Vivir en tiempos de pandemia, en una nueva realidad adaptada a las necesidades del virus, con una economía que no está preparada para sufrir ataques masivos.
Vivir en una especie de ficción que parece escrita por Isaac Asimov, en la que obligatoriamente todos somos personajes y el protagonista es un virus que interpreta su papel y que solo él y el guionista de ésta increíble historia conoce el desenlace.
Vivir un mal sueño que se hace realidad, donde líderes políticos se presentan ante la opinión pública combatiendo al virus con grandes dosis de estupidez, en una trama de ésta historia donde éstos líderes pierden las batallas y con ellos quienes dependen de sus decisiones.
Vivir una pandemia cuando no nos hemos curado de otras pandemias, porque parafraseando a Paul Eluard ‘Hay otros mundos, pero están en éste’, puede afirmarse que hay otras pandemias y epidemias pero también están en ésta. El Ébola sigue haciendo estragos, así como la pobreza extrema. Si somos estrictos, no puede afirmarse que sea una pandemia porque no hay agente patógeno que produce muerte y destrucción.
Vivir en tiempos de pandemia y no olvidar que hay muchas pandemias activas en un mudo que lleva enfermo demasiado tiempo.
