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Primates del Congo: víctimas de una guerra ajena

  • El conflicto armado de la RDC amenaza a su flora y fauna
  • El santuario de chimpancés de Lwiro es una esperanza para su supervivencia

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Lwiro: salvar primates es preservar RDCongo

'Suena' te mira a los ojos con firmeza aunque es capaz de cambiar la mirada enseguida. En un segundo, pasa del fuego a la ternura. Intenta hablar con nosotros, pero no le comprendemos. Es adulto y tiene muchas canas. Gran parte de su vida la ha pasado solo, encerrado en una caja. Cuando apareció en Lwiro no sabía lo que era una sociedad y estaba muy deprimido.

'Suena' es un chimpancé majestuoso que estira su cuerpo aunque no sabemos si es una cortesía al extraño o una advertencia. Hoy ya forma parte de una familia, pero necesitó casi año y medio de tratamiento con Fluoxetina y Olanzapina, antidepresivos utilizados habitualmente en personas. "Ahora forma parte de un grupo de seis chimpancés y, aunque no creo que nunca pueda vivir en libertad, sí ha cambiado su vida. Antes golpeaba la puerta, resoplaba, se arrancaba los pelos y ahora te das cuenta de cómo pueden influir años de cautividad y aislamiento en un chimpancé", reconoce Luis Flores, veterinario del centro que llegó desde Jerez de la Frontera hace año y medio a través de la organización estadounidense Gorilla Doctors.

El chimpancé 'Suena' necesitó casi año y medio de tratamiento con Fluoxetina y Olanzapina, antidepresivos utilizados habitualmente en personas.

No sólo se ocupa de curarlos, también es quien viaja por buena parte de esta zona de África para trasladar como sea a aquellos animales que necesitan un lugar donde recuperarse. También se tiene que ocupar de gorilas de vez en cuando, pero no sólo trabaja con primates. Asegura que "también hemos rescatado por ejemplo decenas de loros grises 'yacos', que están bien valorados en Asia. No es que sea a gran escala, pero sí que es cierto que allí y en Oriente Próximo se han localizado redes de tráfico de animales. En Europa, está más controlado y no es tan habitual", asegura.

Luis Flores llegó al centro de Lwiro desde Jerez de la Frontera hace año y medio a través de la organización estadounidense Gorilla Doctors. Firma: Marta Soszynska.

Luis Flores llegó al centro de Lwiro desde Jerez de la Frontera hace año y medio a través de la organización estadounidense Gorilla Doctors. Firma: Marta Soszynska. noticias

Los chimpancés y su sociedad vertical

Lwiro es un lugar distinto y casi hasta mágico. A un lado el imponente lago Kivu, y al otro, el no menos espectacular parque nacional de Kahuzi-Biéga. Hasta aquí también arribó 'Shabunda', otro chimpancé que fue testigo de la muerte de su madre a machetazos y que casi pierde el brazo por una herida infectada. A pesar de la gravedad de su estado el veterinario explica que se priorizó la recuperación psicológica antes que la física.

"Siempre hay tiempo para una amputación, pero es una decisión delicada que puede afectar su socialización para toda su vida", explica. Insiste en que su trabajo es lograr que los primates vivan una cierta normalidad mientras llega el día en que llegue a ser posible su libertad total.

"Los chimpancés tienen un comportamiento social similar a las personas", asegura Luis Flores, veterinario del centro. Firma: Marta Soszynska. noticias

"Los chimpancés tienen un comportamiento social similar a las personas", añade Luis a la hora de presentarnos a 'Kongo', el líder de un amplio grupo que vive en una parcela de tres hectáreas. "Ejerce el poder de manera tranquila, pero tiene un grupo de esbirros que intentan demostrarle siempre su lealtad peleándose con otro chimpancé que quiere escalar posiciones", describe mientras se pelean delante de un jefe que come, con aires de capo, una guayaba que le acaba de dar Jean de Dieu, uno de sus cuidadores. Es congoleño, de esta misma provincia de Kivu del Sur, y forma parte ya esta familia de primates y personas. "Hacemos esto para que algún día este país pueda disfrutar de sus tesoros. Y los chimpancés son parte de nosotros", confiesa antes de reconocer que su sueño es verlos en libertad sin temor a los cazadores.

Un futuro en manos del pueblo congoleño

La presencia de congoleños en la plantilla es fundamental porque serán ellos los que se quedarán aquí siempre. Christian y Huguètte son veterinarios y están aquí haciendo sus prácticas nada más acabar la carrera universitaria. Forman parte del programa de formación con el que Lwiro pretende especializar a profesionales en fauna salvaje. "Estoy muy orgulloso de que esta naturaleza sea parte de mi país y tenemos que defenderla", asegura él, mientras que ella defiende sus estudios "para estar al lado de los animales en peligro de extinción".

Los dos acaban de atender junto a Luis una operación urgente de un primate gravemente lesionado en una clínica muy modesta pero que tiene lo básico para salvar vidas. Aquí, también tienen una guardería que hoy cuenta con cinco bebés menores de 2 años. Son auténticas miniaturas y están especialmente protegidas por sus cuidadores durante las 24 horas del día. Son su familia porque a Lwiro llegaron huérfanos. Es el caso de Mussa cuya historia recorrió el mundo hace pocas semanas tras ser rescatado y trasladado en avioneta hasta aquí.

Los pequeños tienen ganas de juerga y el forastero parece que llama su atención. Alguno intenta acercarse, y otros dos se abrazan. Es demasiado bonito para pensar que no pueden tener un futuro mejor. Pero aquí por lo menos no están solos.

La naturaleza: presa fácil de la guerra

Lwiro es como una isla. Es la herencia del Centro de Investigación de Ciencias Naturales que crearon los colonos belgas y que posteriormente mantuvieron activo los congoleños una vez lograda la independencia. Aquí se piensa en el futuro de un país que a duras penas puede mirar el presente por la violencia, la pobreza y la explotación de sus recursos. En este contexto, la naturaleza es una presa fácil. Uno de los mayores tesoros verdes del planeta está indefenso y sus habitantes, los animales, están a merced de las armas.

La llegada de refugiados ruandeses que huyeron del genocidio en 1994 supuso una enorme presión para las selvas de esta zona. Los animales salvajes fueron introducidos en el menú habitual de los humanos y la masa forestal se desangró para obtener carbón vegetal con el que cocinar. Entonces, la fauna conoció una guerra protagonizada por personas. Después, derrocado Mobutu Sese Seko, los grupos armados se consolidaron e hicieron de la explotación de los recursos naturales una nueva forma de destrucción.

Los animales salvajes fueron introducidos en el menú habitual de los humanos y la masa forestal se desangró para obtener carbón vegetal con el que cocinar.

Hoy, estas selvas ecuatoriales están en serio riesgo y son constantes las acciones de furtivismo y minería descontrolada que provocan desplazamientos de personas y animales. Los parques nacionales tienen sus propios ejércitos y rara vez pasan una semana tranquila. En lugares como Virunga o Garamba lloran la muerte de guardas cada dos por tres. Por eso, se antoja fundamental pensar en cómo proteger estos lugares únicos.

Lwiro es un centro de referencia internacional para la recuperación de primates.

Lwiro es un centro de referencia internacional para la recuperación de primates. Firma: Marta Soszynska. Firma: Marta Soszynska.

A pesar de haberse convertido en una referencia internacional para la recuperación de primates, Lwiro es un lugar sin grandes alardes pero con un impacto importante en la comunidad. La ONG Coopera ha puesto en marcha proyectos educativos y sanitarios para que la comunidad se beneficie de su actividad. "El centro de rehabilitación de primates es un motor social, ya que mucha de la comida que compramos para los animales procede de las familias, añade Luis Flores.

El centro de recuperación de primates se puede visitar y las escuelas de la zona lo utilizan para que la concienciación medioambiental cale entre los más pequeños. Las calles del pueblo rebosan calma mientras cae la tarde, a la espera de que empiece un nuevo día. Es sólo la visión de una jornada pero en ocasiones tienes la sensación de que hay luchas como ésta que si merecen tanto esfuerzo. En este caso, creo que hacen falta más sitios como Lwiro.