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José Sacristán: "Sin los otros no somos nadie"

  • El intérprete madrileño protagoniza Formentera Lady, debut en la dirección del actor Pau Durà
  • La cinta, participada por RTVE, narra la historia de un hippie cuyo nieto le obliga a enfrentarse a su pasado

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RTVE entrevista a José Sacristán y a Pau Durà por 'Formentera Lady'

"En esta misma playa, con mi mujer embarazada de gemelos, nació el germen de esta historia”. El actor Pau Durà recuerda como surgió la idea que ha desembocado en Formentera Lady, su debut en la dirección. La cinta, que se estrena este 29 de junio, está protagonizada por José Sacristán en el papel de Samuel, un hippie cuya vida dará un vuelco que le obligará a enfentarse a su pasado.

“Nos llegaba una gran responsabilidad, la de ser padres, y empecé a fabular sobre el personaje de Samuel, un hippie enfrentado al conflicto entre la libertad de su forma de vida y la responsabilidad de traer un niño al mundo”, incide el director y responsable del guión en una entrevista con RTVE.

Para su primera película Durà se ha rodeado de amigos a los que admira: Jordi Sánchez, Nora Navas, Ferrán Rañé, Nuria Mencía, Mireia Ros o Pepa Juan que completan el sólido reparto de esta ópera prima, que obtuvo una magnífica acogida en el pasado Festival de Málaga.

RTVE.es estrena en tráiler de 'Formentera Lady': José Sacristán es un hippie en el debut de Pau Durà

Pau Durà rememora frente a uno de los escenarios donde se desarrolla esta historia sencilla, honesta, emotiva y con gotas de humor: es la playa de Migjorn, en la idílica isla de Formentera donde se encuentra acompañado de José Sacristán.

“Me gustó desde el principio la fragilidad de Samuel. Esa isla en la que él mismo se había convertido, aparentemente perfecta, pero llena de carencias y ausencias”, explica el incombustible actor madrileño. “Un espejismo porque sin los otros no somos nadie, no acabamos de estar completos”, subraya.

Ese espejismo se vendrá abajo con la llegada de su nieto, de tan solo diez años -encarnado por Sandro Ballesteros- y del que tendrá que hacerse cargo. “Este hombre, que no supo ser padre, deberá ejercer ahora de abuelo” explica Pau Durà.

“La nostalgia, el dolor por la imposibilidad de regresar, es la base de esta historia”, señala el director. “Con la llegada de su nieto Samuel deberá enfrentarse a un pasado que nunca se fue del todo, a heridas que no se cerraron”.

De pie, en el mirador de La Mola, divisando la silueta de la isla, Sacristán ahonda en el conflicto de su personaje: “Es músico, toca el banjo. Toca y toca pero cuando deja de tocar ¿qué oye?... oye ecos de amputaciones pasadas. Y sigue tocando para no escucharlos. Pero, como en la vida, no se puede estar tocando sin fin“.

El alma del personaje sin disfraces ni tópicos

Pau Durà todavía recuerda la llamada en la que su admirado Sacristán le confirmó que aceptaba el papel: “Pau, ¿cuándo empiezo a dar clases de banjo?”, le dijo.

A partir de ahí, muchas horas de charla y debate sobre cómo tenía que ser el personaje de Samuel. José Sacristán tenía algunas dudas que se disiparon una madrugada, el día antes de rodar. “No podía dormir y salí a pasear por el puerto de La Savina. Y oí una voz: ¿qué hace por aquí un tipo de Chinchón?. Era un auxiliar con el que había trabajado en mis primeras películas. 40 años atrás lo había dejado todo para hacerse hippie y venirse a Formentera. ¡Era la encarnación viva de mi personaje!”.

Sandro Ballesteros encarna al nieto de Samuel, un niño del que tendrá que hacerse cargo

Juntos, actor y director, han recorrido los mismos lugares en los que rodaron Formentera Lady hace ahora un año. “¡Mira la casa! Menudo trabajo hicieron los responsables de arte para llenarla del alma de Samuel”, observa Sacristán. Dotar de alma a su personaje, sin disfraces tópicos, fue uno de los desafíos tanto para él como para el director. Y hoy, viendo el cartel de la película, el veterano actor de Chinchón exclama entre risas: “¡Soy Harvey Keitel en Formentera!”.

“En esta película hay humor, desenfado, cariño, no hay grandes dramas. Solo las pequeñas sombras que tenemos todos” resume el director. “No hay moralinas ni sermones” le sigue Sacristán. Sentados frente al Mediterráneo y evocando la película de Adolfo Aristarain, Un lugar en el mundo, referencia cinematográfica para ambos, Durà y Sacristán concluyen: “Todos buscamos nuestro lugar en el mundo”.