Sábado a las 10:00 horas
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(Música)
Este año vino la castaña más pronto que otros años.
Otros años, hasta primeros del mes que viene, casi nunca había.
Este año están ya casi terminadas.
Por ejemplo, yo no tengo ganado ni tengo nada,
yo la recojo y las vendo,
pero este año son buenas, buena castaña,
porque son de esas de pared.
Buena castaña, pero las pagan poco.
(Música)
# Manolo mío, tú bien lo sabes, # que desde niña te di el amor. #
Lo dicho, el término "magosto" aquí nunca se usó.
Yo nunca oí a mi padre decir "magosto".
Aquí, simplemente se dice:
"vamos a asar un tamborado de castañas".
Las castañas, para que queden bien asadas,
tienen que estar "cacheítas"
que la castaña esté recogida de hace varios días.
Para que queden bien asadas, más de dos tercios del tambor, no conviene.
Tú cuelgas el tambor, lo vas girando
y con eso consigues que las castañas queden regularmente asadas.
Lo ideal es que por dentro quede la castaña cocida, blanda,
y la parte de fuera quede un poco tostadita.
Y que pelen solas.
Es una delicadeza el comer una castaña bien asada.
Te aseguro que son exquisitas.
(Música)
Leche, harina, huevos y sal. Es lo que llevan.
Primero se echan los huevos,
se baten y se le añade la leche.
Luego se le va añadiendo harina y la sal.
Y la harina tiene que ser hasta que llegue un momento
que tú veas la densidad que tiene.
Con la masa esa, pongo aceite a calentar, aceite, y lo frío
y se da vuelta y vuelta,
y se saca y se puede comer, depende como guste.
Estos son ya los frisuelos hechos.
Y se pueden comer a gusto de cada uno, solos,
hay quien les echa azúcar,
hay quien les echa miel, los acompaña con chocolate, o solos.
Sacamos la miel, hacemos núcleos, creamos nuestras propias reinas.
Las reinas se pueden hacer por traslarve.
Se cogen los huevos recién puestos de un día de las obreras
y se meten en unas cápsulas, que son estas,
las obreras la cierran.
Aquí las alimentan.
Y cuando pasan unos días, cogemos este aparato,
con la reina,
y lo metemos entre dos cuadros en el núcleo, que se llama esto.
Ayer, iba a coger unas castañas
y cuando me acercaba al castaño, estaba el oso cogiéndomelas.
Me evitó el trabajo.
Ahora hay cantidad de ellos.
Como des un paseo por ahí, en sitios estratégicos,
pues posiblemente lo ves.
Vas subiendo hacia la braña o por ahí,
y te lo encuentras ahí, en el camino, en un hormiguero comiendo.
(Música)
Eran antiguos asentamientos donde se construían unas cabañas
para albergar a la gente que venía a atender el ganado
en los pastos de verano, en la alta montaña.
Ahora la gente joven vuelve a retomar otra vez
el tema de la ganadería.
Hay caballos, vacas
y aprovechan los pastos de alta montaña,
que vuelven a aprovechar.
(Música)
Era un antiguo pajar, hice una rehabilitación grandísima
y lo convertí en una pequeña casa rural.
Podría decirse que es casi un loft.
Hemos hecho una pequeña cocina.
Y luego, abajo tenemos la cama.
Y al lado, bueno, no muy cerca, la chimenea,
bueno como una pequeña salita.
(HABLA EN ASTURLEONÉS)
También tiene otros nombres.
Y tiene una pronunciación, la "ts" que es lo más significativo,
la palatalización, patsuezu, no es ni ch, se escribe con ts.
Se hablaba antiguamente.
Yo de mis tías, mis abuelos...
Luego se perdió.
Porque, claro, en las escuelas estaba mal visto hablar así.
Esta lengua está totalmente asentada, o sea, está bien definida ya,
con su gramática, con todo.
Y mucha gente que se interesa.
La poesía de Eva González es, sobre todo, entrañable.
Va directa al corazón, es que es una poesía de nuestra vida,
de nuestras raíces, de nuestra cultura,
de lo que vivimos siempre.
(LEE EN PACHUEZO)
(Música)
"Se inició una amistad con el original dueño,
José Ríos Torrecillas, en el mercado de frutas en París.
José Ríos Torrecillas le recomendó a Eiffel
que viniera a pasar algunas temporadas al balneario de Archena,
un balneario que tenemos muy cerca de la localidad,
para que las aguas termales
le calmaran los dolores de articulaciones
que padecía Eiffel.
Pasó largas temporadas aquí en el balneario
y en una de esas estancias inició el diseño del proyecto.
Esta construcción se hizo como consecuencia del derribo
de una antigua mezquita que había en este lugar
y estaba amenazada de ruina.
Primeramente esa mezquita funcionó como oratorio musulmán
y después pasó a ser parroquia bajo la advocación
del apóstol san Bartolomé.
Se hizo el artesonado morisco a base de cinta y saetino,
el estilo propio mudéjar
que desapareció a finales del siglo XV.
Este artesonado es el único auténtico en toda la región de Murcia.
Las vecinas villas del valle de Ricote
decidieron derribar las iglesias moriscas
para levantar nuevas iglesias
imitando el estilo barroco que se había impuesto
en la Murcia de aquel entonces.
En Ulea esa decisión no se llevó a cabo
y se optó por ocultar ese artesonado morisco bajo un falso techo.
El baño de la Santa Cruz
se efectuaba en la acequia Mayor o acequia del Henchidor,
a cielo abierto.
Pero ante la dificultad que había,
porque mucha gente cayó y tuvo riesgo de ahogarse,
en 1981 se construyó este templete.
Dejó de dar servicio en el año 1940,
sin embargo, los uleanos, fieles a esas tradiciones,
construyeron una nueva noria para que fuera pieza de museo.
La constituyó mi abuelo hace más de 60 años.
Nosotros somos ahora mismo la tercera generación.
Esto siguió luego, mi padre y mis tíos y mis tías
como decía mi abuelo, somos artesanos del limón.
Estos limones vienen sobre todo
de la zona de los pueblos de alrededor:
de Ulea, de Archena, de Blanca.
30 % de la producción que hacemos, de lo que trabajamos,
es producción propia,
y el resto, el 70% suele ser de agricultores de la zona.
Normalmente tendremos una media de unos 40 trabajadores
y cuando llega la época de la fruta de hueso
podemos llegar a tener 60 ó 70 personas trabajando.
El mercado que más trabajamos,
el que más fuerte es para nosotros es el mercado nacional.
También exportamos, sobre todo a Francia, algo a Holanda,
a Alemania.
Voy a preparar una morcilla de guerra
que se hace todo con verdura y productos naturales.
Lleva berenjena, cebolla y especias.
Yo pongo la cebolla partida por la mitad
y la berenjena la parto en cuatro trozos.
La olla es rápida y yo la pongo unos diez minutos.
Una vez cocida la berenjena y la cebolla
se deja que se escurran, que suelte agua.
Vamos a pasar a hacerle un pequeño sofrito.
Esto se llama morcilla de guerra porque cuando la guerra civil
los pobres, que no tenían dinero
para comprar cerdos ni criarlos, ni nada de nada,
se lo inventaron.
Una vez sofrita la cebolla, mezclamos la berenjena.
Le añadimos primero los piñones, orégano, pimienta, canela, pimentón,
clavo y nuez moscada.
Y mezclamos hasta que quede todo bien sofrito.
Esto se come mucho, pero es en el verano.
Esta morcilla no se puede embuchar, porque es vegana,
con lo cual nosotros nos la comemos en una tosta.
En el pan, nos la servimos así y nos la comemos.
Hay que tomar la salida del pueblo en dirección a la autovía
y aproximadamente a 500 metros hay que coger una senda
que se conoce como la "de adoquines".
Aproximadamente tendrá entre unos cuatro y seis kilómetros de ruta,
con una dificultad media-alta,
debido a que hay zonas con una pendiente bastante alta
que exigen bastante esfuerzo.
Llegamos al mirador de la Casa de los Forestales,
una zona desde donde podemos ver perfectamente
el pueblo de Villanueva y el de Ulea.
Tomamos la senda del Martillo,
que discurre por un bosque denso de pino carrasco de repoblación,
de hace unos 50 años aproximadamente,
en la que también se intercalan materiales como calcarenita
conglomerado...
Llegaremos hasta una cima donde hay una gran torreta
y debemos seguir hacia el municipio de Ojós,
hay una senda que va ladera abajo.
Cuenta la leyenda que se enamoraron un moro y una conversa,
un amor prohibido.
Cuando huían de sus enemigos a caballo saltaron desde ese lado
hasta este del barranco y se mataron.
Pero el nombre del Salto de la Novia puede tener otro origen,
porque barranco nuevo se dice en latín, Saltus Novus.
Es un asentamiento seguramente con entidad de ciudad.
La zona excavada, que se excavó en los años 70,
nos da una cronología aproximada desde el siglo IV al siglo VI.
Lo que tenemos son unas viviendas y además,
al tener entidad de ciudad fortificada,
también se conservan bastante bien parte de los tramos de la muralla
que envolvería el yacimiento.
-Ha sido ahora cuando se han podido acometer actividades
de conservación y restauración.
Se han hecho distintas actividades relacionadas con la limpieza,
la consolidación,
se han hecho reintegraciones de las zonas
que se habían desprendido
y se ha hecho un tratamiento general de todo el yacimiento
precisamente para conservarlo.
Recreó un poco su Cuba natal en esta finca,
creando el palmeral que actualmente tenemos.
En 1995 todas estas construcciones estaban en declive,
con lo cual se decidió rehabilitarlas
para alojamientos rurales
respetando fundamentalmente sus estructuras originales.
En este caso, aquí tenemos el pabellón modernista
y las otras casas son típicas casas de la huerta murciana.
Se han mantenido los revoltones de los techos,
también las escaleras,
todos los suelos que se ha podido
y el 50% de los muebles que hay son recuperados
de las fechas de las casas.
Ahora vais a ver lo que eran las antiguas caballerizas de la finca,
que actualmente se han transformado en un salón de celebraciones
donde se hacen eventos de todo tipo: bodas, comuniones...
El Hierro tiene mucha biodiversidad y tiene unas aguas muy transparentes,
como no hay grandes núcleos poblacionales
pues no hay ningún tipo de vertido en el mar
y encima también tenemos la gran suerte de tener
una reserva marina de interés pesquero
que lo que hace es que protege la vida acuática
porque la pesca es pesca sostenible, es artesanal
y eso hace pues que podemos disfrutar en cualquier inmersión
de mucha fauna y sobre todo mucha variedad de peces.
Cuando surgió lo del volcán a nosotros nos afectó
muy negativamente, de hecho, nos evacuaron,
tuvimos que irnos de la población y estuvimos un tiempo
sin poder regresar a nuestros propios domicilios.
Al cabo de un tiempo que nos dejaron volver,
estuvimos 15 días y nos volvieron a hacer desalojar el pueblo,
eso conllevó unas noticias televisivas
pues como de dramatismo, de peligro
e hizo que dejara de venir el turismo,
tanto fue así que estuvimos prácticamente año y medio
sin trabajar.
Pero tuvimos la gran suerte de que la naturaleza
persiste en recuperar su nicho ecológico
y se recuperó muy rápido.
De hecho, a los tres años teníamos la misma fauna
que teníamos antes del volcán.
Y eso hizo que todo el mundo volviera otra vez
a ver cómo era El Hierro, como había quedado
y se volviera a la normalidad.
La naturaleza es muy caprichosa, podría empezar a haber algo mañana,
como no vuelve a haberlo hasta dentro de 10.000 años,
por lo tanto tenemos que vivir con esa normalidad,
como viven pues en las islas de Hawaii
que son islas oceánicas como Canarias
y ellos viven incluso con volcanes que están en activo.
-En el año 2000 la UNESCO,
declaró la isla del Hierro reserva de la Biosfera,
eso ha favorecido su desarrollo sostenible,
además, el sector pesquero, a fin de evitar la sobrepesca,
promovió la creación de la reserva marina de la Restinga.
Hace 30 o 40 años era muy diferente a ahora,
se utilizaban, por ejemplo, redes, que no eran buenas,
para el pescado tampoco, palangres
y ya después nosotros fuimos como...
vamos a cuidar la isla porque si no, nos quedábamos sin nada.
Es muy pequeña y tiene poca plataforma,
no es como Tenerife o Las Palmas que tienen una plataforma enorme,
aquí cae en picado, es muy profunda.
Se prohibió todo, todo, nasas, trasmayos y tal
y empezamos a cuidar las especies que más iban al mercado,
pues más cuidado con ellas y empezamos a poner tallas,
a movernos con los políticos para que nos ayudaran a eso,
simplemente queríamos guardar nuestro trabajo
y al final, pues lo hemos conseguido, la verdad.
En otras islas nos están copiando muchas cosas
y bueno, en esta isla se coge pescado, viejas grandes,
se coge pescado grande
siendo las otras mucho mejores que esta,
y no se cogen las mismas cantidades
y algo, claro, algo habremos hecho bien.
Al principio todo se acabó, todo parecía que era imposible,
estuvimos un año parados.
Me pegué 8 o 10 meses con las cabras de un compañero
que me dijo que le echara una mano y me dedicaba a las cabras.
Y nada, volvemos a pescar y se regeneró todo bastante,
yo creo que la que menos se ha recuperado
son los gallos oceánicos, el gallo de fuera,
el oceánico prácticamente desapareció.
Europa nos ayudó, nos daba dinero todos los meses, nos mantenía,
fue la única vez que dije bueno, la verdad que...
pero ojalá no vuelva nunca más a haber un volcán.
No, no, no. Yo no lo quiero.
Vamos a comer un peto en mojo con papas arrugadas.
Va a llevar el peto, el pescado que vemos aquí.
Luego vamos a hacer un mojo a partir de cebolla, de tomate,
un poquito de ajo, comino.
Va a llevar un poquito de vinagre, vino blanco y luego, salpimentado.
Es un pescado semitúnido de pulpa blanca,
ya va tirando a pescado azul.
Nos aporta mucha consistencia de materia prima.
No tiene un sabor muy peculiar,
ni esa grasa como puede ser un túnido.
Lo que hacemos en la sartén es marcarlo
para potenciar un poquito más el poco sabor que tiene el peto.
O sea, como cualquier túnido, lo marcamos a fuego fuerte,
crea una costra, pero solo queda sellado
y luego dejamos solamente cocinar con el calor del mojo.
Dejamos que hierva el mojo y cuando está hirviendo apagamos,
dejamos el peto dentro y se cocina simplemente con el calor.
Durante muchos años es un pescado que no gustaba tanto
es un pescado que estaba ahí,
que lo comprábamos por último remedio,
nosotros intentamos defender al peto, defenderlo y hacer ver
que realmente nos puede dar mucho más juego
del que nos ha dado hasta ahora.
Estas variedades que tenemos aquí son baboso tinto,
espectaculares, son vinos singulares, son vinos totalmente diferentes,
Las viñas datan en el Hierro hace 5 siglos por ahí.
Las trajo un inglés que se llamaba John Hill.
El vino que se hacía antes prácticamente era autoconsumo,
todo el mundo tenía sus pequeñas parcelas de viña...
Tú piensa que el vino llegó a ser aquí un alimento.
Cogías gofio por la mañana, media taza, un vaso de vino,
gofio, un huevo y dabas vueltas y te bebías,
salías con eso para el campo, era como un alimento.
Se utilizaba como alimento.
Cada isla tiene su vino de la tierra,
en el caso nuestro, hay un vino que aquí se le denomina vino de pata,
que es una mezcla de todas las variedades, uvas blancas,
uvas tintas, todas las variedades, se mezclaban,
se hacía un vino y salía un clarete,
el vino que se vendía aquí en los bares,
un vino que se ha dejado ya de ir haciendo, cada día más,
porque ese bebedor, ya cada día, queda menos.
Ahora es más exigente, ahora es más a los tintos,
más a los blancos, rosados, los afrutados.
Mucho más difícil de trabajar la viña ahí.
Los lugares más llanos como puede ser,
este trocito, este pequeño pago, se utilizaban para cereales,
para cebada, trigo, centeno,
lo que daba la comida y la viña se plantaba en los lugares
más pobres en las laderas, en los valles, en lo barrancos,
donde no se podía trabajar esa tierra
que no era buena para cereales,
ahí se metía un poquito de viña o alguna tunera o tal.
Esto son viñas antiguas de bastantes años 50, 60 años.
Todo esto se hacía a mano, a "guataca" decimos en El Hierro
y la tendencia es que va a haber que reestructurar
todas esas viñas antiguas,
porque es inviable, a mano,
porque la mano de obra es muy costosa
y porque no existe esa mano de obra cualificada ya para trabajar,
a nadie le gusta trabajar de sol a sol
y menos 6 horas, 7 horas en las viñas ¿no?
La casita fue de mis bisabuelos,
de mis abuelos esta casa pasó a mi madre
y de mi madre pasó a mí y yo se la di a mi hijo
y él, pues la arregló para casita rural.
Hacían las paredes de pura piedra Y las hacían tan anchas,
porque en el invierno son calientes, que no da frío,
y en el verano son frescas, porque no dejan entrar el calor.
Los banquitos de mi abuela, la pobre,
estos banquitos eran la costumbre, como las paredes son tan anchas,
hacían los banquitos así
y las abuelitas se sentaban a coser, a hilar lana,
a hacer sus cositas.
Estas alfombras son las que hacíamos, la pobre de mi madre,
de lana de oveja, y de tiras de la tela vieja, de la ropa que no servía,
hacíamos tiras, las cosíamos, las uníamos,
y después se tejían en el telar.
Como no teníamos muebles,
los hombres de la casa nos hacían estos lozeros
y estas paredes como eran tan anchas pues se aprovechaban
y hacían esta parte, la decíamos la vacinera,
para guardar las cosas o comida,
se le ponía una cortinita para tapar la comida
las cosas que teníamos y no servían de mueble.
Subtitulado por Victoria Sánchez Mayo
Agrosfera dedicado al turismo rural y en el que os mostramos la diversidad cultural, gastronómica y paisajística de nuestro país. Son tres recorridos que nos sorprendieron en 2020.
El primero es Rivas del Sil, en León. Un territorio de bosques de castaños, pueblos de piedra y brañas. El otoño es una buena fecha para visitar este enclave.
Tierra de cítricos y fruta de hueso. Ulea en el valle murciano de Ricote es un municipio de contrastes.
Nuestra tercera propuesta nos lleva a Canarias, en concreto al sur de la isla de El Hierro. Un pueblo pesquero que presume de su reserva marina.
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