Benedicto XVI, ha asegurado en su última audiencia en el Vaticano, que "jamás" se ha sentido solo para guiar a la Iglesia pese a que durante su pontificado ha habido "momentos difíciles" y ha advertido que su renuncia no significa que vuelve a la privada, ya que cuando aceptó ser papa, "esa aceptación significa vivir para siempre para el Señor".
"El Señor nos ha dado muchos días de sol y ligera brisa, días en los que la pesca fue abundante, pero también momentos en los que las aguas estuvieron muy agitadas y el viento contrario, como en toda la historia de la Iglesia y el Señor parecía dormir", ha afirmado el papa ante decenas de miles de fieles que desde la madrugada han abarrotado la plaza de San Pedro.