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Víctimas de abusos en la Iglesia se concentran hoy frente al Congreso para reclamar que se tramite de urgencia una iniciativa impulsada por el Parlamento catalán para que los delitos graves de pederastia no prescriban. La convocatoria la promueven tres supervivientes de abusos sexuales en instituciones católicas. Entre ellos, Miguel Hurtado, primer denunciante del caso de pederastia en la Abadía de Montserrat, que recuerda que en la mayoría de países del norte de Europa ya están eliminado los plazos de prescripción: "La evidencia científica demuestra que las víctimas no denunciamos cuando queremos, sino cuando podemos. Las víctimas tardan décadas en comprender lo que les ha pasado, ser capaces de procesarlo y verbalizarlo, y tener la independencia de su entorno de confianza para poder denunciar con seguridad". Y recuerda que esta reforma del Código Penal buscaría principalmente "prevenir delitos en el futuro, evitar que los pederastas estén en contacto con niños". "Esta protesta es para dar un toque de atención a Justicia y al PSOE para que se pongan las pilas", añade.

Las clarisas de Belorado, que anunciaron que abandonaban la Iglesia de Roma debido a la "persecución" que sufrían, llamaron este jueves a la Guardia Civil para despachar a la comitiva enviada por la Santa Sede. José Ceacero, portavoz de las monjas clarisas, ha contado ante los medios cómo sucedió todo y ha adelantado que no acudirán a la citación, ni tampoco entregarán las llaves el martes para que el Arzobispado de Burgos recupere el control del convento. También ha añadido que han hecho todo sin una orden judicial y que les han bloqueado las cuentas. Desde la Archidiócesis interpretan estos acontecimientos como signos de hostilidad por parte de la comunidad monástica. Sin embargo, el Comisario Pontificio mantiene su intención de encontrar una solución mediante el diálogo. 

El Arzobispado de Burgos ha requerido formalmente a Pablo de Rojas, fundador de la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, y a José Ceacero que abandonen el monasterio de Belorado (Burgos) donde se hallan acompañando a las monjas clarisas desde que estas anunciaron el 13 de mayo que abandonaban la Iglesia católica. Esta mañana el Presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, ha apoyado, desde el Vaticano, que sea el arzobispado quien lleve las riendas del convento. El pasado miércoles, el arzobispo, Mario Iceta, anunció que se prohibía expresamente el acceso y la permanencia en los monasterios y todos los inmuebles vinculados a la comunidad de religiosas de Belorado y Orduña. Mientras, las conocidas como "monjas rebeldes" han denunciado a Iceta "por abuso de poder y usurpación de la representación".