Una anciana vecina, Aurora Martí, fue la primera en oír los gritos de Amanda Berry y verla salir de la casa en las que las tres jóvenes permanecían secuestradas. Ella dio la voz de alarma a los vecinos que permitió liberarlas.
Ariel Castro ha comparecido ante el juez, acompañado por sus dos hermanos contra los que, de momento, no se han presentado cargos. El tribunal acusa al principal sospechoso de secuestro y repetidas violaciones de las tres jóvenes. La fianza impuesta supera los 6 millones de euros.
La Fiscalía ha acusado a Ariel Castro, de 52 años, de cuatro cargos de secuestro, las tres jóvenes y la hija de Amanda Berry concebida durante el cautiverio- y tres de violación. La policía ha extraído más de 200 objetos de la vivienda. Las chicas solo salieron en dos ocasiones al garaje del patio trasero durante los diez años de secuestros e intentaron escapar una vez y con éxito. Amanda vio la oportunidad el lunes pasado y la aprovechó.
Ariel Castro, el principal sospechoso del secuestro de tres jóvenes en Cleveland durante casi una década y propietario de la casa donde han sido halladas este lunes, ha sido acusado de cuatro cargos por secuestro y tres por violación, según ha declarado este miércoles el fiscal asistente de Cleveland, Victor Pérez.
En rueda de prensa, Pérez ha explicado que, por el momento, no han encontrado pruebas suficientes para acusar también a dos de los hermanos de Ariel, Pedro y Onil, también detenidos como sospechosos.
"No tenemos ninguna evidencia que nos lleve a creer que ellos estaban involucrados o tenían conocimiento de estos", ha asegurado el jefe adjunto de policía de Cleveland, Ed Tomba, que acompañaba a Pérez.
Ariel Castro, principal sospechoso del rapto de tres jóvenes en Cleveland, Estados Unidos, ha sido acusado de cuatro cargos de secuestro y tres de violación. Según la fiscalía, las tres chicas y la hija de una de ellas nacida durante el secuestro solo salieron en un par de ocasiones fuera de la casa durante los 10 años que permanecieron encerradas y atadas. Los hermanos del acusado, también detenidos, no se enfrentan a ningún cargo, pues de momento no hay evidencias de que estén involucrados en los crímenes cometidos contra michelle, gina, amanda y la menor, ha dicho el fiscal.
Una trama organizada que entre los años 70 y 80 se dedicó a la compraventa de bebés ha sido desarticulada por la Guardia Civil. Los recién nacidos fueron comprados en Marruecos y en Melilla y trasladados a la península como hijos biológicos. De los 31 implicados, 12 han fallecido.
Los tres hermanos sospechosos del secuestro de las tres jóvenes podrían ser acusados de detención ilegal, violación, abusos y torturas.
El FBI concluyó el martes sus entrevistas con las tres jóvenes secuestradas durante una década en Cleveland (Ohio, EE.UU.) y a la hija de una de ellas, y prevé interrogar este miércoles a los tres hermanos sospechosos de mantenerlas retenidas en la vivienda.
Un especialista en víctimas infantiles del FBI entrevistó el martes a Amanda Berry, desaparecida en 2003, y su hija de 6 años, concebida durante el cautiverio, además de a Gina DeJesus, desaparecida en 2004, y Michelle Knight, cuyo rastro se perdió en 2002, en un "ambiente cómodo" para ellas, según indicó a la cadena CNN una portavoz del FBI, Vicki Anderson.
Según la CNN, podría producirse también la presentación formal de cargos, que pueden incluir la detención ilegal, violación u otros tipos de abusos o torturas.
El propietario de la casa, Ariel Castro, de 52 años, y sus hermanos, Pedro, de 54, y Oneil, de 50, serán interrogados este miércoles, probablemente por un equipo conjunto de policía local y agentes del FBI, precisó Anderson.
El alcalde de Cleveland, Frank Johnson, ha confirmado que funcionarios de los servicios sociales de asistencia a menores habían visitado la casa a principios de 2004 porque Castro, conductor de autobús escolar, se había dejado a un niño en su vehículo.
Los funcionarios que visitaron la casa golpearon la puerta, pero nadie contestó. Castro fue investigado por el incidente con el niño, pero no se encontró ningún indicio criminal, y el caso fue archivado, según informa la agencia Reuters, que cita fuentes oficiales.
En Estados Unidos y en Europa ha habido otros casos similares al de las tres chicas secuestradas. El más largo fue el que sufrió la estadounidense Jaycee Lee Dugard. Su pesadilla duró 18 años.
Amanda Berry desapareció el día antes de cumplir 17 años. Gina De Jesús, cuando tenía 14 y Michelle Knight cuando tenía 19. Todas ellas están en observación en el hospital pero, según los médicos, se encuentran bien. Almudena Ariza, Nueva York, hasta el momento la policía ha detenido a tres hombres.
Tres mujeres que se cree fueron secuestradas separadamente hace una década han sido encontradas con vida este lunes en una casa de Cleveland, Estados Unidos, cerca de donde fueron vistas por última vez.
Tres hermanos han sido detenidos como sospechosos de sus desapariciones, según la Policía.
Los agentes aseguran que fueron alertados del paradero de las mujeres por una llamada de emergencia de Amanda Berry, que fue liberada de la casa por un vecino que la oyó gritar y acudió en su auxilio.
"¡Ayúdenme, soy Amanda Berry, he sido secuestrada y estoy desaparecida desde hace 10 años, y estoy aquí, estoy libre!", dice Berry, de 26 años, en su llamada al teléfono de emergencias 911. La llamada, grabada y difundida por la Policía, puede escucharse en la página web de Cleveland Plain Dealer.
Una historia que dio la vuelta al mundo y que llegó incluso al cine y a la literatura, la de Emmanuel, el hijo que Clara Rojas, la candidata a la vicepresidencia de Colombia secuestrada en 2002, tuvo durante sus seis años de cautiverio. Las FARC obligaron al campesino José Crisanto Gómez a hacerse cargo del niño, enfermo de malaria y leishmaniosis.
En 2007 Crisanto descubrió quién era su madre y lo entregó a las autoridades. Unos meses después, la liberación de Clara Rojas reunía de nuevo a madre e hijo.
Para Crisanto, el final feliz se convirtió en pesadilla. Las FARC le amenazaron de muerte por traidor y la justicia le mantuvo cuatro años entre rejas por colaborar con la guerrilla.
La fiscalía recurrió, y un tribunal superior ha condenado ahora a Crisanto López a 33 años por secuestro, rebelión y falso testimonio. Vuelve a encontrarse entre dos fuegos: los mismos policías que le protegen de las FARC pueden ser los que reciban la orden de detenerlo.
