Jueves a las 22:10 horas
Aviso para navegantes:
no crean los rumores y los bulos fácilmente.
"Con este vehículo portador de cohetes
y toda esta maravillosa traca de fuegos artificiales
se inicia ya el gran desfile
de la cabalgata de Reyes 1984.
Con cariño, con ilusión a los magos de oriente,
esos niños con globos,
esos ojos llenos de ilusión".
-¡Aquí, aquí!
-¡Que vienen los Reyes!
-Gaspar me ha dicho que éste es un caramelo especial para ti.
¿No piensas abrirlo?
¡Vaya! Los Reyes se han adelantado.
-Pero es demasiado. No... No puedo aceptarlo.
-¿Cómo que no? Es muy fácil.
¿Lo ves?
Y ahora tengo que hacerte la pregunta:
¿Quieres casarte conmigo?
-¿Me lo preguntas aquí? -¿Dónde mejor?
Sería mi regalo de Reyes.
Te lo preguntaré de otra manera:
¿Crees que en algún momento de tu vida querrás casarte conmigo?
-¡Arriba! ¡Ya han llegado los Reyes!
-¿Qué? ¿Qué pasa? ¿Qué pasa? -¡Miguel, que nos ha tocado!
¡Que nos ha tocado! -¿El qué?
-¡El Niño! -¿Qué niño?
-¡El Niño ha tocado! -¿Qué niño?
¡Ha llamado mi primo el de Móstoles!
¿Te acuerdas los décimos que nos regaló por Año Nuevo?
¡Han tocado! -¡No me jodas! ¡Pero bueno!
¿No había tocado en Ciudad Real? -¡El tercero, Miguel! ¡Un millón!
¡Un millón para cada uno!
¡Ay, un millón! ¡Ay, un millón!
Un millón... -Miguel, dime una cosa.
-¿Qué? -¿A que te sientes menos comunista?
-¡Vete a la mierda! ¡Un millón! -Eso sí, ¿eh?
-¡Ay Dios mío! Que me va a dar un... -Ni una palabra a nadie.
-¿Por qué? -¿Tú qué quieres,
tener una cola de pedigüeños de aquí a Lima?
Y no te digo nada si se entera tu exmujer.
-Es verdad. -¿Cuánto vas a tardar
en quedarte sin un céntimo? -Es verdad.
Ah... ¡Un millón, un millón!
-¿Dónde están los décimos, Miguel? -Los tienes tú.
-No, no, no, te los quedaste tú.
Acuérdate, me dijiste que no te fiabas de mí,
porque estaba muy perjudicado. -¡Qué dices! Ramón, vamos a ver.
Tú te quedaste los décimos precisamente
para demostrarme que no estabas nada perjudicado.
-Miguel, Miguel, no me vaciles con esto, por favor.
-Que no te estoy vacilando.
-¡Los décimos te los quedaste tú! -¡Que no, coño, Ramón!
Si insististe en que ni siquiera nos quedáramos
cada uno con el nuestro
para que viera que no estabas nada perjudicado, coño.
-Ay, haz memoria. -Me acuerdo perfectamente.
Bueno... Eso creo.
-¿Eso crees?
¡La madre que te parió!
¿Qué ropa llevabas puesta?
-¡Camisa! -Camisa. ¡Venga!
¿Seguro que era esa?
-¡No me acuerdo! -Pero ¿cómo que no te acuerdas?
¡Miguel, por favor! ¿Cómo que no te acuerdas, Miguel?
¡Haz memoria, Miguel, por favor! ¡Me cago en la leche!
¡Mamá, papá! ¡Los Reyes! ¡Los Reyes!
¡Abuela, abuela, abuela! ¡Los Reyes! ¡Han venido los Reyes!
¿Desde cuándo te echas crema en la cara?
¿Es porque tienes novio?
Sí, que es porque tienes novio.
Vale.
-(CARRASPEA) -¿Qué?
-(CARRASPEA)
¡Tachán!
¡Cógelo!
-Mira que eres tonto,¿eh?
No te tenías que haber molestado. -Ah, si yo no fui.
Han sido los Reyes Magos, que han dejado esto para ti.
Es una tontería.
¿Te gustan?
Las zocas de mi madre, las heredó de su madre, mi abuela.
Las ha llevado toda la vida, hasta que se murió.
No te preocupes, que están lijadas.
-Pues muchas gracias.
-(TELEVISIÓN) "Porque, en definitiva, nuestros ejércitos del futuro
se equilibrarán en sus efectivos, en sus medios,
en su dedicación y entrega a sus misiones,
en su formación constante,
y esto sólo se alcanza con..."
-Y éste para todos.
Sí.
No, tonto. Son para ver la película en relieve
que van a poner hoy en la tele.
En relieve, como si las cosas salieran de la pantalla.
¡"Thriller" de Michael Jackson!
No me habéis traído el monopatín.
¡Pues no lo quiero!
Pues no, no lo quiero.
¡Que no lo quiero!
Vale, muchas gracias. Toma.
Quédate con la vuelta.
(TELEVISIÓN) "-Hay que consultarlo y veremos qué hacemos."
"-¿Ustedes trabajan, tienen negocios? ¿A qué se dedican?"
-¿Y ése quién es?
(TELEVISIÓN) "-Le viene bien." "-Fenomenal."
"-¿Usted también estaba en el paro?"
-No sé. "-Un regalo, vamos."
"-Una caída del cielo, pero vamos..."
"-En el paro." "-¿También usted?"
-¿No ha tocado nada en el barrio, no?
-Por lo menos le ha tocado a mucha gente que lo necesita.
-Espero que le guste, Padre. -Gracias, Paquita.
¿Qué? ¿Te han traído muchas cosas los Reyes?
Paquita, hija, ¿qué te pasa? -Nada.
-¿Seguro? Mira que a mí me lo puedes contar.
-Padre,
¿usted cree que yo soy mala madre?
-¿Por qué dices eso?
-Pues porque mis hijas no están aquí, tendrían que estar aquí.
-Mujer, están con su abuelo...
-Con su abuelo, pero es que tendrían que estar con su madre,
que hoy es el día de Reyes, padre.
Yo estoy viendo pasar a los niños ahí contentos con sus juguetes nuevos.
-Bueno, ¿y por qué no están aquí?
-Ya sabe usted que estos días de Navidad
son de mucho trabajo para mí y para Miguel,
y es que Miguel no me está ayudando nada.
Y aprovechando que mi padre vino a pasar la Nochebuena,
le dije que se llevara a las niñas allí,
porque a ellas les gusta mucho aquello
y aquí iban a estar aburridas,
que estoy aquí todo el día cocinando...
-Bueno, bueno, a mí me parece bastante sensato...
-Pues no. Si yo fuera una madre como Dios manda,
hubiera pensado antes en mis hijas que en el negocio,
¿no le parece?
Claro, como usted no tiene hijos, no lo entiende,
si no, lo entendería. -Hija...
-Es que dice cada cosa, Padre, dice unas cosas...
-Tranquilízate. -Perdone...
-Paquita, Paquita... -¿Todo bien?
-Hola, Clara. Sí. -Sí.
-Nada, cosas nuestras.
-¿Puedes repartir esto? -¿Qué es esto?
Ah, ¿cuándo empezáis? -Pues ya, muy pronto.
Ya tenemos cableado casi todo el barrio.
-¿Y qué programas vais a poner?
-Pues de todo, Padre, sobre todo películas.
Por cinco mil pesetas al mes, cine gratis para toda la familia.
-¿Qué clase de películas? -Pues películas, Padre.
Las que tenemos en el videoclub.
No se preocupe, que va a ser muy decente, muy familiar.
-Anda, pues es cierto que vais a poner pelis picantes por la noche.
-Ay, no, no, me he equivocado, pelis de las de antes.
-Padre, que no es obligatorio verlas.
Además, está demostrado que une muchísimo a los matrimonios.
-¿Qué estás diciendo? -Se lo digo yo, Padre, se lo digo yo.
-Me voy antes de que discutamos, que tengo que dar misa.
Pero que conste, que tú y yo tenemos que hablar.
-Vaya metedura de pata.
-Muy bien. Venga, pedalea un poquito.
-Venga, que os tenéis que ir.
-Sí, venga, que la tía tiene razón.
Dale un besito a la tía para despedirte y otro al primo.
-Déjame la bici. -Dame un beso, sobri,
que no te veré en mucho tiempo. -¿No se la dejas?
-Oye, no os peleéis más.
-Pobrecillo, está desubicado con tanto cambio.
-Va, va, va, venga. -Sí, venga.
-Hala.
-Pónselo tú. -Déjame la bici.
-¿Dígame?
Sí, le estoy poniendo ya el abrigo, que salimos ya.
¿Dónde? -Que no, que es mío.
-Estáis siempre igual.
-¿Pero y cuánto tiempo te vas a quedar ahí?
No, no, no, ningún problema, vamos,
si está jugando ahora mismo con su primo.
Sí, sí, si aquí está feliz.
Pues nada, ya me vas diciendo. Adiós.
-¿Qué pasa?
Que Juana se tiene que ir a trabajar a París.
Se queda más tiempo.
-Bueno, pues nada, no te preocupes, vamos viendo.
-Chiquitín, oye, acaba de llamar mamá
y me ha dicho que tiene que trabajar mucho
y, que si te portas bien y te quedas aquí con nosotros,
los Reyes Magos te van a traer muchas cosas en casa de los abuelos.
-Pues no parece muy contento...
-¿Por qué se tiene que quedar? -Oriol...
-Si tiene razón, le ha hecho la vida imposible desde que llegó.
-Yo no quiero que se quede. -Pues se queda. Ya está, Oriol.
-Joder, coño.
-Pero ¿qué haces?
-Igual los pusiste detrás de la gallina para tener suerte.
-Eso no es una gallina, es un águila imperial.
-A ver, ¿has mirado bien en la cocina?
-Sí, no hay nada.
-No nos pongamos nerviosos. Reconstruyamos los hechos.
-Yo no me acuerdo de nada, Miguel,
¿cuántas botellas cayeron en Año Nuevo?
-Yo qué sé cuántas botellas cayeron...
No me acuerdo... Tu primo, ¿has llamado a tu primo?
¿Se acuerda él?
-No se acordaba dónde estaba al día siguiente.
-¡Cago en la leche! ¿Cómo es posible? ¡Joder!
Perder un décimo...
-Piensa...
-¡El Bistrot, Ramón! -¿El Bistrot?
-El Bistrot.
¡Coño, pero cómo no se me ha ocurrido antes!
Pero si me paso el día entero subiendo y bajando papeles,
se me habrá traspapelado en los papeles.
-Estás tardando, venga. -Venga.
-Que no se entere Paquita, ¿eh?
-Gracias, que paséis buen día. -Hasta luego.
-Hola, Paquita. Hola, Pepe. -Hola, Miguel.
Pues ya era hora.
¿Qué estás buscando? -Nada, nada, nada, una cosa.
-¿Qué cosa? -Nada, Paquita,
pues un papel que he extraviado. Nada, nada, una cosa sin importancia.
-¿Y por qué lo estás buscando así? -Bueno, pues porque...
-Si me dice qué es, igual puedo ayudarle.
-Que no, Pepe, que no hace falta.
Pero si estar, tiene que estar por aquí.
-Pues nada, ya cuando te canses, me avisas.
-Pues no aparece, en fin.
Las cosas cuando se extravían, se extravían.
-Oye, ¿dónde vas? -A una cosa.
-Miguel, no, no, no... Oye.
¿Se te ha olvidado que damos una comida hoy?
-¿Una comida? -Sí, la comida de Reyes.
Tenemos ya un montón de reservas.
-Ya. -Te habías olvidado ya, ¿no, Miguel?
Claro, como el negocio te da igual.
Pues es el futuro de tus hijas, Miguel, el futuro de tus hijas.
No me quieres escuchar, pero te lo digo muchas veces.
Esto está creciendo mucho, este barrio está creciendo.
Has visto las casas nuevas y los estudios que han hecho
y los chalets esos donde la carretera.
Que en nada nos ponen aquí el metro.
Hay que aprovechar esta oportunidad, que, si no,
va a venir otro a aprovecharla, ¿y qué hacemos?
-Paquita, por Dios, ¡no me agobies más!
¡No me agobies!
-Que le agobio dice. ¿Te lo puedes creer, le agobio?
Lo que pasa es que no tiene ambición, no le importa nada.
-Ya, pero es tan buena persona.
(ALTAVOZ)"-Doctor Patiño, acuda a Radiología, por favor."
-Muy bien, muy bien, muy bien, vamos.
Muy bien, camina.
Bien, muy bien.
Muy bien, vamos.
Un pasito más. Hoy hemos avanzado más que ayer
y mañana avanzaremos un poquito más, verás.
Muy bien.
Muy bien, vamos, muy bien.
Un poquito más, ya casi estamos en el final.
Muy bien, muy bien.
Aquí están tus amigos. Han venido a buscarte, ¿verdad?
-¿Vosotros quién sois?
Que es broma, tontos, que no estoy tan mal.
-Dame.
No estoy enfadada, abuela.
Si es que no es eso.
Es que... No sé.
Que ya no es como antes.
Pues como cuando era más pequeña
y quería quedarme despierta a ver si veía a los Reyes.
Cuando me despertaba y los juguetes ya estaban allí
y la ventana del salón estaba abierta y...
Cuando estés en la calle, vienes a visitarnos a San Genaro TV
y a colaborar, que emitimos dentro de nada.
-No sé. Debería ponerme a estudiar, a ver si me saco algunas pendientes.
Pero me cuesta mucho concentrarme, es como que tengo huecos de memoria.
El médico dice que a lo mejor no recuerdo nada de ese momento.
-Pues casi mejor.
-Oye, ¿sabes que ayer me llamó Nuka?
Estuvo muy maja. Me preguntó por ti,
que no había conseguido localizarte.
Te había escrito pero no le habías contestado.
¿Has vuelto a saber algo de David y de...?
¿Cómo se llamaba ella?
Macho, yo que tú, habría cogido la pasta.
Ya que te la han jugado, por lo menos que te paguen.
-No. Hiciste bien. Al menos has demostrado
que tu dignidad no está en venta.
Si hubieras cogido el dinero, no serías tú.
(ALTAVOZ) "-...acuda a Traumatología, por favor."
-Por cierto, que tenemos aquí tus regalos de Reyes.
-Este es el mío.
A ver si te gusta.
-Ay...
-Es Javier Krahe. ¿Te gusta, no? Para oír en el walkman.
-Me encanta, gracias.
-Dame.
-Muchas gracias.
-Qué vergüenza.
-¿Qué pasa?
-Los de Alcalá 20, que ya están fuera.
Vaya panda de cabrones.
-Carlos, dámelo.
Dámelo.
-¿Estás bien?
Estoy muy mal, Carlos... Estoy muy mal.
-Busca a fondo, Ramón, que estás buscando por encima.
-Que en el taxi no está. -Se mete por cualquier rendija.
-Yo sé que en el taxi no está. -¡Busca bien y deja de discutir!
-Que no está. Estoy seguro de que en el taxi no está.
-¡Coño! ¿Y esto?
-Ahí va, llevo tres años buscándolas.
Si son de la celebración del último campeonato de Liga.
-¿Pero son tuyas? -Vete a la mierda.
-Perdone, ¿me puede decir si se puede encontrar
un sitio abierto hoy en el barrio? -Hoy está todo cerrado.
-Ya. -¿Qué necesita?
-Pues casi de todo, que me acabo de mudar.
Imprescindible, papel higiénico.
-Espere, que me parece que en el taller tengo.
-Se lo agradezco en el alma. -Hola.
-Hola, buenas.
-Tenga usted. -Dígame que le debo.
-Ande, por favor. -Gracias. Hasta luego.
-Venga, sigue buscando, no vuelvo a jugar contigo a la lotería.
-No, el que no vuelve a jugar soy yo. Joder.
Que no están aquí, Miguel.
-Cómo se me ocurre jugar contigo a la lotería.
Me pierdes no un décimo, los dos.
-Que sí, que sí abuela, que se queda. Vamos los cuatro a comer.
Venga, hasta ahora, un beso.
Oye, cámbiame esa cara. El abuelo se ha puesto muy contento.
-Venga va. -Vamos.
-Vámonos, que llevamos una mañana que...
-Pasamos por los columpios, ¿verdad? -A los columpios.
-¡Tonto el último!
-Oye, id con cuidadito, que os vais a matar.
Esperarnos en el portal.
-Trae, cierro.
-¿Y este anillo?
-José Ignacio. -Parece bueno, ¿no?
-Sí, sí, es una joya de familia.
Me ha pedido que me case con él.
-¿Y tú qué piensas?
-Que soy una mujer soltera, con un hijo, sin trabajo,
con un futuro incierto y me quiere.
-¿Ya, y tú le quieres a él?
-Pues es difícil no quererle, la verdad.
El juego de química.
Ahora juegan todos los niños con los He-man.
-¿Esos dos botellines que tenía pedidos?
-Aquí los tienes. -Hola.
-Vale.
-Paquita,
¿es posible que me haya dejado en tu casa algo
el día que fui a cuidar a las niñas?
-Pues sí. Todos los cacharros sucios.
¿Me vienes a ayudar ya con la comida? -No, no puedo.
Voy a comer a casa de mi hermano, me ha invitado.
Hacen una comida de Reyes, la familia.
-Ah, la familia, ¿y yo qué?
-Bueno, tú te empeñaste en dar el menú especial del Bistrot
el día de Reyes. -O sea, que me dejas colgada.
-No, que estoy yo para ayudarte. -¿Por qué le defiendes siempre?
-Hombre, le defiendo. Don Miguel es don Miguel.
-Bueno, la que faltaba. -Hola, rey moro.
-Hola, mi vida. -¿Dónde estabas?
Llevo todo el día buscándote para darte el regalo.
-Ay, pues no sabes cuánto lo siento, pero el mío...
-No te preocupes. -¿Y qué es?
¿Eh?
¡Joder!
¡Joder!
¡Guau!
-Es una máquina de esas modernas que las fotos se revelan solas.
No hay que llevarlas, y así podemos hacer las fotos que queramos.
-Ah, ¿que ahora queréis haceros fotos jugando con el secador?
-¿A qué hora es la comida de tu hermano?
Oye, ¿te parece que llevemos algo para picar?
-¿No me habías dicho que era una comida familiar?
Vamos a ver, los tíos son familia tuya y familia mía,
pero ¿de esta? -Paquita, te lo ruego, no empieces.
-No, bueno, venga, si tiene razón. Id los dos.
-Yo no necesito que me hagas favores a mí, ¿eh, Nieves? Ninguno.
-Si yo me voy, ¿quién atiende esto? -Bueno, ya está bien, por favor, ¿eh?
Ya está bien. Nieves y yo nos quedamos,
y os vais a comer con mi hermano Pepe y tú.
-¿Yo? ¿Y yo qué pinto allí?
-Mira, poco más o menos lo mismo que esta.
-Tú ni comes ni dejas comer, ¿verdad, bonita?
-¿Y si van ustedes dos y yo me quedo con don Miguel aquí?
-Pero ¿qué dices? -No desbarréis, por favor.
Ya está bien. No voy.
No va nadie, ya está bien. Se acabó.
-Pues no, Miguel, tú tienes que ir. Aunque sea con esta.
-Muchas gracias. Se me han quitado las ganas.
Pero bueno, por favor, ¿queréis dejar de discutir de una vez?
Me quedo yo.
Yo doy el servicio. -¿Y yo dónde como?
-Aquí, vida mía. ¿Dónde vas a comer? Conmigo.
Yo te invito.
-Ya, ¿y qué dejas, a tu cuñada con el plato puesto, no?
-Joder, de verdad, pero coño, ¡si como porque como
y si no como porque no como!
Mercedes, tengo las pastillas que te dije.
Son mano de santo, de verdad.
¿Te doy unas poquitas y las pruebas?
Toma.
¿Qué van a enviciar? Yo las tomo con control,
que me las manda el psicólogo.
Que por cierto, podrías hacerle una visita.
A mí me está ayudando mucho a superar lo de Desi.
Mercedes, yo voy, me harto de llorar
y cuando salgo parece que me he comido un pavo.
Me tomo la de la noche, todas las noches,
y luego, durante el día, cuando veo que tengo aquí como...
Como el pie de gigante, aquí que...
Me tomo otra.
Mírame a mí, que estoy divina.
Antonio. Antonio, hombre, que está cerrado.
Pues es que hoy no trabaja.
Claro.
Aquí, en el segundo A, pero ahora no está, ¿eh?
Vete ahí a la bodeguita a ver si está bebiendo,
porque ése se pasa todo el día allí, dándole a la cerveza, oye.
Amancio. Como el del Real Madrid.
Si es para reclamar, hasta mañana no abro.
¿Sabe hasta que hora estuve ayer?
Estoy de niños y de juguetes hasta las pelotas.
En estos momentos para mí el único rey mago de verdad
es el Rey Herodes.
Que no sea pesado, hombre... Que no.
-Hombre, Amancio, pero ¿qué te cuesta?
No seas así. -Es que es mi día de descanso...
Amancio, vámonos. -Me tengo que ir.
-Mira, Amancio, oye, tú sólo piensa en la sonrisa de ese niño, ¿eh?
-No me toques los cojones, Eladio.
(CANTA) "-No pienses que estoy muy triste
si no me ves sonreír,
es simplemente despiste..."
-Pues a ver ahora qué hago, el niño tendrá que ir al colegio.
-No creo que haya mucho problema.
Llamo mañana la directora y seguro que les deja.
-¿Sí, tú crees? -Seguro.
-Pues hija, menos mal... ¿Has oído lo que dice tu tía?
Que vas a ir con tu primo al cole. -¡Qué ilusión!
Toni.
-(CANTA) Maneras de vivir.
-¿Les conoces?
-No, no los conozco.
A este sí que lo conozco.
-¿El policía que entró en casa a amenazarme?
-Sí.
-¡Tranquila! No le voy a hacer nada.
Somos casi de la familia.
-Quédate con los niños. -Toni, no.
-Inés, no puedo ir a casa de papá y mamá.
-Debo mirar esto bien. -Ni de coña, te vienes.
-Ya ¿y qué hago con esto? -Ya lo guardo yo.
-Vamos. -Vámonos.
Perdonen, ¿son ustedes del barrio?
¿Saben de algún sitio por aquí donde se coma bien?
para la paella, preciosidad, y para más cosas.
Ah, pues muy amable, muchísimas gracias.
Ya sé lo que me pasa, que a mí esto se me queda pequeño, Pepe.
-¿El qué? -¿Cómo que el qué?
Pues el Bistrot, ¿de qué estoy hablando?
Pero vamos, también el barrio
y mi vida y tú.
Que soy muy joven, Pepe,
mucho, tengo mucha guerra que dar. -Pues claro que sí.
Tengo ganas de hacer muchas cosas,
pero claro, pienso en mis hijas y me da mala conciencia
porque siento que tendría que atenderlas más
y pensar menos en el trabajo, pero si no trabajo,
¿cómo les pago las cosas?
Es muy duro ser mujer. -Sí, sí, es muy duro.
-Y perdona que te diga, pero los hombres no ayudáis nada.
-Eso es cierto, los hombres no ayudamos.
-¡Deja de darme la razón como a los tontos!
-Sí. No, hombre, no, mujer, lo que quiero es verte feliz.
-Por favor, ¿el dueño?
-Dueña. -Ay, perdona.
Verás, es que quería encargar una comida para hoy.
-Ah, muy bien, porque tenemos un menú de Reyes...
-Tome. -Mire.
-Estupendo. Pues seríamos un grupo. Unas cuatro o cinco personas.
-Ningún problema. -Gracias.
Ah, y otra cosa más.
Necesitamos un poco de discreción.
-Discreción.
Pues depende. Cada uno es cada uno.
Los niños son muy cabroncetes.
Se lo digo yo, que sé de lo que hablo.
Pero bueno, vamos a ver, ¿usted no lo conoce?
¿No es su nieto?
Eso es lo primero que se acabó. Es que este año están de moda.
Que creo que va a tener usted suerte.
Mire, es que un señor me encargó uno, pero no vino a por él.
Oiga, que fue usted el que se empeñó en abrir.
¡Menos mal! ¡Menos mal! Creí que estaba cerrado.
-Estaba cerrado, vino este señor y nos ha pillado por los pelos.
-Hola, buenas. -Pues tiene que darle el He-Man.
Este señor es el que lo tenía reservado.
-Vine la semana pasada a alquilar un piso aquí
y ya, de paso, reservé el He-Man.
Ya, pero vengo ahora.
¿Qué dice de Sevilla y de la moto? Vamos a ver, le voy a explicar.
Es el primer día de Reyes que paso después del divorcio con mi hijo
y no voy a ir a casa sin el He-Man, ¿lo entiende?
Ya.
¡Ni se le ocurra! ¡Ni se le ocurra! ¡Traiga!
¿Te dije que venía a por el He-man o no?
-Pero la semana pasada. -¡No he podido venir antes!
No, ni de coña, que no me fastidio ni de coña.
A ver, ¿no son ustedes mayorcitos? ¿No se van a arreglar?
-No, pero ¿qué voy a arreglar ni qué arreglar?
Que es mío, el He-Man es mío.
Le estoy muy agradecido, profundamente agradecido,
pero deme el He-Man.
¡Juéguenselo! -¿Cómo?
Pues les voy a pedir que abandonen el establecimiento
y que me devuelvan la mercancía.
Vamos.
-De acuerdo.
Lo mío son los números.
-¿Listos, no? Empieza usted. -Sí.
Le estoy viendo que va a impares.
Salgo yo.
Cuatro.
-Cuatro.
Oiga. Oiga... Esto no va quedar así, ¿eh?
Le aseguro que no va quedar así. No, no, ni "jajaja", ni nada, hombre.
-¿Y un Madelman no le interesa? -¿Un Madelman? ¡Me cago en...!
-Qué buena pinta.
¿Y qué llevan?
¿Sesos?
Qué asco.
Abuela, que los sesos son cerebro.
Que son un asco.
¡Abuela! ¿Qué haces?
¡Abuela, es que no tienes ni idea! ¡No tienes ni idea!
¡No quiero llevar gafas!
-Vais pisando huevos, ¿eh? -Venga.
-Menos mal que vienen los Reyes. -Sí.
Como se enteren de que lleváis todo el día sin hablar...
-Hola. -¿Eh, Santi? ¿Me oyes?
-No te van a traer nada. -Hola, tío.
-Hola. ¿Qué tal?
-Toda la familia casi al completo. -Mira.
-Hola, chaval.
¿Qué le pasa al niño? ¿No me dices nada?
-¡Dame un beso ahora mismo! -Dale un beso.
-¿Será posible? -Nada, que está cruzado.
-Pues vaya, lo que faltaba.
¿Qué tal está vuestra madre?
-Bueno, yo la veo bien, pero con ella nunca se sabe.
-Lo que le pasó en Sagrillas con Mauro
-no debió de ser muy agradable. -No.
Toni sabe más, pero no suelta prenda.
-No suelto prenda porque mamá me dijo que prefería no hablar de eso.
-Pero Mauro sigue en la cárcel. -Claro que sí.
-Bueno. -¿Subimos?
-Qué remedio, los Reyes Magos, habrá que subir.
A ver, buena pieza, ven aquí. Y tú, igual, ¡hala!
-A ver qué os han traído los Reyes. -¡Carbón!
-Llevas el sobre, ¿no? -Claro que lo llevo, Toni,
pero te olvidas ahora un rato, ¿eh? Tengamos la fiesta en paz.
(TELEVISIÓN) "-¿Cree que los juguetes de los niños
estimulan tanto al juego como los que tuvo usted?"
"-Mucho menos. Qué va."
Paso.
(TELEVISIÓN) "-Un buen día lo dejan. No juegan como nosotros antes."
Hola.
Todos para dentro. Sí.
Nos hemos encontrado en el portal. -Mirad a quién traigo.
-Hola.
Nieves no quería venir, que como íbamos a estar todos.
no quería entrometerse. No sé, cosas de Nieves.
¿Un asunto familiar? ¿Qué asunto familiar?
Va y te mete la pata, yo qué sé.
Un papel, un papel.
Que quería ver a su madre, pobrecillo.
A ver.
Está un poco complicado.
¡Bueno!
¡Hala!
No.
Que sí le va a gustar, hombre.
Abuela, en el árbol hay un regalo para ti.
-Mira. -¡Anda!
¡Mira lo que le han traído los Reyes a la abuela!
Espere, Herminia, que ya la ayudo yo con los canelones.
-¿Para quién son las flores?
-Ay, para alguien importante. No lo puedo decir.
-Hija, cuánto misterio.
-Pues a ver si ese tan importante te deja plantada.
-Qué va. Lo que pasa es que los artistas son impuntuales.
-Depende, ¿eh? Que yo nunca he llegado tarde a un bolo.
-Ah, entonces, ¿es un artista? -¿Quién ha dicho eso?
-Lo ha dicho él. -Yo lo dije en sentido metafórico.
-¿Y tú qué sabes de los artistas? -Yo fui artista.
-Ah, ¿sí? -Sí. Tocaba la batería
en la banda de mi pueblo. -¿Y cómo se llamaba?
-"Airiños de Morriña".
-Ya lo veis, un repertorio de lo más divertido.
-Por cierto, Paquita, ¡esto está de muerte!
-Gracias, Ramón. -¡Aplauso!
-Bravo. -No, hombre, no.
No, hombre, no, no montéis este jaleo que va a venir gente importante.
Nada, Herminia, un sobrecito con unos papeles dentro,
que creo que los he extraviado, por si me lo había dejado aquí.
A ver.
Pero qué aroma, qué barbaridad.
Herminia, usted siempre ha tenido una mano para la cocina...
Bueno, ha tenido y tiene, que la que tuvo retuvo.
Tengo que reconocer que a veces echo de menos su cocina.
y otras cosas que no le voy a contar yo a usted porque...
Que no, que no, que no siga usted por ahí.
Que es imposible, que Paquita y yo tenemos incompatibilidad.
No sé. ¿Qué quiere que le diga, Herminia?
Soy un tío muy raro,
de los que está mejor mal acompañado que solo. No le digo más.
¡Toni! -Joder.
-¡Venga, va! -Que voy, voy, joder.
No sabes lo que tengo aquí. -Me da igual, Toni, venga.
Mamá, que te veo, que esto no tiene nada que ver con Mauro.
¡Atención, arrodillaos,
que vengo con el Santísimo Sacramento! A ver.
¡Me quemo! -Yo no quiero.
Venga.
A ver, muy bien.
Era de su madre.
-¿Te gusta, mamá?
¿Qué quieres decir?
¿Por qué?
Si es solo un regalo de Reyes.
Tú no te crees que lo mío con José Ignacio vaya en serio.
Y está muy guapa. -Gracias, tío.
Nada, no ando en nada. Trabajando, normal.
No, bueno, pues se sabe que es una cosa muy importante
y que puede haber gente implicada de arriba.
-Pero vamos a ver, ¿cómo que de arriba?
¿De arriba quiere decir del Gobierno? -O casi.
-Por favor, Toni, pero eso es imposible.
-No es tan imposible, tío, no lo es.
-¿Cómo no va a ser imposible?
Esos son cuatro ultras indocumentados
o tres sargentos de cuchara del ejército de antes.
Es un poquito más complicado que todo eso, papá.
No, papá, pero es mi trabajo. Es normal que sepa más que vosotros.
Y un sobrino y una hermana que viven contigo.
No ha pasado nada.
Le dais muchas vueltas, vamos a comer.
¿Por qué no es el momento? ¿Qué vais a contar? Bueno, ¿qué?
Están muy ricos, abuela.
-Santi, no estás comiendo nada, venga, hombre.
Venga.
Oriol no para de hacer guarrerías. -¿Yo?
-Pero ¿por qué no te quieres comer los canelones de tu abuela?
-Es que tienen sesos.
¡Qué asco!
Ay... Bueno, lo... Madre mía.
No se me lleve los canelones, que yo iba a repetir.
Se ha enfadado la abuela al final, menudos guarros.
Herminia, que aquí esta señorita quiere decirle a usted una cosa.
-Perdón, abuela
Un momento, ¿qué ha dicho?
¡A la basura!
Herminia...
¡A la basura, a la basura!
Claro, ¿cómo no se me podía ocurrir? -¿Me lo dejas?
-Basura. Que me tengo que ir.
Que me tengo que ir. Lo siento, me tengo que ir. Adiós.
Que no vienen, Paquita. Que ya no va a venir.
-¿Se puede saber quién es ese cliente tan misterioso?
-Claro, claro. Venga, dilo.
A ver, ¿quién es?
Tú te callas, tú te callas. Venga, dilo.
-Que no me dejan. -(TODOS) ¡Que lo diga, que lo diga!
-Bueno, pues lo voy a decir. -Venga.
-Miguel Bosé. -¿Qué?
-Toma, Miguel Bosé. -¿Bosé?
-Ha venido su representante y ha dicho que venían a comer.
-No te creo. ¿Miguel Bosé?
Han abierto unos estudios ahí, no sé, venía a verlos...
-Tan guapete que es... -Semejante bombón aquí.
-¿Pero este no era un poquito...?
-Nieves, por favor, tú no reconoces a la elegancia caminando.
-A mí me gustaba más el padre. Ese sí que era un macho.
Ese se las pasaba a todas por la muleta.
-Ese no dejaba una viva. -¡Ay, por Dios, Ramón!
-¡Ramón! Ven. -No, que viene Miguel Bosé.
-Que te vengas conmigo. -Hola, Miguel.
-Como si viene el Papa. Ven. -Joder.
-¿Dónde vais? -Tú no vienes a ayudar, ¿no?
-Mañana. -¿Dónde vais?
(RÍEN)
Venga, no lo toques tanto.
¡Para mí! -No puede ser.
Que no, papá, que va a empezar la película.
(TELEVISIÓN) "-Buenas tardes." -Venga, id pasándolas.
"-...que ustedes tienen en casa, disponen de dos acetatos de colores,
rojo y azul,
para filtrar de manera distinta los colores que reciben los ojos."
(TELEVISIÓN) "-Al mirar la pantalla sin gafas, la veremos sin relieves."
"Pero basta con poner las lentes para verlo en tres dimensiones."
(TELEVISIÓN) "La imagen de la derecha transmite los tonos rojos
y la de la izquierda, los azules."
Chis. -(TELEVISIÓN) "...al sumar las dos."
"Este sistema ya se ha utilizado por televisiones europeas
y hoy llega a TVE."
"Y sin más dilación, les dejamos en emisión
con la película 'Forte' en efecto tridimensional."
"Que la disfruten."
-Busca, busca. Busca por ahí, Ramón.
Busca bien, coño. A ver si...
-No hay, que ya he buscado tres veces.
-Joder, en la caja del Scalextric. -Hay que meterse dentro.
-Venga, pues métete. -Que me meta yo, ¿por qué?
-No me voy a meter yo. -Ah, ¿y yo sí me puedo meter?
-Hombre, que yo voy elegante. -Ah, ¿y yo no? Esto vale mil duros.
-Que no es lo mismo, Ramón.
Venga, métete, que tenemos mucha prisa.
-Pares o nones. -Que no, coño.
Que te metas de una vez, coño. Hazme caso, venga, tira, pon el pie.
Dale, ahí, venga.
Jo, no se ve nada.
-Ya. -Que sí que se ve.
¿Os podéis callar? -Chis.
-Y dale. Si os callarais... -Yo me estoy mareando, vamos.
¡Vaya mierda! ¡Vaya mierda de día de Reyes tengo!
-Pero qué porquería de película. Ni relieve ni nada.
Ay. Me está entrando un dolor de cabeza...
-(RÍE)
-Pues yo creo que funciona. ¡Mira, mira!
Que parece que se te viene el puñetazo...
Otro. -Pero ¿qué dices?
-Encima. -Yo no veo nada.
-Chis.
Ya estamos aquí.
-¡Es él!
¿Y tú qué piensas, mamá?
¿De verdad quieres meterte otra vez en la bodega?
Sólo os ha dado disgustos. ¿No os habéis planteado
que a lo mejor sería una buena opción vender vuestra parte y buscar algo?
Tampoco te pases, él escribe muy bien y está empezando.
Ya, pero es que yo no me veo trabajando en la bodega.
¿Qué voy a hacer yo allí? Es que no...
Mamá, que eso está muy bien.
Seamos realistas, ninguno de nosotros tiene ni idea del negocio.
Sí, pero no te ha ido tan bien, con lo cual no es fácil.
Yo creo que deberíais olvidaros de la bodega.
Me parece un disparate, papá. Lo siento.
(LLORA)
-¡La última vez que le pegas!
Papá, te has pasado mil pueblos. -El niño no tiene la culpa de esto.
-Te has pasado mucho, ¿eh, papá? Mucho.
-(LLORA)
-Ya. Ya, chiquitín. Ya, ya.
Ya, ya. -(LLORA)
-Pepe, Pepe, no sabes lo educado que es.
Me ha llamado todo el tiempo señorita, y me pedía todo por favor.
Todas las cosas por favor. Tú no sabes lo que es esto.
-Respira, respira, que se lo vi al doctor Rosado en la tele.
Hiperventila, calma, calma. Coge aire, eso es, échalo
Coge, eso.
Hija...
Eso es, mucho mejor,¿verdad? -Mucho mejor, mucho mejor.
El Bistrot va a ir mucho mejor, Pepe.
No sabes lo que es esto, esto es un antes y un después.
Es un regalo de Reyes que no te puedes imaginar.
Que tus zuecos también, pero esto...
-Tenemos que servir muy bien, para que hablen bien de nosotros.
Pero ¿qué te pasa?
-Es que a Adrianita le gusta mucho "Don Diablo"
y no lo puede ver porque está en Benidorm.
-¿Le pedimos a Nieves que te haga una foto
con la cámara nueva? -¿Con Miguel Bosé?
-Claro. -¿Y se va a dejar?
-Si se lo pides tú... Con lo que te pareces a Ana Obregón además.
-¿Ah, sí? -Claro.
-Esto huele fatal.
-No te preocupes, Ramón, tú sigue. Venga, sigue.
-Cualquiera que nos vea...
-Tú sólo piensa en la suscripción vitalicia de la revista "Lince".
¿Qué pasa? ¿Qué pasa, Ramón?
No me asustes, ¿qué pasa?
¿Qué pasa?
(CANTA) "-Tres cosas hay en la vida:
salud, dinero y amor."
(CANTAN) "Y el que tenga esas tres cosas
que le dé gracias a Dios."
-Sal de ahí, Cenicienta. Vamos.
Vamos.
(CANTAN) "Tres cosas hay en la vida:
Salud, dinero y amor.
Y el que tenga esas tres cosas
que le dé gracias a Dios".
Antoñito, por favor, que han venido los Reyes Magos.
-¡Venga, hombre!
(CANTAN) "-El que tenga un amor,..."
"...que lo cuide, que lo cuide."
"La salud y la platita,
que no la tire, que no la tire."
"Tres cosas hay en la vida:
Salud, dinero y amor."
Pepe, por favor, un poco de alegría.
Mira los zuecos de tu madre.
Que ha venido Miguel Bosé, pero ponte contento. Miguel Bosé.
¡No me lo puedo creer!
¡Pero ponte contento!
Venga. Arriba, que se va a la calle.
Y ahora, don Mauro, a casa.
A estar tranquilo con la familia y los amigos.
-¡Adiós, enchufado capitalista!
-¡Vete con tu familia!
¡Eres un lameculos! ¡Te van a rajar en cuanto salgas!
6 de enero de 1984. La familia Alcántara al completo se reúne en San Genaro para celebrar la tradicional comida de Reyes. Antonio tiene preparada una sorpresa para sus hijos y está impaciente por hacerla pública. Lo que parecía que iba a ser una tranquila comida acaba complicándose para todos, incluso para Herminia. Pero para sorpresala noticia que recibe Miguel, y es que a él y a Ramón les ha tocado la Lotería del Niño.
Antes de la comida, Carlos, que está un poco perdido y no encuentra la inspiración que necesita, visita a su amiga Karina que sigue recuperándose en el hospital después del incendio de Alcalá 20.
Por su parte, Inés continúa su relación con José Ignacio, aunque él quiere dar un paso más y ella no parece tenerlo tan claro. Inés no quiere volver a equivocarse.
Lo mismo le sucede a Toni, que pasa estos días con su hijo Santi y no quiere cometer errores, aunque el niño no se lo pone nada fácil. Toni sigue muy involucrado en sus investigaciones periodísticas y precisamente, el día de Reyes, tiene un encuentro inesperado.
Añadir comentario ↓
Hay un problema con la serie desde la temporada 15, ya que van saltando las escenas. Podrían solucionar el problema ? Muchas gracias
La mejor serie del mundo!!!!La veo desde Uruguay y me encanta
No se puede ver,saltan las escenas Que rabia
No se ve¿¿¿¿¿¿¿¿el primer capitulo de la temporada y no se ve
Divina serie, la mejor!!!! La sigo desde Uruguay!!!
Cuándo comienza la siguiente temporada? Ya lis extrañamos, besotes desde México.
Me encanta esta serie la veo desde alemania..besos
Como se podra ver desde chile? Que alguien lo corrija por favorrrr