Uno es uno mismo y su circunstancia, según la vieja idea de Ortega el filósofo. La circunstancia, el entorno, el contexto forman parte de nosotros mismos y creo entender que cuando cambia el contexto y la circunstancia cambiamos nosotros también.
La circunstancia cambia sigilosamente y por ello no somos conscientes de los cambios que se producen en cada uno de nosotros y generalmente no nos gustan los cambios, porque tememos algo que perder; seguridad, la meta alcanzada, porque aparece el miedo, porque hay un tiempo que se necesita para la adaptación.
Pocas veces cambia la circunstancia de la noche a la mañana y cuando sucede; o no hay tiempo de adaptación o es muy corto. Solo somos conscientes cuando miramos atrás y parece que todo ha sucedido hace décadas y la verdad es que tan solo han pasado un par de semanas o apenas unos días.
La circunstancia es esa parte de nosotros que no podemos controlar, que se debe al libre albedrío al orden impuesto por el caos y que solo se puede abarcar con los recursos de la supervivencia y la gran capacidad de adaptación que acompaña a nuestra naturaleza.
