Nómadas   Palencia, bella y reconocida 17/07/2021 56:52

La catedral de San Antolín ha lucido durante demasiado tiempo el sobrenombre de “la bella desconocida”. Por eso, y porque sus encantos ya empiezan a ser un secreto a voces, los palentinos enarbolan con orgullo otro lema: “la bella reconocida”. El setecientos aniversario del comienzo de su construcción es una excusa perfecta para acercarnos a esta discreta pero hermosísima ciudad en el corazón cerealista de Castilla.

Siguiendo el consejo de su guía oficial Marta de la Vega, subimos a los pies del Cristo del Otero para contemplar, desde la base de esta enorme escultura, la mejor panorámica de la ciudad del Carrión. Antes de descender, visitamos en compañía del informador Hugo Mediavilla el centro de interpretación dedicado al reconocido escultor local Victorio Macho.

Para conocer el centro histórico dejamos atrás los remodelados Jardinillos de la Estación y embocamos la Calle Mayor, una larga vía con soportales en parte de su recorrido. En sus costados luce inmuebles que van desde el renacentista y barroco convento de las Agustinas Canónigas hasta el modernista Colegio de Villandrando, obra del prolífico arquitecto palentino Jerónimo Arroyo. Nos desviamos mínimamente a la izquierda para conocer la armoniosa Plaza Mayor, presidida por el ayuntamiento, antes de asomarnos al cruce más famoso: los cuatro cantones. Desde este punto estratégico observamos tanto el frontal de la iglesia de la Compañía (hogar de la Virgen de la Calle, patrona de la ciudad) como la fachada en chaflán del imponente palacio de la Diputación. A muy pocos pasos nos espera el sobrecogedor Cristo de las Claras, veneradísima figura yacente que ocupa una capilla del monasterio de Santa Clara; y un poco más allá, la también gótica iglesia de San Lázaro, construida sobre una antigua leprosería.

Un corto paseo nos separa del parque Huerta Guadián, en cuyo centro, rodeada de castaños, está la iglesia de San Juan Bautista, pequeño templo románico que fue trasladado piedra a piedra antes de la construcción del embalse de Aguilar. Su interior alberga un punto de información sobre el rico patrimonio de este estilo distribuido por la provincia de Palencia: nos lo explica su responsable, Charo Suazo.

Buscamos ahora el Carrión. Nos aproximamos a él por el amplio Salón de Isabel II, un paseo ajardinado que nos conduce hacia el Puente de Hierro. Al otro lado de esta centenaria estructura metálica descubrimos un entorno de paz absoluta con senderos y lagos limitado por los dos brazos en que se divide el río: el parque Isla dos aguas. Lo abandonamos por una cómoda pasarela que nos deja ver el campanario almenado de la iglesia de San Miguel y avistamos los otros dos cruces del Carrión. Atravesamos primero el monumental Puente Mayor y después, Puentecillas, de origen romano. Muy cerca encontramos un antiguo puerto de interior, la dársena del Canal de Castilla, desde la que se pueden dar agradables paseos a la sombra de los árboles que jalonan esa histórica vía navegable construida en la Ilustración.

De vuelta en el centro, el arqueólogo y conservador del Museo de Palencia, Javier Abarquero, nos invita a viajar por el tiempo a través de las tres plantas del inesperado interior vanguardista que se oculta tras la fachada de la Casa del Cordón, un antiguo palacio del siglo XVI.

Ya solo nos queda acercarnos a la catedral, cuyo canónigo José Luis Calvo, delegado diocesano de patrimonio, nos revela los secretos de este templo de planta de cruz patriarcal, doble crucero, cinco portadas, claustro y una antiquísima y acogedora cripta dedicada a San Antolín. Si tenemos suerte, podremos escuchar también el órgano del coro; en esta ocasión lo toca para nosotros Ana Aguado, directora de la Escuela Provincial de Órgano de Palencia, entidad que forma intérpretes con el fin de garantizar la conservación de las decenas de valiosos órganos desperdigados por las iglesias de la provincia. Una iniciativa sostenida por la Asociación Cultural Fray Domingo de Aguirre, cuyo presidente, Julián Espegel, también es copropietario de Prosol, la empresa palentina que patrocina esta valiente aventura musical.

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