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Ocho millones de cubanos están llamados a votar este domingo para ratificar la nueva Constitución del país. Con este texto, el régimen comunista busca refrescar su arquitectura interna sin renunciar a sus cimientos. La votación también medirá el apoyo de los ciudadanos al sistema de partido único que gobierna la isla desde 1959. Los opositores han iniciado una campaña en redes sociales para mostrar su voto en contra de las reformas o pedir la abstención.

El expresidente de la ANC Jordi Sànchez ha acusado a la Fiscalía de "criminalizar" la protesta "pacífica" ante la Consellería de Economía y Hacienda del 20 de septiembre de 2017 porque unos "pocos" destrozaran varios vehículos de la Guardia Civil durante su declaración en el juicio del 'procés' y ha reconocido que habló tanto con el exconseller de Interior Joaquim Forn y el exmayor de los Mossos Josep Lluís Trapero para "ayudar en materia de seguridad".

La exconsellera de Trabajo Dolors Bassa ha asegurado en el juicio de procés que el objetivo de la celebración del 1-O no era declarar la independencia, pero ha admitido que podía ayudarles en la "negociación" con el Estado para conseguir una consulta pactada. "Nunca fue un acto concluyente y menos para la independencia (...) Era un acto para llevar al diálogo y a un pacto. Sí teníamos claro que, si mucha gente iba a votar, eso nos ayudaba a la negociación. Nunca se pretendió llegar a la independencia después del referéndum".