El 17 de septiembre de 1683 amaneció frío y lluvioso en la pequeña ciudad holandesa de Delft, famosa por sus canales. Antonie Van Leeuwenhoek, comerciante de telas primero y luego empleado municipal, sin formación científica alguna, decidió ese día enviar una carta que cambiaría el curso de la ciencia. En aquella misiva, dirigida a la Royal Society de Londres, describía por primera vez los microorganismos, formas de vida microscópicas aparentemente simples que él denominó “animálculos”. Lo escribe el microbiólogo y divulgador científico Ignacio López Goñi en un maravilloso artículo con motivo del día internacional de los microorganismos, el mundo de los microorganismos estuvo oculto para la ciencia hasta que Leeuwuenhoek decidió enfocar con su microscopio más allá de los tejidos y telas de su comercio. Hoy sabemos que dan forma a la atmósfera, a los ecosistemas, a los alimentos, e incluso a nosotros mismos. Hoy visita la cueva de Sapiens Ignacio López Goñi, su labor divulgativa al frente de MicroBIO, considerado uno de los 25 mejores blogs de virología del mundo, ha sido reconocida, entre otros, con el premio a la difusión de la ciencia de la Confederación de Sociedades Científicas de España, por ayudar, en estos tiempos de pandemia a crear una sociedad más culta e informada y por tanto más libre.
Con nuestro colaborador Jaime García Cantero reflexionamos sobre el hidrógeno, el elemento más básico y ubicuo del Universo, la materia de la que están hechos el sol y las estrellas, pero también una herramienta clave en la lucha contra el cambio climático. Y en nuestro túnel del tiempo volvemos a charlar unos minutos, gracias al archivo sonoro de RTVE con el filósofo Salvador Pániker.
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