridas en las manos, piernas, cara y orejas,
y también hemos visto quemaduras.
¡Mohamed!
Ve a por un poco de jengibre.
¡Venga, rápido!
¿A qué hora es la vista?
¿A las 10 de la mañana?
Sí, a las 10.
Saldremos a las 9.
Para Mohamed será duro verlos en la sala.
La forma en la que fue torturado
es inimaginable.
Mohamed sigue estando muy mal.
Ya no es el mismo de antes.
Lo único que quiero es ver a esos hombres.
No importa lo que me cueste decir la verdad.
No tengo miedo.
En el pasado no teníamos derechos, pero ahora es diferente.
Ahora, con el nuevo gobierno, conseguiremos nuestros derechos,
Dios mediante.
Cuando entramos nos dijeron que uno de los acusados
no se había presentado, así que lo han pospuesto para el 23.
Mohamed me dijo: “Mira Sheikh Hussein,
mira cómo juega con su tasbih".
Quizá estaba asustado o esperaba que mantuviéramos la boca cerrada.
Me dieron ganas de pegarle.
Yo solo quería que todos se enfrentaran a la justicia.
No solo a Mohamed, hay muchísimos problemas.
Hemos recibido muchas quejas sobre varios khalwas.
Y muchas tienen que ver con violaciones.
Y eso es normal.
El antiguo régimen no tenía leyes que regularan las escuelas islámicas.
Yo no me ocupo de videos, me ocupo de procedimientos.
No puedo involucrarme en ningún caso que esté en los tribunales.
No puedo resolver un problema causado por 30 años del antiguo régimen
de la noche a la mañana.
Los profesores deben tener un nivel educativo específico.
Otra cosa importante es, que el plan de estudios tiene que ser muy claro.
Debe quedar muy claro.
Está prohibido golpear,
torturar, violar los derechos humanos
o los derechos de la infancia.
Mediante leyes y regulaciones.
Cualquiera que viole esas leyes será detenido
y su khalwa será cerrada.
No.
El jeque no me deja.
Si intento irme, me golpeará y me encadenará.
Diez años.
Quiero ir con mi madre.
No quiero quedarme.
Quiero volver con la familia de mi madre.
Si alguien está loco, ¿para qué pegarle?
Te encadenan y te golpean con un palo como a un burro.
Ese de allí lleva muchos años aquí.
Nosotros somos sus esclavos.
Si quieres carne, te buscas un hueso y lo masticas como un perro.
¿Somos perros?
¿Cómo estás?
Bien.
¿Eso es zalabiya?
Sí.
¿Te hago un té?
No, no.
Arriba, arriba.
Era una prisión.
Yo le dije a mi padre que la khalwa era un sitio malo,
pero él no me creyó.
Le dije a Ismail que pusiéramos las camas junto a la pared
y trepáramos para escapar.
A Ismail lo cogieron.
Cuando estaba saltando el muro, la gente que estaba rezando me vio.
En cuanto el sheikh Hussein se fue a Malasia,
trajeron cadenas y látigos.
Y nos golpearon.
A mí me ataron
y me pusieron
boca abajo antes de azotarme.
La paliza no duró solo un día.
Venían muchos a golpearnos mientras el resto dormía.
Después de eso, no sé qué pasó, me desperté en el hospital.
Eso es todo.
No.
No pude.
Me habían amordazado.
Tenía un trozo de tela metido en la boca.
Pasan cosas malas en la khalwa.
Lo peor de la escuela islámica es la violación.
Te violan en contra de tu voluntad.
Sí.
De verdad, estoy muy triste por ellos.
Les pregunté:
“¿Cómo os violaron?”.
Me dijeron: “A veces nuestras familias nos visitan,
y nos violan justo antes de que lleguen”.
Y el examen médico reveló que fueron violados
en repetidas ocasiones.
Esos niños estaban aturdidos.
Con la mirada perdida.
Habían estado encerrados y encadenados.
No sé qué decir.
Yo culpo a las familias.
Si llevas a tu hijo a un sitio, antes debes informarte bien
sobre ese lugar.
¿Lo llevas por la reputación de su jeque?
No puedes fiarte de la reputación de nadie.
Nosotros somos el primer paso para garantizarles sus derechos.
Gracias a nuestros informes médicos,
la fiscalía seguirá investigando el caso.
¡Hola!
¿Cómo estás?
No obtendremos justicia, Fateh, si el segundo
o el tercer acusado no se presentan ante el tribunal.
En cada audiencia hay un nuevo problema.
Nosotros volvemos una y otra vez, pero siempre el juez lo pospone,
porque la otra parte no aparece.
Esperaremos.
¿No queremos justicia?
Bien, esperaremos.
Esperaremos uno, dos años
No nos importa.
Llegamos a un acuerdo.
Acepté, nada más.
Sí.
No tengo dinero.
Nos dio 40 mil libras sudanesas
y dijo que eran para los gastos médicos del niño.
Yo había gastado dos mil en médicos para mi hijo.
Después, el jeque volvió y me dijo: “O retiras la denuncia o devuelves
el dinero, de lo contrario irás a la cárcel”.
Yo le dije: “Retiraré la denuncia”.
Sí.
Quería que se hiciera justicia, pero si ella llegó a un acuerdo,
está bien.
Por supuesto.
Pero esa es una práctica normal en las escuelas islámicas.
Esos niños son enviados allí con el consentimiento de sus padres.
A veces los niños intentan huir, sobre todo los más pequeños.
Entonces, los jeques los encadenan por temor a que escapen.
No, no es una justificación.
Está mal, está mal, pero ellos lo justifican diciendo,
que el niño podría huir.
¿Tienes fotos?
Nuestra labor es concienciar.
Tenemos un plan para reunirnos y discutir cómo regularlas
y decidir bajo qué autoridad están.
No, no, no.
Iniciaríamos los procedimientos legales inmediatamente.
Los arrestaríamos, los encarcelaríamos,
los investigaríamos y los llevaríamos ante el juez.
La cerraríamos inmediatamente
y llevaríamos a los niños con sus familias.
Hola.
Inshallah.
¿A las 3?
De acuerdo.
¡Ven aquí, Abdallah!
Esta es la sala del Corán.
Las clases son gratuitas, igual que la comida y el agua.
Todo es gratis.
El alojamiento también es gratuito.
Está completamente cerrada.
Si.
Ahora es parte de la sala del Corán.
Sí, por supuesto.
Solo es una habitación.
Eso son tablillas viejas.
Están rotas.
Adelante.
Hay un hadiz que dice:
“Dios se maravilla de aquellas personas
que entran al Paraíso encadenadas”.
Yo crío a nuestros hijos para que se conviertan en hombres.
En Sudán se encadena a los niños desde la antigüedad.
La mayoría de las khalwas usan las cadenas, no solo yo.
Yo mismo estuve encadenado.
¡Si!
Yo mismo encadené a mi hijo.
Sí, está lleno de beneficios.
Pero lo prohibimos cuando nos causó problemas.
Lo paramos por completo.
Cierto.
Sí.
Yo estaba asistiendo a una conferencia en Malasia.
En aquel momento aún teníamos una celda para los niños
que fumaban marihuana, tomaban drogas, robaban y pecaban.
Sus padres los trajeron aquí para que los encadenaran.
Se negaron a estudiar.
A uno de ellos lo trajo su padre y nos pidió que lo encadenáramos.
Nader.
Mohamed Nader.
Y nosotros lo aceptamos.
El chico intentó escapar.
Lo que pasó, pasó.
No lo encadenamos.
Estaba encerrado en la celda.
No, no.
Ese era el otro.
¿Mohamed Nader también estuvo encadenado?
Puede que lo encadenaron después de que yo me fuera.
Es posible.
Sí, él estuvo encadenado.
¡Sí!
Su madre leyó todas las normas y las condiciones, y las firmó.
Este hombre es parte interesada.
Volverá y le contará a la madre de Ismail lo que has dicho.
Jeque, cambia de tema.
¡Jeque, por favor, no conteste!
Tome.
¿No ha terminado?
Oh hombre, teme a Dios.
Teme a Dios Todopoderoso.
Temed a Dios.
Solo repites tópicos malos.
Deberías temer a Dios.
No luches contra el Corán.
¡Estás luchando contra el Corán!
¡Escucha!
¡A menos que tengas pruebas, será castigado!
Así que mucho cuidado.
Actualmente hay una guerra feroz contra la educación islámica,
dirigida por gente como este hombre.
Me avergüenzo de la BBC.
Devuélvele el micrófono al caballero.
Por qué no.
Pero eso ahora está cerrado.
Eso ocurrió en el pasado.
¡Ya se lo dije!
¿Qué le dije?
¡Sí!
¡Sí!
Poner esa celda fue un error.
Todos cometemos errores.
Nosotros reconocimos ese error y ahora el caso está en manos
de los tribunales.
En cuanto lo que dijo antes, que le han dicho que aquí
se ha violado
lo negamos tajantemente.
Aparta el micrófono.
No digas una palabra más.
¡Ni siquiera abras la boca!
¿Por qué, Kheir?
Porque el asunto está en los tribunales.
Pregunte por la khalwa.
Pregunte por la khalwa.
Si de verdad hubiera sido un hombre de fe y hubiera seguido la sharia
y la ley, no le habría hecho eso a nadie.
Yo fui a ver a Nadir a la khalwa, y él me dijo:
“Mamá, los jeques no nos tratan bien”.
Pero yo no le creí.
Lo único que quiero es que mi hijo se recupere y que se haga justicia.
Y que todos paguen por lo que hicieron.
Mohamed necesita cirugía plástica.
Le ves con la ropa puesta y parece que está bien.
Pero no sabemos de verdad cómo está por dentro.
Si hubiéramos mantenido esto en silencio, miles de niños
podrían haber sido torturados como Mohamed.
¿Debemos sacrificar a nuestros hijos por el honor de los religiosos?
Me ocultaron algo muy, muy importante.
Encontrar a mi hermana, me dio un sentido de pertenencia
Llevamos la misma sangre.
Los investigadores me han dicho en muchas ocasiones que
sin mi ADN nunca se hubiera resuelto.
Cuesta creer que el cambio de una sola letra en esa gigantesca
cadena de tres mil millones de letras pueda afectar tan profundamente
a un ser humano.
Mediante el análisis de ADN compartido, las pruebas genéticas
directas al consumidor obtienen una imagen bastante precisa
del parentesco entre individuos.
Con la aparición de las pruebas de ADN, el anonimato
y el llevarse los secretos a la tumba ya no es posible.
Desafiando al poder y la influencia de los jeques, algunas familias rompen el silencio y exigen justicia por los encadenamientos y los brutales golpes que sus hijos han recibido en las Khalwas.
Fath Al-Rahman Al Hamdani, periodista de la BBC News en árabe y de Reporteros Árabes por el Periodismo de Investigación, se infiltró en más de veinte escuelas islámicas de Sudán y corroboró las primeras noticias surgidas sobre los maltratos a niños.
En Sudán, hay unas treinta mil de estas escuelas, que brindan educación gratuita a los niños de todo el país. La mayoría de los estudiantes viven en esos centros, donde aprenden a leer, a escribir y a recitar los versos del Corán. Sin embargo, detrás de estas prácticas educativas se comenten atrocidades y violaciones de sus derechos.
La cámara oculta del periodista infiltrado muestra filas de seis o siete niños con grilletes en los pies, obligados a correr. Se caen, les azotan y vuelven a levantarse. Pero esto no es todo, además se cometen abusos sexuales.
Los tres años que Al Hamdani estuvo infiltrado en las escuelas islámicas han servido para sacar a la luz estas abominables prácticas y empoderar a las familias, que ahora se atreven a romper el silencio y pedir justicia.
Contenido disponible en España hasta el 21 de Abril de 2021.
Desafiando al poder y la influencia de los jeques, algunas familias rompen el silencio y exigen justicia por los encadenamientos y los brutales golpes que sus hijos han recibido en las Khalwas.
Fath Al-Rahman Al Hamdani, periodista de la BBC News en árabe y de Reporteros Árabes por el Periodismo de Investigación, se infiltró en más de veinte escuelas islámicas de Sudán y corroboró las primeras noticias surgidas sobre los maltratos a niños.
En Sudán, hay unas treinta mil de estas escuelas, que brindan educación gratuita a los niños de todo el país. La mayoría de los estudiantes viven en esos centros, donde aprenden a leer, a escribir y a recitar los versos del Corán. Sin embargo, detrás de estas prácticas educativas se comenten atrocidades y violaciones de sus derechos.
La cámara oculta del periodista infiltrado muestra filas de seis o siete niños con grilletes en los pies, obligados a correr. Se caen, les azotan y vuelven a levantarse. Pero esto no es todo, además se cometen abusos sexuales.
Los tres años que Al Hamdani estuvo infiltrado en las escuelas islámicas han servido para sacar a la luz estas abominables prácticas y empoderar a las familias, que ahora se atreven a romper el silencio y pedir justicia.
Contenido disponible en España hasta el 21 de Abril de 2021.