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El expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa ha comenzado este viernes a declarar en el juicio contra los usuarios de las tarjetas opacas de la entidad y ha recordado que ni el Banco de España ni Hacienda "pusieron tacha alguna ni vieron irregularidad en 23 años" al uso de las mismas. Blesa ha dicho que las tarjetas que empleó en Caja Madrid y repartió a varios de sus consejeros y altos cargos "eran de libre disposición" y no era preciso "la justificación de los gastos que se realizaban".

Para los otros 63 usuarios, solicita penas de entre uno y cuatro años dependiendo de si han devuelto o no el dinero. En su informe dice que "la contabilización de los gastos era indebida y subrepticia", un sistema retributivo que carecía de amparo legal. Los acusados alegan que las tarjetas black formaban parte de su remuneración por lo que no tenían que justificar para qué las usaban.

En menos de dos horas, el expresidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, y el que fuera su mano derecha, Ildefonso Sánchez Barcoj, volverán a sentarse ante el juez. Esta vez no lo harán por las tarjetas black sino que deberán explicar los sobresueldos millonarios que supuestamente recibió la cúpula directiva de la entidad entre 2007 y 2010. Pagos extras en forma de relojes de lujo, cheques regalo, dietas o indemnizaciones que según el FROB ascenderían a casi 15 millones de euros (24/02/16).