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'Kubo y las dos cuerdas mágicas': animación, arte y emoción

  • Cuenta la historia de un niño que puede dar vida a las figuras de papel
  • El nuevo film del estudio Laika (Coraline, Los Boxtrolls) es un homenaje a la cultura japonesa
  • Os ofrecemos un clip exclusivo de la película, que se estrena este viernes, 26 de agosto

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RTVE.es os ofrece un clip exclusivo de 'Kubo y las dos cuerdas mágicas'

Desde que la animación por ordenador se ha impuesto en el cine norteamericano, parece que su consideración como arte ha disminuido, olvidando que las máquinas no pueden crear personajes ni darles vida, sólo moverlos. Aun así, es cierto que a veces echamos de menos ese toque artesanal que siguen teniendo las películas japonesas (por ejemplo). Afortunadamente, de vez en cuando surgen joyas como las que nos ofrece el estudio Laika (Los Boxtrolls, El alucinante mundo de Norman, Los mundos de Coraline) que sigue aplicando a sus marionetas la primera técnica de animación: el stop-motion (la animación fotograma a fotograma) aunque con las últimas tecnologías.

Esa técnica da una vida y una calidez a sus marionetas realmente fantástica; pero lo que realmente hace especiales a las películas de Laika no son sólo sus técnicas, casi artesanales, sino que sus películas consiguen maravillarnos y tocarnos el corazón; con personajes inolvidables y grandes historias, como la de Kubo y las dos cuerdas mágicas, posiblemente la mejor película de animación de este 2016.

Kubo y Mona
Kubo y Mona

Kubo y Mona

Una fábula que contiene todos los elementos clásicos de los cuentos tradicionales: la familia, los amigos, el viaje de iniciación, la lucha entre el bien y el mal y la magia. Elementos que combina sabiamente para ofrecernos una de las historias más emocionantes y conmovedoras de los últimos años. Una película en la que, como en la vida, también está presente la tragedia (algunos dirán incluso que es demasiado melancólica), pero en la que la magia acaba por imponerse.

Resumiendo, una gran historia, unos personajes inolvidables, una animación fabulosa y muchas emociones, en una gran película de animación que nos deja momentos inolvidables y que es una auténtica obra de arte. Arte que no está reñido con el entretenimiento. (Por cierto, no os perdáis el clip exclusivo que os ofrecemos al principio de esta noticia).

Kubo es capaz de hacer cualquier cosa con papel, incluso volar

Kubo es capaz de hacer cualquier cosa con papel, incluso volar

Una historia llena de magia

Kubo y las dos cuerdas mágicas nos cuenta la historia de Kubo (Art Parkinson), un niño huérfano que sólo tiene un ojo y que sobrevive contando cuentos a los habitantes de un pequeño pueblo de pescadores, utilizando su don para dar vida a las figuras de origami, el milenario arte japonés de la papiroflexia ("ori" significa doblar y "Kami" papel). El pequeño también se ocupa de su madre, que está muy débil y sufre una extraña enfermedad. Su existencia cambiará con la aparición de un fantasma del pasado, el rey Luna (Ralph Fiennes) que le quiere quitar su otro ojo, por lo que Kubo tendrá que huir en busca de una armadura y una espada mágicas, que son lo únco que puede vencer al malvado villano.

En su camino, Kubo contará con la ayuda de tres aliados que esconden grandes secretos: Mona (Charlize Theron), un primate que le dará sabios consejos; un valiente, aunque torpe, escarabajo Samurái (Matthew McConaughey) y un pequeño samurái de papel que les indicará el camino a seguir. Todos personajes entrañables. Destacar también los villanos, el rey Luna y sus esbirros, las temibles Hermanas.

Las malvadas Hermanas
Las malvadas Hermanas

Las malvadas Hermanas

La película es, sobre todo, una historia sobre la familia enriquecida con las tradiciones japonesas, como El Festival Obon, una tradición budista donde se honra a los antepasados con linternas de papel, se visitan las tumbas y se hacen ofrendas. Y es que la muerte también es otro de los temas de la película.

Destacar también la belleza del vestuario de los muñecos, sobre todo de los kimonos de la madre de Kubo.

Un homenaje a la cultura japonesa

La película está dirigida y producida por Travis Knight, que se estrena como director, después de producir El alucinante mundo de Norman y Los Boxtrolls. Knight asegura que uno de los temas centrales de Kubo y las dos cuerdas mágicas es el poder de la redención de contar cuentos.

Kubo preparado para la batalla
Kubo preparado para la batalla

Kubo preparado para la batalla

También es un homenaje a la cultura japonesa. Se nota mucho la influencia temática y estilística del arte japonés (como La gran ola, de Kanagawa) y, por supuesto, del cine de Hayao Miyazaki (El viaje de Chihiro); así como de las epopeyas de samuráis de Akira Kurosawa y de la serie de manga El Lobo Solitario y su Cachorro (Kazuo Koike y Goseki Kojima).

Y los más espabilados encontrarán muchas referencias y homenajes. Por ejemplo, el padre del protagonista tiene el aspecto de Toshiro Mifune, el legendario actor japonés que protagonizó Los siete Samuráis (1954), de Akira Kurosawa. Y el parche de Kubo es un homenaje a Date Masumané, un legendario guerrero del Japón feudal, y a Jubei Mitsuyoshi, un maestro de la espada. Ambos dieron pie a la iconografía del parche en el cine japonés.

Un equipo técnico y artístico de lujo

Ya es una tradición que las películas de animación cuenten con grandes actores y los de esta película son algunos de los mejores de la actualidad: Charlize Theron (Mona), Art Parkinson (Kubo), Ralph Finnes (El rey Luna), Rooney Mara (Las hermanas de Kubo), Matthew McConaughey (Escarabajo) o los veteranos Brenda Vaccaro (Cowboy de medianoche) y George Takei, el Sr. Sulu de Star Trek.

En cuanto a las marionetas destacar que el muñeco de Kubo, tiene más de 48 millones de expresiones faciales posibles. Y un esqueleto gigante que aparece, es el mayor muñeco que se ha construido jamás para una película de animación stop-motion. Pesa 180 kilos, mide casi cinco metros y está conectado a una mesa de control de movimientos. Si os quedáis a los títulos de crédito, veréis cómo los animadores consiguen darle vida (merece la pena). Ese esqueleto también es un homenaje a uno de los grandes de la técnica del stop-motion: Ray Harryhausen (Jasón y los argonautas).

Y no podemos olvidar esos espectaculares escenarios en los que se mueven los muñecos, desde un mar embravecido hasta un castillo. Me gustaría saber que hacen con esos decorados y con los muñecos una vez que acaban la película y las exposiciones que suelen hacer con ellos. Seguro que más de un coleccionista pagaría cifras astronómicas por ellos.

Una película que, como decimos, es una obra de arte pero que, a la vez, consigue emocionarnos. Posiblemente, la película de animación del año.

Kubo, Mona y Escarabajo
Kubo, Mona y Escarabajo

Kubo, Mona y Escarabajo