Enlaces accesibilidad
arriba Ir arriba

Los líderes europeos y del Fondo Monetario Internacional piden a Papandreu claridad y que Grecia decida si quiere quedarse en la eurozona o salir de ella. Todos ellos participan mañana en la cumbre del G20, pero improvisaron esta reunión ante el terremoto que provocó Grecia.

El presidente francés y anfitrión de la cumbre del G20, Nicolas Sarkozy, ha convocado para este jueves una reunión urgente con el resto de líderes de la eurozona que se encuentran en Cannes (Francia) para analizar los últimos acontecimientos de la crisis griega.

La Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el resto de líderes del G-20 estudian el bloqueo del siguiente tramo del primer rescate a Grecia, de 8.000 millones de euros, después de que el primer ministro griego, Yorgos Papandréu haya anunciado la convocatoria de un referéndum para que los ciudadanos decidan si quieren el plan de ayuda.

Con este motivo, el presidente español, Jose Luis Rodríguez Zapatero, ha adelantado su viaje a Cannes, para participar junto al resto de líderes europeos en la reunión extraordinaria de los líderes de la zona euro, para evaluar la situación.

  • El primer ministro griego tomó solo la decisión de la consulta
  • Se enfrenta al rechazo de la oposición, la prensa y su propio partido
  • Desde el exterior le reprochan haber decidido sin consultar
  • Era la última carta para salvar su capital político, lastrado por la crisis

La OCDE presentó unas perspectivas a corto plazo para los miembros del G-20 en las que destaca el estancamiento esperado el año próximo en la zona del euro y la ralentización de los otros grandes países, aunque, dada la gran incertidumbre existente, no descarta una fuerte recesión. El Producto Interior Bruto (PIB) de la zona del euro no crecerá más que un 0,3% en 2012, después de haber cerrado este ejercicio con un alza del 1,6% y en 2013 la recuperación será limitada, del 1,5%, según las cifras presentadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en vísperas de la cumbre del G-20 de Cannes los próximos 3 y 4. La ralentización está siendo generalizada en el G-20, y así en Estados Unidos el crecimiento se quedará este año en el 1,7%, en el 1,8% el próximo antes de alcanzar el 2,5% en 2013. El club de los países más desarrollados pide al Banco Central Europeo que baje los tipos de interés para evitar una recaída en la crisis.

El G20 urge a Europa a solucionar la crisis para evitar un contagio global. Del encuentro de París sale el compromiso de potenciar el papel del Fondo Monetario Internacional para hacer frente a la crisis financiera.

Segunda jornada de la cumbre que celebran en París los ministros de Finanzas del G-20. Las potencias emergentes temen que la crisis de la deuda pública en la zona euro se contagie a otras regiones y creen que el Fondo Monetario Internacional podría no tener capacidad financiera suficiente para ayudar a economías grandes si lo necesitaran. Durante todo el sábado los ministros de finanzas intentarán, una vez más, encontrar soluciones a la crisis de deuda pública en la zona euro. . Desde Alemania, ya se habla de una coincidencia con Francia para proceder la recapitalización de los bancos europeos, que devuelva la confianza a los mercados.

Angela Merkel y Nicolás Sarkozy han dicho esta tarde que van a presentar una solución para recapitalizar los bancos europeos antes de la cumbre del G20, a primeros del mes que viene. En ese encuentro en Berlín, no ha habido, sin embargo, detalles de por dónde iría esa solución

Los ministros de Finanzas y los gobernadores de los bancos centrales de los países miembros del G-20 han mostrado en un comunicado conjunto su compromiso para dar una "respuesta internacional fuerte y coordinada" a los renovados desafíos a los que se enfrenta la economía global. En concreto, los responsables económicos identifican como los nuevos peligros para la economía mundial los crecientes riesgos a la baja por las tensiones en la deuda soberana, la fragilidad del sistema financiero, las turbulencias en los mercados, el "débil" crecimiento económico y el "inaceptable elevado desempleo". Ante esta situación, aseguran que están comprometidos con apoyar el crecimiento, implementar planes creíbles de consolidación fiscal y garantizar un crecimiento "fuerte, sostenible y equilibrado". "Esto requerirá una plan de medidas valiente y colectivo, con todo el mundo haciendo lo que le corresponde", incide.