Conocida como “La Mezquita del Toreo” por ser el único foso taurino de todo el continente africano, es desde esta semana es una residencia para los más de 350 marroquíes que no pudieron retornar a su país tras el cierre de la frontera de Melilla, una decisión que tomó el país vecino para evitar posibles contagios importados de COVID-19. La Plaza de Toros ha sido el lugar elegido por el gobierno de la ciudad autónoma tras inundarse por las lluvias las instalaciones del complejo V Pino, espacio en el que se encontraban anteriormente.
Se han habilitado habitaciones individuales y colectivas de entre seis y diez personas. Además, cuentan con aseos, duchas, un comedor, una sala de juegos y se podrá utilizar el ruedo como zona de esparcimiento. Además también cuenta con una sala especial de comedor durante la celebración del mes sagrado de Ramadán. La organización Cruz Roja estarán las 24 horas en la plaza para ofrecer asistencia psicosanitaria a aquellas personas que lo necesiten.
