Ese fue el contingente de hombres y mujeres que desplegó en Afganistán entre 2002 y 2021. Los últimos 24 efectivos llegaron a la Base Aérea de Torrejón el pasado jueves, 13 de mayo.
El Rey Felipe VI; el jefe del Gobierno, Pedro Sánchez y la ministra de Defensa, Margarita Robles presidieron el recibimiento, transformado en un reconcimiento público de España a los militares que particiaparon en la misión internacional más dura de las llevadas a cabo por la Fuerzas Armadas.
El jefe del Estado, con uniforme de Capitán General del Ejército de Tierra, depositó una corona de laurales en memoria de los 102 hombres y mujeres, militares, guardias civiles, policías nacionales e intérpretes que perdieron sus vidas en esa misión internacional en el país centroasiático.
Con 19 años de duración, la de Afganistán ha sido no solo la operación más larga sino también, la más costosa económicamente. España ha gastado 3.8799 M, en casi dos décadas de despliegue.
Desde 2002, los contingentes españoles han adiestrado 13.000 efectivos del Ejército Nacional Afgano. Y han realizado 28.000 patrullas, con 1400 misones de desactivación de explosivos improvisados-IEDs.
En la edición de hoy, hemos conversado con el teniente coronel Alberto Fajardo, en la actualiad, en la División de Operaciones del Estado Mayor del Ejército de Tierra, pero veterano de la guerra de Afganistán, donde permaneció ocho meses de 2012, cuando era comandante en la Brigada Paracaidista. Aunque preparado para lo peor, su experiencia en aquel país quedó marcada por las muertes de niñas y niños, cuyos cuerpos habían quedado reventados tras una explosión provocada por la insurgencia cerca del Puesto de Combate Avanzado-COP español en Darra-i-bum, y que las tropas españolas trataron de estabilizar, sin éxito.
