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El Prado identifica y restaura una estatua helenística de bronce

  • Se trata del rey helenístico Demetrio I (h. 336 - 283 a.C.)
  • La cabeza de bronce se expone en el museo

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Retrato de Demetrio Poliorcetes. 307 a.C. - 300 a.C. Museo Nacional del Prado.
Retrato de Demetrio Poliorcetes. 307 a.C. - 300 a.C. Museo Nacional del Prado.

El Museo del Prado expone a partir del 12 de junio una cabeza monumental broncínea identificada como Demetrio Poliorcetes (h. 336 - 283 a. C.). La pieza, que se podrá contemplar expuesta de forma destacada durante unos meses en la rotonda baja de Goya del edificio Villanueva, ha sido recuperada para la exhibición pública tras su reciente restauración

Según el museo, esta cabeza monumental de bronce es uno de los pocos retratos helenísticos de este tamaño y de esta calidad que se conserva. Se desconoce el lugar de hallazgo de esta cabeza, que procede de la colección de la reina Cristina de Suecia, su primera propietaria conocida, y tras su llegada a España en 1725, quedó depositada en el Palacio de la Granja de San Ildefonso como parte de la colección de Felipe V e Isabel de Farnesio e ingresó en las colecciones del Museo del Prado hacia 1830.

La cabeza mide 45 cm y, probablemente, pertenecería a una estatua monumental de una altura de aproximada 3,50 m. La escultura conservada más parecida, el Potentado de las Termas (Museo Nazionale Romano) fue creada unos 150 años más tarde y mide más de un metro menos.

Recientes investigaciones han posibilitado la identificación del personaje representado como el general y rey helenístico Demetrio I, llamado Poliorcetes por sus clamorosos y exitosos asedios a ciudades enemigas (h. 336 - 283 a. C.). Junto con su padre, el diádoco Antígono I, Demetrio fue el primer sucesor de Alejandro Magno (356-323 a. C.).

El estado de conservación del retrato de Demetrio Poliorcetes mostraba el azaroso recorrido seguido por la pieza a lo largo de los siglos y las numerosas intervenciones a las que ha sido sometida. Con el fin de preservarla, estas intervenciones ocultaban la superficie original del bronce bajo capas de adhesivos, betunes y pintura.

En un comunicado, el museo explica que el proceso de restauración ha consistido en la eliminación de las resinas, adhesivos, protecciones y betunes de antiguas intervenciones sobre la superficie del bronce; la reubicación, en su lugar original, de algunos fragmentos que estaban mal colocados; y el diseño de nuevos sistemas de fijación puntuales y reversibles.