Más calor que abraza, que acoge. El calor es la primera sensación que conocemos y nos acompaña. Es el calor de madre, un calor biológico, temperatura que va construyendo la vida en el vientre de una mujer. Calor que se mantiene con el abrazo cuando respiramos por primera vez en el exterior, el aire del que seremos dependientes toda la vida.
Más calor, siempre mejor el humano, el que nos va cobijando, el que nos abriga cuando nos encontramos con el amor, abrazo otra vez con la persona que nos hemos encontrado en el camino, calor de pasión, calor dado y recibido, calor que produce un sudor como el de julio.
Más calor que se va enfriando, como el núcleo de una gran estrella, que se va apagando con el tiempo, calor que se va perdiendo a la vez tiempo que la intensidad de las emociones.
Más calor que se convierte en frío gélido, en el tiempo que anuncia el último trecho del camino, en el que los abrazos escasean y son solo recuerdos en la memoria.
Más calor también en verano.
