La princesa de Asturias amadrinó el nuevo submarino de la Armada "Isaac Peral", primero de los cuatro de la clase S-80 plus, que conformarán la flotilla para las próximos 30 años. "Ojalá hiciera su bautismo de mar con nostros; sería un honor para toda la tripulación". Un deseo expresado por el comandante del S-81, Cc Manuel Corral Iranzo, durante la conversación que ha mantenido con Radar 3.0.
Los nuevos submarinos serán claves para que España potencie su soberanía tecnológica y la disuasión estratégica.
El "estado del arte" se ha logrado con un sistema de propulsión independiente de la atmósfera, AIP en sus siglas, que permitirá inmersiones de hasta tres semanas sin necesidad de realizar "snorking" para la toma de oxígeno, necesario en el generador diésel durante la carga de las baterías eléctricas. El AIP confiere al S-80 una baja detectabilidad, piedra angular del "servicio silencioso".
La posibilidad de realizar ataques mar-tierra con misiles guiados es también otro de los avances del S-80, ya que se trata de una capacidad reservada, hasta ahora, a los submarinos nucleares, y de la que carecen los sumergibles convencionales de cualquier marina de guerra.
El coste del S-81 "Isaac Peral" ha ascendido a 3.600 millones de euros, 1.500 más de los presupuestados hace una década. Entrará en servicio a finales de 2023. Durante el año y medio que dista, el nuevo submarino realizará todas las pruebas de mar y de puerto para certificar su plena seguridad. La dotación está compuesta por 48 efectivos, de los que cuatro son mujeres.
