Sábados a las 22.00 horas
Buenas noches.
¿Desde cuándo?
Desde el viaje a Filipinas.
Lo conocí al embarcar en Manila.
Durante el viaje, surgió algo entre nosotros.
Estamos en contacto desde entonces.
Y ha tenido la desfachatez de presentarse en mi casa.
Nunca tendría que haber sucedido. -No.
Pero supongo que puedo reprocharle cosas peores.
Agustín, estoy enamorada.
¿Vas a marcharte con él?
Quiero el divorcio.
No, Leocadia.
Vete, haz lo que quieras.
Pero jamás te concederé el divorcio.
Espérame aquí.
Me alegra saber que la viuda de Alcázar sigue encontrando consuelo.
Vuestra amiga Encarna se está tomando
muchas molestias por limpiar el nombre de tu marido.
Toda una hormiguita laboriosa.
Alguien debería decirle que no se puede amnistiar a un muerto.
que Alcázar esté vivo, esperando volver,
con otro nombre, como...
Roberto Roldán, por ejemplo.
Yo también quiero que vuelva.
Así encontraré un alivio a mi viudedad.
Buenas tardes.
Quiero que la sigas a todas horas.
Por supuesto.
Quiero saber dónde está Alcázar.
Y ella nos lo va a indicar.
¿Da su permiso?
¿Sabe para qué la he hecho llamar?
Por mi novio.
Por su novio anarquista.
Entenderá que la confianza es un requisito imprescindible
para trabajar en una casa decente.
Usted ha faltado a esa confianza.
No solo entablando relación con un anarquista,
también ocultándolo.
En deferencia al tiempo que lleva con nosotros,
voy a pagarle el mes completo,
a pesar de estar a mediados.
Aquí tiene.
Evidentemente, no puedo darle una carta de recomendación. Es todo.
Gracias, señor.
¿Alguna recomendación?
Me gusta.
Me lo llevo.
-50 céntimos.
Gracias.
(Música de suspense)
(HUGO) ¿Amparo?
Nos estamos quedando sin whisky.
Ya.
No sabía que estabas aquí.
Hasta el lunes, no podremos tener más.
Bueno, pues...
entonces, dosifícalo.
Quiero que haya de sobra para el viernes.
¿Y qué pasa el viernes?
La Asociación Cultural Don Pelayo va a celebrar una reunión.
Ya.
¿Y se espera mucha gente para esa reunión con whisky?
Seguramente, sí.
Tú encárgate de que no falte de nada y yo me ocupo del resto.
Hugo... -¿Ajá?
Estoy en tus manos.
Y, como me conoces, comprenderás que eso no me gusta.
Pero tus enemigos son los míos, y lo sabes.
Puedes sacar provecho de ello y confiar en mí...
o seguir usándome como camarera, tú decides.
Muy bien.
El viernes va a venir la plana mayor de Falange.
Todos los que no están encarcelados, claro.
Vais a liberar a José Antonio.
Poco a poco, Amparo.
De momento, para esta ocasión, solo necesito a la Amparo camarera.
Anfitriona.
Dejémoslo en anfitriona.
Os he llamado porque tengo algo importante que deciros.
Ya sabéis que la finca de nuestra familia es mucho más que un terreno
o que unos cultivos.
Es un legado que ha ido con nuestro apellido
durante generaciones. -Mamá.
Llevas diciéndonos eso desde que nacimos.
Cuando heredé la finca, vuestro padre y yo recuperamos unas tierras
que no servían para la siembra, mejoramos el riego,
levantamos el cobertizo...
Sí.
Pero vuestros abuelos no pudieron verlo.
(ESTORNUDA)
Y no quiero cometer el mismo error.
Así que voy a cederos las tierras ahora.
Juntos, decidiremos un reparto con el que todos estemos de acuerdo.
Quiero ver cómo las disfrutáis,
cómo las hacéis crecer.
(BEATRIZ RÍE) La verdad...
Fernando puede que sí,
pero yo no tengo prisa en ocuparme de las tierras.
Hijos míos, voy a irme.
Vuestro padre y yo nos vamos a separar.
Hemos tenido... muchas diferencias estos últimos años.
No es un secreto.
Vosotros lo sabéis.
Pero hemos mantenido las formas por vuestra familia,
por todos.
Hasta ahora.
Papá te quiere.
Me he enamorado de otro hombre.
Se trata de Charles.
El señor Foster.
No podéis imaginar
lo difícil que es para una madre... -Por eso nos abandonas.
¿Porque te has enamorado?
¿No te da vergüenza?
Mi madre...
La que da lecciones de moral.
La que dice lo que está bien
y lo que está mal.
-Beatriz...
Toda la vida llevándonos como una vela.
Y ahora...
¿Dividir las tierras?
Tú lo que quieres es irte con él sin tener nada que te ate aquí.
Ni familia
ni finca ni nada.
Ni quiero tu anillo
ni quiero tus tierras.
Beatriz, escúchame.
No quiero nada tuyo.
Si de verdad te importara esta familia,
no la romperías.
Me da vergüenza que seas mi madre.
Tenía que deciros la verdad.
Sí.
Lo sé.
No te pido tu apoyo.
Ni que te guardes tus reproches.
Tienes más derecho que nadie a hacérmelos.
Solo confío en que me entiendas.
Eres el único que puede entenderme.
Algún día lo harás.
He tomado una decisión.
Y estoy segura de que no me voy a arrepentir.
(Música suave)
(Pasos)
Venga, ya está.
Yo estoy intentando no llorar y tiene delito que te consuele.
Es que no es justo, Ludi.
Te echan por mi culpa.
No sabes cuánto lo siento.
Ya está.
Ya está, mujer.
Anda que no hay casas en Madrid.
Pero no más amigas como tú.
Sé quién eres.
Amparo, la de El Alemán.
O la mujer que vendió a Ventura.
Que se joda ese traidor allá donde esté.
¿Qué quieres?
Lo primero, hablar contigo a solas.
Mujeres...
Anda, déjanos solos.
Ya está.
¿Y ahora, qué, te me vas a declarar o...?
Sí.
Pero por escrito, es que soy muy tímida.
Necesito exactamente lo que pone ahí.
Si no está todo, no me sirve.
Conseguir esto no es fácil.
Por eso te lo pido a ti.
¿Para qué lo quieres?
Tú misma.
Puede hacerse.
Si lo puedes pagar.
Puedo pagarlo.
Si me lo das antes del viernes.
Señor... -Sí.
Yo querría pedirle...
Quisiera que considerara la posibilidad
de readmitir a Luz Divina.
Ella es trabajadora y muy leal.
Y en todos estos... -No. ¿Algo más?
Se lo suplico, señor.
Yo no me puedo quitar de la cabeza...
Ella está en la calle por mi culpa.
Señor...
No puedo seguir trabajando aquí con este peso en mi conciencia.
Por favor, déjeme en paz.
Sí, señor.
(Pasos)
Siempre estaré a tu lado, papá.
Mi pequeña...
Todo saldrá bien, ya lo verás.
(Pasos)
¡Qué buena noticia!
Para mamá todo son buenas noticias. -Beatriz.
Cuando acabe de desayunar, quiero verte en mi despacho.
Toma, es tuyo, por favor.
No quiero nada que me recuerde a ti.
(AGUSTÍN) ¡Basta ya!
¡No vuelvas a hablarle así a tu madre, nunca más!
Haga lo que haga, por encima de todo,
es tu madre y le debes cariño y respeto.
Café, por favor.
(Música de suspense)
Siéntate.
Son para mis clientes y contactos.
Ahí tienes.
El poder notarial que llevas tanto tiempo pidiéndome.
A partir de ahora, serás tú y solo tú
el que maneje los negocios de esta familia.
Esto solo tiene que ver contigo.
Hace mucho que has demostrado ser perfectamente capaz.
Vosotros entendéis mejor este mundo moderno.
¿Una copa?
Pero la respetas.
Y la entiendes.
Sois tal para cual.
Aquí estamos, padre e hijo,
abandonados por nuestras mujeres.
Aunque tú estás en mejor situación que yo, no nos engañemos.
Por ti, hijo.
Estoy convencido de que lo vas a hacer estupendamente.
(Llaman a la puerta)
Señor, perdone.
¿Tiene correspondencia? -Sí.
(Música de suspense)
¿Qué haces aquí?
¿Has venido a buscarme?
(Música suave)
Me muerto, ¿verdad?
"A la recepción de esta carta, es preciso que cambies de ciudad".
"Pero no vuelvas a España".
Lo tenemos.
Espiño, Portugal.
Ahí hay barcos que van a Inglaterra.
No es tonto Alcázar.
Me encantaría encontrarlo yo mismo,
pero no pasaría desapercibido.
Y está lo de este viernes...
Pero a mí Alcázar no me conoce.
Solo debes ordenarlo y salgo en el primer tren.
Si lo encuentras, no será fácil.
No dudaré un instante.
Está bien.
No te arrepentirás.
Lo sé.
Pero ten cuidado.
No quisiera tener que dar explicaciones a mi ahijada.
Otro cacito. -Gracias.
Anda...
Pero ¿tú qué haces aquí?
Pues menos mal, porque digo: "Si no está aquí, a ver dónde la busco".
¿Y tú dónde vas a estas horas?
No voy a ningún sitio, Ludi.
Me he despedido.
¿Que te has despedido tú?
Pues sí.
Porque entre la mala conciencia que tenía por lo que te hice
y la pena de echarte de menos, no podía quedarme allí un minuto más.
Pero... entonces, ¿lo has hecho por mí?
Pues sí, igual un poco sí.
Ay, María del Pilar,
que está muy bonito.
Ay, quita, quita...
Quita.
No te preocupes, de esta salimos las dos por la puerta grande.
Vamos. -Pues hija, sí.
Eso espero, porque si no... -Anda, que menuda...
Trae, que pesa mucho. -No, déjame.
El capitán Cuenca, de Artilleros.
Juan Antonio Morilla.
Han traído esto a tu nombre.
Si te preocupa que escuche algo, deberías quedar en otra parte.
Espera, Amparo. Por favor...
¿Te importaría sentarte un momento?
Tú dirás. -Verás...
He comprobado que una información que me diste hace tiempo es cierta.
Lo cual, no voy a negarlo, es un punto a favor.
Pero aún no confías en mí.
No.
Pero tengo una idea.
Me tienes intrigadísima.
Cuéntame el plan que me ocultas. -¿Qué?
No me creo tanta resignación.
Dime qué ocultas y confiaré en ti.
Muy bien.
No hay ningún plan.
Amparo...
Pero es verdad que lo hubo.
Pensaba quedarme contigo el tiempo suficiente para reunir dinero,
comprar un pasaporte falso y organizar mi desaparición.
Hasta que me dijiste que te mandaban a África.
Y comprendí que, sin tu protección, tenía las horas contadas.
Así que ya no hay plan.
¿Satisfecho?
Ábrela.
Elige uno.
(Música clásica de piano)
Todo el mundo sabe que he decidido marcharme contigo.
¿Cómo estás?
No ha sido fácil.
Pero, por primera vez en meses, me siento aliviada.
¿Y tus hijos?
No dejo de pensar en ellos.
No saber cuándo los volveré a ver...
Aún estás dudando.
Has venido a buscarme.
Y me has encontrado.
Amor...
Te prometo
que serás muy feliz.
Un café.
"Espanhol".
"Você é espanhol?".
(Música suave)
Me gusta oírte
mientras duermo.
Me gusta saber que estás ahí.
Cuéntame algo.
(Música melancólica)
¿Has decidido cuándo te marchas?
Sí.
Ojalá no te equivoques.
Estoy dispuesta a arriesgarme.
Vas a arruinar nuestra vida por algo que no puede salir bien.
Eso nadie lo sabe, Agustín.
¿Qué nos ha pasado?
Habría muchas respuestas para eso.
Pero ninguna válida por sí misma.
¿Tan infeliz has sido a mi lado?
Siento que las cosas terminen así.
Y admiro la dignidad que estás demostrando.
Solo te pido que no me dejes en ridículo.
Mi dignidad es lo único a lo que puedo aferrarme,
visto lo visto.
(Música de suspense)
¡Pedro!
(Portezuela cerrándose)
(Música de suspense)
Abre el bolso.
Así que es verdad que vienes de compras.
Ya lo habéis comprobado, podéis dejar de apuntarme.
¿De dónde has sacado tantos duros? -De El Alemán.
Tu cabaré se ha convertido en un nido de ratas.
¿Crees que haremos negocios con Hugo de Viana?
Hugo controla El Alemán, pero lo que os he pedido es para mí.
Están organizando un encuentro en El Alemán.
Este viernes irán allí los jefes de Falange que no están presos.
Esta dirá lo que sea por salvar el pellejo.
¡Chist!
Voy a volar El Alemán por los aires con Hugo y todos sus amigos dentro.
Un poco de pan...
¿Tienes?
Un poco.
(Música de suspense)
¿Está Beatriz en su habitación?
Sí, señora.
(Llama a la puerta)
¿Puedo pasar?
Haz lo que quieras.
Beatriz, me voy.
¿No vas a despedirte de mí?
¿Para qué?
No vas a cambiar de opinión.
Hija, entiendo que te resulte difícil aceptar todo esto.
Pero ya no eres una niña.
Por favor...
¿Debo entender que te marches con un hombre al que apenas conoces?
Diga lo que diga papá,
para mí, ya no eres mi madre.
Y no te quiero ver en mi boda.
Yo nunca dejaré de ser tu madre.
Te quiero muchísimo, Beatriz.
Y ahora, te necesito mucho más que tú a mí.
Déjame sola, por favor.
(Música de suspense)
Pasen. -Pasen, caballeros.
(Murmullo de conversaciones)
Bienvenidos.
General, le presento a Amparo Romero, la dueña del local.
Una reunión de hombres atractivos en la que soy la única mujer.
Deberíamos hacer esto tres veces a la semana.
Pasen, por favor. -Pasen, caballeros.
Bienvenido.
(Teléfono)
(Teléfono)
Prométeme que vendrás a verme.
(Teléfono)
Perdón. El señor González de Ayala al teléfono.
No. No, no.
No debes descuidar tus asuntos.
Ahora tienes muchas responsabilidades.
Además, ya sabes que odio las despedidas en la estación.
Fernando, cuida de tu padre y de tu hermana.
Beatriz se casará con Alfonso cuando vuelva de Portugal.
Te escribiré en cuanto nos instalemos.
"Espanhol, espanhol".
"Hoje, no jornal,
um espanhol morto".
(Música ambiental)
(ALFONSO) "Lo dicen en todos los periódicos".
Imposible.
"He visto los restos del bote y estaba a su nombre".
"Además, le vieron meterse mar adentro en mitad de la tormenta".
Pero el cuerpo no está.
"Aún no".
"Pero creo que estaba sobre aviso e intentó huir por mar".
"Alcázar está muerto".
No lo está, Alfonso.
Es una trampa. Ven para acá ahora mismo.
¿Pasa algo?
No.
Todo bien, Amparo.
¿Qué es?
No, me... me duele si me río.
No, no, es...
Te pones muy gracioso.
Abres la boca cuando...
cuando me vas a dar...
(RÍE) La boca...
Trae.
(Música ambiental)
Camaradas,
antes de nada, quiero darles la gracias a todos
por haber asistido a este evento.
Un acto especialmente significativo ya que, como muchos sabemos,
a algunos de nuestros jefes
el Gobierno no les ha permitido acompañarnos.
Estamos aquí reunidos,
rompiendo el silencio que se nos impone en estos tiempos,
para pulsar un temple.
¡Y, como no podía ser de otro modo,
esta reunión demuestra
que Falange está unida,
absoluta e inalterable, por siempre!
Camaradas venidos de todas las regiones de España, escuchad.
Se quiere cercenar a Falange,
ahora, cuando más necesaria es la ayuda que debe prestar a España,
pero no lo conseguirán.
Porque Falange, por encima de las personas,
tiene un único corazón,
una única voluntad, una sola misión.
(Aplausos)
Falange va a permanecer inalterable.
Camaradas, todos los cerebros de la dirección
pueden pensar lo contrario,
pero dejémosles en la ignorancia.
Dejémosles soñando.
No nos engañemos, camaradas.
El combate empezó años atrás.
Desde el inicio estamos en guerra.
¡Desde el día en que enarbolamos contra la España masónica,
democrática y capitalista la bandera de la revolución!
(Aplausos)
-¡Arriba España!
¡Desde ese día, camaradas, estamos en guerra!
Las urnas han hablado.
Dicen ahora los marxistas:
"Millones de españoles nos siguen".
Señores, un momento importante en la hora de España está comenzando.
Y para aquellos que quieran combate,
vamos a tener combate,
porque para nosotros no existe el descanso.
No tenemos derecho al respiro.
Estamos prestos para la respuesta.
Porque a aquellos que quieran ver la sangre,
a esos no les vamos a defraudar, camaradas.
No les vamos a defraudar, la sangre va a correr.
La sangre correrá.
Nos anima la fe más firme.
Y en este momento tan duro,
Falange va a resistir.
Avivados por vuestro estímulo,
dirigidos por la disciplina y la nación,
estrechando las filas en derredor del yugo y las flechas.
¡Arriba España!
¡Arriba!
(Tictac)
Adiós, Agustín.
Por eso os pido que, en este momento trascendental,
recordemos todos las palabras de nuestro jefe supremo, José Antonio.
Nuestro sitio está al aire libre,
bajo la noche clara,
arma al brazo y, en lo alto,
las estrellas.
(Tictac)
Ya presentimos el amanecer en la alegría de nuestros corazones.
(Aplausos)
Pero ese día que ya despunta en el horizonte
llegará animado por el sonido de la batalla.
Si tal es nuestro destino,
que así sea, camaradas.
No daremos un paso atrás, ni siquiera para tomar impulso.
(Aplausos)
Ya es hora...
de hacer presente el futuro.
Vamos a recordar a aquellos por lo que luchamos.
Esta nueva sangre...
necesita que les devolvamos la patria,
que nos hemos dejado arrebatar.
Porque esta nueva sangre
nos va a juzgar en vida, como Dios lo hará en la muerte.
Porque ellos, como nosotros,
están dispuestos a dar su vida por Dios y por España.
¡Arriba España!
(TODOS) ¡Arriba!
(Tictac)
¡Viva España! -¡Viva!
¡Viva Falange! -¡Viva!
(Tictac)
(Música dramática)
Ya no aguantaba más en la cama.
Estoy bien.
He perdido mi cruz.
Es verdad, la caridad no es solo cosa de la Iglesia.
Me lo dijiste el día que nos conocimos.
Me gustó.
Le has avisado, ¿verdad?
Reconócelo.
No juegues conmigo, Fernando.
No me vas a hacer creer que no sabes nada de la...
supuesta muerte de Roberto Roldán.
Y no aparece el cadáver. Qué conveniente.
He aguantado por el parentesco que nos une.
Pero te advierto:
todo esto va a cambiar, muy pronto.
¿Una copa?
Pero la respetas.
Y la entiendes.
Señor, perdone.
¿Tiene correspondencia?
Lo tenemos.
"Um espanhol morto".
(Música suave)
(Grillos)
(Música de suspense)
¿Señor?
¡Señor!
¡Señor De la Torre!
¡Señorita Beatriz!
¡Señorita Beatriz!
¡Socorro!
¡Señorita Beatriz!
¡Señorita Beatriz!
¡El señor, el señor!
¡Señorita Beatriz!
¡Señor De Viana!
No me puedo ir.
Mi familia me necesita aquí.
Hazle un hijo a tu monja, a ver si así deja en paz a los de los demás.
Cuando mi madre se vaya, ya me encargaré yo
de que no trabajes en ninguna casa de Madrid.
Cuando usted sea la señora, ya me encargaré yo de marcharme sola.
Tienes dos días para recoger tus cosas y marcharte.
(MAPARO) Si me dejas en la calle, no sobreviviré.
Amparo, encerrada y menospreciada por Hugo, está cada vez más convencida de que solo logrará escapar de su situación golpeando primero y golpeando fuerte. Nieves está desahuciada, su estado de salud es tan delicado que no queda esperanza para la recuperación.
El administrador de la página ha decidido no mostrar los comentarios de este contenido en cumplimiento de las Normas de participación