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Residencias de mayores demasiado grandes o sin posibilidad de atención personalizada. La pandemia sacó a la luz fallos en la atención a ancianos y otras personas dependientes en general. Este martes, el Gobierno ha aprobado una nueva estrategia para cambiar el modelo de cuidados. Parte de una premisa: atender todo lo que se pueda en el hogar.

El Ministerio de Derechos Sociales apuesta en su estrategia de cuidados por fragmentar grandes residencias en 'minipisos'. El plan, dotado inicialmente con 1300 millones de euros, aspira también a cambiar el modelo residencial de menores, migrantes o personas con discapacidad como Manuel y Josefa. Ahora viven en un piso compartido con asistencia diaria. Son pareja y en su antigua residencia no podían pasar demasiado tiempo juntos. 25 años dentro de una institución que dicen no echar de menos y que la nueva estrategia de cuidados quiere dejar atrás.

No obstante, en las asociaciones tienen dudas y ven difícil aplicarlo a corto plazo. "Estamos hablando de un sector en el que el 90% está en manos privadas. Por otro lado, el máximo de las horas mensuales de ayuda a domicilio está fijado en 94 horas y nos parece insuficiente", argumenta Miguel Vázquez, de la Plataforma por la Dignidad de las Personas Mayores en Residencias.

La innovación es una pieza clave en la calidad de vida y, en este caso, en dos direcciones. Primero, una buena calidad laboral, cuidando cada detalle del esfuerzo de los trabajadores; luego, con repercusión directa en quienes reciben el servicio, en este caso, personas mayores o con limitaciones, que viven en residencias de Ilunion. ¿Cómo se logra? Con innovación y un proyecto que incorpora exoesqueletos para los trabajadores de las residencias.

Mara Peterssen y la doctora en Psicología Laura Rojas-Marcos hablan de la importancia del trabajo de los cuidadores en nuestra sociedad, las personas que se ocupan de mayores y dependientes. No solo son familiares, también, personal sanitario, fuerzas de seguridad… Es necesario que ellos, además, se cuiden a sí mismos.

El envejecimiento de la población es imparable. Vivimos de media 84 años, más que en cualquier otro país de la Unión Europea. Por otro lado, España está a la cola en número de nacimientos. Esta situación está planteando nuevos desafíos, empezando por la forma de acompañarnos y de cuidarnos. Al mismo tiempo, las enfermedades crónicas asociadas a la edad pronto van a inundar las consultas. El alzhéimer, el cáncer o el párkinson, son enfermedades cada vez más frecuentes y que muchas veces comparten diagnóstico con otras. Todo un reto para el sistema sanitario español.

Qué quiero ser de mayor: Servicios Socioculturales y a la Comunidad. CIFP Ánxel Casal-Monte Alto. Seguimos descubriendo las oportunidades que ofrece la Formación Profesional en España. Nos acercamos al CIFP Ánxel Casal-Monte Alto para conocer la oferta educativa del área de Servicios Socioculturales y a la Comunidad.

RNE ha tenido acceso a las actas de la Policía Municipal de Madrid sobre lo que estaba sucediendo en las residencias de mayores de la Comunidad en la primera ola de la pandemia. Las actas constatan algunos centros, como Amavir Usera, donde se reclamaban sudarios para cubrir a los fallecidos hasta que llegasen los servicios funerarios, algo que podía tardar hasta 72 horas. Había residencias donde no se podía aislar a los positivos y otras donde se aislaba a la gente, fuera positiva o no. Los profesionales, agotados física y psicológicamente, la mayoría de ellos, sin EPI. Los que lo tenían, lo reciclaban lavándolo con agua y lejía, como es el caso de Casa Solar Santo Duque de Gandía. Hay directores que en las actas se quejan de abandono institucional, se pedía a la Comunidad de Madrid material sanitario y recursos humanos que no llegaban y sus instalaciones no eran desinfectadas. Muchos de ellos aseguran que se hubieran podido evitar muchas muertes si se hubiera autorizado el traslado de enfermos a los hospitales. Es el caso de la residencia Gerinsa, con 33 fallecidos a 7 de abril de 2020.