FUERA DE EMISIÓN
Serie ambientada en nuestros días en la que Julia Rojas, una joven de origen humilde y con una vida difícil, ha conseguido tras muchos esfuerzos licenciarse en Derecho y pretende ahora formar parte de un prestigioso bufete de abogados.
-¿Qué ocurre?
-Ángel.
Se ha despertado.
Diría que es Álvaro.
Pero seguro no estoy.
-Pero ante un tribunal, ¿qué dirás?
Darás su nombre. -¿Te has vuelto loca?
¿Cómo voy a dar su nombre si no estoy seguro?
Pensando en quién se la puede jugar,
puede ser alguien de dentro.
Del juzgado.
¿Y qué buscamos? -Gente.
Patrones de repetición de entradas y salidas.
Ya habéis tomado vuestra decisión. Solo hay que comunicarla.
¿Y eso cómo nos va a afectar a nosotros?
-¿Va a haber despidos?
Te estoy proponiendo que si quieres,
te incorpores como letrada en la nueva etapa de Z.
Z, Z, Z.
Zabálburu, Zabálburu, Zabálburu.
No suena mal tampoco.
Son muchos días sin saber los resultados.
Seguimos sin encontrarle. ¿Sabes tú algo?
No.
(Pasos)
Ángel.
Contesta, por favor.
Tranquila.
Tranquila.
No sé dónde está y no sé qué le ha pasado.
¿En casa de Ángel por qué?
¿Cómo que no está en el hospital?
¿Y por qué?
Hija, tranquila, que no pasa nada.
Alba.
¿Crees que la desaparición de tu padre
tiene que ver con el accidente de Ángel?
Ay, Dios mío.
Voy a llamar a los hospitales.
Vale.
Pero tú tranquila.
No pasa nada.
No, este no.
(Sintonía "Derecho a soñar")
Ojalá tengas razón.
A ver.
Disculpen el receso.
Era imprescindible debido a la aportación de nuevas pruebas
que afectan al desenlace de esta fase de instrucción.
La Fiscalía retira la causa
que pesaba sobre la acusada
y anula la posibilidad de indemnización
contra la presunta víctima.
-¿Cómo que presunta víctima? ¡Si me han atropellado!
-Los informes que ha presentado la defensa
demuestran que usted vive de las indemnizaciones
que consigue pactar después de provocar accidentes.
Podríamos decir que usted es un profesional
del asunto.
-¿Cómo no voy a recibir indemnización?
¡Aunque logre levantarme, me quedará cojo de por vida!
¡Que alguien me explique algo porque no entiendo nada!
¡Por favor!
-¿No le basta con la explicación que acabo de darle?
-Esta vez la cosa se le fue de las manos.
¿No calculó bien?
-Los partes médicos y las antiguas denuncias
que ha aportado la defensa son pruebas rotundas.
Estamos ante un tribunal penal.
Si no hay delito, no puedo hacer otra cosa
más que dar el caso por sobreseído.
Quiero transmitir a la acusada nuestras disculpas.
Tanto por parte de la Fiscalía
como por parte de este tribunal.
Señora Oliver, nunca es agradable
comparecer ante un tribunal y menos, si se es inocente.
Respecto a usted, Rubén Escribano,
le comunico que debo abrir diligencias contra usted
por dos delitos, el de estafa
y el de simulación de delito.
Doy por terminada la sesión.
Declaro la causa sobreseída.
Que no, yo me he sentado aquí,
pero sabes que el mérito es tuyo.
Perdóname, pero me están llamando. Es Alba, que me ha llamado.
Julia, tengo una sorpresa para ti.
Me ha ayudado Luis.
Si te lo dijera, dejaría de ser una sorpresa.
Vamos, es cerca de tu casa.
Hija, esto es muy importante.
Por favor, confía en mí. Aunque solo sea por esta vez.
¿Sí?
Vamos.
No, claro que no.
Así es mucho mejor.
Mira.
Ese es tu hermano Marcos.
-Mira, vamos.
Ven.
-Marcos, esta es Julia, tu hermana mayor.
Solo hay que tener un poco de paciencia.
¿Bien?
Qué va, está hundido. Nunca le había visto así.
No sé quién ha querido hacerle algo así.
Y quién lo ha planificado tan bien.
Gracias.
-¿Habéis visto a mi padre?
-No, esta mañana, no.
-Ha desaparecido.
-¿Cómo que ha desaparecido?
-Alba me ha llamado, no ha pasado la noche en casa y no dan con él.
Y no está en casa de mi madre.
Yo le acompañé ayer aquí, al trabajo.
Se pasó la noche trabajando y ya está.
Sí, Maricarmen ha llamado y no sabemos nada.
No sé dónde puede estar.
No aproveches la ausencia de mi padre para acusarle más.
La mejor explicación suele ser la más sencilla.
-¿Y cuál es la más sencilla, según tú?
-Ha tenido varios infartos.
Es probable que haya tenido otro.
Está siendo sometido a mucha presión.
-¿Podemos dejar de discutir
e intentar centrar nuestra energía en encontrarle?
Llamaré a un contacto en la policía, a ver si nos ayuda.
¿Eh? -Muy bien.
No tiene ni una pizca de maldad.
Pues mira, para serte sincera,
y a pesar de los momentos duros, que los ha habido,
pero no me arrepiento de ninguna decisión.
Gracias a ellas, está aquí Marcos.
Perdón.
Ni se me pasa por la cabeza
alegrarme por haberos dejado. Lo sabes.
De eso me voy a arrepentir toda la vida.
Pero lo que quería decir...
Te pido que tengas paciencia conmigo.
Me encantaría...
Me encantaría recuperar lo que he perdido con vosotros.
Sé que...
que va a ser difícil.
Y...
Sobre todo, para ti, que te has encargado de todo.
Si no quieres volver a verme, yo tendría que entenderlo.
No podría reprocharte nada.
Pero me haría muy feliz que pudiéramos conocernos,
compartiendo cosas, entendiéndonos.
Y, sobre todo,...
que ni Luis ni tú perdáis el contacto con Marcos.
Es vuestro hermano.
-¡Ah! ¡Aaaaah!
¡Mamá, mamá, mamá! -Tranquilo, Marcos.
Ya, ya estoy aquí.
Ya está, no ha sido nada.
Estoy aquí contigo. -Le he dado un poco fuerte.
-No, tranquilo.
No pasa nada, ¿verdad, Marcos? Ya está.
Ya está, no ha sido nada. Se agobia, a veces.
Está bien, solo necesita tiempo.
Me sabe fatal.
No quiero que esto te afecte a ti.
Pero estoy desesperada, igual pierdo el negocio.
Yo sé cómo es José.
Quizá podríamos darle una oportunidad.
No sabes cómo son los zumos, son espectaculares.
Superexóticos.
A veces, hay que confiar.
El bufete tiene cambios, pero eso no es malo.
Hay una tendencia en pensar que cambio es igual a catástrofe.
A veces, pasan por algo.
Bueno, pues no tengas miedo, vamos a confiar en las cosas.
Hay que confiar.
Madre mía, ¿y esa cara? Estamos finas hoy.
¿Has tenido un día torcido?
¿Qué tal con tu madre?
¿Y entonces, qué te pasa?
Bueno, y emocionada, ¿no?
Me alegro de que te hayas reconciliado con tu madre.
¿Y por qué no estás contenta?
Madre mía, os trae de cabeza.
Los cambios son por algo.
A ti te pasa algo más, que te conozco.
¿Y entonces, por qué es?
Tú eres brillante, tienes un talento de la leche.
No te tiene que cuestionar nadie.
No entiendo por qué te pones así.
Tanto drama. -¿Ah, no?
La boda es mañana.
Ya no puede salir nada peor.
-Hombre, por poder siempre pueden pasar cosas peores.
-El bufete se divide, los socios están enfrentados.
Hay amenazas de despidos, don Francisco ha desaparecido.
-Yo solo digo que siempre pueden pasar cosas peores.
Aunque no nos las imaginemos. -Daniel.
-¿Qué? A ver, solo hablando
de la boda, mañana puede caer una lluvia torrencial.
-Que dejes de decir tonterías.
-No va a llover mañana.
Va a llover. -Que no.
-Yo creo que igual tendrías que cancelar la boda.
-¡Que no!
-Solo por toda la gente que va a faltar.
-No va a faltar tanta gente.
-Don Francisco, Alma, Maricarmen.
¿Quieres que siga? -No.
-Es una señal.
¿Por qué todo está pasando el día más importante de mi vida?
Yo no me caso.
¡Va a salir todo mal! -Va a ir bien.
Respira. -¿Estáis de huelga?
-No, no, estamos hablando.
-Era una broma.
Tonta, pero una broma.
Está el ambiente muy extraño y lo siento.
Macarena, no sé qué te pasa.
Y ya lo siento.
Pero mañana, finalmente, no voy a poder ir a tu boda.
-(DANIEL RÍE)
-Con la desaparición de Francisco y el trabajo que me genera
la salida del bufete no tengo un minuto.
Lo siento.
Pero te he comprado un regalo de tu lista de bodas.
Y espero que seáis muy felices y que os lo paséis bien.
-Macarena, ¿estás bien?
-No, qué más da.
Voy a tachar a Carlota y a Reyes.
-Bueno, mujer, te quedan tus primos de Cuenca.
-Voy al baño a llorar a gusto.
-Te has pasado.
Te has pasado. -Te sobras, ¿eh?
-Os estabais partiendo por dentro.
No. -No.
-En fin.
¡Mm! Mira.
Se me despeja el estómago. -Ya, normal.
Venga.
¡Huy!
La pobre Macarena está un poco triste
porque no para de tachar a gente de su lista de invitados
porque no van a ir.
Con la ilusión que le hace.
Me dan igual las bodas. -Por eso, no te casas.
-¿Tú vas sola a la boda? Como Rodrigo no te acompaña...
-Pues espero no, espero no ir sola.
-¿Tienes un rollete?
-No, no.
(RÍEN)
¿Lo conozco? -No.
¿Quién es? -No es un rollete.
-¿No os habéis liado?
-¡No!
He quedado con mi coach.
-Hola.
Buenas, ¿qué tal?
Hola, Sebas.
¿Cómo estás? -Bien.
Sí, bueno... -Yo soy Olivia.
Tú eres el coach de Julia. -Sí.
-Y el de Sofía. ¿Y ahora, es tu coach?
-Bueno, ahora ya no.
-¿Y qué te pongo?
-Algo...no, no.
Bueno, sí, una tónica.
O...
Un café, mejor. -Sí.
Yo estoy tomando café.
Bueno, ahora te digo. -Hasta luego.
-Chao.
Bueno, ¿qué tal?
-Bien, muy bien, sí.
Bueno, un poco confuso. -¿Por qué?
-Porque no sé para qué me habías citado.
-Ah, ah.
-No sé si quedó claro...
-Superclaro.
No. -Vale.
-No, no.
Es una llamada más personal.
No es nada profesional. -Personal.
-Sí, no es nada personal de...
No...
-Tranqui, si fuera algo profesional, no pasaría nada.
-Como me dijiste...
-No, pero si tienes algún problema...
-Gracias, eres un crack.
No, es que no paro de darle vueltas
a una cosa
que comentaste en la última sesión.
No es que no pare de darle vueltas.
No estoy obsesionada con el tema.
Pero sin querer, me viene a la cabeza.
Como relámpagos.
No como relámpagos...
-Que comenté en la última sesión.
Comenté muchas cosas.
-Ya, pero...
El comentario.
-Ya, el comentario.
-¿Sabes?
El comentario de que te sientes atraído por mi persona.
-¡Ah, vale, sí, sí!
Es verdad que te lo dije.
No sabía si decírtelo.
Me gusta ser profesional. -Estuvo genial que me lo dijeras.
Quiero decir, si tú lo creíste.
-Sí, claro.
-Tú mejor que nadie...
-Bueno, ¿y?
-El caso es que mañana me invitan a una boda.
Sí.
Y no sé.
A ver, voy al grano.
Había pensado que a lo mejor te gustaría venir conmigo.
Como acompañante.
-¿A una boda?
-Sí.
-Me encantan las bodas.
¿En serio? -Me gustan mucho.
Solo que mañana...
Mañana es... -Mañana.
-Creo que tengo...
Sí, tengo un compromiso
bastante importante.
-No pasa nada.
-Un compromiso importante
que voy a tener que cancelar porque no me perdería
una oportunidad así
de ir a una boda. -Bien.
Y contigo. -¿Conmigo?
Bueno.
¿Este quién es?
-¿Eh?
-¿Quién es este?
-Tu sustituto.
-¿Sustituto de qué?
-Tu sustituto, del verbo sustituir.
Como no vas con Berta a la boda,
va con tu sustituto. -¡Ah!
-(RÍE)
-Ah.
¿De qué se conocen?
-Él era el coach de Julia, de Sofía.
¿El coach, un coach? -Sí.
-¿Qué hace con un coach?
-Coach, abogado, bombero, qué más da.
-No vas a comparar.
-¿El qué?
-Hola.
¿Qué tal, Rodri? -Muy bien.
-Qué bien.
-Tenía que hacer unas gestiones.
-Te presento a Sebas.
Buenas. -Él es Rodrigo.
-Sí, ya me habías hablado de él.
-Ah, pues a mí de...
Sebas. -De Sebas, no...
-¿Ah, no? Bueno...
¿Qué tal, bien? -Bien.
Vamos al bufete.
¿Me acompañas? -Sí, claro.
Te acompaño. -Bueno.
Chao.
Un placer. -Igualmente.
-Chao.
(RÍE)
¡Ay!
-¿Qué?
¿De qué te ríes?
-Nada.
-¿Nada, qué?
Que no estoy celoso.
Yo no estoy celoso.
Estoy estupendamente, tengo novia, tengo lo que quiero.
-Cómo somos los humanos.
Hasta que no perdemos a alguien, no lo valoramos.
-Celoso.
Podríamos traer a los niños a merendar aquí.
Mm.
Bueno, en Álex, te lo podías esperar.
¡Ay, qué penita me da! Va muy rápido.
(RÍE)
Que se parece a mí.
Lo siento, pero es así.
Sé que lo que hizo está mal.
Pero lo hizo para intentar conseguir que estemos juntos.
Si quieren que estemos juntos, algo habremos hecho bien.
Ya, ya, tranquila, si lo sé.
Ya sé que en todo lo demás, está otra persona.
¿Te va a acompañar mañana a la boda?
Yo lo sé todo.
Me lo ha dicho Olivia.
Ah, eso no lo sabía.
De ninguna manera.
Un Manzanas no puede permitir que una mujer como tú
vaya sola a una boda.
Lo sabes perfectamente.
(Puerta)
No, es que tengo que contarte una cosa
y creo que el despacho no es el mejor sitio.
Perdona por...
No sé si son buenas o malas.
Pero tienes que verlo.
¿Te acuerdas que estuve trabajando
para acceder al correo privado
del padre de Carlota...?
Pues resulta que un amigo me ha dejado un software
que descodifica la fuente...
Es un archivo de back up que estaba en el ordenador de tu padre.
Cuando me pediste extraer la información, no pude
porque estaba corrupto.
Con esta aplicación, he podido. Tienes que verlo.
No.
Gracias.
Nos vemos mañana.
(Móvil)
(Móvil)
(Móvil)
(Móvil)
Paco.
Paco.
¡Hombre! -¡Carlos?
-Tú le ayudaste a superar mis tonterías.
Fue ella sola. -No fue para tanto.
Ajá.
Bueno, ya he terminado. -Sí.
-El código deontológico ya da igual.
-Es que ya he terminado.
-¿Qué tal?
Como si se lo hubiera tragado la tierra.
-Me parece un detalle precioso que vengas
con lo preocupado que debes estar.
-Supongo que debo estar aquí.
-Si necesitas una mano, conozco a la gente adecuada.
-Es un terapeuta que se ve que hace amigas.
(RÍEN)
Como siempre, sin pareja.
-Qué pena damos.
-Ninguna de las partes enfrentadas nos ha dicho nada.
-¿A qué te refieres?
-Que no nos han dicho nada de trabajar con ellos.
¿No te ha dicho nada Carlota? -No.
¿A que es raro? Soy imprescindible.
-¿No te ha dicho nada?
A nosotras nos ha dicho que quería hablarnos de ello.
-¿Perdona? Es coña, ¿no?
-No.
Está muy contenta con nuestro trabajo en lo de su padre.
-¿De verdad que no ha hablado contigo?
Huy, a mí me da que se quiere deshacer de ti.
-Qué dices, eso es imposible.
No se entiende el uno sin el otro.
-Por si acaso, ve preparando el currículo.
-No le digas eso.
-¿De qué habláis?
-Del paro, del paro de este.
-¿Habéis visto a Alba y Maricarmen?
Creo que están liadas con lo de Francisco.
Y tampoco he visto ni a Jorge ni a Julia. Me parece muy raro.
¿Sabéis algo?
-Yo solo sé que me voy al paro.
-Bueno, pero estás muy guapo.
Ya. -¡Ya está aquí!
-¡Guapa!
-¡Viva la novia! -¡Guapa!
Gracias.
¿Crees que merece la pena esperarle?
Antes de decirle que te vas con Chus.
¿Y crees que vendrá? Has dicho que está enfadado.
Ya.
¿Te pongo otro chupito?
Bienvenidos.
Antes de proceder a leer el acta matrimonial,
me gustaría leer unas palabras a todos los aquí presentes.
Este es un momento feliz.
El momento en que dos personas comprenden
que ese sentimiento de estar hechos el uno para el otro
es real y ha de dar sus frutos.
A veces, dos personas sienten no solo la necesidad de estar juntas,
sino la necesidad de expresar su amor
en público delante de sus seres queridos.
Como decía.
El matrimonio es un compromiso asumido desde la libertad
y desde la alegría.
Sabiendo que encontraréis en vuestro camino aventuras
felices, pero también situaciones difíciles
que pondrán a prueba vuestro amor.
Es importante que en estos momentos difíciles...
Es importante que en estos momentos difíciles,
tal vez de desunión,
tal vez de incertidumbre,
recordéis que tenéis al alcance algunas armas.
Hablo de armas como el cariño,
el respeto, la tolerancia y, sobre todo, la confianza.
(Mensaje de móvil)
En virtud de los poderes que me confiere la legislación,
yo os declaro unidos en matrimonio.
Enhorabuena.
-¡Vivan los novios!
(TODOS) ¡Vivan!
Muy bonita ceremonia, la verdad.
Ha quedado muy bien. -¿Te ha gustado?
Muchas gracias, la he disfrutado.
-Estaba pensando que si tú ya has terminado
tu jornada de trabajo en los juzgados,
¿por qué no te pasas al otro lado
y me acompañas a la celebración?
Supongo que ahora no peco de intromisión.
-No, por supuesto que no.
Me encantaría.
Acepto encantada.
Además, me gustan mucho las bodas.
Huy.
Hija, que la tila no me hace nada.
Yo no sé qué más hacer.
He llamado a todo el mundo.
A los hospitales, a la policía.
Han pasado casi dos días. ¿Dónde está tu padre?
Tendríamos que estar en la boda, disfrutando.
Tu padre está desaparecido y tú vas a airearte.
¡Me parece increíble que te preocupes más por Ángel!
¿Y si se ha fugado?
¿Y si nos ha abandonado? ¡Ay!
No sé, estás últimas semanas estabas muy dura con él.
Y no me extrañaría que se haya sentido
desbordado y poco apoyado.
Cariño, lo siento, tienes razón. No quería decirte eso.
Estoy fuera de mí.
Tenemos que estar unidas.
(Timbre)
(LLORA)
¿Cómo estás, cariño?
¿Esta sangre es tuya?
No, no, no.
El bufete no desaparece.
El señor Leiva y yo vamos a montar nuestra propia firma.
Sí, eso es.
Debido a la confianza que me une a usted, me encantaría
pedirle que se venga con nosotros.
Sí. Sí, sí, por supuesto.
Seguiré siendo su abogada.
No, gracias a usted, señor.
Rier...
¿Cómo?
Ah, no, no, no, por supuesto, sí.
En cuanto nos traslademos,
le aviso para que vea las oficinas.
De acuerdo.
Muchas gracias. A usted.
Perdone, pero no atendemos visitas los sábados.
De hecho, no sé cómo ha podido entrar.
-He entrado porque busco a una persona.
-Tendrá que volver el lunes.
¿A quién estaba buscando?
-Carlota Duarte.
¿Es posible que la conozca?
-Eh...
¿Quería hablar con ella, tenía alguna cita concertada?
-Ya le explicaré a ella el motivo de mi visita.
-Es que ahora, Carlota no está.
Pero si quiere, le puedo dar un recado.
¿Usted es? -Efrén, Efrén Torres.
-Bien.
Pues...
Tomo nota. -Ajá.
-Si no le importa, le acompaño a la salida.
-No tengo la menor intención de irme.
He venido a hablar con Carlota
y no me iré hasta que hable con ella.
-Pues si no se va,
no me va a quedar otro remedio que llamar a la policía.
-Tú no vas a hacer eso,...
Carlota.
¿Su defendido se ha recuperado de la indisposición
o debemos aplazar el juicio para mañana?
Bien.
Su turno, letrado.