Mientras comían, Jesús tomó pan y, después de pronunciar la bendición, lo partió, lo dio a los discípulos y les dijo: «Tomad, comed: esto es mi cuerpo». Después tomó el cáliz, pronunció la acción de gracias y dijo: «Bebed todos; porque esta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos para el perdón de los pecados. Y os digo que desde ahora ya no beberé del fruto de la vid hasta el día que beba con vosotros el vino nuevo en el reino de mi Padre».
Con estas palabras se hace referencia en el Evangelio según San Mateo al cáliz con el que Jesucristo dio de beber su sangre a sus discípulos durante la Última Cena. Ese aparentemente sencillo e intrascendente recipiente acabaría siendo uno de los tesoros más codiciados por nobles, emperadores, caballeros y papas durante los siguientes 2.000 años. Y siendo conocido como el Santo Grial, el primer escrito donde se hace referencia lo encontramos en el poema sobre Perceval, Le Conte du Graal, de Chrétien de Troyes. Ya por entonces parece claro que la tradición oral lo había ligado al mito artúrico, pero sin importar tanto el continente como el contenido: pues dentro, una hostia consagrada serviría para alimentar al padre del Rey.
En este programa realizaremos un viaje a través de la historia para buscar el Santo Grial, desvelando sus misterios y los personajes que dijeron encontrarlo. Y todo ello a través de las músicas "griálicas" más desconocidas.
