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En el Líbano, al menos 22 personas han muerto y un centenar están heridas por disparos del Ejército israelí. Este domingo sus tropas debían retirarse del sur del país, como prevé el acuerdo de tregua con Hizbulá. Pero Tel Aviv, de momento, mantiene sus posiciones. A pesar de ello, muchos libaneses siguen intentando volver a sus casas.

Algunos libaneses les han plantado cara en protestas. "No nos vamos a ir hasta que consigamos entrar en nuestros pueblos", ha asegurado el alcalde de Mais-Al Jabal.

La FINUL, las fuerzas de la ONU desplegadas en el Líbano, ha avisado a los civiles de que todavía no es seguro que vuelvan a sus casas.

Foto: AP Photo/Bilal Hussein

Albares se ha reunido en Beirut con el presidente del Parlamento, Nabih Berri, con quien ha analizado el cumplimiento del acuerdo de alto el fuego de dos meses alcanzado con Israel al pasado 27 de noviembre para poner fin a los combates entre el Ejército israelí y Hezbolá. El ministro de Exteriores ha anunciado una aportación de 10 millones de euros para ayudar a la reconstrucción del sur de Líbano y otros 10 millones para formar al Ejército para dotarle de mejores medios y salarios. Asimismo, ha pedido la vuelta a casa de todos los rehenes y la entrada masiva de ayuda humanitaria a la franja.

El Líbano ya tiene presidente tras más de dos años de parálisis política. Joseph Aoun, considerado el candidato favorito de EE.UU. y de Arabia Saudí, ha sido elegido en segunda vuelta con el apoyo de 99 diputados de los 128 del Parlamento libanés.

En su mandato de seis años, Aoun tiene por delante grandes desafíos. Entre ellos, garantizar la tregua firmada con Israel para que el Ejército hebreo se retire del sur del país. También deberá formar un Gobierno capaz de implementar las medidas económicas que le exige la comunidad internacional y poder salir del colapso financiero.

En 2024, israelíes y libaneses fueron adentrándose una escalada bélica que ha quedado congelada con una frágil tregua que puede romperse en cualquier momento. Tras décadas de hostilidades y ocupaciones israelíes, la posibilidad de un acuerdo que lleve la paz a la región parece muy lejana. El Líbano parece víctima de una maldición bélica y ha acabado el año aún peor: está sumergido en una crisis económica, política, bélica y humanitaria. Informa Fran Sevilla.

Se cumple un mes del alto el fuego en Líbano. El Ejército libanés denuncia más de 300 bombardeos israelíes en el último mes. El Ejército hebreo dice que son la respuesta de ataques previos de Hizbulá. Pese a pender de un hilo, el nuevo escenario abierto en Siria hace pensar a los expertos que mantendrán vigente el alto el fuego. Según Israel, ha intervenido el 80% de armamento de Hizbulá. La caída de Asad en Siria complica a Irán el abastecimiento a la milicia libanesa por su frontera.

Medio millón de libaneses han vuelto a sus hogares y la población israelí sigue desplazada; sus tropas no han cumplido aún la retirada pactada. Mientras, los hutíes, con base en Yemen, retan a Israel con cuatro ataques en una semana.