fuera de emisión
-¿Quiere que le cuente algo en concreto
o que le hable en general o...?
-Hágame una enumeración de lo que ha hecho esta mañana.
-Vale.
Bueno, me he levantado a las 7:30
y me he ido a la ducha.
Pero hoy...
Me he demorado más tiempo en la ducha, así que...
Luego me he tenido que ir a preparar el desayuno corriendo
porque no me daba tiempo, por lo de la ducha.
He desayunado un café con leche
y una tostada de pan integral.
¿Sigo?
¿Sigo hablando?
-Continúe, por favor.
-Vale.
Bueno, pues, como llegaba tarde,
me he tenido que venir corriendo al hospital
y casi no me ha dado tiempo a secarme el pelo.
Por eso me he venido con estos pelos,
que me imagino que se ha dado cuenta, ¿no?
Que llevo el pelo fatal.
-¿Podría caminar?
-Sí, claro.
-Adelante.
-¡Ah! ¿ahora, sí? Vale.
(#Música#)
Perdón, es que se me ha dormido un poco la rodilla.
Porque, después de tanto tiempo sentada...
(#Música#)
¿Ya?
-¿Podría proseguir un poco?
(#Música#)
-No sé, espero que el neurólogo no haya detectado nada raro.
Y como encima no paraba de escribir y estaba todo el rato tan serio...
¡Fff! Y, cuando me he ido le he preguntado.
Y él me ha dicho que, como yo ya sé,
remarcando eso de "yo ya sé",
como diciendo: claro, tú eres personal sanitario,
ya sabes que el sistema me obliga a entregar un informe confidencial.
¡Y que después!
Ya me diría los resultados.
No sé. Yo creo que me estoy arrepintiendo muchísimo
de que Andrés no haya hecho la evaluación, de verdad.
-Sí. Yo os aviso en cuanto entre en quirófano.
Vale.
-Toma. -Gracias.
-¿Qué hay, cómo va?
-Pues ya consiguieron estabilizarlo.
Están esperando un quirófano libre para operarle.
Pero no me da buena espina, Esther.
-¿Y eso por qué?
-Pues porque no pinta bien la cosa.
Hablé con el cirujano y...
por lo visto la infección está tan extendida que, incluso amputando,
no saben qué va a pasar.
Lo más probable es que tengan que amputarle el pie entero.
-Ff.
-No tenía que haberle echado de casa.
-A ver, Bea.
El único responsable de su comportamiento es Iker.
Que no tiene cinco años.
-Ya, ya, pero si no le hubiera echado pues...
No habría pasado todo esto, Esther.
-Era un poco raro que siguiera allí,
Bea.
Y además tú me lo dijiste, ¿no?
Lo hablasteis y entre los dos lo decidisteis,
como personas adultas.
-Ya. -Y todo quedó bien.
-Por lo visto no era así, porque...
Ni Iker estaba conforme ni...
Ni nosotros quedamos bien.
Vamos, que...,
Era yo la única que... Que quería ver eso.
Por eso ni le llamé.
Que es lo que más me duele, que al menos...,
Lo que tenía que haber hecho era interesarme por cómo estaba.
Eso es lo que hacen las amigas.
-¡Bea!
No te sientas culpable, no sirve de nada.
Y además, yo, perdona que insista;
pero que el único responsable de que Iker esté así es él mismo.
-Que ya lo sé. Ya sé que se tenía que haber cuidado.
-¡Pues sí!
-Pero que podríamos haber hecho las cosas de otra manera, Esther.
Y ahora todo estaría bien.
-Bueno, eso no lo puedes saber.
-Sí, sí lo sé.
Y tú también lo sabes,
solo que no me dices nada porque no quieres hacerme daño.
(#Música#)
-Bea...
(#Música#)
-Yo pensaba que alejando a Iker, que...
Pues que conseguiría arreglar las cosas con Carlos.
-Ya, cariño, pero eso no depende de ti.
Y, además, lo siento,
pero en un triángulo amoroso
cada uno tiene que defender su posición y sus intereses.
-Ya, ya. Es que lo hice por mí, Esther.
-Que le dije a Iker que era por el bien de todos,
pero era mentira.
Lo hice pensando en mí, nada más.
Y todo salió fatal.
Se vio con Carlos y...
Y mira Iker cómo acabó.
-Que yo sepa, Iker no ha acabado de ninguna manera todavía.
Así que vamos a tranquilizarnos. ¿Me oyes?
Tranquila.
Y deja de sentirte culpable porque no sirve para nada.
Y no hace ningún bien a nadie. ¿De acuerdo?
(#Música#)
-Pero ¿tan mal está?
-Pero ¿eso es por la masa que tiene en los pulmones?
-De verdad, es que no me puedo creer que no haya dicho nada, ¿eh?
De verdad, con algo tan grave...
-Sí, hombre, pero es que ella está acostumbrada
a tratar con pacientes que están al límite
y sabe que el tiempo es fundamental.
-Es que ella le pidió que no hiciera nada.
-Bueno, Ramón, igual él pensó que no era tan grave.
-Me parece un poco fuerte que digas eso, la verdad.
¿Solo por esta cosa que ha hecho?
-Vaya...
-No, hombre, no. Es que justo me había dicho Pepa
que si íbamos a cenar un día los cuatro.
-Doctor Landó.
-Es Adela.
-Tiene problemas.
(#Música#)
-Hola, Esther.
¿Puedo hablar contigo un momento? -Sí, claro.
Tú dirás. ¿Ya te vas?
-Sí. Ya he terminado mi turno.
Que, bueno, quería decirte que tenías razón.
-¿Sobre qué?
-Sobre lo de que no tenía que haberle dicho nada a Herrera.
A ver, que tampoco quiero que pienses ni que estoy de su lado ni que no.
Pero... Bueno, que sabiendo cómo es y conociéndole,
pues no tenía que haberle dicho nada, porque bueno, podía influir.
¿No vas a decir nada?
¿No aceptas mis disculpas?
A ver, que yo solamente quiero empezar con buen pie, ¿vale?
Que sé que no estás pasando por un buen momento,
pero vamos, que yo tampoco.
Y solamente quiero dejar esto atrás y ya está.
-¿Y a ti quién te ha dicho que no estoy pasando por un buen momento?
-Perdón. No tenía que haber dicho nada.
-Te lo ha dicho Reina.
-Sí. Pero no se lo tengas en cuenta, ¿vale?
Que solamente me estaba intentando ayudar.
Y bueno, que, si no quieres que coincidamos, pues,
no te preocupes que me las apaño para cambiar el turno
y que no estemos juntas, ¿vale? -Que no, Ainoa, que no te preocupes.
Que está todo olvidado.
-¿De verdad?
-Sí. Ya imagino que tu intención no era malmeter con Herrera.
Así que...
-Pues... Gracias.
-Nada. -¿Nos vemos mañana?
-Claro, nos vemos mañana. -Venga, chao.
-Hasta luego, chao.
Oye.
(#Música#)
Y ¿tú estás bien?
Quiero decir, que también has dicho
que estás pasando por un mal momento y...
-Bueno, sí. Pero nada, no.
-¿Todo bien en el curro,
con Ortega o...?
-Si no te importa, preferiría no hablar de eso ahora.
-No, claro, claro.
Si algún día lo necesitas, pues ya sabes. -Claro.
Hasta mañana. -Hasta mañana.
(#Música#)
-Buenas.
¿Qué tal está Adela? He oído que ha empeorado.
-¿Pero no estaba sedada?
-¿Qué quieres decir con de una vez?
¿Me quieres decir algo sobre cómo he llevado el caso?
-Perdona, ¿estás cuestionando mi profesionalidad?
-Bueno, pues si piensas eso,
deberías haber venido y decírmelo directamente.
En lugar de ir con el cuento a terceros,
que esto no es el patio de un instituto.
-Sí. Ya sé lo que opinas.
¿Sabes? Reconozco que me fastidia bastante
que dudes de mi profesionalidad, pero todavía más,
que creas que no soy de fiar.
-Ya. Todo lo de Herrera fue cosa suya, ¿vale?
Yo simplemente me vi envuelto.
Además, te recuerdo que ya he pagado por mi equivocación.
-¿Y qué es para ti pagar por una equivocación?
¿Cuál se supone que tendría que haber sido mi castigo?
¿Que me despidieran, que me inhabilitaran, cuál?
-Pues te aseguro que fue bastante menos grave
que operar a un paciente borracho.
(#Música#)
-Yo solo digo que aquí nos equivocamos todos.
Pero lo de dar segundas oportunidades,
pues según a quién sea, ¿no?
-Sé lo suficiente.
Sé que la cagaste, pero bien cagada.
Y el caso es que aquí estás,
trabajando como si nada hubiera pasado.
Así que sinceramente no creo que seas la persona indicada
para darme lecciones de lo que es pagar por un error.
¿No crees?
(#Música#)
-Hombre, por fin viene alguien.
Después todo el mundo insiste en que tengo que estudiar
y con quién estudio, ¿eh?
-Hola.
-Buenas. ¿Dónde está Adela?
La tengo que decir que ya me leí el primer capítulo.
-¿Y qué tal? ¿Qué te ha parecido?
-Una mierda. No he entendido nada.
-Ya te dije que era complejo de entender.
-A ver, lo que es, es un tostón.
No sé en qué momento pensó Adela
que podía sentirme identificado con este tío.
Pero bueno, ¿va a venir Adela o qué?
-No. No va a venir porque...
Va a entrar en el quirófano ahora.
-¿Cómo que en quirófano? -La tienen que operar.
-¿Qué le pasa?
-Tiene un tumor en el pulmón.
Pero bueno, tú ya sabes lo que es eso, ¿no?
-¿El pronóstico?
-Todavía no se sabe, hasta que no la operen.
Ella sabía lo que le pasaba,
pero bueno, no te lo comentó para no preocuparte.
-Tiene la cabeza más dura que una piedra.
Es más cabezona que yo. Solo te digo eso.
-Un poco cabezota sí que es. -¿Un poco?
¿Y desde cuándo sabe que está mala?
-Desde hace poco tiempo.
-Con que haga ya dos días es suficiente.
Mira tú por dónde, ahora se va a enterar por lo que estoy pasando yo.
A ver, que tampoco es que le quiera desear ningún mal, ¿sabes?
-Lo sé, lo sé. Si te entiendo perfectamente.
-Es verdad.
Y yo haciéndola rabiar y pasando de ella.
¿Podría ir a verla cuando salga?
-Yo creo que sí.
(#Música#)
-Es que va a salir hecha una mierda, es verdad.
Yo he pasado por eso.
Pero bueno, yo qué sé, cuando alguien va a verte,
siempre te alegra el día. ¿Sabes?
O ese ratito, lo más mínimo, te alegra un poco.
¡Ojalá pudiera ayudarla!
Ojalá, pero..., No sé cómo hacerlo.
-Yo creo que sí puedes ayudarla.
-¿Cómo?
-Yo creo que hasta ahora Adela
no había sentido la posibilidad de que su vida se pudiese acabar.
Así es muy difícil pensar en el futuro
porque es el futuro lo que está en juego.
Y también justo por eso chocaba con Mateo.
Porque no comprendía por qué él tenía miedo
y se desanimaba a veces.
Y por eso también creo yo
que Mateo es la persona que más le puede ayudar.
Y bueno, ya que está Sandra por el hospital,
pues a ver si les echa un empujoncito a los dos.
(#Música#)
-¿Cómo va la operación?
-Pues está taquicárdico e hipotenso.
La sepsis es bastante grave,
pero parece que consiguieron estabilizarle.
Van a proceder ahora a la amputación del pie.
-¿Cómo se lo ha tomado él?
-No lo sabe todavía.
Estaba inconsciente.
Va a ser un palo muy grande cuando se despierte.
-Tendrá que encajarlo.
Era la única solución para salvarle la vida.
-Ya. Ya lo sé.
-Además, la doctora Liria es una experta.
Va a salir todo bien.
Tú, ¿cómo estás?
-¿Yo?
Pues creo que es el peor día de mi vida.
Me va a estallar la cabeza.
Es que no...
No me puedo creer que Iker esté pasando por esto.
Y ya sé lo que me vas a decir, pero siento que...
-No. No es culpa tuya.
-No debería haberle echado así de casa.
No sin saber,
sin asegurarme que iba a tener un sitio donde meterse.
Y lo peor de todo es que...
que antes hablé con él y...
y me lo echó en cara y yo le traté como si se lo mereciera.
-Bueno, cuando hablaste con él no estaba en las mejores condiciones.
No se lo puedes tener en cuenta.
-Nunca le había visto así.
Estaba hundido, Carlos.
Y..., y yo le rematé.
-Estaba borracho, Bea.
-Lo fastidié todo, Carlos.
-Sí...
No sé cómo se me pudo ir de esta forma de las manos.
Yo solo quería arreglar las cosas contigo y...
Y a ti te perdí y...
Y mira Iker cómo está.
Lo fastidié todo.
-¡Beatriz!
Deja de decirte eso porque al final
vas a acabar creyéndote que es verdad.
Iker es mayorcito y es responsable de sus propias decisiones.
Y si está en esa camilla no tiene nada que ver contigo.
(#Música#)
-¡Hombre!
¿Y tú qué haces aquí?
-Venir a verte. Me han dicho que estás fatal.
-Bueno.
En mi mejor momento no estoy.
-Eso ya te lo digo yo que no.
Despertar de la anestesia es lo peor.
Pero bueno, vas a ir mejorando, ¿verdad?
-Te queda nada, nada, nada.
-Ella es Sandra.
Me la ha presentado Lucía en el pasillo.
-Bueno, realmente estaba visitando la planta de Oncología,
me han hablado de Mateo, quería conocer a Mateo,
porque está en un proceso de enfermedad muy parecido al mío,
Mateo me ha hablado de ti.
Y nada, que esto es una cadena, quería conocerte a ti también, Adela.
-Pues hola.
-Encantada. Un placer, cielo. No te muevas mucho...
-No puedo. -Que estás delicadita.
-Sandra es una superviviente del cáncer
y tiene un optimismo muy desarrollado de la enfermedad.
-Sobre todo tengo el músculo del optimismo muy desarrollado.
Porque es un músculo que se trabaja.
-Eso del músculo me suena mucho.
Yo creo que lo he oído antes.
¡Claro!
Tú eres Sandra Ybarra,
tú has creado una fundación que es todo un referente
con la lucha contra el cáncer.
-Claro. Por ser una privilegiada,
que he superado dos leucemias, dos cánceres,
después de eso, creé la fundación,
que lleva mi nombre y eso es lo que te suena.
-Encantada. -Encantada de conocerte, cielo.
-Además, en la fundación de Sandra ya son casi dos millones de personas
y bueno, ha venido a reclutar a algunas personas más.
-Supervivientes.
Lo que queremos es registrar la vida.
Porque se registra la muerte, pero no existe un registro de supervivientes.
Y además lo que queremos es...
Considerar la supervivencia como una fase más del proceso.
No hay médicos expertos en supervivientes.
Y queremos que los haya,
y sobre todo queremos que, personas como vosotros,
os curéis ya, porque os necesitamos en la escuela.
-Eso está hecho, ¿verdad? -Claro que sí.
-Os tengo que dejar,
porque seguro que tenéis muchas cosas que compartir.
Pero hay una cosa que a mí me ayudó mucho durante el proceso,
y es cuando me dijeron que lo único que podemos elegir es la actitud.
La actitud con la que vives las cosas.
Podemos elegir ser víctimas o protagonistas.
Podemos ser protagonistas de nuestra vida,
aunque estemos despertando de la anestesia
o en el proceso de la enfermedad.
Luego hay momentos que son complicados.
Pero yo os he traído un regalito,
que es el lazo de la fundación,
que simboliza el mensaje positivo.
Cuando te dé un poquito de bajón, miras el lazo
y vas a recordar que somos más fuertes de lo que creemos.
Y tú también, ¿eh, Mateo? Gracias.
-Muchas gracias, Sandra. Y gracias por venir.
-Mejórate. Adiós. -Adiós.
-Bueno, y gracias a ti por venir también.
-Bueno, es que resulta que una tía muy pesada
me decía que tenía que salir más al pasillo.
-¿Y qué tal?
-He conocido a Sandra. No me puedo quejar mucho.
-Bueno, ves.
Si me hicieras más caso...
Tienes que hacer más veces las cosas que yo te digo que hagas.
-En la fundación Sandra Ybarra de solidaridad frente al cáncer.
Creemos que es posible un cambio de actitud frente a esta enfermedad.
Hemos trabajado sobre todo el lenguaje
con los medios de comunicación
porque nos parecía muy importante
acabar con el estigma que existe frente a esta enfermedad.
Hemos trabajado con los médicos, con la comunidad científica...
Creemos que es muy importante la humanización de la sanidad
y que los pacientes puedan decidir sobre su vida,
sobre su proceso de enfermedad.
Yo soy una privilegiada,
me he curado en dos ocasiones de cáncer,
la vida me ha dado la oportunidad de volver a ser.
Y no puedo hacer otra cosa que dedicarme a trabajar
hasta que podamos escuchar algún día las palabras mágicas
de que el cáncer se puede curar.
-Además, también he traído esto.
Toma.
-Buen intento, Mateo.
Pero vamos a tener que dejarlo para otro día.
Que me acaban de quitar un trozo de pulmón.
-Bueno, pero ¿no has oído a Sandra?
Hay vida después del cáncer, Adela.
Además, tienes que intentar hacer otras cosas.
Es por tu bien.
-Mateo, me cuesta respirar.
-¿Y? Eso ya lo sabemos, ¿no?
A ver, que yo sepa, la cabeza la tienes perfectamente.
(#Música#)
Mira, Adela.
Ahora tienes que intentar hacer otras cosas,
porque si no te vas a rayar pensando en lo mal que vas a estar.
Y cuesta mucho estar positivo.
Te lo digo por propia experiencia. -Imagino.
-Y poco a poco, tienes que asimilar todo lo que te ha pasado.
Y unas veces vas a estar mejor,
pero otras veces vas a estar peor.
Y al final tienes que cargar con eso.
Pero me tienes que hacer caso e intentar hacer otras cosas, ¿vale?
-Bueno. -Mira, sé que te cuesta mucho hablar.
Así que, si quieres, te puedo leer el segundo capítulo.
Sabes que no te voy a dejar en paz, ¿no?
-Mucho me temo que sí que lo sé.
-Mira, Adela, te voy a decir una cosa que no se la he dicho a nadie.
Yo he tenido muchos profesores
y al final, los he acabado aburriendo a todos.
Pero es porque se lo pongo difícil yo.
-Bastante que lo intentas.
-¿A que sí? ¿Ahora me entiendes cómo es?
-Sí, perfectamente.
Mateo, creo que he sido muy dura contigo, muy pesada.
-Pues sí, un poco, la verdad.
Pero piénsalo, te has salido con la tuya.
Has conseguido que lea el primer capítulo
y que salga de la habitación.
Así que no te puedes quejar mucho.
-Mateo, no te rindas.
-Claro que no, Adela.
Pero tú tampoco te vas a rendir, ¿vale?
Tú tampoco te rindas.
(#Música#)
-Había dicho un montón de veces en la vida
eso de que nunca dejamos de aprender,
y que los profesores aprendemos tanto como los alumnos,
pero nunca lo había creído de verdad, hasta ahora.
Me ha venido muy bien la visita de Sandra.
Y lo que me ha dicho Mateo también.
Me he emocionado al verle llegar agarrado al gotero...
Y que me haya dicho que lo he ayudado.
Eso es lo importante para una profesora.
(#Música#)
-Hola. -¡Pero cuánto has tardado!
-Pero ¿cuánto tiempo llevas esperando?
-Pues muchísimo, cinco minutos por lo menos.
Oye, no te rías, que cinco minutos se pueden hacer eternos.
-Vale, sí, es verdad, perdona. -¿Tienes el informe?
-Sí. -Pues dámelo.
¿Cuándo pensabas dármelo? -Voy, voy. Toma, tranquila.
-¿Qué dice? -No lo sé.
Los he traído para que los leas tú.
-Ah.
-¿Qué pasa? (RESOPLA) -Fff.
No puedo. No soy capaz.
-¿Cómo que no eres capaz? Claro que sí.
Venga, va. Que seguro que está todo bien.
-Es que me falló la rodilla.
-Ya lo sé, si ya me lo dijiste. Pero no pasa nada.
-Estaba todo el rato muy serio.
Demasiado.
-Bueno, Lobato no es que sea precisamente la alegría de la huerta.
No se lo tengas en cuenta.
-Léelos tú.
-¿Segura?
-¿Son malos?
Son malos, lo sabía, ¡son malos, claro!
¿No quería la verdad? -¡Pepa!. -Pues toma, aquí la tengo.
-Y de verdad que, que lo peor de todo
es que tú sabes que yo estoy capacitada para hacer mi trabajo.
-Pepa...
-Yo nunca pondría en riesgo la vida de ningún pacien...
-El informe es favorable.
-¿Qué? -Que el informe es favorable.
Enhorabuena, estás capacitada para seguir trabajando.
-De verdad, estaba muerta de miedo.
Pensaba que iba a tener que dejar de trabajar.
-Yo, si te digo la verdad, tampoco las tenía todas conmigo, ¿eh?
Además, tuviste la mala suerte de que te tocara Lobato
que es un sieso, pero bueno, la realidad es la que es.
El informe es favorable, puedes seguir trabajando.
¿Lo celebramos esta noche? -¡Sí!
Si quieres llamo a Ramón y a Lucía por si se quieren venir.
-Ya... -¿Qué, te parece? ¿No?
-No..., no sé. No sé.
Igual es mejor que lo celebremos tú y yo a solas.
Es que bueno, que he tenido una discusión con Ramón.
-Ah, vale.
Bueno, como quieras.
Pero lo de Ramón se puede arreglar, ¿no?
-Sí, sí. Seguro que sí.
-Bueno. -¡Enhorabuena!
-¡Mmm! ¡Ay!
La esclerosis múltiple no tiene cura.
Hay que aprender a vivir con ella.
Y hay que aprender a tener la enfermedad bajo control
mediante buenos hábitos.
Pero en cualquier momento se puede empeorar.
Es lo peor que tiene esta enfermedad.
Pero... Este informe
dice que estoy capacitada para trabajar.
Y eso, sumado al momento que estoy viviendo con Andrés...,
Me hace muy feliz.
-Es que no sé por qué tardan tanto.
-Tranquila, están haciendo su trabajo.
Tienen que ir con cuidado.
-Está bien.
-Paciencia...
-Ya lo sé, tienes razón.
Gracias.
-No tienes por qué dármelas. -Sí. Sí tengo.
Antes de que llegaras estaba como un flan.
-Eso es verdad.
-Sé que tienes razón, Carlos, que no debería sentirme culpable.
Pero necesito escucharlo de él, ¿me entiendes?
Lo cambiaría todo.
-Ya tendrás tiempo cuando salga del quirófano.
Con más tranquilidad todo el mundo se entiende mejor.
-Como nosotros.
(#Música#)
-¿Qué está pasando? -No lo sé.
Parece que la amputación no ha sido suficiente.
La infección se ha debido extender por todo el cuerpo.
-Tienen que actuar rápido,
si no los órganos van a empezar a fallar.
-Están intentando estabilizarlo.
-Pero si estaba yendo bien. -Tranquila.
-Ha entrado en shock séptico.
-¡No, no! No, no puede ser.
-¡Espera, espera!
No puedes entrar, no puedes entrar ahora.
-Déjales que hagan su trabajo, por favor. Tranquila.
-¡No, no, no puede ser, Carlos!
(#Música#)
-Muchas gracias por venir.
-Oye, es que es lo menos que puedo hacer
por la mejor profesora del equipo.
Que es que estoy deseando que te incorpores.
-Y yo también lo estoy.
Los informes dicen que han eliminado el tumor completamente.
-¿Ah, sí?
-Pero bueno, no lo sabré seguro hasta que venga a control.
-Pues es una noticia estupenda, ¿no?
-Sí, sí que lo es.
-Y ya he visto que has empezado a retomar las clases, ¿no?
-Bueno, más o menos.
Pero esta vez ha sido Mateo el que me ha dado una lección a mí.
Y sí, sí, vale. -¿Qué?
-Lo confieso, tenías razón.
Tenía miedo de lo que se me venía encima
e intenté ahí, tirar para adelante.
Como si no pasara nada.
-Bueno, Adela, es que esa es una reacción completamente normal.
-Ya, ya. Pero fue Mateo
el que me hizo...
enfrentarme al miedo, mirarlo a la cara, aceptarlo...,
y bueno confiar en que se pasaría.
¿Sabes lo que me dijo? -¿Qué?
-Que no pasaba nada
porque me quitaran un trozo de pulmón,
que la cabeza la tenía perfectamente.
-O sea, justo lo que tú le decías a él, ¿no? -Sí.
Bueno, siento haberle presionado tanto.
-No, mujer, no te fustigues.
Además, le viene bien un poco de caña, ¿eh?
Que la compasión ya sabes tú que no es buena y tu ímpetu sí.
-No sé ya. -Que sí.
Además, le has dado un propósito, ¿no?
Que es algo maravilloso
y que cuesta mucho en estos chicos que tienen esos problemas.
-Yo creo que le ha venido bien ayudarme.
-Claro que sí.
Es que sentirse útil es muy importante.
¿Sabes que hoy ha salido al jardín?
-¡¿Qué me dices?!
-¡Bueno, por favor!
Ha estado hablando muchísimo tiempo
con un señor mayor que se está haciendo diálisis,
ahí los dos más ricos en un banco...
(RÍE) -Seguro que se hacen bien mutuamente.
-Seguro que sí.
-Como dice Sandra,
somos una cadena.
Pero bueno, ya está.
Tiene que entender el principio de "La montaña mágica", ¿eh?
¡Que no es para tanto!
-Bueno, pues explícaselo tú.
-Pues vale.
(#Música#)
-Hola.
¿Llevas aquí toda la noche?
-M.
-¿Por qué no te vas a casa a dormir y descansas un poco?
¿Te llamo un taxi?
-No. No puedo, Carlos.
No puedo dormir
ni puedo moverme. No.
No me creo que haya pasado esto.
Llevo horas leyendo los mensajes de Iker y...
Y no lo entiendo. Te juro que no lo entiendo.
No quiero acostarme y olvidarme de lo que pasó
y volver a levantarme y...
Y volver a acordarme. No voy a poder.
-Es normal que te sientas así ahora.
-Es que no me creo que no vuelva a ver a Iker nunca más.
-Bueno, date tiempo.
Ya sé que es duro escuchar esto,
pero tienes que seguir, mirar hacia delante.
(#Música#)
Bea...
(#Música#)
-¿Crees que podrás perdonarme?
-Ya lo he hecho.
Pero sigo pensando que no podemos estar juntos.
-Eso es que no me has perdonado.
-Lo siento.
No es el mejor momento para decir esto, pero...
Que te haya perdonado significa que no te guardo rencor.
Que he pasado página.
Pero la confianza es algo que no tengo.
Lo siento.
-Entiendo.
-Estaré aquí para cualquier cosa que necesites, pero no de esa manera.
(#Música#)
-Me voy a casa.
-¿Quieres que te llame a un taxi? -No. Ya lo hago yo.
(#Música#)
-Vale, ¿y cómo se llama?
¿Que se llevó un montón de millones?
-Pues que me cuesta mucho orinar, doctor.
No me sale.
Después de mucho rato, pues unas gotas nada más.
-Bueno, de momento, Paco, veo que no hay globo vesical.
-¿Eso qué quiere decir?
-Eso quiere decir que no hay retención...
-Ya, claro, que te mandan para casa otra vez, supongo.
-Carlos, de verdad. -No, papá.
¡Tú necesitas urgentemente que te operen de la próstata
y aquí el doctor se está escaqueando!
-Sí. Porque, si les das más tiempo, cogen confianza y al final, ¿eh?,
uno empatiza mucho y te acaban invitando a su boda.
-Quiero hacer de este centro
un centro pionero en la investigación con células madre.
Y para conseguir este reto hay que recortar en otros sectores.
Porque el dinero no nos ha caído del cielo.
-A mi madre le diagnosticaron depresión crónica.
Y aunque toma antidepresivos diariamente,
no termina de salir del bache.
-¿Está pasando por una mala época?
-Deje de disimular.
Si sé que me ha reconocido.
-No. No autorizo la operación.
-He mirado los horarios y hay quirófanos libres.
No entiendo por qué no puedo operar. -¡A ver, he dicho que no!
Una hiperplasia de próstata no es algo grave.
-¡No, no, no, no!
Se me pasa, se me pasa.
(#Música#)
Subtitulado realizado por María del Carmen Casado Rubio
Docuficción basada en un exitoso formato internacional que recrea cada día dos historias basadas en casos clínicos reales, curiosos y atractivos. A través de siete personajes fijos -cinco médicos y dos enfermeras- los espectadores irán conociendo los casos que llegarán a las consultas.
El administrador de la página ha decidido no mostrar los comentarios de este contenido en cumplimiento de las Normas de participación