Aún se desconocen los detalles, pero según filtraciones a la prensa, en el Fondo de Solidaridad que crearía Chipre se incluirían bienes inmobiliarios del Estado y de otras instituciones como la Iglesia ortodoxa y los fondos de pensiones de empresas semipúblicas (que podrían suponer entre 2.000 y 5.000 millones de euros). Además podría quedar abierto a la contribución voluntaria de ciudadanos y empresas.
Los medios de comunicación chipriotas barajan la posibilidad de que ese fondo pudiese emitir títulos de deuda para captar financiación en el mercado con cargo a los beneficios futuros de la extracción del gas, una riqueza natural que aún no se explota y que figura también en la mesa de negociación con Rusia.