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Japón

De la era de la Paz a la de la Armonía: la abdicación de Akihito moderniza Japón respetando sus tradiciones

  • El emperador Akihito, de 85 años y salud delicada, se convierte en el primero que abdica del Trono del Crisantemo en dos siglos
  • Naruhito y Masako subirán al trono para dar impulso internacional al país, con gran apoyo ciudadano y un aire modernizador

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Akihito, durante el ritual previo a la abdicación conocido como Taiirei-Tojitsu-Kashikodokoro-Omae-no-gi, en el que debe expresar su voluntad de retirarse del trono.
Akihito, durante el ritual previo a la abdicación conocido como Taiirei-Tojitsu-Kashikodokoro-Omae-no-gi, en el que debe expresar su voluntad de retirarse del trono.

En Japón “las cosas están cambiando, pero cambian a su ritmo”. No es un viejo proverbio nipón: es la conclusión a la que llega el experto Guillermo Martínez Taberner analizando la despedida de la era Heisei (Paz), la era del emperador Akihito. Los rituales de la abdicación de Akihito, el 125º emperador de la dinastía Yamato, pueden parecernos tradicionales y solemnes, pero el trasfondo es casi un terremoto en la sociedad nipona.

Ningún emperador había abandonado el Trono del Crisantemo en los últimos dos siglos. El gobierno conservador del primer ministro Shinzo Abe tuvo que promulgar una ley especial para permitirlo, pues ni la Constitución de 1947 ni la Ley de la Casa Imperial contemplaban esa posibilidad.

El emperador Akihito ha dicho que se siente

El emperador Akihito ha dicho que se siente "afortunado" de haber desarrollado sus funciones "con un profundo sentido de confianza y de respeto hacia el pueblo", en sus últimas palabras en el cargo.

En occidente Akihito, de 85 años, y su esposa Michiko representan la tradición y la inmutabilidad de Japón, pero ha sido un reinado moderno: Akihito fue el primer emperador que se casó con una plebeya, permitió a su hijo (y sucesor, Naruhito) estudiar en el extranjero, y en 2016 pidió, en un mensaje televisado (el segundo de su reinado) que le dejaran abdicar por sus problemas de salud.

Todo un salto adelante que demuestra que Akihito es una metáfora de su país, el ancestral Japón, con un grave problema de envejecimiento de la población, un gran respeto por su historia y su tradición, y la conciencia de que las cosas deben cambiar para sobrevivir en el siglo XXI. Los japoneses lo han aceptado mejor que sus propios dirigentes, reacios a innovar en lo que a la Casa Imperial se refiere.

El Japón de la era Heisei

Japón es una monarquía parlamentaria muy similar a la española, y la Constitución marca claramente las funciones de representación del emperador y su familia. “Antes de la II Guerra Mundial el emperador era una divinidad. Pero con la guerra dejó de serlo, y la Constitución dice que es el símbolo de la nación japonesa y de su alma” nos cuenta Martínez Taberner, responsable del departamento de Economía y Empresa y coordinador de proyectos de Casa Asia.

El reinado de un emperador sigue marcando el calendario japonés: los caracteres que dan nombre a la era que comienza han sido elegidos por un comité de expertos gubernamentales. El de Akihito es Heisei, “Paz” . Es lo que ansiaba Japón después del reinado de su padre, Hirohito, el emperador que perdió la divinidad al ser obligado a reconocer, en un mensaje radiado, la derrota de Japón en la II Guerra Mundial.

En el siglo XXI los más jóvenes no veneran a su emperador, aunque lo respetan y valoran su papel. El de Akihito como baluarte de la reconciliación internacional con Japón y el perdón por su papel en la guerra es muy destacado. Y eso que subió al trono en 1989.

“Ahora hay cierta división en relación a la monarquía, los jóvenes tienen la impresión de que en cierta manera fue impuesta por EEUU y hay más desapego, no hay la adoración de antes”, nos cuenta Alberto, ingeniero español desplazado temporalmente a Japón.

Eso sí, en Kioto y Tokio, las ciudades que ha visitado estos días, las calles están engalanadas y llenas de carteles de “los abuelitos como diciendo adiós con la mano y sonriendo”. Imágenes amables para agradecer los 30 años de trabajo de los emperadores eméritos, que se retirarán a una casita cercana al palacio y llevarán una vida discreta.

El emperador saliente de Japón, Akihito, y su esposa Michiko

El emperador saliente de Japón, Akihito, y su esposa Michiko REUTERS / KIM KYUNG-HOON

Otra de las cosas que ha llamado la atención de Alberto es la reacción de los japoneses a los días extra de vacaciones que se suman a su tradicional “golden week” por la despedida del emperador: “Aquí las vacaciones no son normales y es histórico que haya diez días de vacaciones seguidos. No les hace gracia, dicen que cómo se va a mantener el país con tantos días seguidos sin trabajar, no saben qué hacer con el tiempo libre".

A pesar del cambio de mentalidad, el reinado de Akihito ha tenido una gran aceptación entre los japonenes, con un apoyo de cerca del 90% de la población, según las encuestas de los principales diarios del país. "Ha sido un emperador cercano, lo vimos cuando visitó el refugio de los damnificados por el tsunami", le contaba una joven a la corresponsal de RTVE en la zona, Mavi Doñate. También en esta ocasión dirigió un mensaje televisado a los ciudadanos, el primero de la historia.

Los japoneses comienzan este sábado unas "inéditas" vacaciones de diez días seguidos

El mito japonés

Alberto reconoce que en el mes y medio que lleva en el país no se ha relacionado tanto como le gustaría con los nipones: “Son muy distintos, de primeras son muy cerrados, aunque luego son majos. Les cuesta mucho hablar si no dominan muy bien el inglés. Son muy educados y siempre cumplen las normas. Y es una sociedad muy jerarquizada, tienen hasta diferentes formas de dar las gracias según con quién estés hablando”. Todo un shock cultural.

No son extraterrestres, hay que entenderlos, tienen valores diferentes” defiende Martínez Taberner, apasionado de la cultura japonesa. “Hay que disfrutar que es una superpotencia cultural que nos ha influido a todos: la cocina, el manga, los videojuegos, la tecnología… están más presentes de lo que pensamos”.

Taberner reconoce las particularidades de la sociedad, como el fenómeno de los "hikikomori", los jóvenes que se encierran en su cuarto y no tienen relacion con el mundo exterior más allá de su familia. O la bajísima natalidad. O el gran estancamiento de la economía, que pasó mucho antes que Europa por la burbuja tecnológica.

[La pobreza y la soledad empujan a muchos ancianos japoneses a delinquir para entrar en la cárcel]

La era Reiwa

Akihito deja el trono del Crisantemo en buenas manos: su hijo Naruhito lleva toda la vida preparándose para sucederle. Su era será nombrada como "Reiwa": el idiograma "rei" significa hermoso, y "wa", armonía. "La cultura se nutre cuando la gente armoniza sus corazones de una manera hermosa", según ha explicado la Embajada japonesa en Madrid . Es la primera vez que el nombre se basa en poemas japoneses y no chinos, pues esta vez los expertos han encontrado la inspiración en el Manyosu, la más antigua colección de poesía japonesa, escrita hace más de 1.200 años.

Otra novedad para la nueva era, la primera en la que se anuncia el nombre con antelación. Y con un emperador "joven" (59 años), educado en Oxford, casado con una plebeya, Masako, la princesa triste. Estudió Economía y Derecho, habla cinco idiomas y le apasionan las relaciones internaionales. Pero ha vivido prácticamente encerrada en el Palacio Imperial, intentando garantizar la continuidad de la dinastía por medio de un heredero varón, y con el férreo control de los funcionarios imperiales.

El principe heredero de Japón, Naruhito, y su esposa Masako, preparados para reinar

El principe heredero de Japón, Naruhito, y su esposa Masako, preparados para reinar EFE / Kimimasa Mayama

Naruhito y Masako solo han tenido una hija, Aiko, de 17 años. Masako, pasó una decada alejada de la vida pública, aquejada de una fuerte depresión (estrés, según la versión oficial) que muchos achacan a la presión de la vida en palacio (reglada y vigilada por los funcionarios imperiales) y la de no poder dar un hijo varón al príncipe.

Tuvo que ser el hermano de este, Akishino, quien garantizara la continuidad del linaje teniendo un hijo, que ahora tiene 12 años (y se lleva más de 10 con sus hermanas mayores).

“En Japón antes del siglo XXI había una cortina que tapaba lo que pasaba en la Familia Imperial. Pero otros escándalos salieron a la luz y no ha habido erosión de la familia, la gente vio que los problemas son los mismos y los humaniza y es favorable para ellos”, afirma nuestro experto de Casa Asia. Los problemas imperiales se parecen mucho a los de los japoneses de a pie.

Modernizar la monarquía

¿Es Japón demasiado tradicional para considerar la abolición de su "ley sálica"? “Japón no es el perfecto equilibrio entre lo moderno y lo antiguo, sino una constante tensión entre la modernidad y la tradición. Y en esa transición nadie quiere poner a la monarquía por el medio”, cuenta Taberner.

“¿Los jóvenes desean un cambio en la monarquía tanto como para salir a reivindicarlo en las calles? No. Pero son favorales. Se valoró en su momento pero ya no quieren tensiones porque ya hay un heredero varón. Si cuestionas esto hay un conflcito, y ellos quieren eviatar el conflicto, ellos quieren "wa", armonía. Se solucionará, pero sin radicalismo".

Los ciudadanos piden a su nuevo emperador que de impulso internacional al país para reavivar la economía. El japonés piensa en el bien común y el debate feminista, por el momento, lo protagonizará la siguiente generación.

El emperador nipón Akihito pone fin a su mandato de casi tres décadas

Las mejores imágenes de la ceremonia de abdicación.

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  • Akihito abandona el trono dejando un sello en su era marcada por la proximidad a su pueblo, frente al distanciamiento que han tenido sus predecesores.

    Un emperador muy cercano

    Akihito abandona el trono dejando un sello en su era marcada por la proximidad a su pueblo, frente al distanciamiento que han tenido sus predecesores.

  • La seguridad en torno a la ceremonia de abdicación se ha reforzado tras el incidente que se registró la semana pasada en el colegio del nieto de Akihito, Hisahito, donde un individuo no identificado le dejó dos cuchillos junto al pupitre.

    El Palacio Imperial, blindado

    La seguridad en torno a la ceremonia de abdicación se ha reforzado tras el incidente que se registró la semana pasada en el colegio del nieto de Akihito, Hisahito, donde un individuo no identificado le dejó dos cuchillos junto al pupitre.