Sarao en el Clásico

• Un montaje de la Compañía Nacional de Teatro Clásico y el Teatre Lliure
• Lluís Pasqual vuelve a dirigir este texto de Lope de Vega
• Encabeza el reparto Carmen Machi, que suple a Rosa María Sardá

Versionando 'El cabellero de Olmedo'

Hay noticias que me alegran el corazón. Como que ya estén casi agotadas las entradas en el Teatro Pavón de Madrid para ver El Caballero de Olmedo que nos trae el “padre” del Lliure, Lluis Pascual. Me alegra porque este pequeño teatro en tamaño, sede de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, no siempre ha estado tan concurrido.

A lo mejor es porque, de primeras, el concepto de teatro clásico asusta un pelín. Y la razón de esto, según Pascual, es que siempre nos han vendido a los “Lopes”, “Cervantes” o “Valles” como unos señores “viejunos”, desagradables y sobre todo, muy aburridos. Nada que ver con la realidad de las azarosas vidas de todos ellos, que resultarían escandalosas para muchos, a la par que extremadamente interesantes para gentes entre las que me encuentro.

Por eso, cuando teatros como el Pavón cuelgan el cartel de no hay entradas, a mí me da mucha alegría. No sólo porque pienso que todo lo vanguardista está en los clásicos y el ser humano está en ellos descrito perfectamente desde hace siglos; sino porque una de las intenciones de Helena Pimenta al ocupar la dirección del Clásico era poner el foco en la Joven Compañía: esto es, chicos y chicas menores de 27 años procedentes de diferentes lugares del país, que ya cumple su tercera promoción y su segundo año de vida.

Charlamos con Lluís Pasqual, director de 'El caballero de Olmedo' - Ver ahora

Ahora se han hermanado con sus homólogos catalanes del Lliure, que siguiendo su estela ha creado “La Kompanyia”. Juntas y revueltas son capaces de montar sobre el escenario una juerga flamenca, un espectacular duelo de espadas con sus capas revoloteando, o te cantan un tango y se quedan tan anchos. Todo para armar esa historia de amor y muerte firmada por Lope de Vega que se llama El Caballero de Olmedo.

Estos chicos y chicas no caminan solos. Su madrina es Rosa María Sardá, que interpreta a la alcahueta, inteligente y lianta Fabia, que ahora sobrevive en la piel de Carmen Machi hasta que se recupere de un pequeño problemilla de salud.

El director y filósofo Lluis Pascual conoce bien este poema de amor roto, ya que lo armó de manera espectacular allá por el año 92 en el Festival de Avignon. Un enorme trigal, caballos de verdad trotando, declamado en verso, y por si fuera poco... en francés. Ahora, veintidós después, el reto es otro: ver cómo los jóvenes actores y actrices no sólo interpretan unos personajes, sino cómo encarnan la palabra poética de Lope.

Que de noche le mataronal caballero, la gala de Medinala flor de Olmedo.