Cada dos miércoles a las 23.30 horas
En todo el mundo,
la gente sabe que se están produciendo inundaciones,
olas de calor, sequías, tormentas, nuevas enfermedades,
saben que hay algo que no va bien, saben que sus Gobiernos
no están funcionando apropiadamente.
También sucede que ningún país puede resolver solo el problema,
se necesita cooperación regional.
No es un problema de convencer a la gente,
es un problema que tiene dos vertientes.
La primera, hay que luchar contra la corrupción
y, en segundo lugar, se deben de lograr nuevos acercamientos
que respondan a la urgencia de una manera efectiva y responsable.
La mayoría de la energía
que hemos metido en el sistema atmosférico
ha sido absorbida por el océano, y ese calentamiento del océano
lo que está haciendo es cambiar el sistema de circulación
de vientos y de tormentas, y estas están cambiando de tal forma
que están aumentando la energía que están transfiriendo al oleaje.
El oleaje es un factor determinante en muchos procesos costeros.
Contribuye a las inundaciones,
controla los procesos de transporte sedimentario que resultan en erosión,
en erosión de playa, de acantilados, etc.
También es determinante para dónde construimos
la infraestructura costera, las obras marítimas,
también para operaciones portuarias, por ejemplo.
Entonces, que cambie el oleaje...
Hasta ahora sabíamos que el nivel del mar estaba aumentando,
pero que cambie el oleaje supone otro nivel de impactos
con los que tenemos que contar y prepararnos.
Trabajamos en calcular el valor económico
que tiene el mantener los arrecifes de coral sanos
para atenuar el oleaje y para atenuar las inundaciones,
también en manglares, en humedales, etc.
También en mantener las playas y las dunas,
simplemente por la protección que ofrecen a las poblaciones.
Estos ecosistemas suponen una infraestructura natural
que tiene un valor y que debemos mantener y gestionar.
La sociedad ha vivido en torno a los estuarios,
tanto la sociedad civil como la sociedad más económica,
o sea, las industrias.
En todas las regiones del norte,
tenemos la parte bonita y la parte industrial.
Hablemos de Pasajes, de la ría de Bilbao,
de la ría de Suances, de la ría de Avilés,
y tenemos, por contra, Santander, San Sebastián, Coruña...
O sea, la parte bonita y la parte fea.
Los estuarios han sido muy intervenidos
porque ofrecen mucho servicios ecosistémicos al hombre
en protección para los puertos, en provisión de alimentos,
en forma de almejas, de pesca.
Este estuario fue sometido,
desde mil novecientos cuarenta hasta dos mil nueve,
a diferentes actuaciones antrópicas.
Se hicieron cierres, se hicieron rellenos,
de cara a tener un uso más agropecuario.
Desde 2009, se planteó el recuperar este estuario
para que tuviera ese papel como elemento importante
dentro de la biodiversidad de nuestra región
y, por otra parte, hoy en día, como un elemento básico importante
en lo que es la adaptación al cambio climático,
es decir, la utilización de estos espacios
como elementos que nos pueden proteger de factores
como la elevación del nivel del mar.
El trabajo que se hizo fue la restauración hidrodinámica,
es decir, la apertura del dique para favorecer que la marea entrara,
para favorecer que la vegetación de marisma recuperara su normalidad.
Los sedimentos han estado embebidos de agua dulce en muchos casos,
han tenido una parte de transformación agrícola
en la parte de los eucaliptales.
Entonces les toma mucho más tiempo volver a tener una dinámica propia
de un sedimento de estuario.
La idea es cubrir todo lo que es el Atlántico de Europa
de tal forma que uno de los productos
que vamos a entregar sea qué medidas son más aplicables
en diferentes tipos de sociedad.
En Holanda, que es un país que vive bajo el agua,
en Portugal y España, que son más semejantes,
frente a los problemas
relacionados con la subida del nivel del mar,
y el incremento de la temperatura en las zonas próximas a la costa.
En la vertiente de La Manga que da hacia el Mar Menor,
las aguas interiores de la laguna, hay muchas decenas de viviendas
en las que las terrazas, toda la zona ajardinada,
incluso, en algunos casos, parte de la vivienda
se encuentran ya dentro de la línea de agua,
como estamos viendo.
Y, en algunos casos, no llega más allá
porque los tractores de limpieza de playas del Ayuntamiento,
sobre todo de San Javier, trasladan arenas de la orilla del Mediterráneo
hacia estas pequeñas playas que van quedando junto a las viviendas
para evitar que la pérdida de arena sea mayor,
pero, sin duda, en algunos casos estaría la totalidad de la vivienda
dentro del agua.
En el primer Gobierno del PP de José María Aznar,
el director general de Costas de aquel Gobierno
remitía a la Comunidad Autónoma un escrito
en el que decía que La Manga tendría problemas muy serios
en cuanto a la pérdida de la línea de costa
y recomendaba que se dejara de construir
e, incluso, se procediera a trasladar parte de lo construido.
La realidad es que desde entonces hasta ahora
se ha terminado por colmar la mayor parte de lo que quedaba sin urbanizar
y no se ha tomado ninguna medida efectiva
para evitar esa consecuencia.
Si copiamos a la naturaleza,
seguramente no vamos a salvar toda La Manga, toda la costa,
pero sí podremos conservar ciertos tramos
e incluso utilizar algunas de esas reservas de arena
que vamos generando.
Con estos sistemas de captación sencillos y baratos,
podremos crear reservas de arena para utilizarlas en la conservación,
en la recuperación de las playas que se van perdiendo
en las inmediaciones.
Se eliminan algunas especies exóticas invasoras,
como, por ejemplo, las acacias o el denominado diente de león,
y estamos utilizando un cotejo de vegetación muy diverso
que incluye especies de gramíneas de duna;
especies con flor, como la azucena de mar;
endémicas, como el espárrago de las dunas;
en algunos lugares, algún arbusto que otro;
en las zonas menos expuestas al viento,
alguna especie de arbusto, como el lentisco;
árboles, como la sabina o el enebro de las dunas.
Para poner en contexto esta cifra,
tenemos que viajar casi cinco millones de años
en la historia de la Tierra.
En aquel entonces, la temperatura era de entre dos y tres grados
superior a la actual.
Los mares estaban entre diez y veinte metros
por encima del nivel medio de la actualidad.
Esto pondría directamente en peligro a trescientos millones de personas
que viven en las zonas costeras del mundo.
Esto indica que no es sostenible el rumbo que llevamos.
Cuanto más tardemos en poner freno
al nivel de emisiones de gases con efecto invernadero,
menos margen tendremos para no rebasar los límites de seguridad.
Nos encontramos en el sitio más árido de Europa,
el sureste de España, y es un sitio clave para entender estos procesos.
Desde la conferencia de Kioto de mil novecientos noventa y siete,
se impulsó a los Gobiernos firmantes del acuerdo
a que investigaran en sus países
qué hacían los diferentes ecosistemas.
Aquí, en España, no tenemos bosques boreales ni Amazonas,
lo que tenemos son muchas zonas semiáridas de las que es necesario
conocer qué papel tienen en el intercambio
del agua y el carbono.
La temperatura ha variado en el último día.
Lo que medimos es el CO2 y el vapor de agua,
y lo que hace es medir el intercambio gaseoso
de la superficie con la atmósfera y hacer, además, el balance
a lo largo de un periodo de tiempo de un año.
Es un sitio que se comporta cercano a la neutralidad.
En el balance anual entra el mismo CO2 que sale,
pero ocurre un hecho diferencial
con respecto a las zonas amazónicas y boreales,
es que aquí el CO2 se almacena en el subsuelo
y luego se emite de forma violenta o rápida en periodos secos,
sobre todo, en la sequía de verano y, cuando hay viento.
La minería trajo una serie de consecuencias,
entre ellas, la tala masiva de bosques
con objeto de fundir el mineral, en muchos casos.
La mina que vemos detrás no tenía la función de fundir el mineral,
sino de extraerlo y de lavarlo.
Eso motivó que el suelo se erosionase.
El clima ha seguido cambiando desde entonces,
cada vez es más árido y seco
y, por tanto, el estado de degradación que tiene este sitio
se puede considerar irreversible a escala humana.
No se puede hacer nada,
lo mejor que se puede hacer es dejarlo estar
y tratar de no crear mayor degradación en otros sitios.
Solo quedó esta encina porque un pastor
venía todos los días a dormir la siesta con las ovejas
y entonces dijo: "consérvenla porque yo uso este árbol".
Le dijeron: "de acuerdo, pero tiene usted que comprarlo".
En la actualidad, nos dice, una cosa importante
es que es es imposible que un árbol como una encina,
que siempre debe germinar a la sombra de un dosel forestal,
crezca aislado en estas condiciones, es el testigo más fehaciente
de que aquí, en su día, hubo un bosque.
todo eso se fue a la atmósfera.
Esa historia se ha repetido en muchos otros sitios,
y de ahí la preocupación actual por considerar la capacidad
de muchos cultivos, muchos sistemas agrícolas
e, incluso, cubiertas vegetales naturales como sumideros
y, sobre todo, reservorios de carbono.
Lo que se intenta es que el suelo capte, por lo menos,
y aumente su porcentaje de carbono orgánico
en un cuatro por mil.
Cuatro por mil significaría que el suelo de la Unión Europea
estaría captando todas las emisiones
que emiten cuatrocientos millones de coches.
Yo creo que no podemos dar una tierra por perdida,
el suelo es un ente muy sensible, es un recurso finito
y, bueno, yo diría que cuando estamos pendientes
de que tengamos que alimentar a nueve mil millones de personas
en el dos mil cincuenta, o ponemos en marcha todas las zonas degradadas
o, desgraciadamente, no vamos a poder vivir en este tema.
Para nosotros, el dron es una herramienta muy importante
porque nos sirve de apoyo a los análisis de laboratorio
para estimar la materia orgánica en el suelo,
tanto de la línea base como de la que se va incorporando
como consecuencia de las acciones que se van desarrollando
con el proyecto.
Nosotros lo que hacemos
es, con todo lo que es la biodiversidad
y las plantas naturales, que, en este caso,
lo que hay muchísimo por aquí es esparto, tomillo o albardín,
cualquiera de estas plantas naturales que existen,
lo que hacemos es aprovecharlas.
Se talan antes de que tenga lugar el verano,
para que así no haya emisión y actúe el suelo como foco emisor de CO2,
y, entonces, toda esa materia orgánica se aprovecha.
Así estamos mejorando la permeabilidad del suelo
y estamos favoreciendo la infiltración del agua.
Todas las zonas secas
el único agua que tienen es la que reciben del cielo,
si nosotros no conservamos la lluvia dentro del suelo,
ese agua se evaporará y,lógicamente, el régimen hídrico del suelo
estaría perjudicado.
Tiene buen aspecto esta plantación.
Has tenido pocas marras,
la mayoría de los árboles se ven en buen estado. -Sí.
Lo que más se ha notado este primer año
es que, al incorporar toda la materia orgánica seca
que estaba por los alrededores, el suelo está muy mullido,
francamente mullido, es que te hundes completamente,
y el árbol está francamente bien.
La fibra de esparto ha sido fundamental
en todo lo que es la gestión de todo el movimiento del agua del suelo
porque está aprovechando al máximo.
Estamos midiendo la humedad que tiene el suelo
y se está conservando ya estupendamente.
Si sabes que el cambio va a venir y que es algo inevitable,
tendrás que adaptarte.
¿Qué vas a hacer en la adaptación,
cómo vas plantear el urbanismo, la agricultura,
cómo vas a plantear, incluso, la salud?
Porque las problemáticas sanitarias también van cambiando,
enfermedades emergentes, olas de calor cada vez más intensas...
Es un tremendo error considerar que esto
de lo que estamos hablando es ecología,
estamos hablando de que necesitamos la sociedad como tal
para poder sobrevivir.
Una de las iniciativas que ha puesto en marcha la agrupación
es una cooperativa de electricidad renovable.
Ya tiene más de mil socios.
Toda la energía que compramos es energía fotovoltaica,
comprada, además, a campos solares que son de pequeños agricultores.
Intentamos no comprar a multinacionales,
ni a fondos de inversión, sino a gente que sea de la tierra.
Tenemos un precio que está bastante bien
e intentamos, a nivel ciudadano, juntar esfuerzos,
por ejemplo, para esta instalación que tenemos aquí, detrás de Adrián,
en la que él está haciendo autoconsumo.
Es una instalación que le hemos propuesto desde la cooperativa,
le ha gustado la idea, se la ha puesto
y lo que está haciendo es que buena parte de la energía que él consume
se la está produciendo con sus propias placas
y la energía que le sobra, la que produce y no consume,
la inyecta en la red.
Y esperamos que dentro de poco se le pueda pagar por esos kilovatios
que está dando a la red, que ahora mismo son gratis,
pero que deben tener una remuneración económica.
Lo que intentamos es que cada vez, no solo los hogares,
sino también empresas y Administraciones públicas,
su compra en el sistema de energía
se haga a partir de fuentes renovables.
Es una manera de hacer una presión
a través de la demanda sobre la oferta.
Si todo el mundo queremos que entre energía limpia al sistema,
pues, desde luego, las fuentes de energía sucia,
centrales de carbón, de gas, van a ir viendo achicado su espacio
y pensamos que es la mejor forma de cambiar,
no tanto el decreto de cierre, sino que la presión de la demanda
ayude a que las energías sucias cada vez tengan menos margen.
Tenemos que movernos de la dependencia del petróleo,
del gas natural y del carbón al uso del viento,
el sol y otras energías de emisiones cero.
Y necesitamos Gobiernos que lideren esa transición,
y necesitamos empresas que puedan manejar esa transformación.
Lo que estamos viendo hoy en el instituto es un dispositivo
destinado a la extracción de energía eólica en grandes profundidades.
Es un dispositivo flotante
y estamos estudiando la hidrodinámica y la interacción
entre la estructura con las corrientes,
el oleaje y el viento.
El tanque es una infraestructura científico-técnica singular
que nos ha permitido entrar en el desarrollo
de grandes proyectos europeos y nos ha facilitado la incorporación
al sector de las energías renovables marinas desarrollando proyectos,
no solo para empresas españolas, sino para empresas europeas,
participando en el desarrollo de parques eólicos
a lo largo del mar del Norte, por ejemplo.
Aquí, si os dais cuenta, hasta esta altura estuvo el agua
durante un montón muy grande de horas,
por lo menos, ocho, nueve o diez horas.
Y todo flotando.
Veías cómo tu cama, los colchones, las sillas, todo, todo,
lo tocabas con un dedo, giraba...
Todo para tirarlo porque los materiales...
Ya podéis ver cómo se quedan las puertas después de esto.
El día después es deprimente ves que el agua se ha ido,
pero los rastros que ha dejado no se han ido: barro y destrucción.
Empiezas de nuevo a hacerlo todo
y, bueno, es verdad que el agua pasó pero los restos están aquí.
Se te pasa todo por la cabeza, a cada rato vas pensando,
has dejado ya de pensar en salvar los bienes materiales
y en lo único que piensas es en cómo tú te puedes mantener seco,
que ya hubo un momento en que el frío se pegaba al cuerpo,
aunque llevaba un traje impermeable.
Y sí que es verdad que se hacen las horas largas,
pero hay que analizarlas con mucha sangre fría
porque en esos momentos no se puede pensar en salir
y crear un problema más grande del que ya tienes
dentro de la vivienda.
El pueblo tiene ahora mucho miedo y el pueblo si, por desgracia,
entrara el agua otra vez, que si llueve va a entrar
porque, por desgracia, no se ha podido hacer nada
en tan pocos días, pues sería una estocada de muerte
para el pueblo y para el mar Menor, que es la cuenca receptora.
El origen del problema es la llegada de cientos de miles de toneladas
de nitratos y abonos del Campo de Cartagena,
que al final sean los precursores los que favorezcan ese fenómeno
de eutrofización que comenzó de manera llamativa
en el año dos mil dieciséis, que, aparentemente, se redujo algo
en los dos años posteriores, pero que, sin embargo,
vuelve a resurgir en cualquier momento
en que se produce una entrada elevada de agua
o en que se siga cultivando de la forma en que se ha cultivado
en los últimos años.
Eso tiene como añadidos otros problemas importantes,
como la mala situación de la red de alcantarillado,
la llegada de aguas residuales cuando hay lluvias torrenciales...
Un problema que viene ya con treinta años
de agricultura intensiva, sobre todo desde el momento
en que el agua del trasvase llegó al conjunto del Campo de Cartagena,
se abandonaron los secanos y se entró en un sistema
que llamamos de agroindustria, que, realmente, el concepto
de agricultura es bastante diferente a lo que tenemos aquí.
Es una agricultura muy intensiva,
muy basada en el uso de fertilizantes inorgánicos,
que, a través del agua, acaban llegando a la laguna,
alimentando a las algas y creando el problema de esa sopa verde.
El mar Menor es un adelanto
de lo que le va a ocurrir al Mediterráneo
si el conjunto de países ribereños no nos tomamos en serio
este aporte de materia orgánica a los mares.
La contaminación atmosférica nos cuesta, prácticamente,
unas diez mil muertes al año en España.
Probablemente, ese número se vea amplificado
como consecuencia del cambio climático.
La mala calidad del aire influye directamente
en el desarrollo de algunas enfermedades.
La propia OMS ya ha definido a las PM2,5
como un carcinógeno de primer orden en cáncer de pulmón.
Pero se está viendo que los NOX en las grandes ciudades
también se relacionan con cáncer de mama.
Hay estudios que hablan también de cáncer digestivo, de vejiga
y de otras enfermedades no tan graves como el cáncer,
pero que sí son de una gran importancia social
como son todas las neurodegenerativas.
Hay estudios que están relacionando una mayor incidencia
de enfermedades como alzheimer con niveles altos
de contaminación atmosférica.
También incide la contaminación en enfermedades en adultos,
como puedan ser demencias, depresión, ansiedad...
En niños, está influyendo en su desarrollo neurodegenerativo.
Sí que hay cambios importantes en temperaturas,
sobre todo, en la detección de noches tórridas.
Son noches por encima de veinticuatro grados,
donde en algunos lugares donde había cinco o diez,
está pasando a haber cuarenta, cincuenta noches tórridas.
La dificultad para dormir en la Región de Murcia
sí que es un factor importante del cambio climático.
Estamos hablando de que en España las olas de calor
se relacionan con mil trescientas muertes al año.
Ese número, si no hay un proceso de adaptación,
tenemos establecido que para el dos mil cincuenta, dos mil cien
estaremos hablando de doce mil muertes al año.
Sí se puede luchar contra las olas de calor
igual que con la contaminación era eliminar los vehículos,
en las olas de calor, los procesos de adaptación son claves.
Por ejemplo, los planes de prevención,
la existencia de esa cultura del calor, la educación ambiental...
Es decir, que las personas sepan que el calor puede matar
es lo que ha hecho que en España, en los últimos diez años,
se haya bajado de una mortalidad asociada al calor.
Por cada grado en que se supera la temperatura de ola de calor,
hemos pasado de un quince por ciento a un dos por ciento,
eso es debido a la cultura del calor.
Se ha visto que el calor
en enfermedades neurodegenerativas es clave,
en enfermedades como parkinson, en alzheimer, esclerosis múltiple,
pero también en otros grupos que antes no se consideraban,
por ejemplo, las embarazadas.
Se está viendo que el calor es capaz de producir un parto prematuro
y, por tanto, de producir un nacimiento con bajo peso.
Hace unos años, hubo una sequía terrible
y tuvieron que arrancar almendros que se secaron
Y el almendro es uno de los árboles más resistentes a la sequía.
Hay alguna gente que ya está preocupada
con el cultivo del albaricoque,
que necesita un cierto número de días de frío
y eso está haciendo que se pierdan las cosechas
en las zonas más bajas.
La gente está empezando a llevarse el albaricoque a zonas más altas.
Lo mismo pasa con la uva, que pueden cambiar de tipo de uva
o subir un poco más arriba.
Es la forma de vencer ese cambio de temperatura.
Aquí, cuando empezamos a poner almendro, decía la gente:
"Estáis locos, aquí se hiela la almendra".
Pero, bueno, hay que intentarlo, hay que arriesgarse.
Solo los regamos cuando los ponemos, para que vayan cogiéndose,
pero aquí no los podemos regar porque aquí no hay agua.
Esta tierra sí que es buena para los frutos secos,
aquí agarran bien.
En la que más se está notando es en la sardina,
puesto que la sardina que pescamos en todo un año
es la que se pesca normalmente en Adra en una semana.
Con esos números se ve claramente cómo está afectando.
En otro tipo de captura, está habiendo muy poco boquerón.
Otro pescado en el que hay mucho descenso es en la bacaladilla.
La bacaladilla lo mismo,
en todo un año se ha pescado lo que se pesca en un mes.
El descenso es demasiado grande.
Esto lo que hace es que los barcos de cerco, principalmente,
se tiran ya, prácticamente, el noventa por ciento del año
pescando en los caladeros del Levante español,
de Valencia para arriba: Valencia, Barcelona, el golfo de León...
Porque aquí no tenemos pesca para poder subsistir.
Los pescadores ahora mismo estamos haciendo de propagación de esa alga,
la cogemos, como no hay ayuda ni nada, la tenemos que echar al mar
porque tenemos que seguir pescando para que cuando vengan los barcos,
por la tarde, traigan pescado.
Pero, ¿qué va a pasar cuando un día los barcos no pillen pescado
y no pesquen más que algas invasoras?
¿Qué vas a hacer con esos pescadores?
¿Por qué el Estado no articula una orden,
una norma para tener una ayuda para que no sigamos propagando,
sino que la traigamos al mar y que los pescadores
vean que pueden seguir ganando para sacar adelante la vida?
El metano se produce en el rumen de las vacas.
Ellas ingieren el alimento
y son las bacterias que están en el rumen,
bacterias, protozoos, las que fermentan el alimento.
Y hay unos microorganismos
que son los microrganismos metanogénicos
que son los que realmente producen el metano.
La vaca lo exhala a través de eructos y de la respiración.
El noventa y ocho por ciento del metano se emite por la boca.
Lo primero que hacemos al llegar a la explotación
es colocar al sniffer, el aparato que mide el metano.
Colocamos un tubo que va desde el comedero del robot
hasta el sniffer.
Nosotros necesitamos medir la concentración de metano
del mayor número posible de vacas y tener identificada la vaca.
Ese sitio nos lo proporciona el robot de ordeño
porque cada vez que la vaca entra al robot ordeño,
el robot la identifica y permanece en este dispositivo
durante diez o doce minutos, que es el momento que aprovechamos
para medir la concentración de metano.
Yo creo que los ganaderos tenemos una responsabilidad
de hacer visible nuestra realidad, lo que vivimos con pasión día a día
y, en torno a este tema, romper el mito de que estos animales
son tan malísimos y tienen tanta culpa en el mal
que se está haciendo al medio ambiente.
Las vacas son rumiantes
y como tales van a producir metano siempre.
Lo que podemos hacer nosotros
es, a través de ciertos componentes aditivos o mediante ingredientes,
conseguir que las vacas produzcan algo menos de metano
y esto lo podemos conseguir mediante la modulación
de los microorganismos que habitan en el rumen.
Yo creo que las vacas no son el problema en sí,
creo que hay cosas más importantes que contaminan más,
como los aviones, los coches, los barcos...
El combustible que tienen que gastar es infinitamente mayor
a lo que una vaca puede emitir.
Muchas veces la gente habla y habla y no sabe exactamente
lo que un ganadero hace y cómo producimos
y la forma que tenemos de producir.
Y, más en concreto, nosotros, que somos ganaderos
y carniceros a la vez, que cerramos el circulo,
producimos a cuatro kilómetros de la carnicería,
sacrificamos a veinte kilómetros de la carnicería,
tenemos la fábrica de piensos a diez kilómetros de aquí,
creo que contaminamos muy poco comparado con otros.
Los aspectos en los que estamos trabajando
son la alimentación animal, para que sea más eficiente,
y, sobre todo, que tenga una menor huella ambiental,
que sea muy digestible, con la máxima calidad
y aprovechando muy bien el recurso de cada zona,
incluso, si es posible, estamos intentando incorporar subproductos
de industrias cercanas, de manera que sea necesario
utilizar menos pienso de cereales.
Nosotros intentamos hacer una gestión de la tierra
lo mejor posible, cerrar un circulo.
Las vacas están en las fincas, en las praderas paciendo,
el estiércol que almacenamos lo utilizamos para abonar fincas.
Hay partes de las fincas que estamos sembrando,
consiguiendo un alimento de calidad que aumenta la digestibilidad,
según los datos que recibimos a través del programa
Esta digestibilidad contribuye mucho a reducir la contaminación
que las vacas provocan al medio ambiente.
Nuevos pasos para descarbonizar la economía,
nuevas vías para tener una agricultura sostenible,
nuevas vías para lograr una justicia social en la economía,
todo eso es posible, y queremos la solución.
Eso significa dejar fuera a los políticos corruptos
y tener a gente seria que pueda liderar.
Y, segundo, tenemos que salir de ese nacionalismo primitivo
porque ¿qué podemos hacer nosotros solos?
Nada, es imposible
porque vivimos en un mundo interconectado.
Necesitamos cooperación a gran escala.
Esa es la clave.
Subtitulado realizado por: Virginia Sander
El programa también cuenta con los testimonios de científicos españoles que están inmersos en trabajos relacionados con el cambio global. Varios de ellos del Instituto de Hidráulica de Cantabria, un referente internacional en la lucha contra el cambio climático.
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