En estos programas os estoy hablando de Miguel de Castro y del libro sobre su vida, contada por él mismo.
El primer hecho de armas en el que participa un Miguel de Castro como soldado novato, fue la toma de Durres, Albania, embarcado en catorce galeras. Cuenta que al llegar a la plaza que pertenecía al Imperio Otomano, no hallaron resistencia, solo cuatro turcos salieron a defender las puertas con alfanjes y que uno hirió a un soldado de una cuchillada, pero la resistencia fue pronto vencida y la toma un paseo militar. El joven militar presencia escenas que le conmueven y repugnan.
Miguel de Castro no solo deplora el hecho bárbaro de matar mujeres indefensas sino que juzga el crimen como tal cobarde que quien lo perpetra no puede ser valiente ni por tanto un buen soldado. Como vemos, la descripción retrata perfectamente que en todo tiempo y lugar la milicia ha acogido malnacidos que al calor de los combates y el caos de las batallas dan rienda suelta a su maldad, pero también es lugar de hombres honrados, como resulta ser el espectador del terrible suceso, y por ello no solo se limita a narrar la infamia sino que interviene dentro de sus posibilidades para impedirla.
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