Las mañanas de RNE con Íñigo Alfonso   Se cumplen 30 años de la independencia de Eslovenia 24/06/2021 14:23

Yugoslavia, la unión de los eslavos del sur, existió mientras existió Tito, quien falleció en 1980. Pero tras su muerte salen a relucir las tensiones internas entre los estados federados. También las dificultades económicas, el temor general a la prepotencia de Belgrado y, lo que es peor, el nacionalismo. Especialmente el nacionalismo serbio, fomentado por Slobodan Milosevic. Su prepotencia y sus afanes de dominio crearon una enorme inquietud en Croacia y Eslovenia.

En abril de 1990 los eslovenos celebraron las primeras elecciones libres, al margen de Belgrado. Medio año después se votó por la independencia: un 88% de los ciudadanos dijeron sí a la secesión, y otro tanto ocurrió con los vecinos croatas. El 25 de junio ambas repúblicas se declararon independientes. Pero había una diferencia fundamental entre ellas: Eslovenia, con dos millones de habitantes, era una república prácticamente homogénea, es decir, con pocos ciudadanos de otras repúblicas, mientras que en Croacia, con cuatro millones, tenía, según el censo de entonces, un 12% de serbios dentro sus fronteras. El Ejército yugoslavo, que era el brazo armado de Milosevic, no podía permitir esos movimientos separatistas y actuó: primero en Eslovenia, donde la guerra duró 10 días y luego en Croacia. Allí los enfrentamientos fueron mucho más crueles y se produjeron matanzas y destrucciones masivas. Hay que subrayar que eslovenos y croatas contaron con unos padrinos de excepción: el canciller Helmut Kohl y su ministro de Exteriores, Hans Dietrich Genscher. La ya reunificada República Federal reconoció a Eslovenia y Croacia como estados independientes el 23 de diciembre de ese 1991. La Unión Europea, pocas semanas después, el 15 de enero de 1992.

Para hablar de la declaración de independencia de Eslovenia nos acompañan Carlos González Villa, politólogo, profesor de la Universidad de Castilla - La Mancha, y Juan Fernández Elorriaga, veterano corresponsal de la agencia Efe en Yugoslavia, premio Cirilo Rodríguez de Periodismo Internacional, y fue director del Instituto Cervantes de Belgrado. González Villa asegura que en Croacia el partido comunista fue más conservador a la hora de movilizar la cuestión étnica, pero sí lo hicieron serbios y eslovenos. "Hay otro tipo de nacionalismo, el esloveno, de un barniz más progresita entre comillas, que abogaba por la descentralización, los derechos humanos, pero al mismo tiempo insolidario con respecto a las demás Repúblicas, mucho más pobres", ha dicho. Y añade que la guerra no era inevitable por que en el año 96, cuando terminaron los conflictos, las propuestas de paz eran las mismas que en el 91. Fernández Elorriaga asegura que hay nostalgia de la antigua Yugoslavia, pero que se va desvaneciendo. "Tito lo copaba todo. Pero ahora ya en Serbia empieza a volver a vivirse bien, a remontar. Si no estalla un follón serio en Kosovo, Serbia se va a recuperar", dice. Porque ese es, según explica, el resquicio que queda para que vuelva a surgir un conflicto.

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